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"I keep forgetting i should let you go"

𓆝 𓆟 𓆞

Había una tensión en el aire y para jimin era bastante notable, sobre todo cuando el agarre del pelinegro se había hecho más fuerte alrededor de su cintura, y aunque no le molestaba le resultaba incómodo la manera en que ambos hombres se miraban.

—Jim, necesito hablar contigo, ¿crees poder el jueves? —Una vez más sintió como esos fuertes brazos lo atraían hacia el dueño de estos, provocando que todo su organismo comenzará a sentirse nervioso por la cercanía.

Eran más que obvios los celos de Yoongi, no le gustaba la manera en que ese hombre castaño miraba al lindo bailarín, cualquiera podría ver lo mucho que le gustaba y eso no era de su agrado.

—Claro, podemos juntarnos después de mi clase. —Con una sonrisa respondió a la petición de su amigo, se sentía emocionado por el regreso de jungkook, tenían tantas cosas de que hablar, al igual que quería preguntarle por su relación.

Por supuesto que las intenciones de Jimin eran meramente como amigo, porque eso eran, amigos y nada más. El rubio sentía un enorme cariño hacia jungkook, pero nunca sintió algo como amor por él.

—Perfecto, nos vemos ese día entonces. —Con esas últimas palabras se acercó al rubio y le dejó un breve beso en la mejilla como despedida, teniendo como consecuencia un enojado y posesivo jimin mirándolo fijamente.

Cuando jungkook se fue, el pelinegro giró al bailarín y apoyó su cabeza en su hombro derrotado.

Debía apresurarse antes que ese idiota jodiera todo.

—Yoon, ¿te sientes bien? —Unas suaves caricias fueron las que recibió en su cabello haciendo que se calmará y pudiera dejar de lado sus celos.

—Todo bien, precioso. —Levantó su mirada y sin poder evitarlo en sus labios se formó una sonrisa al ver esos brillantes ojos que lo observaban, amaba verlos, amaba saber que se ponían así por el.

—En un rato comenzarán las competencias, ¿te gustaría participar con nosotros? —Con una sonrisa asintió ante la petición y agarró la mano del rubio, entralazandola con la suya propia.

—Me encantaría.

ෂ ෂ ෂ

— ¡Tres!, ¡dos!, ¡uno! —Cuando el encargado terminó de gritar el último número Yoongi corrió de forma derecha hacia donde estaba Woonhak esperándolo con un globito en su mano.

Cuando llegó a su lado, el menor comenzó a inflar el globo con todas sus fuerzas, al terminar se lo entrego al pelinegro para que esté lo pudiera amarrar. Ya todo eso listo Yoongi se agachó dejando que el castaño se subiera a su espalda e ir corriendo hacia donde los estaba esperando un lindo rubio con una sonrisa en sus labios.

Al llegar frente suyo le entregaron el globo inflado para que lo reventara sentándose encima de el, en el primer intento no tuvo excito, pero en el segundo se sentó aún más fuerte y pudo reventarlo.

Para poder ganar debían ir corriendo hacia una mesas al final del circuito, pero Jimin se había puesto tacones ese día y no había forma que corriera sin torcerse algo o que su falda dejará a la vista mucho más de lo deseado.

Así que sin tener que pensarlo más de lo necesario,Yoongi se inclinó un poco aún con Woonhak en su espalda y tomó al rubiecito entre sus brazos de forma nupcial.

— ¡Yoongi! —Un pequeño grito con tono de reprimenda fue lo que escuchó el boxeador, pero lo ignoró y comenzó a correr hacia el último reto que debían cumplir.

Si había algo que le molestaba a Yoongi más que cualquier otra cosa era perder.

Al llegar a las mesas, el pelinegro bajo a parte e hijo de encima suyo, para después inclinarse y cubrirse la cara con harina en busca del dulce que estaba enterrado en esta. Luego de algunos segundos buscando agarró con sus dientes la golosina y la enseñó a los jueces, dando así como finalizado el juego al tener un ganador.

Yoongi escuchó unas risas a su lado y no pudo evitar contagiarse de estás, uniéndose mientras que se acercaba a los dueños y sacudía su cabeza para que a ellos también les cayera del polvo.

En su pecho se sentía algo tan cálido, una sensación que lo hacía sentir en paz, haciendo que todas sus preocupaciones desaparecieran por completo y solo pensará en ese momento, en las risas de Jimin y Woonhak, el como se veían como una amorosa familia, algo con lo que siempre soñó de niño.

¿De verdad le gustaba jimin?, y no solo él, sino todo lo que rodeaba a tan preciosa persona.

Necesitaba aclarar sus sentimientos y dudas.

ෂ ෂ ෂ

Un golpe en su mandíbula fue el que llegó seguido de uno cerca de su ojo, gracias a sus reflejos pudo esquivarlo, pero no fue lo suficiente rápido para salir ileso de ese golpe, ya que unos segundo después sintió un hilo de sangre bajar hasta su mejilla.

Sus compañeros miraron la práctica sorprendidos, todos sabían que Yoongi rara vez dejaba que lo golpearan en la cara y era mucho más raro que sangrara por un pequeño golpe, sin mencionar que solo eran una práctica y no una pelea real.
Todos suponían que el pelinegro no estaba en sus cinco sentidos el día de hoy, algo debía estar molestándolo de forma drástica para que su desempeño fuera tan malo y poco profesional.

Y no estaban mal en pensar eso.

Yoongi no podía parar de pensar en qué mierda era lo que sucedía con él, desde el día de familia en la guardería de Woonhak no podía parar de pensar en ese sentimiento tan agradable y hogareño que tuvo cuando ganaron la competencia. Lo perseguía de una forma tan desesperante que no había podido dormir bien ni tampoco concentrarse en los entrenamientos.

Le jodía tanto pensar en Jimin todo el santo día, estaba pegado en su mente.

Respiró fuerte y sin pensarlo mucho golpeó a su compañero en el abdomen, haciendo que quedará sin aire por la fuerza que había usado, dejándole libre el camino para darle un último golpe en la mandíbula. Dando por terminado la práctica al ver que el otro boxeador ya no podía seguir.

Se sacó los guantes y tiró su cabello hacia atrás al haberse pegado en su frente por el sudor que había hecho su cuerpo por tanto ejercicio.
Cuando giró su cabeza pudo ver al lindo rubio que no paraba de aparecer en sus sueño parado a un lado de su entrenador; mirándolo con los labios abiertos y sus ojos brillando por lo que acababa de presenciar.

Bajó del cuadrilátero yendo directo a saludar a ese hermoso hombre, de camino tomó una toalla y comenzó a secar su sudor.

—Hola, precioso.

— ¡Eso fue increíble,Yoon! —Un sonrojo apareció en sus mejillas al escuchar las palabras de Jimin y por un momento juró ver una sonrisa burlona en el rostro de su entrenador.

—Gracias, ven, vamos a un lugar más privado. —Agarró su mano y lo llevó a la habitación en la que descansaba luego de un largo entrenamiento. Además, había visto como los demás idiotas lo estaban mirando, debía alejarlo de esos cavernícolas sin neuronas.

Aunque tampoco los podía culpar, jimin se veía tan jodidamente caliente y exquisito con ese jeans a la cintura, haciendo que está se marcará y dejará en evidencia su curvilíneo cuerpo.

Cuando estuvieron dentro del cuarto fue hacia uno de los muebles y sacó un cambio de ropa al igual que nuevas toallas.

—Espérame, me iré a bañar. —Con esas últimas palabras entró por una puerta que había a un lado del mueble y el rubio se quedó sentado en el sofá, esperando pacientemente a Yoongi.

Unos minutos después este salió del baño ya limpió y con el cabello mojado por la reciente ducha. Y por más que lo intentó, a jimin se le hizo imposible no pensar en lo caliente se veía el boxeador con el cabello mojado, era una imagen tan doméstica que le daba para imaginar tantas escenarios inapropiados.

—Bueno, ¿qué me querías pedir, lindo? —Salió de sus pensamientos y miró al pelinegro.

—Mañana me juntaré con jungkook, pero no tengo a nadie que pueda cuidar a Woonie. —Jugó con sus dedos ante el nerviosismo que sentía y la vergüenza por pedirle algo así a Yoongi, sentía que se estaba aprovechando de su amabilidad.

— ¿Quieres que lo cuide? —Se sentó en el sofá a un lado del rubio y puso su brazo en el respaldo detrás de éste.

—Por favor, solo serán un par de horas. —Se giró un poco para poder mirar mejor al boxeador y no pudo evitar sonrojarse al sentir su pesada mirada en el.

—Por mí no hay problema, mañana es mi día libre. —Y no era una coincidencia que lo fuera, claro que no.

Se había encargado de cambiar su horario para tener despejado el jueves y estar atento a lo que ocurriera en esa salida que había planeado jimin con ese imbécil. Incluso había llegado a pensar de diversas maneras de interrumpir su reunión o hacer que se cancelará.

—Muchas gracias,Yoonie. —Los brazos del bailarín rodearon si cuello y no pudo evitar poner sus manos sobre su estrecha cintura, acercándolo más a su cuerpo.

—A cambio solo pido una cosa.

—Lo que sea, dime. —Una coqueta sonrisa se dibujó en los labios del pelinegro al imaginar un sin fin de cosas que le podía pedir al lindo rubio, pero por el momento se conformaría con algo pequeñito.

—Déjame besarte. —No tuvo que pasar más de medio segundo cuando los labios de Jimin estaban sobre los de Yoongi, besándolo de forma desenfrenada y tan dulce, que el boxeador sentía que su corazón se derretía.

Con un poco de fuerza lo sentó sobre su regazo y siguieron con su sesión de besos, moviendo sus bocas a un ritmo constante y sin ningún apuro.

Solo eran dos amantes dejando que sus sentimientos hablarán por ellos.

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