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𓈈 ʾ˖ 𝗖𝗼𝗿𝗲𝗼𝗳𝗶𝗹𝗶𝗮 🥜♡̷

Yang Jeongin
𓍯 21 años
𓍯 Pelirrosa

Kim Seungmin
𓍯 22 años
𓍯 Rubio

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Coreofilia: Atracción por la danza y baile erótico.

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Otra despedida de soltera.

Soy un striper por las noches de los sábados y domingos, mientras los días de la semana me dedico a estudiar literatura en la universidad.

Estudio con una beca total la carrera, por lo que el trabajo me ayuda a mantenerme con lo básico.

—Yang— llamó mi atención el barman.—Llegan a las 12 am tus clientes— limpiaba los vasos para ordenarlos a su espalda.

—Gracias Jisung— me fui a la parte de atrás del local para cambiarme.

Camisa ajustada, pantalones del mismo ajuste, por último unas correas que bajan por mis hombros y marcan mi cinturón, todo negro.

Me daba un aire dominante que me agrada bastante. Aquí está mi alter ego, paso de ser el chico tranquilo ratón de biblioteca a alguien con el poder de seducción sobre otros.

Al principio era vergonzoso, pero después de dos años ganas confianza en ti al ver como caen a tus pies.

Llegué con el tiempo justo, quedan 15 minutos para salir. Puedo escuchar los gritos de las mujeres esperando por mi.

Tu comida no se paga sola.

Pase por la puerta hacia el lugar que suelen darme cerca del bar. Había una chica de pelo negro, algo baja que tenía una corona que decía "La reina de la noche" asumí que es la soltera de la noche, así que fue el primer objetivo.

Se levantó al notar que iba en su dirección, dejando a todos sus acompañantes con el ceño fruncido.

—Hola chico, soy Kim Dahyun—susurró en mi oído sin segundas intenciones.

—Jeongin—me presenté amablemente.

—Te quiero pedir una favor —asentí escuchándola.—¿Ves al chico de ahí?— señaló a un rubio de piel acaramelada, su cuerpo se veía delicado, pero sumamente sensual.— Es mi hermanito Seungmin— el chico de sonrojó al notar mi mirada fija.—Quiero que le bailes a él—oculté mi asombro y asentí.—Muchas gracias— volvió a su lugar.

Cambié la dirección de mi caminata, me dirigí al rubio para tomar su mano de manera firme.

—Y-yo no soy— quiso alejarse, pero no solté el agarre.

—Relájate bonito— susurré en su oído, cuando quedamos en el centro del lugar designado.— Acuéstate en el suelo— volví a murmurar solo para él.

Que obediente.

Escuchamos los gritos emocionados desde los asientos, estaba algo sonrojado y sus ojos brillaban ocultando emoción.

Separé ligeramente sus piernas para arrodillarme entre ellas y apoyé ambas manos a los lados de su cabeza.

Bajé ligeramente mis caderas simulando penetraciones, en tanto nuestros rostros estaban a centímetros.

Nuestras respiraciones se mezclaban, bajé con mi respiración rozando su piel descubierta y ropa por todo su cuerpo, hasta la entre pierna.

Me levanté y lo ayudé a hacer lo mismo, camine alrededor de su cuerpo como si fuera un depredador y el mi presa. El ambiente se me hacia sumamente excitante, posicioné mis caderas a unos centímetros de su pomposo trasero, moviendolas como nuevas penetraciones.

—Mhg...— mordió su labio para evitar la salida de más gemidos.

—Nunca he hecho esto bonito – susurré en su oído al seguir moviéndome tras él.— Pero salgo a las 2, por si necesitas ayuda— con eso mire la erección ya totalmente dura que resaltaba en sus pantalones.

—T-te mueves delicioso— murmuró logrando que solo yo escuchara.— Lo pensaré— pegó su trasero a mi.

Llevó su mano a mi cabello, mas logré tomar su muñeca para evitarlo.

—Solo podrás tocarme cuando este follandote, lindo— sentía que solo estábamos nosotros en medio de la pista con las luces rojizas cubriendo el lugar.—Vuelve a tu lugar, te veo más tarde— solté su muñeca y salí del lugar calmadamente.

No volví la mirada, solo volví a la parte trasera del local para ponerme algo más cómodo y tratar de bajar mi polla.

Realmente es la primera vez me pasa esto, ya que, me gustan los chicos. Por lo general tengo que seducir y bailar a mujeres que aprovechan su última noche de soltería, pero este chico estaba a otro nivel.

Sus ojos esmeralda se clavaban en los míos, podía sentir como perforaba mi alma, sus manos eran delicadas, sus labios rojizos y llenos que me llamaban a besarlo, su piel color miel brillante gracias a la leve capa de sudor, sus caderas sutilmente anchas, piernas largas.

Simplemente perfecto.

Volví a ponerme la camisa blanca y salí en dirección al у bar para ayudar a Jinsung, los sábados por la noche el lugar se llenaba, no solo de solteras y solteros, sino también gente que buscaba un poco de diversión o emborracharse hasta perder la consciencia.

En el tiempo sin pedidos admiraba al lindo rubio sentado, el resto del grupo bailaba y bebía como si solo у existieran ellas, en cambio él tomaba con elegancia el alcohol en su copa, mientras reía de las ridiculeces que hacía el resto.

Pasaron así las horas, ayudando el barman y observando al chico.

Seungmin, Seungmin, Seungmin.

Su nombre era acariciado por mi lengua, gracias a eso el tiempo pasó más rápido de lo normal.

—Jeong— me volvió a llamar Han.— Ya es tu hora de salida. — seguía ordenando los licores en el lugar.

—Buena madrugada Jisung— me despedí y salí de detrás del mesón.

El rubio miró su reloj que se veía bastante caro y sonrió seductor siente en mi dirección.

Las 2 am, por fin.

Terminó su trago para dirigirse hacia mi, su caminata era su sonrisa era socarrona y sus ojos seguían atacandome.

—¿Ahora puedo tocarte?— tomó mi mano cuando iba entrando a la parte trasera del local.

Tiré de su mano y lo pegué a la pared, no esperé más para besarlo apasionadamente. Nuestros dientes y lenguas chocaban bruscamente, tiró de mi cabello mordiendo mi labio, para después pegar nuestras frentes.

—Ven a mi departamento— susurró en mi oído.

Me besó nuevamente pero estaba más era un tacto más dulce.

—Vamos bonito— tomé de su mano, busqué mi bolso, saqué las llaves y fuimos al у estacionamiento.

Abrí el auto, sin pensarlo mucho se subió al igual que yo, me guió hasta su piso, fue un viaje corto entre tactos sutiles.

Nos bajamos, ahora el tiraba de mi para llegar a su hogar rápidamente.

Ye en el ascensor la tensión se hizo mas pesada entre ambos, volvimos a estar frente al otro.

Tomé sus muslos para empotrarlo en la pared de la pequeña cabina, apoyó ambas manos en mi hombro, lamió mis labios, en tanto tomaba sus nalgas con algo de fuerza. Se movía contra mi erección buscando más fricción, moví mis caderas simulando penetraciones nuevamente.

—T-te mueves tan bien...— jadeó en mis labios.—Di-me tu nombre para saber que gemir esta noche— los movimientos entre ambos seguían

—Jeongin— besé sus labios entre falsas estocadas.—Y aún estamos con ropa, bonito— justo las puertas del ascensor se abrieron.

Salí con él en mis brazos.

-Es la del final— su voz estaba más grave.

Lo dejé en el piso para que abriera la puerta de su piso, lo hizo torpemente gracias a la excitación que recorría el cuerpo de ambos.

Aproveché el tiempo para desabotonar mi camisa y sacar mi cinturón.

Al entrar hizo lo mismo con su prenda superior.

—¿Quieres que te folle cariño— me pegué a su espalda ambos ya desnudos en la parte superior.

—Si si p-por favor— alzó su trasero para rozar.— Haz-hazlo ya— llevó sus manos a mi pantalón para sacar el el botón y bajar el cierro.—Es e-norme— metió la mano bajo la tela del bóxer.

—24 centímetros no están mal ¿Cierto, bonito?— reí en su cuello mordiendo y succionandolo.

Tiró su rostro para atrás, tomó mi mano para guiarla a su erección.

—To-tocame por favor rozaba— sus largos dedos con mi polla.

Bajé su pantalón junto con su ropa interior, le di una nalgada enrojeciendo la piel acanelado y logrando que alzara más su trasero.

—¿Te gusta duro Seungmin? — mordí es lóbulo de su oreja y comencé a masturbarlo, mientras simulada estocadas.

—M-me encanta...— gimió.

Soltes su polla para terminar de deshacerme de mis prendas. De inmediato tomó mi mano, me guió hasta su habitación y se acostó de igual forma que en el local.

—¿Te gustó, bonito?— me posicione entre sus piernas, sus tobillos se cruzaron por mi espalda bajara logrando un roce constante de mi polla con su pequeña entrada.

—T-te movías tan bien, lle-name por favor— jadeo.

Tomé poco del pre-semen que caía por su miembro para lubricar dos de mis dedos.

Los introduje en él rápidamente.

—Estas muy apretadito, cariño — los movía con brusquedad, sintiendo como sus paredes me tomaban completamente.

-¡Mierda si!— chilló cuando doblé los dedos en su interior, rozando su punto dulce.— ¡A-ahí m-más!— movió sus caderas para acelerar los movimientos.

Al notarlo lo suficientemente dilatado saqué mis dedos, apoyé uno de mis antebrazos al lado de su rostro y con mi mano aún abajo alinee mi falo con su fruncida entrada.

-Grita lo que quieras, bonito— murmuré en sus labios entrando completamente en él de una estocada.

—S-se siente mu-y bien...— gimió suavemente.

Cruzó su brazos en mi cuello y tiró de mi cabello descargando las sensaciones de placer.

Movía mis caderas con brusquedad admirando como su abdomen se alzaba al recibir mi polla.

-Que lindo desastre — lamí sus labios para después besarlo sin control.

Al pegar nuestras frentes pude apreciar como las hebras rubias se encontraban desordenadas sobre la cama, nuestro sudor se mezclaba y sus lágrimas de placer mojaban sus mejillas.

—Qui-quiero mon-tarte...— mordió mi labio instandome a cambiar de posición.

¿Quién soy yo para negarselo?

Me gire sobre la cama, acomodando mi espalda para quedar medio sentado sobre el colchón. Tomé sus nalgas con fuerza para ayudar a sus frenéticos movimientos.

—Jo-der Seungmin— mordí su cuello alzando una de mis manos para tomar su mandíbula con fuerza.— No de-jes de moverte— apreté su piel con fuerza, la suficiente para dejar mis dedos marcados.

—¡Mgh si-si! — saltaba llenándose completamente.

Delicioso, jodidamente delicioso.

Abrí su boquita para llenar de mi saliva su cavidad, en tanto le di una nalgada, el sucio sonido se expandió por todo el lugar.

Comenzó a moverse en círculos llevándonos a ambos a lo que parecía el séptimo cielo.

—Si-gue así pequeño― acaricie su rostro cuando echó su cabeza hacia atrás clavando sus uñas en mis hombros.— Me es-tas volviendo loco— gruní al empezar a elevar mis caderas.

Nos movíamos en direcciones contrarias logrando llegar hasta el fondo a la hora de las estocadas. Su abdomen plano volvía a alzarse, sollozaba al sentirse al borde de la culminación.

Tomé su miembro para masturbarlo al mismo ritmo de las penetraciones.

Estábamos perdidos en la mirada, caricia y sonidos que salían del otro.

El chico bonito sabe moverse.

Se escondió en mi cuello, su respiración rozó mi piel y sentí sus dientes clavándose con la misma fuerza que sus uñas en mi epidermis.

Muy, muy duro.

Sus paredes se hicieron más estrechas, si eso era posible, y su polla comenzó a palpitar, el pre-semen salía descontroladamente logrando mancharnos a ambos.

—¡M-me corro! —su agarré en mi piel se hizo más fuerte, sus ojos se hicieron blancos y gritó dejándose ir.

Liberó densas hebras de semen sobre mi estómago y mano.

—¡Seungmin!— tomé su cintura con ambos brazos para llenarlo con toda mi esencia.

No deje que se moviera, ambas respiraciones estaban aceleradas, acariciaba mi espalda con sus dedos largos sin hacer figuras especificas.

El silencio era relajante, totalmente agradable y cómodo.

—Se siente aún mejor sin ropa — susurró en mi oído alzando sus caderas para dejar salir mi miembro.

—¿Si, chico bonito?— sonreí socarronamente cuando se acomodó para quedar con su rostro frente al mío.

-Si— asintió timidamente.— Hm...quiero proponerte algo. —murmuró con las mejillas ligeramente sonrojada.

-Dime— mis manos seguían en su cintura.

—¿Po-podrías solo bailar para mi al-gún día?— se ruborizó aún más.

-¿Te gusta como bailo Seungmin?— frunció el ceño.

-¿Cómo sabes mi nombre Jeongin?— cambió el tema evitando mi mirada.

Alcé su rostro para chocar nuestros ojos.

-Tu hermana me lo dijo — besé su mejilla.— Ahora responde, bonito— sonreí al ver la vergüenza plasmada en sus mejillas.

—M-me ca-lienta...— apenas susurró.— Entonces...¿Podrías?!—su mirada esmeralda se iluminó debido a la ilusión.

—Solo si me das tu número— le di una sonrisa socarrona. —Y no escondes esas marcas el día de mañana— acaricie los mordiscos hechos recientemente por mi.

—Está bien, trato hecho— rió al ver complacido sus deseos.

Creo que no quedará solo en sexo de una noche con un desconocido que baila bien.


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