•Capítulo 16•
~•Yūichirō•~
Era bastante tarde, corría todo lo que mis piernas me permitían por las calles y entre las personas que caminaban sin prisa, distinto a mi.
El viento fresco de la primavera se encontraba por todos lados, esa tarde era cálida, con ayuda de un potente ocaso que iluminaba cada rincón de la cuidad, el sol se reflejaba en las vitrinas de las tiendas que dejaba atrás por mi constante correr.
Empecé a disminuir la velocidad cuando llegaba al lugar de encuentro, el nombre "Seraph" fue lo primero que distinguí cuando me acercaba a la cafetería.
Me adentré en el lugar abriendo rápidamente las puertas de vidrio. Recorrí el lugar con la mirada buscando que la persona que me iba a reunir ese día no se haya ido todavía, suspire aliviado cuando lo vi ahí sentado mirando el paisaje de afuera a través de la ventana al lado de él.
Caminé con pasos firmes al chico mirando su perfil completamente cautivado por la belleza de este. Me acerqué en totalidad a susodicho sintiendo como mi corazón golpeaba contra mi pecho de forma que me quitaba el aire, cosa que me sorprendía, pues no me había sentido así en mucho tiempo.
Basta, no traigas a tu mente esos recuerdos Yūichirō, solo te sientes así por el molesto dolor de cabeza de hace rato, debe ser eso
–Hola– mi voz había sonado muy firme para mi gusto, trague saliva cuando este me volteo a verme sorprendido por mi presencia –.
–Pensé que ya no ibas a venir...– pude percibir el tono de tristeza en su voz, sonrío mostrando mis dientes cuando me sentaba delante de él –.
–Ruego que me disculpes Mika, no me había percatado de la hora cuando salia, en serio, perdón – desvíe la mirada apenado sintiendo su mirada clavada en mi –.
Hubo un corto silencio antes de que su suave y sutil risa se escuchara como música para mis oídos, acción que hizo que posara mi mirada nuevamente en él algo sorprendido por tal gesto.
–Te entiendo – hizo una pausa para recuperar aire que se había salido de sus pulmones gracias a su risa – a todos nos puede pasar –.
Asentí concordando con lo dicho, suspire al darme cuenta de que él no se había molestado con mi tardanza, yo en su lugar me hubiese mandado a volar.
–Y bueno...¿Que es lo que querías hablar conmigo? Quiero saber el porqué de tu insistencia– cambie el tema de conversación apenas hubo un silencio entre ambos, note que su semblante cambió cuando las palabras salieron de mi boca, trague saliera nervioso –.
–Ah...sobre eso– dijo cortante, desvío su mirada hacia un punto en el paisaje que se mostraba a través del vidrio a su lado para luego volver a mirarme a los ojos – quisiera hacerte una pregunta, Yūichirō–.
–Adelante– respondí firme, con una postura despreocupada, viendo como el chico delante de mi me miraba interrogante –.
Respiré fuertemente, apreté mis puños sobre los muslos de mis piernas esperando paciente que la pregunta planteada por el de cabellos dorados sea pronunciada, relamí mi labio inferior nervioso, trague saliva en un intento por calmar la ansiedad que recorría mi sistema, consiguiéndolo a medias.
–¿Que se te pasaba por la cabeza al pensar que sería buena idea hacerte pasar por un extorsionador y asustarme de esa manera hablándome por WhatsApp? En mi punto de vista, lo veo muy infantil de tu parte –sabia que esta invitación tenia algo que ver con ese tema, sonreí de lado, escuchando atentamente cada palabra pronunciada de los pálidos labios del de ojos zafiros, crucé mis dedos entre si apoyando mis codos contra la mesa inclinándome ligeramente hacia él mirándolo directo a los ojos, percibí la sorpresa en él, lo que hizo que mi sonrisa creciera –.
–Verás...–desvié la mirada en una fracción de segundo para aliviar, en cierto sentido, la tensión que se había formado en ambos – se que no tengo justificación para lo que hice, eso no te lo voy a negar– relamí mi labio inferior nuevamente cuando sentí que estos se secaban, trataba en lo posible de no tartamudear ya que eso delataría mi nerviosismo – pero en mi defensa, solo quería saber que eras tu, y no alguien más –esto ultimo lo susurré para que solo el me escuchara–.
–No voy a preguntar como conseguiste mi número, porque creo que terminaría llamando a la policía – sonrío divertido ante sus palabras, no esperaba que él tuviera ese tipo de humor – pero ¿Como supiste desde el principio que era yo?– me sorprendí por aquella pregunta, pero no di a conocer mi asombro en las fracciones de mi cara–.
–Lo supuse por tus reacciones –seguí sonriendo cuando recordé nuestra conversación entre él y yo esta madrugada– además, después escribiste que eras tu con quien hablaba –.
Abrió los ojos sorprendido, al parecer se había olvidado de ese detalle.
–Oh, cierto – sus mejillas adquirieron un color carmesí producto de la vergüenza que lo aprestaba en ese momento– había olvidado eso...–.
Reí enternecido por lo adorable que se veía.
–No te preocupes – le regalé una de mis mejores sonrisas, Mika me devolvió el gesto aun con sus mejillas sonrojadas –.
–¿Van a ordenar algo?– una chica de aproximadamente nuestra edad se acerco a nosotros con una libreta en manos para tomar nuestra orden cuando se percató de que nadie nos había atendido –.
–C-claro –respondió mi acompañante viendo fugazmente la carta del lugar –.
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–¿Entonces...–dije mientras daba el último sorbo a mi bebida de cacao cual estaba delicioso– hoy no trabajas? –.
–No– me observó al mismo tiempo que yo lo hacia dejando de prestar atención a su tarta de vainilla– solo trabajo días de semana–.
Miré la hora en mi móvil por encima de la mesa dándome cuenta de la hora que era.
–Es bastante tarde – suspire apenado, tenía que irme a casa –debería irme, mañana tenemos clases –.
Asintió concordando con mis palabras al momento que yo me ponía de pie para marcharme.
Mire nuevamente la hora en mi móvil, mi mirada fue a la fecha que nos encontrábamos y me acorde del proyecto de química que debíamos entregar para el viernes de esa semana, abrí los ojos sorprendido, me había olvidado completamente de ese trabajo, soy un imbécil.
–Hoy estamos domingo 28...debemos ponernos de acuerdo para hacer el trabajo de química que debemos entregar el vier–.
–¿Q-que has dicho?– fui interrumpido por la temblorosa voz de Mika, levante la mirada del móvil dirigiéndola hacia él –.
Abrí los ojos preocupado, Mika estaba más pálido de lo que ya era, respiraba con dificultadad y gimoteaba, sus ojos estaban cristalinos como si estuviera a punto de llorar.
–¡¿Mika, estas bien?!–grite más que preocupado–.
Fui hasta su sitio y llevé mis manos hacia su rostro levantando ligeramente este mismo.
Me sobresale cuando sentí una lágrima rodar por encima de mis manos provenientes del de cabellos dorados.
Mika estaba llorando
—❇—
Primer capitulo del año!
😄😄😄
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