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🥊18🥊

"Come this far just to fall?"

𓆝 𓆟 𓆞

- ¿Estás seguro de esto? -Miró a su amigo y asintió con su cabeza aún si no era la verdad.

Se sentía ahogado, como si todo el oxígeno de la habitación hubiera desaparecido, no había mejor forma de explicar lo que sentía por dentro.

De verdad había creído que encontró un hombre en el cual podía confiar, dejando de lado todas sus inseguridades atrás y simplemente dejándose amar.

Él de verdad había creído en su relación, en que podrían funcionar y ser felices, de verdad que lo creyó por un momento.

¿Había llegado tan lejos solo para caer?, no paraba de pensar en lo tonto que había sido, en lo ingenuo que fue.

A momentos aún quería creer que todo se trataba de un mal entendido, probablemente Yoongi le explicaría todo y solo sería un mal rato que quedaría en el olvido, nada que no pudieran arreglar. Pero después, cuando volvía a sí mismo se daba cuenta que seguía siendo el mismo Taehyung de hace cinco años, el cual pensaba que las personas cambiarían.

Él ya no era ese Jimin.

-Todos merecemos una oportunidad para explicarnos. -Le dió una sonrisa a taehyung mientras terminaba de acomodar su vestido.

Aún si el pelinegro lo había dañado con sus acciones, quería seguir viéndose lindo para él, que lo viera con esos ojos que lo único que le desmostraban era cariño, los cuales amaba con todo su corazón.

-Lo sé, pero sigo pensando que él no se lo merece. -Miró através del reflejo del espejo al castaño y simplemente le dió otra sonrisa antes de girarse e ir a su tocador para aplicar un poco de rubor en sus mejillas y gloss en sus labios dejándolos brillantes y con sabor a fresa.

-Cuida a Woonie, me llamas cualquier cosa. -Con esas últimas palabras le dio un pequeño beso en la frente a su amigo para después salir de la habitación hacia la de su hijo, en donde esté se encontraba tomando su siesta de la tarde.

Se acercó intentando hacer el menor ruido posible y le dió un pequeño beso en su frente, dejándole unas caricias en su cabello desordenado.

Soltó un suspiro y lo único que podía cruzar por su mente en esos momentos era que por favor que todo haya sido un simple malentendido.

ෂ ෂ ෂ

Tocó la puerta del departamento del boxeador y espero unos segundos a que esté le abriera, de por sí, hace algunas semanas este le había dado la contraseña para que pudiera ir las veces que quisiera sin complicaciones, pero consideraba que era mejor esperar a que el pelinegro le abriera a que él llegar y entrar.

Cuando la puerta fue abierta se encontró con el hombre que tanto había dañado su corazón. No hubo ningún saludo ni beso de bienvenida, Yoongi se corrió a un lado para que el rubio pudiera entrar a su hogar.

- ¿Te gustaría algo de vino?

-No, gracias, estoy manejando. -La sala quedó en silencio después de esa corta interacción. Se podía notar lo incómodo que los dos adultos se encontraban.

Ambos se acomodaron en el sofá grande y sin querer retrasar la conversación, Yoongi habló.

-Lo siento, Jimin. -Salió como un pequeño susurro que apenas y fue audible, pero al estar tan silencioso el lugar no le fue difícil al rubio escucharlo.

-Solo quiero que seas sincero, Yoongi, nada más. -Miró al pelinegro esperando a que esté hablará, fuera honesto y pudiera decirle algo, aunque sea una excusa estúpida.

Tomó una bocanada de aire, había tomando la decisión de ser sincero y eso es lo que haría, aunque le costará la relación que tenía con jimin y este lo odiara. Ya no podía seguir mintiendole y mintiendose a sí mismo.

—Al principio solo quería acostarme contigo, no sentía nada por ti más que una atracción física y pensé que se mantendría así. —Observó como los hermoso ojitos del rubio comenzaron a brillar, pero no de la forma en que a él le gustaba.

— ¿O sea que todo lo que me dijiste e hiciste fue mentira? —Al final, su voz se quebró, todos los sentimientos se mezclaron en su interior causando una enorme confusión.

—Al principio, si. —Cerró sus ojos mientras soltaba un suspiro de frustración. —Hice todo eso porque quería follarte, pero a medida que pasaba el tiempo se me hacía más y más difícil no tenerte a mi lado, estando conmigo. No sabes lo jodido que me sentí al darme cuenta que me estaba enamorando de ti. —Mordió su labio cuando sintió que este comenzó a temblar junto con el pinchazo en su pecho.

—Si tan enamorado dices estar de mí, ¿por qué te estabas besando con esa mujer? —La confusión era palpable en la voz de Jimin al igual que el enojo.

Y así es como se sentía, confundido y enojado, con un desagradable sentimiento que no lo dejaba tranquilo, removiendo cada una de sus entrañas de forma agresiva sin detenerse, repitiéndole una y otra vez lo iluso que había sido una vez más, haciendo que todos los recuerdos llegarán de golpe a su memoria dándole ganas de llorar.

—Porque pensé que podía olvidarte, que no eras tan importante en mi vida y que solo necesitaba estar con alguien más para darme cuenta. —Sus palabras golpearon su interior provocando que el sentimiento de inseguridad volviera. —Pero no es verdad, te necesito en mi vida, jimin, no sabes lo aterrado que estaba por sentir algo por ti, por amarte, de saber que en cualquier momento te podría perder. —Se levantó del sofá negro y camino unos pasos hasta quedar frente al rubio, arrodillándose mientras tomaba sus manos entre las suyas.

—Jugaste conmigo, me hiciste creer que yo te gustaba y yo como un tonto te creí. —Apartó sus manos del agarré de Yoongi y sin poder soportarlo más la primera lágrima rodo por su mejilla, cayendo sobre su lindo vestido púrpura, el cual había escogido con la ilusa idea de que al pelinegro le gustaría.

—Me gustas, de verdad que sí, al principio puede que te haya mentido, pero ya no es así. —Con desesperación intento tomar una de las manos del bailarín pero está la aparto apenas sintió el toque en su piel.

Le quemaba, sentía su corazón apretarse con la necesidad de sentir la calidez de Yoongi  sobre el, de olvidar todo este mal momento y tirarse sobre él, escuchar sus palabras de consuelo y que le dijera que lo amaba.

—No tengo ni la menor idea de quién eres, el cariñoso, atento y lindo Yoonie que conocí solo fue una farsa. —Su voz se volvió a quebrar al decir el apodo que le había puesto al boxeador hace algunas semanas, en las cuales pensaba que había encontrado al hombre indicado.

—No, no lo fue. —Miró aquellos marrones ojos que tanto le gustaba mirar y vió la culpa en ellos, como se movían desesperados de un lado a otro en busca de algo, algo que le hiciera creer que todo estaría bien y que jimin lo perdonaría.

— ¿Cómo esperas que te crea?, me has estado mintiendo todo este tiempo. —Se levantó del sofá con la intención de irse de ese lugar, ya no soportaba estar ahí, oliendo la fragancia que tanto el gustaba y la calidez que siempre añoraba.

—jimin, por favor créeme. —De igual forma se levantó y camino con rapidez hacia el rubio al ver que este quería irse, no podía permitirlo.

— ¡No! —Quedó congelado antes de poder alcanzar a llegar al lado del bailarín, nunca lo había escuchado levantar la voz, siempre hablaba a un tono moderado y de forma tranquila, sin alterarse por nada. — ¡Me usaste, hiciste lo que quisiste conmigo y después te fuiste con otra!, ¿¡cómo esperas que te crea una mierda!? —Lágrima tras lágrima comenzaron a salir de sus ojos sin poder tener control sobre ellas.

Y Yoongi nunca se había odiado tanto como en ese momento, en donde veía como la persona que quería se quebraba frente a él y no podía hacer nada porque sabía que sería rechazado.

— ¿Sabes que es lo peor de todo? —No respondió a esa pregunta, se quedó callado en espera que el rubio siguiera hablando. —Que Woonie se encariñó contigo, que de verdad él piensa que tú también lo quieres. —Soltó una risa amarga y miró al techo en busca que sus lágrimas se detuvieran. —Para él eres su héroe. —Miró por última vez al pelinegro antes de darle la espalda y abrir la puerta del departamento.

—Te amo, Jimin y también amo mucho a Woonie, ambos se volvieron mi mundo. —Dejó su mano sobre el pomo de la puerta y por un segundo sus decisiones flaquearon al escuchar esas palabras, las cuales produjeron un sin fin de emociones en su corazón.

—Y tú te volviste el de nosotros. —Con esas últimas palabras salió del lugar sin mirar atrás, caminando de forma apresurada al ascensor antes de arrepentirse e ir corriendo a los brazos del pelinegro.

Mientras que en la soledad de su departamento, Yoongi por primera vez desde la muerte de su madre lloró, lloró hasta que sus ojos ardieron, hasta que sus ojos se hincharon y de ellos ya no salieron más lágrimas.

Había vuelto a estar solo.

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