𓈈 ʾ˖ 𝗖𝗿𝗼𝗻𝗼𝗳𝗶𝗹𝗶𝗮 🥜♡̷
Yang Jeongin
𓍯 30 años
𓍯 Azabache
Kim Seungmin
𓍯 17 años
𓍯 Rubio
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Cronofilia: Se trata de una parafilia en la que la edad del sujeto se considera inadecuada con la edad de la persona objeto de la atracción sexual.
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Mi sexy profesor.
La escuela de arte de Seúl destacaba por dos cosas, los diversos artistas que fueron parte de su historia y también por sus educadores.
Como el profesor de baile Hwang Hyunjin, cuerpo delicado, fluía con cada movimiento, sus labios rellenos, cabello color miel y piel ligeramente bronceada.
Un sueño.
El profesor de música Bang Chan, voz rasposa, manos grandes, piel blanquecina casi irreal, su cuerpo delgado en el punto perfecto y cabello blanco.
Una maravilla.
El último ejemplo es el que me pone los pelos de punta, el profesor de pintura Yang Jeongin, el daddy más daddy de la vía láctea, fin de la discusión.
Cabello azabache medio largo, variadas perforaciones que le dan un aspecto duro, brazos de músculos marcados, podría apostar que su abdomen y muslos también tienen ese sensual aspecto, su voz melodiosa pero intimidante.
Lo daría todo porque me diera una simple patada.
Debo admitir que su edad también es uno de mis puntos débil. Amo a los hombres maduros e imponente, a la mierda los escolares o universitarios, solo me atraen hombres 10 años o más años mayores que yo.
Sé que es algo enfermo, pero he intentado cosas con los chicos de mi edad y nada. No siento amor ni excitación, solo cariño por algunos y asco por otros.
Así que es un hecho, el profesor Yang es dueño de todos mis sueños y deseos desde que lo vi por primera vez, a los 14 años y ahora gracias al destino es mi profesor, por lo que puedo apreciar día a día su belleza.
-Seung- escuche el llamado de Felix, mi mejor amigo y compañero de banco desde el pre escolar.— Tocaron el timbre hace 5 minutos y ya me está dando miedo que no te muevas— me miraba extrañado desde arriba.
Yo seguía sentado frente a la mesa que compartíamos mientras el estaba en pie.
—Oh— tomé mi mochila y me levanté.— Tengo que ir a hablar con Jeongin— ambos caminamos hacia la salida del salón.
Es viernes y salimos a la hora de almuerzo, obviamente es el día favorito de todos los alumnos.
—¿Tu no te rindes eh?— rió al ver mi cara ilusionada.
—Nunca Lixie—desordené su cabello ya en el pasillo de los casilleros.
—Bien, solo lleva condones y lubricante—ya se rindió con respecto a aconsejarme en contra de mi plan.— Espero que no te rompan Kim, adiós — aquí nuestros caminos se separaban, literalmente hablando.
—Bye—me despedí con la mano y me dirigí hacia la sala de artes.
El espacio del dios Yang.
Solo él tenía las llaves de ese lugar tan pintoresco, por lo que es prácticamente suyo.
Ya frente a la puerta, que estaba en un pasillo totalmente escondido y solitario, recé por mi y porque todo saliera como debía.
Solo tengo que hacer tres simples cosas.
-Pedirle ayuda.
-Que sea en su casa.
-Convencerlo.
Entra Kim, es tu oportunidad.
Toque la puerta esperando su permiso para entrar.
-Adelante— su voz suave pero tan masculina.
Entré observando como sacaba su delantal negro para no mancharse, las mangas de la camisa blanca yacía enrollada sobre sus brazos, ni hablar de los pantalones negros que se ajustaban a la perfección a sus muslos y trasero.
—Seungmin— escuché como me llamaba.—Llevas parado ahí un rato ¿Qué pasó?— me sonreía amablemente.
—Lo siento profesor— mi voz no titubeaba, soy bastante seguro.— Quería hablar con usted sobre el proyecto de arte contemporáneo— directo, siempre al punto.
—¿Cual es el problema?— ordenaba sus cosa mientras hablaba.
—Necesito que me guíe, no sé por donde empezar— me acerqué a él coqueta pero sutilmente.
-Bien, puedo mañana— afirmó tomando su maletín.— Pero no tengo lugar- estiró el brazo para darme a entender que saliera.
-Puedo ir a su casa, si le parece más cómodo— que inteligente soy.
-Entonces en mi departamento, está es la dirección— sacó un post it que estaba en la mesa, escribió y me entregó el papel.—Tipo 11 de la mañana está bien— era una orden diluida en una frase amable.
Me encanta.
—Gracias profesor, en serio— asentí ya saliendo del salón. —Nos vemos—le di una linda sonrisa y salí en dirección a mi hogar.
Mañana será mío.
Estoy a una puerta de él.
Vine con mi mochila, llena de lapices y una croquera para darle sustento a la mentira, lo importante al interior del bolso eran los condones y el lubricante de cereza, que facilitaría el trabajo para ambos.
Apenas toque el timbre abrió la puerta, lleva unos clásicos jeans ajustado negros con una camisa del mismo color.
Si así es el diablo, por favor llevenme al infierno.
-Adelante Kim- su tono seguía amable.
Gracias a su personalidad apostaría que es de los chicos que te besan y van lento en el sexo, te hacen el amor.
-Gracias profesor— pasé rápidamente al lugar.
Es muy grande, prácticamente como una casa de un piso, todo se mueve entre las tonalidades neutras con toques ligeros de color.
-Dime Jeongin aquí, siento que estoy haciendo algo malo si me tratas así— rió ligeramente posicionándose a mi lado.
-Bien, Jeongin— saboree cada letra del nombre.— ¿Comenzamos?- pregunté tomando las tiras de mis mochilas.
Comenzó a caminar conmigo a sus espaldas, supongo que vamos a una habitación dedicada a sus actividades artísticas.
Nunca me falla la intuición.
-Este es mi estudio— abrió la puerta a una habitación con un gran ventanal que daba a una alcoba.
Las paredes eran amarillo pastel, todo muy luminoso en comparación al resto del apartamento.
-Muy lindo- sonreí dulcemente.
-Gracias-me devolvió la expresión alegre.—Muéstrame lo que llevas- aún el espacio era de respeto.
Por favor Yang, follame.
Saqué mi mochila de mi cuerpo, la deje en el piso y saqué mis materiales de arte para mostrar el pobre boceto.
Se posicionó detrás de mi con unos centímetros entre nuestros cuerpos, fue aconsejandome con respecto al dibujo.
Así pasaron los minutos, tal vez las horas, mis piernas dolían pero la postura de ambos me ayudaba a acortar la distancia poco a poco, sutilmente, hasta pegar mi trasero a su entrepierna.
Cada vez que me decía algo su aire llegaba a mi cuello provocándome deliciosos escalofríos, alzaba mis caderas para rozar con su polla que comenzaba a endurecerse gracias a los movimientos.
Giraba ligeramente mi rostro casi rozando nuestras narices cuando quería establecer contacto visual utilizando la excusa de que me explicara algo mas complejo sobre dimensiones en la composición.
Su miembro y el mío estaban totalmente duros, al hablar me salían leves gemidos con la intención de provocarlo aún más.
Al parecer no daría su brazo a torcer.
—Seungmin — suspiró sobre mi cuello tomando mis caderas.— ¿Qué estás haciendo?— susurró en mi oído con su suave voz.
—Mgh...yo te quiero a ti— yo llevaba un pequeño short hasta la cintura que apenas cubría mis nalgas, la prenda superior era un poleron ancho que lo cubría.
—Kim, no soy como los chicos de tu edad— mordió el lóbulo de mi oreja.— Nos llevamos 13 años, pequeño— su voz era hipnotizante.
Estaba diciendo que me alejara, sin embargo, todo el me atraía.
-Me gustan los hombres maduros— sentí sus dedos clavándose sobre mi ropa.— No sería mi primera vez con uno— jadee al sentir el leve movimiento de su cadera simulando una estocada.
—Ni se te ocurra volver a decir eso— mordió mi cuello. —Eres un chico sucio— Kim hizo un camino de succiones por mi hombro.— Me gusta educar a los de tu clase— su tono era totalmente seductor. —Pero también me gusta la exclusividad, serás mío una y otra vez cuando caigas en mi cama— lamió el camino rojizo sobre mi piel.—¿Entendido, cariño?— volvió a simular una penetración.
—Aah...si si Jeongin — asentí rápidamente.
-¿Eres mío Seungminnie? — paseó sus manos por mis caderas, hasta llegar a la apertura de la prenda superior y meterlas ahí.
—L-lo soy— murmuré desesperado por su tacto.— Follame por favor— no pude evitar que la oración saliera de mi garganta.
—Deja eso en el piso y avisa a tus padres que hoy no llegaras a casa— se alejó de mi.
Apoyó su cuerpo en el marco de la puerta, en tanto desabotonaba su camisa y pantalón, también bajando el cierre de este.
—Ellos están en viaje— hablé rápidamente mandando todo a la mierda.
Solté las cosas que se encontraban en mis manos para alzar mi poleron azulado dejando ver la pequeña prenda inferior.
—Ven pequeño— su tono era firme.— Chupa la polla de tu dueño— bajó su pantalón dejando ver sus piernas con cada músculo marcado.
Tal vez mi intuición si fallo esta vez.
Me puse en cuatro sobre el piso, comencé a gatear hasta donde se encontraba él, me arrodille para besar su gran miembro con la tela del bóxer oscuro de por medio.
Bajé la prenda para apreciarlo, el glande brillaba gracias al pre-semen, lamí la zona rojiza y lo introduje totalmente provocandome arcadas al chocar con mi garganta.
Tomó mi cabello para detener mis movimientos y comenzó y a penetrar mi boca, lo hacía duro.
Perfecto.
Mis ojos se humedecieron, liberando lágrimas al prácticamente ahogarme con él, sentí su falo palpitar en mi boca por lo que supe que estaba cerca.
Movía mi lengua sobre la hendidura de su glande para tomar cada gota de pre-semen, hizo los movimientos más bruscos y voltee mis ojos dejándolos en blanco al sentir su fuerte tacto de todas las formas posibles.
—Trágalo todo cariño— ordenó corriendose a los segundos.
Llenó mi húmeda cavidad con su esencia, no deje rastro alguno de él siendo totalmente obediente.
—Delicioso...— mi voz salió rasposa gracias al maltrato a mi garganta.
—Levántate Seungminnie— su sonrisa era burlona al verme tan débil y pequeño.—¿Quieres seguir?— preguntó besando mi frente.
—S-si por favor—alze mis ojos para darle mi expresión más inocente.
—Sácate el resto de la ropa, bebé— susurró sobre mis labios.
Me besó suavemente, hice caso quedando con mi pantaleta durazno casi transparente, la saqué con calma poniendo todo mi esfuerzo en parecer lo más erótico sobre la faz de la tierra.
Supe que lo logré cuando su polla volvió a endurecerse, ahora pude ver lo realmente espectacular que era.
El pene más lindo que puede existir.
—E-eso no va a entrar— fue el segundo pensamiento al ver su miembro majestuoso.— ¿Cuánto mide?— la vergüenza dejó mi cuerpo para ser reemplazada por la curiosidad.
-24 centímetro— alzó los hombros como si estuviera hablando de algo sin importancia.—¿Es suficiente para ti?— su mirada socarrona mostraba que sabía mi respuesta.
-Más que suficiente— pasé mis brazos por su cuello y enrede mis piernas en su cadera, dejando su falo entre mis nalgas.— Follame por favor — suplique en su oído bajando por besos por su cuello.
-Debo prepararte, pequeño— llevo sus manos a mis nalgas agarrandolas con la suficiente fuerza como para marcar sus dedos.
-N-no...— gemí cuando alzó sus caderas sintiendo su glande rozando con mi entrada.
-Te dolerá en seco, amor— esa palabra caló en mi corazón, relajando mi cuerpo totalmente.
—Quiero sentirte por semanas Jeongin — mi voz aún estaba raposa.
No dijo más, salió del estudi abriendo con una suave patada la puerta frente a la anterior habitación.
Su cuarto, después de esto serás suyo Kim.
-Me alegra escuchar eso— se sentó sobre la cama dejándome a horcajadas sobre él.
Alineó su polla sobre mi entrada, moví mis caderas logrando esparcir el pre-semen entre mis nalgas.
—Jeong-Jeonginnie por favor... —supliqué ya cansado del juego previo.
Tomó mis caderas, frenando los roces y me penetró entrando por completo, en tanto me besaba bruscamente, mordí sus labios al sentir el ardor pero disfrutando todo de él.
Llevé mis manos a su espalda rasguñandola, descargando el dolor volviéndolo placer al sentir que llegaba hasta mis entrañas.
No caminaré por un tiempo.
-Tan cerradito, bebé...— susurró sobre mi piel guiando el ritmo de las estocadas.
Me marcaba con su boca y dedos, me dio fuertes nalgadas con cada penetración profunda, al bajar mi cuerpo él lo alzaba para poder tomarlo por completo.
—¡Mierda!— chillé cuando nos giró en la cama.
Él se arrodilló entre mis piernas, tomó mis piernas y las puso sobre sus hombros, bajo su pecho chocando con el mío y dejó ambas manos a los lados de mi rostro.
-E-res maravilloso, boni-to— lamió la saliva que caía por la comisura de mis labios.
Al menos en las palabras cariñosas no me equivoqué.
Mordí su labio inferior sintiendo como me llenaba, puede apreciar la erótica imagen de su falo saliendo y entrando bruscamente, al mismo tiempo se alzaba la ligera piel de mi vientre gracias al gran tamaño.
Grueso, venoso y largo, mi sueño.
—¡A-ahí In!- sollocé dejando salir lagrimas de satisfacción y hundiendo mi cabeza al sentir el roce con mi punto dulce.
—¿Te encan-ta, cierto?— lo miré con atención.—¿Que t-te follen du-ro?— asentí rápidamente cerrando mis ojos al absorber todas las sensaciones.—Mi-rame Kim— gruñó mordiendo mi cuello, después haciendo una ligera succión.
-¡Mgh...!— se movía sin control alguno, tocaba mi punto dulce, llegaba hasta lo más profundo de mi y yo me sentía en el cielo.
-Eres mío— salió de mi, introduciéndose con dureza de una vez.—Solo mío succionó mi cuello y repitió la acción. Todo mío— sus ojos oscuros totalmente tentadores chocaron con los míos. —¿No es así, mi bebé?— el cabello medio largo se pegaba a su nuca y frente, lo echaba hacia atrás dándome una vista sumamente caliente.
-¡SI-SI!—grité cuando hizo las penetraciones lentas y llevó una de sus manos a mi polla totalmente hinchada.
—Y-y yo soy tuyo— besó mi labios suavemente.—To-do tuyo, amor— volvió a unir nuestros labios, en tanto aceleraba las estocadas.
Nuestros sudor se mezclaba, la vista era digna de una película para adultos, me sentía en el infierno gracias al calor acumulado en mi interior.
—¡Mío si-si!— gemí tomando su cabello sintiendo un tirón en mi interior.—M-me co-me—cortó con un beso.
Dejó de masturbarme ganándose una mirada asesina de mi parte.
-Te correrás solo con mi polla— dictaminó y siguió con los movimientos bruscos.
Me sentía morir al sentir los duros roces entre nuestros cuerpos, sus palabras y los sonidos sucios de nuestros choques me tenían en otro lugar.
Me encanta, demasiado.
-Seung-min...— gruñó sobre mis labios.
Sentí su polla palpitar en mi interior, también estaba cerca.
—Ju-juntos...¡Aah Jeongin!— chillé al sentir mi interior lleno de su esencia.
A los segundos me corrí manchando el vientre de ambos con mi semen denso expulsado en densos chorros.
Salió de mi interior acostándose en mi lado, alzó mi cuerpo para ponerlo sobre su pecho.
Tan íntimo.
Posicione mi cabeza sobre el lugar donde se sentían los latidos de su corazón, mientras el trazaba lineas imaginarias en mi espalda.
-¿Es en serio?— murmuré alzando el rostro para chocar nuestras miradas.
-¿Qué cosa?— frunció el ceño viéndose jodidamente sexy.
Claro, es Yang Jeongin.
-Ser tuyo y tu mío— apenas susurré algo avergonzado.
-¿Te parece que bromeo?— su expresión era seria, negué con la cabeza inmediatamente.—Hablo muy en serio, cariño— acarició mi rostro dulcificando su mirar.—Siempre noté tus miradas lujuriosas y coqueteos, pero me sentía algo enfermo al sentirme tan encandilado por ti—aparto el cabello que no me dejaba ver.— Pero al tenerte aquí todo se fue a la mierda— rió mirándome con cariño.
-Entonces...¿No solo sexo?— pregunte inocente.
-No solo sexo, me ganaré tu corazón Seungminnie- alzó ligeramente mi cuerpo para abrazarme por la cintura.
Todo porque no sabe que ya lo tiene. Mi Jeongin, mi sexy profesor de 30 años, solo mío, mío y mío.
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Hola, ¿cómo se encuentran?, espero que hayan disfrutando esta historia este el último os de esta serie "C de filias".
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