🥊Epílogo 🥊
"We'll survive the test of time"
𓆝 𓆟 𓆞
15 años después...
-Buenos días, precioso. -La voz de su esposo resonó por la cocina y pudo notar que acababa de despertar por lo grave que sonaba.
-Buenos días, guapo. -Se giró para darle un rápido beso en los labios y seguir cocinando el desayuno para su familia.
En estos años habían pasado bastantes cosas, las cuales en la vida jimin pensó que iban a ocurrirle. Después de tener a Woonhak siempre soñó con tener una familia y ser feliz, tener una persona a su lado para compartir los buenos y malos momentos, y aunque en su tiempo aquellos sueños parecían imposibles e inalcanzable ahora eran su realidad. Tenía una atento y amoroso esposo que no hacía más que consentir a sus hijos y a él, uno que lo amaba y se lo demostraba todos los días de miles de maneras.
Amaba su vida y estaba agradecido con el destino por dársela, tal vez no siempre hubo felicidad, pero cada mal momento que afrontó lo llevaron a donde está ahora.
- ¡Min Wonbin te voy a matar! -El repentino grito provocó que la pareja se mirará y sonriera al saber a quién le pertenecía.
- ¡Te dije que yo no lo leí! -Se escucharon rápidos pasos bajar por la escalera y acercarse a la cocina, entrando un chico por la puerta.
-Binnie, ¿qué le hiciste a tu hermana ahora? -El pelinegro se apoyó contra la encimera a un lado de donde el lindo bailarín se encontraba cocinando. Miró a su hijo con una ceja alzada mientras cruzaba sus brazos en espera de una respuesta.
-Nada, lo juro.
- ¡Mentiroso! -Por la puerta entró una adolescente aún en su pijama con una expresión de enojó en su rostro. -Papá, Wonbin leyó mi diario. -La chica se sentó en una de las sillas del mesón y aún enojada miró a su mellizo con intensidad.
-No seas exagerada, lo más sorprendente que había ahí era sobre Luismi II. -Una castaña se adentró a la cocina con su uniforme escolar puesto y con un pequeño gato en sus brazos durmiendo.
- ¿Leíste mi diario?, ¡eso era privado, Yewon!
- ¿Estamos hablando sobre el diario de Haerin? -La nombrada miró molesta al chico que acababa de entrar a la cocina con una sonrisa burlona.
-Gunwook, ¿tú también?
- ¿Acaso soy el único que no lo ha leído? -Wonbin miró a todos sus hermanos sorprendido para después mirar a su padre, el cual solo desvío la mirada para no ser involucrado en la discusión que se estaba llevando acabo en la cocina.
- ¡Papá!
-Lo siento, cariño, pero no es como si lo escondieras muy bien. -Un repentino golpe en su nuca lo hizo quejarse de dolor y girarse a mirar a su chico con ojitos de cachorro.
-Min Yoongi, ¿leíste el diario de nuestra hija? -Este solo atinó a abrazar al rubio por la cintura acercándolo a su cuerpo mientras le daba pequeños y rápidos besos en los labios para que no enojara con el.
-Quería saber si estaba saliendo con alguien, últimamente se le ve muy feliz cuando va a la escuela. -jimin lo fulminó con la mirada unos segundos para después caer ante sus encantos, como siempre lo hacía desde el momento en que se conocieron.
Era sorprendente como después de tantos años su amor se mantenía e iba incrementando, se amaban de una forma tan profunda e intensa que cada día ambos se enamoraban del otro de nuevo, era como si cupido lanzará su flecha una y otra vez.
Luego de casarse Jimin quedó embarazado de Yewon, una linda niña que era una réplica del bailarín, está, amaba quedarse en casa y ayudar a su padre en la cocina, y al igual que este había comenzado a practicar ballet. Aunque su personalidad era un poco más introvertida y solía molestar a sus hermanos con comentarios sarcásticos.
Un año después llegó Gunwook, el cual había sido el sueño que tanto jimin había deseado, un bebito que fuera una copia de su esposo. Era bastante amigable y le encantaba molestar a su familia, tanto como le gustaba jugar baloncesto.
Y por último, dos años después llegaron los mellizos Haerin y Wonbin, bastantes diferentes uno del otro en personalidad, pero no físicamente, ambos siendo una mezcla de sus padres; mientras a Haerin le gustaba leer y participar en obras de teatro, Wonbin participaba en ferias científicas y tocaba la guitarra en sus tiempos libres. Ambos eran bastante sociables y disfrutaban salir con sus respectivos amigos.
Era una familia grande y a jimin le encantaba, tener la casa llena de alegría le llenaba el corazón de una manera tan hermosa.
-Papá, tiene doce. -El mayor de todos los hermanos entró a la cocina y se sentó al lado de Haerin. -Es obvio que tiene pareja.
- ¡Woonhak! -Este se rió y desordeno el cabello de su hermana en busca de seguir molestándola.
-Tienes prohibido salir con alguien, Min Haerin. -El ex boxeador miró serio a su hija, se negaba a creer que está tuviera pareja, era aún muy pequeñita para esas cosas.
-No seas gruñón, amor. -Las suaves manos de su hermoso esposo se posaron sobre sus hombros acercándolo más y dejando un beso en su mejilla, en busca que calmar al monstruo celoso y sobreprotector. -Ven, vamos a comer. -El pelinegro soltó un último gruñido antes de sentarse en una de las sillas del mesón, podía estar muy molesto, pero amaba la comida de su esposo y este lo sabía.
-Woonie, ¿puedes ir a dejar a tus hermanos a la escuela? -El castaño miró a su padre con una ceja alzada y solo asintió con la cabeza mientras seguía comiendo.
Los siguientes diez minutos la familia continuó desayunando en pequeñas peleas y risas que hacían al rubio feliz. Amaba las mañanas en donde podía compartir con sus hijos y esposo.
-Vayan a terminar de arreglarse o llegarán tarde a sus clases. -jimin se levantó de su silla y llevó los platos vacíos al lavaplatos, dejándolos ahí mientras que el pelinegro los limpiaba.
Cuando todos sus hijos salieron de la cocina el bailarín se acercó a su pareja y se apoyó a aún lado viéndose desanimado.
- ¿Sucede algo, lindo? -La preocupación en la voz de Yoongi era notable, sobretodo cuando su chico se veía tan triste, odiaba verlo así y no saber la razón.
-Gunwook no me invitó al partido de mañana, ¿crees que se avergüence de mí? -Miró al mayor en busca de alguna respuesta a su inseguridad.
Entendía que algunos adolescentes se avergonzaban de sus padres, no era algo raro, pero de solo pensarlo hacia que su pecho se apretará y una sensación amarga llenará su boca. Amaba a su bebés y de solo pensar en que uno de ellos se sentía de esa forma provocaba que su corazón le doliera.
-No lo creo, Gun te ama y está muy orgulloso de ti.
- ¿Entonces por qué nunca me invita a sus partidos? -Unas duras manos se posaron sobre su cintura dándole suaves caricias sobre la tela de su vestido.
-Es porque siempre que vas a la escuela hay chicos y padres haciendo comentarios desubicados hacia ti. -La voz de su hija mayor llamó la atención de ambos padres, sobretodo de Yoongi al escuchar eso.
- ¿Cómo?
-Y todos conocemos a papá, si escuchará a alguien diciendo algo sobre mamá se pondría loco y comenzaría a golpearlos hasta dejarlos inconsciente. -Con desinterés se acercó al refrigerador, abriéndolo y de el sacando un pequeño jugo de frutilla.
-Hey, eso fue algo de una sola vez. -Con un puchero en sus labios fulminó a Yewon por traer aquel recuerdo de vuelta en su memoria.
-No te preocupes, mamá, habla más tarde con Gun y pregúntale más a fondo sobre el tema. -Con esas últimas palabras salió de la habitación cuando su hermano mayor llamó a los demás para irlos a dejar a la escuela.
-Supongo que eres demasiado hermoso y eso es un problema. -Llevó sus manos a los hombros de su esposo y jugó con su cabello, dándole pequeños masajes en el.
-Y tú demasiado tonto. -Con lentitud se acercó al rostro del pelinegro y cuando escuchó a los lejos el sonido de la puerta principal cerrándose al mismo tiempo que sus hijos se despedían; lo besó.
Comenzó siendo un movimiento de labios lento y sin segundas intenciones, pero después de algunos minutos en donde sus respiraciones comenzaron acelerarse y el ambiente empezó a calentarse, el beso se tornó más intenso y profundo, llegando al punto en que sus lenguas se encontraron y comenzaron a chuparlas, creando un obseno sonido que solo hizo que ambos amantes se excitaran aún más.
Yoongi bajó sus manos hasta llegar a los suaves muslos de su pareja, los cuales apretó cada vez en que el rubio tironeaba su cabello. Cuando no pudo soporta más la tensión tomó ambos muslos y los cargó, dejando sentado al rubio sobre la encimera mientras que se seguían besando. No querían separase ni mucho menos parar, necesitaban sentir al otro después de mucho tiempo sin intimar (dos semanas).
-Amor, por favor. -El pelinegro al escuchar esas palabras sonrió y subió el vestido floreado, dejando a la vista las blancas bragas que llevaba y joder que eso lo excitó, sobretodo al ver lo húmedo que ya se encontraba.
Llevó sus dedos al coño mojado y comenzó a acariciarlo sobre la tela, escuchando los bajos jadeos y como el cuerpo de su esposo temblaba bajo su toque.
Luego de algunos segundos sacó las bragas y adentró dos dedos en el interior, moviéndolos bruscamente mientras seguía besando y chupando la boca de Jimin. Este no podía mantener sus manos quietas, así que las llevó al comienzo del pantalón de pijama del pelinegro y lo bajó junto a su ropa interior, tomó el erecto miembro entre sus manos y comenzó acariciarlo de arriba abajo, sacándole gruñidos a Yoongi.
-Te quiero follar tan duro, ¿me dejarás, precioso? -Con su mano desocupada bajó las tiritas del vestido dejando al descubierto aquellas tetas que amaba chupar, era una obsesión.
-Sabes que sí, cariño. -Sin esperar un segundo más Yoongi guío su polla al coño de su esposo y la adentró sin cuidado alguno, amaba joderlo duro y escucharlo rogar por que fuera más gentil.
Sujetó la cintura del rubio y comenzó a penetrarlo con dureza, sacándole gemidos y bajas maldiciones al ir acelerando sus movimientos, al punto en que jimin se dejó llevar sin poder soportarlo más, acercándose al rostro del pelinegro besándolo con desesperación.
Lo único que se podía escuchar en la cocina eran los constantes gemidos y choques de pieles que creaban ambos amantes, dejándose llevar por la excitación y lo mucho que se deseaban.
- ¡Tan bueno! -Tiró su cabeza hacia atrás mientras que se mordía el labio en un intento de callar los elevados gemidos que salían de sus labios, pero se le hacía imposible cuando Yoongi lo estaba follando tan rico y tan duro, tal como le gustaba.
Las estocadas siguieron aumentando su velocidad y con ello el rubio se sentía en el cielo, sintiendo como su cuerpo seguía subiendo de temperatura y los latidos de su corazón se aceleraban al sentir que pronto llegaría su orgasmo.
Llevó una de sus manos al cabello del boxeador y lo tironeo en busca de poder sujetarse de algo, pero todo eso desapareció cuando esté mismo lo agarró y lo bajó de la encimera, dándolo vuelta y doblandolo sobre el mueble, recibiendo embestidas más profundas y salvajes. Se sujetó de donde pudo apenas sintió sus piernas temblar.
Yoongi llevó su mano derecha hacia el cuello del rubio y con brusquedad lo apretó, dándose más impulso y comenzando a maltratar el coño con las fuertes estocadas que comenzó a dar.
Siguió follandose a su esposo por cinco minutos más en donde esté solo podía soltar gemido tras gemido, hasta que no pudo soportarlo más y llegó a su orgasmo, mojando la polla que tenía dentro y apretándola, aquello no hizo más que calentar aún más al pelinegro, haciendo las penetraciones más erraticas y desordenadas hasta el mismo llegar al orgasmo, llenando de semen el coño de su esposo. Jimin por su lado amaba la sensación de sentirse lleno, sobretodo cuando lo acababan de joder de una forma tan buena y excitante como lo hacía su hombre cada vez que podía.
Este lo ayudo a levantarse, dándole la vuelta y dejando un tierno beso en sus labios, sonriendo al ver lo bien follado que se veía el bailarín.
-Te amo, hermoso.
-Yo también te amo, cariño. -Y con un último beso sellaron su amor, dejándose llevar por coquetas sonrisas y amorosas miradas.
Jimin y Yoongi estaban hechos el uno para el otro, eso jamás cambiaría.
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