☯13☯
(Harry)
Me levanté de inmediato de la cama, furioso, ¿¡ Cómo se atrevía a dejarme así !?.
Prácticamente había pagado el estar conmigo y no estaba dispuesto a tolerar ese comportamiento hacia mi persona.
Me vestí a toda prisa, alisté todas mis cosas y al abrir el cajón encontré el dinero que me dijo que había dejado, 20 mil pesos.
Eso había costado mi entrega.
Jamás en mi vida de prostituto me sentí tan usado y tan mal.
Es verdad, así me conoció, pero eso no fuí con él.
Lo amaba.
Mi entrega de hace unos minutos fue únicamente por amor, para él sólo fue una transacción.
Estaba más que claro que quien le importaba era Hanna y yo solo ocuparía unas horas en su vida, para satisfacer sus deseos.
Yo no sería el otro, ni iba a esperar un solo día más, tuvo la oportunidad de explicarme lo que ocurría y la había perdido.
No iba a ser el sumiso de ésta historia, no iba a ser otro estúpido más que en nombre del amor soportaba y toleraba todo.
No.
Para mis las cosas quedaron más que claras.
No dejaría que me hiciera más daño.
Después de todo... ¿ Porqué había pensado que me tomaría en serio ?.
Me conoció en un Night Club, los hombres no van ahí a buscar amor, sino diversión.
Yo había perdido bastante el piso pensando que podía aspirar a tener una vida con ese hombre, pero era obvio que él tenía cosas más importantes que atender, que darme una explicación a mi.
Era suficiente.
Si volvía a buscarme, me aseguraría que no pudiera encontrarme nunca más.
Lloré amargamente toda esa tarde, ¿ Por qué me había enamorado del hombre equivocado ?.
Llevaba años esquivando el amor, protegiéndome al ver como otras chicas y chicos sufrían por creer en las promesas de hombres inmaduros que pensaban que por tener dos mujeres eran más hombres que el resto.
Que no sabían nada del compromiso y por supuesto nada del amor.
Que se justificaban diciendo que su corazón era de una sola persona, pero su cuerpo lo podían compartir con quien sea en una noche de copas.
Justo como Neville lo había hecho conmigo.
¡¡ Qué tonto !!.
Y pensar que un prostituto podría aspirar al amor sincero de un hombre.
Aún cuando había decidido no volver a ser un prostituto jamás, mi pasado estaría ahí y sería difícil que un hombre pudiera sobrellevar eso.
Él había estrenado mi corazón pero eso, al ser quien soy, no tenía valor.
Después de secar mis lágrimas pedí una botella a la habitación, tenía que brindar por ser un idiota y por decidir no volver a dejar mi corazón desprotegido.
Él dejó dinero para mis gastos.
Ojalá eso alcanzara para cubrir también los costos de los destrozos que había provocado él en mi corazón y en mi vida.
¡¡ Maldito Neville !!.
Mira que desperdiciar el amor de un corazón virgen.
Era lo único de valor que podía ofrecerle, mi corazón y la entrega carnal por amor y eso había sido muy poco.
Esa noche me emborraché como no lo había hecho en toda mi vida.
Dejé fluir toda la tristeza, el desamor y dolor que llevaba en mis hombros.
Tenía que dejar todo atrás para poder empezar de nuevo.
Eran alrededor de las 11 pm cuando tocaron a la puerta de mi habitación, pensé que era Neville y abrí, vaya sorpresa al ver a Hanna ahí.
— Mírate nada más, eres una basura — dijo riendo estruendosamente.
Ésta vez ya no me importaba nada.
Lo había perdido todo así que ya no podía perder nada más.
Le dí un puñetazo en la cara que le borró su gran sonrisa.
— Estoy harto de ti y de tú manera sucia de actuar. ¿ Qué quieres ?. Sé de todo lo que has hecho. Quédate con Neville. No me importa nada más.
Se me fue encima con golpes, tal como pensé que actuaría, no era ni tan fina ni decente como aparentaba.
Pero yo con la calle como escuela, desquité en ella todo el coraje que tenía.
La tomé por el cabello y recorrí con ella toda la habitación.
Mientras le daba golpes en la cara le grite que era hora de que me dejara en paz.
No me importaba nada.
Ella gritaba como loca y desquité en su cara toda la rabia que tenía.
— Ahora puedes mandar a destruir esta habitación como mi apartamento, pero te advierto maldita, no habrá ocasión en la que me vuelva a dejar de ti — le solté privado en llanto y coraje.
Ella salió de la habitación con gritos y amenazas.
Yo estaba fuera de si.
Había quedado claro ese día que no volvería a dejar que nada ni nadie, me hiciera sentir menos.
Al día siguiente con dos maletas tras de mi, pedí un taxi rumbo a la central de autobuses...
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro