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"With your love i'm a better man"

𓆝 𓆟 𓆞

La puerta de su hogar fue abierta antes de poder siquiera poner una mano sobre la manija, detrás de esta se encontraba Woonhak vestido con un traje negro con una camisa celeste, al igual que un corbatín azulado con pequeños pingüinos en el. Se veía tan adorable a los ojos de Jimin que no pudo evitar acercarse a él y llenarle de besos toda su carita, provocando que este se riera al recibir mimos, pero de pronto se acordó del plan que había planificado junto a Yoongi y su risa se calló.

—Mami, no. —Con seriedad en su rostro se separó del rubio y se paró derecho tal cual el boxeador le había enseñado hace algunas horas.

—Pero Woonie, ¿qué sucede? —Su pregunta no fue respondido y a cambio solo recibió silencio de parte de su hijo.

—Su nombre, por favor. —Sus ojos comenzaron a brillar al notar como su bebé había pronunciado bien la palabra "nombre", sin equivocarse en la r. Así que sin querer preguntarse qué estaba sucediendo le siguió el juego.

—Park Yoongi.

—Venga conmigo, por favor. —Asintió a su petición y una sonrisa se instaló en sus labios al notar lo bien que estaba pronunciando cada palabra, lo hacía sentir tan orgulloso de su hijo que el instinto de querer abrazarlo y mimarlo salía a flote, pero debía contenerse por el momento.

Siguió al castañito por toda la sala de estar hasta que llegaron al pequeño patio que tenía la casa en la parte trasera, allí se encontraba una mesa con dos sillas en cada extremo y a sus alrededores había un montón de las flores que más amaba, al igual que luces colgando de los dos árboles que había. Todo se veía tan bonito que fue inevitable que sus ojos se llenarán de lágrimas, lágrimas que intentó retener para no arruinar lo que sea que estuviera sucediendo.

—Por favor tomé asiento, el señor Min llegará en un momento. —Le daba tanta gracia escuchar la voz de su pequeño decir palabras tan serias que todo su corazón se derretía por él.

Hizo caso a las palabras y tomó asiento en una de las sillas, aprovechó que su hijo desapareció por la puerta y le dió un vistazo al papel que había sobre la mesa, apenas lo sujetó entre sus manos su corazón se apretó y una enorme sonrisa se dibujó en sus labios.

Era el itinerario de la cena hecho por Woonhak a mano.

Perfect night with Jungkook
(and Woonie)

1. Cena
2. Dar flores a mami
3. Dar regalo a mami
4. Foto
5. ¡Sorpresa!
6. Ver películas los tres

El ruido de la puerta siendo abierta lo distrajo del papel, haciendo que levantará la vista y se encontrará con un atractivo pelinegro mirándolo fijamente con una hermosa sonrisa. Este, al igual que Woonhak; llevaba un traje, pero con una camisa blanca y una corbata del mismo color que la de su pequeño. Por otro lado su cabello que normalmente estaba tomado en una colita o en una desordenada melena, ahora se encontraba peinado hacia atrás viéndose más serio y formal.

—Pero que guapo se ve, señor Min. —Las repentinas palabras del rubio provocaron que las mejillas del boxeador se encendieron y por un momento todo su organismo se inundará en nervios.

—Usted como siempre se ve hermoso, señor Park. —Ambos adultos se miraron por unos segundos para después empezar a reír por el tonto rol que habían tomado.

Luego de tomar asiento en la única silla que quedaba, Yoongi miró al rubio y no pudo evitar sonreír de forma boba, era inevitable, cada vez que lo tenía cerca su corazón comenzaba a latir más rápido de lo normal y todo su cuerpo temblaba por querer tocarlo.

— ¿Qué es todo esto? —La respuesta llegó como una sonrisa ladeada que provocó que todo el cuerpo del rubio se calentará y quisiera tirarse sobre su novio.

Un suave tirón en su camisa llamó la atención de Yoongi, al mirar se encontró con Woonhak mirándolo con ojitos de cachorro y un puchero en sus labios, se inclinó para poder escuchar lo que quería decirle.

—Pulga, ¿qué sucede? —Habló entre susurros para que el lindo bailarín no los escuchará, aunque ya los estaba mirando con ojos curiosos.

—No puedo tlaer la bandeja. —Le dió una pequeña sonrisa comprensiva y volvió su mirada hacia jimin, este lo miró esperando a que le dijera algo, pero solo se levantó y se fue con Woonhak de la mano en dirección a la cocina.

Luego de algunos minutos en donde el rubio se quedó solo sentado en la mesa, por la puerta trasera entró Yoongi cargando una bandeja en sus manos, la cual cargaba dos platos de comida, mientras que a su lado se encontraba su bebé con dos copas en cada una de sus manos; de lo que parecía jugo.

Ambos dejaron todo sobre la mesa para después que el pequeño castaño desapareciera por la puerta, dejando a los dos adultos solos otra vez.

—Aún no respondes mi pregunta, Yoon. —El nombrado lo miró y se sentó mientras acomodaba sus mangas, ignorando la pregunta.

—No seas impaciente, amor. —Cortó un pedazo del filete que había cocinado y lo llevó a los labios del rubio, haciendo que esté abriera su boca y lo comiera. — ¿Qué te parece? —El bailarín masticó la carne para después tragarla.

—Esta delicioso. —De pronto el corazón de Yoongi comenzó a latir más rápido y los músculos de su rostro se contrajeron en una sonrisa que no pudo evitar, todo eso por aquellas dos simples palabras, haciendo que su pecho se inflara de orgullo. —Ahora prueba tú. —Cortó un pedazo de la carne que había en su plato y la llevó a los labios del pelinegro, haciendo que probará lo que él mismo había cocinado con tanto esfuerzo.

—Definitivamente el chef es increíble. —jimin soltó una baja risa por sus palabras y ambos continuaron hablando en una amena charla mientras seguían comiendo.

Jimin no terminaba por entender lo que estaba sucediendo, pero le gustaba y lo estaba disfrutando. Amaba la sensación de calidez que se instalaba en su corazón con solo pensar en su novio esforzándose y preparando esta cena con su hijo, era un sentimiento tan inexplicablemente lindo que quería guardarlo.

Luego de terminar la cena, un lindo ramo de flores fue puesto en sus manos al igual que una bonita caja rectangular roja de terciopelo, al abrirla se encontró con el más maravilloso collar que había visto en su vida, lo cual lo único que hizo fue crearle un sin fin de nuevas emociones en su interior. Y aunque intentó decirle a Yoongi que no era necesario que le diera obsequios tan lujosos este solo le respondió con una sonrisa que derritió su corazón, en consecuencia terminó aceptando el regalo con muchas palabras de agradecimientos y muchos besos en todo su rostro.

Cuando el sol comenzó a esconderse un nervioso pelinegro tomó sus manos entre las suyas, haciendo que lo mirará curioso y expectante.

—Tenía escrito un discurso y lo había memorizado, pero ahora que te tengo enfrente se me olvidó todo, así que solo diré lo que mi corazón a estado guardando desde el momento en que te vi. —Tomó una bocanada de aire y la soltó a los segundos, buscando la manera de calmar los latidos de su corazón y la repentina inseguridad que rodeó todo su cuerpo.

—Esta bien, cariño, yo te escucharé. —Con su pulgar acarició la mano del boxeador en un intento de calmarlo.

—Antes de conocerte sentía que me ahogaba, viviendo cada día lo mismo que el anterior y eso me estaba matando, pero cuando te vi ese día supe que había encontrado lo que siempre busqué, y aunque no me di cuenta en el momento mi corazón siempre lo supo. Me dio tanto miedo sentir algo por ti, descubrir que nunca estaría a tu altura y que jamás podría hacerte feliz, pero hubo otra cosa que me hizo sentir mucho más miedo, y eso fue el perderte, el no poder estar a tu lado y ver tu hermosa sonrisa. —Se detuvo un momento para levantarse y ponerse de rodilla frente a jimin, causando que este llevará ambas manos a su rostro, cubriendo sus labios por la impresión.

—Yoongi. —Salió como un pequeño susurro de sorpresa.

—Eres la persona que siempre estuve buscando, la persona que se convertiría en mi oxígeno. Te amo, te amo tanto que mi corazón siempre llama tu nombre y mi cuerpo arde por tu toque, eres lo mejor que pudo haberle pasado a mi vida y espero que puedas aceptarme. —De su bolsillo sacó una pequeña caja negra, al abrirla se encontró con un hermoso anillo de compromiso plateado con un pequeño diamante violeta incrustado en el medio, brillando. —Park Jimin, ¿me darías el honor de ser tu esposo y el padre de Woonie? —En ese punto el rubio se encontraba llorando.

Nunca pensó que la vida sería tan amable con él después de todo lo que tuvo que enfrentar, poniéndole piedra tras piedra, haciéndole creer que nunca podría amar y ser amado. Ahora sabía que cada uno de los errores y aciertos que había atravesado lo habían ayudado a llegar a Yoongi, enseñándole lo que es amar y sufrir por una persona.

Al fin había encontrado un hombre en el cual podía confiar y dios sabe lo mucho en que creía en esa relación.

—Te amo, te amo tanto que mi corazón ya no es mío, sino tuyo. —Con lágrimas en sus ojos se levantó y se abalanzó sobre el pelinegro, abrazándolo. —Acepto ser tu esposo. —Ambos hombres se miraron fijamente, expresando todo el cariño que se tenían y lo mucho que amaban al otro.

El boxeador se separó unos centímetros de su ahora prometido para poner el anillo en su dedo, haciendo que jimin estirara su mano para ver la joya en su mano mejor, sonriendo al ver lo mucho que le gustaba.

El rubio miró a su prometido y sin esperar mucho más lo besó, moviendo sus labios en un lento y dulce baile, sintiendo el exquisito sabor del otro y un leve toque de vino, haciéndolos sonreír en medio del beso.

— ¿Ya puedo salir? —La suave voz del menor los sacó de su sesión, haciendo que ambos se levantarán del suelo.

—Ven, pulga. —Este se acercó a paso rápido hacia su progenitor, mirándolo con una sonrisa.

—Mi amor, ¿te gustaría que Yoongi fuera parte de nuestra familia? —El rubio se agachó para quedar a la altura de su hijo y poder verlo, para él era importante saber lo que opinaba y el cómo se sentía respecto a su relación con el boxeador.

— ¿Yoogi selá mi papá?

—Solo si tú quieres, Woonie. —El castaño miró a Yoongi para después volver a ver a su padre, haciendo que ambos adultos comenzarán a sentirse nervioso por el silencio del menor.

— ¡Me gusta! —Con una sonrisa en sus labios Woonhak abrazó al rubio, para después separarse e ir abrazar al boxeador, haciendo que esté sintiera una enorme felicidad en su interior.

Al fin ya no estaba solo, ahora tenía a dos personas a quienes amar y proteger.

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