•Capítulo 3•
~•Mikaela•~
Sentados en una mesa de la cafetería los chicos comían hablando entre ellos, no comprendía su rara amistad, ya que pasaba menos de dos minutos y ya estaban peleando por tonterías, aunque hay que admitir que es divertido verlos discutir.
–¡Es injusto! ¿¡Porque crees que fui yo cuando ni siquiera me acerqué al horno!? ¡se que fue otra de las bromas pesadas de la uva de Shinoa!– Yūichirō gritó exaltado defendiéndose de lo que le acusaba la rubia ( unos cupkakes que prepararon ayer y que mágicamente se quemaron... o algo así entendí)
Aun que estaba aprovechando que la peli morada no estaba ahí porque estaba comprando unos pasteles, porque cualquiera se hubiera asustado al volver a ver aquella reacción de hace nos minutos en el pasillo
–¡Es algo obvio! ¡Fuiste el idiota que en vez de programar 90 minutos programaste 120! ¡¡Además Shinoa no estuvo en la cocina!!– la rubia se levanto de su asiento inclinándose a Yuu.
–¡Ja! ¿y quien dice que después fue a programarlo de nuevo? ¡yo estoy seguro que lo programe correctamente!–Yuu imitó lo mismo que la chica, pero el no se inclino.
Creo que mejor me voy...
–Yuu-kun...Mitsuba-san...Mikaela-kun esta aquí–el castaño advirtió de mi presencia antes de que pidiera hacer algo y el azabache volteó a verme avergonzado en cambio la rubia sólo bufo irritada.–.
–Disculpa Mika...me había olvidado que estabas ahí – Yūichirō sonrió apenado–.
–N-no te disculpes Yūich- fui interrumpido por un grito que de escucho por todo el comedor que sobresalto a más de uno-.
–¡¡¡¡¡RUBBBBIIIOOOOOOOOOOOOO!!!!!!– Maldita uva desgraciada...
Voltee en dirección donde se escuchó el grito, había un peli lila acercándose a mí.
–¡Al fin te encuentro maldito rubio! ¡es importante! – me tomó de los hombros sacudiéndome fuertemente cuando estuvo en frente de mi –.
–¿Que sucede?– pregunte confundido y algo asustado –.
–El Jefe me llamó y nos esta citando en la cafetería ¡y si no vamos ahora no quiero saber que pasará!– Lacus sonaba algo asustado y podías ver su irritación en sus ojos–.
Mierda
Me levante de golpe de la mesa dispuesto a irme corriendo, pero antes me despedí de los chicos.
–Lo siento pero me tengo que ir ¡adiós! – dije corriendo hacia la salida con Lacus frente mio también corriendo–.
–¡¡MIK-–escuché mi nombre a lo lejos pero no pude saber de quien era.
Entre a ni clase y tome todas mis cosas y junto con Lacus salimos corriendo a la salida.
Llegamos y saltamos la reja, corrimos al lugar que teníamos que llegar con urgencia.
(...)
Diez minutos después nos encontrábamos en nuestro destino, entramos y todos nuestros compañeros estaban parados en fila con sus uniformes.
–¡Vamos a cambiarnos rubio! ¡ahora! –Lacus corrió a los vestidores masculinos y yo hice lo mismo.
Entre y tome uno de los únicos uniformes que quedaban ( el mas pequeño )
Retire mi uniforme de la escuela y me coloque el uniforme de la cafetería.
–¡Vamos apresurate! – Lacus salio del vestidor con el uniforme ya puesto y yo lo seguí.
Me coloque en la fila confundido por la repetina situación pero antes que pudiera pensar algo mas su voz se escuchó en el lugar.
–¿Todos están aquí?–su voz me heló la sangre –
Se supone que era el Jefe quien nos citaba, no el.
Fulmine a Lacus con la mirada por su el error estúpido que cometió.
–Ferid...– Murmuré para mi con molestia –.
–El Jefe no pudo venir hoy, por eso me pidió a mi que les dijera lo siguiente: la próxima semana tendremos que ir a un restaurante y ayudar a los empleados porque llegara un familiar importante para el – dijo sonriendo exageradamente mientras nos miraba a cada uno como si fuéramos basura –.
–¿Porque nosotros tenemos que ir ?–preguntó un compañero–.
–¿Acaso estoy obligado a decírselos? Si no van serán despedidos – a el no le importaba ser directos con nosotros, solo lo escupía en nuestras caras mientras reía como un psicópata–.
Suspire frustrado mientras se iba sin decir nada más, aunque me tranquilizaba saber que no era algo grave.
Pero e perdido una hora de clases, y no me espera nada bueno.– pensé
–¡Ah! Casi lo olvido – Ferid se volteo, mientras que el ambiente cambió a uno de preocupación e irritación– Tienen que venir buen uniformados o no entrarán en el restaurante y no les espera nada bueno– su irritable risa se escuchó como eco en el lugar causando escalofríos en todo mi cuerpo – ya les avisé.
Solo se escuchó la puerta principal cerrarse para que la mayoría de los presentes soltaran un gran suspiro de alivio.
Sin perder tiempo me acerque a Lacus para que me explicara lo que acaba de suceder.
–¡Maldita cabeza de uva! ¡se suponía que te llamo el Jefe no el de cara afeminada!– me puse de puntillas para tratar de estar a su altura pero no me servía de de mucho –.
¡Voy a pegarle a este estúpido cabeza de uva!
–¡Te juro que fue el Jefe quien me llamó! – me detuvo agarrando mis hombros con fuerza–.
–¡¡Sueltame!!– grite molesto librándome de su agarre – ¡me lo vas explicar en el instituto o en la casa pero me lo explicas maldita uva!– lo deje ahí parado mientras yo iba a los vestidores para cambiarme de ropa por mi uniforme –
Ya cambiado salí sin Lacus al instituto aún sintiendo el enojo y la molestia en mi sistema .
Este trabajo es muy importante para mi (además de ser la fuente principal del pago de mis estudios) ya que he trabajado desde muy chico en ese lugar, es una de las cafeterías mas conocidas de la cuidad por eso la paga es casi excelente, El Jefe también tiene otras cafeterías muy conocidas fuera y dentro de la cuidad además de tener dos empresas en la capital y una a lo largo de la frontera de Japón.
Despeje mis pensamientos cuando llegaba a la reja del instituto, salte con cuidado y caí de pie en la acera.
Entre y camine por los pasillos buscando algún alumno pero no había nadie.
Esta es la sexta hora – pensé
–¡Química!– recordé la materia que me tocaba a esta hora y corrí al laboratorio –.
Llegue a la puerta de la clase agitado por haber corrido por los pasillos.
Toque la puerta dos veces esperando que la puerta sea abierta. Después de esperar unos cuantos segundos la puerta se abrió dejando ver la cara enojada de la profesora.
–¿Tienes idea de que hora es Mikaela Hyakuya?– carajo
–Etto....tengo muy en cuenta que es tarde y...Que interrumpí su clase...la razón de mi tardanza es que tuve una emergencia y tuve que irme ...¡no se volverá a repetir Sensei!– me incline en modo de disculpa esperando que dijera algo –.
–Mikaela...levantate hijo– obedecí pero no tenía valor para mirarla a los ojos – te voy a creer , y te voy a dar una oportunidad por ser el mejor en mi clase, pero que no se vuelva repetir ¿de acuerdo?
La mire y con una pequeña sonrisa asentí.
Entre a clase, pensando en que banca sentarme, alguien alzó la mano llamando mi atención.
¿Yūichirō...?
Me acerque y me senté en la banca que había su lado.
Deje mis cosas y el me paso una libreta con algo escrito.
"¿Donde estabas?"
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