xxvii
El timbre de la casa resuena en todo el lugar. Es el abuelo Song quíen se encarga de abrir la puerta sabiendo perfectamente quíen se encuentra del otro lado.
—Buen día, abuelo So-
Las palabras de Jungkook son interrumpidas por Oreo, quíen, al escuchar el timbre, corrío escaleras abajo y en cuanto vío a ese chico parado en la puerta de su casa, no dudo ni un segundo a la hora de correr hacía él y saltar a sus brazos.
—Buen día a vos tambíen, Oreo.
Saluda Jungkook con la zorrita pegada a su pecho, parecía buscar su rostro para poder lamerlo con entusiasmo.
—Tenes bien ganado el nombre de tu raza, zorra apestosa.
Se queja el abuelo Song que realmente se siente completamente ofendido por Oreo. Jungkook se limita a reír ante esas palabras sin dejar de brindarle atención al animalito en ningún momento.
—Hijo, tengo entendido que vas a traer a Jimin de la escuela a partir de ahora.
—Si, señor ¿Sucede algo?
Pregunta Jungkook ante esa afirmación de el anciano, lo observa mirar hacía atrás, como sí se estuviese asegurando de que Jimin no este ahí para poder hablar.
—Nunca lo dejes que se siente en los asientos de atrás ¿Entendiste? Nunca.
Ordena el anciano en un tono de voz bastante bajo, Jungkook asiente de inmediato ante esas palabras, ni siquiera tiene que preguntar el motivo, es capaz de entender que probablemente este relacionado al accidente que tuvo el rubio con su madre.
—Buen día, Jungkook, estaba buscando el peluche de Oreo, ella lo esconde y se olvida de dónde y despúes llora.
Jimin aparece de la nada,dándole el peluche a su abuelo.
—Buen día, Jims.
Saluda Jungkook mientras finalmente baja la zorra al suelo, Jimin sale de su casa con tránquilidad observando los movimientos de su mascota, no puede permitir que salga a la calle porque sería peligroso.
—Vayan con cuidado, chicos. Me avisan cuando llegan.
Pide el abuelo Song con una sonrisa, Jimin y Jungkook se despiden de él, y finalmente se suben al auto del castaño.
En cuanto el motor del vehículo es encendido la radio empieza a sonar dejando escuchar una canción que Jungkook reconoce de inmediato.
—¿Te gusta mucho la música?
Jungkook se sorprende cuando escucha esa pregunta de parte de Jimin, esta completamente seguro de que esa es una de las primeras veces que el rubio inicia la conversación, por no decir que es la primera vez que lo hace.
—Si, me relaja bastante. Hay canciones que son tan buenas, que cuando cierro los ojos me transportan a otra dimensión.
Asegura Jungkook causando que Jimin asienta completamente de acuerdo ante esas palabras.
Luego de ese pequeño intercambio de palabras, el viaje pasa en absoluto silencío.
Jungkook no se siente ni un poco incómodo, ya sabía por experiencia que Jimin no era de hablar mucho, y tampoco quería agobiarlo.
Luego de un viaje de apróximadamente media hora, llegan a la casa de Jungkook.
Jimin no puede evitar formar una mueca de asco en su rostro cuando ve como el portón frente a ellos de abre permitíendoles la entrada.
La casa de Jungkook era diferente a la de Taehyung, muy diferente, la de Tae era más estilo rústico, parecía una gran mansión antigua que había sido remodelada y bien cuidada, mientras que la casa de Jungkook se notaba que era una construcción reciente, estilo moderno y minimalista, de colores oscuros, y mucho más grande que la de Kim Taehyung.
Jimin no dice ni una palabra, se limita a observar todo bastante impresionado, nunca había conocido a alguíen con tanta plata, y jamás se hubiese imaginado que Jungkook sea tan millonario.
Y es que la forma de actuar, ser y vestir de Jeon Jungkook no encajaban con el estereotipo que Jimin tenía en su cabeza de personas multimillonarias.
El dueño de la casa estaciona su auto con facilidad, junto a otros dos autos y una camioneta que pertenecen a sus padres.
Ambos chicos se bajan del auto en silencío, mientras Jimin rogaba que los padres del chico no sean como esos insoportables que muestran en las novelas.
—Jims.
Ese apodo saliendo de los labios de Jungkook, logra que Jimin recuerde la conversación que tuvo el día anterior con él a tráves de bystander, realmente se sentía muy culpable.
—¿Qué pasa?
Pregunta caminando a su lado hacía donde supone que debe estar la puerta para ingresar a la enorme mansión.
—Mi papá y mi mamá, son super agradables pero para algunas personas son un poquito intensos, te aviso por las dudas.
Jimin no se sorprende ante esas palabras, de hecho hasta se lo esperaba, debía admitir que tenía mucha curiosidad por conocer a los padres del chico, quería seguir escarbando en la vida de Jeon Jungkook con el objetivo de lograr entenderlo.
Finalmente llegan a la enorme puerta color plateado, Jungkook la abre aparentando estar tránquilo, solo rezaba que sus padres decidan comportarse por uma vez en sus vidas.
Jimin entra en la casa observando cada detalle con atención, le gustaba mucho la casa, era elegante y sencilla, pero se notaba que también era muy lujosa. Definitivamente la casa de sus sueños (quien no)
—¡Pa, Ma, ya llegamos!
Avisa Jungkook gritando esas palabras, causando que de inmediato se escuchen pasos apresurados en su dirección.
"Aca vienen"
Si, en ese momento, esa frase aparecío al mismo tiempo en la cabeza de ambos chicos.
Jimin hace un esfuerzo bastante grande por no cambiar su expresión en cuanto ve a esa mujer de hermoso pelo negro azabache y largo corriendo hacía él con un vestido elegante color rojo.
—¡Hola! ¡Es un placer conocerte al fin!
Exclama la mujer abrazando a Jimin como sí hubiese estado esperando ese día durante años.
—¡Dejame ver tu carita!
Pide tomando el rostro del chico entre sus manos, Jimin nota como cada centímetro de su cara es analizado detalladamente.
Tambíen es capaz de darse cuenta de que la hermosa mujer lo mira fijamente a los ojos como sí estuviese buscando algo en las galaxias que estos contienen. No sabe que tipo de examen le acaban de hacer, pero sabe que lo aprobo en cuanto la mujer sonríe aún más inmensamente para volver a estrecharlo entre sus brazos.
—¡Amor, vení!
Pide la mujer causando que de inmediato aparezca un hombre alto y apuesto vestido de traje y corbata corriendo hacía Jimin.
—Soltalo que quiero verlo, mi amor.
Pide el señor causando que su esposa suelte a Jimin y esta vez es él quíen toma el rostro del rubio para mirarlo detalladamente.
—Me perdí en sus ojos.
Afirma para luego abrazarlo como sí lo conociera de absolutamente toda la vida.
—Matenme.
Pide Jungkook siendo completamente ignorado por sus padres, pero logrando hacer reír a Jimin.
—Es un placer conocerte finalmente, Park Jimin. Te juro que Jungkook no deja de hablar de vos desde que empezo en la nueva escuela.
Afirma la mujer causando que Jungkook la mire completamente ofendido.
—¡ME DIJISTE QUE NO IBAS A DECIRLE NADA, MAMÁ!
Recrimina el castaño para ser nuevamente ignorado por todos menos por Jimin que vuelve a reír. Dios, Jungkook realmente estaba deseando con todas sus fuerzas que la tierra se lo trague ahora mismo.
—Es mi hijo y lo amo con todo mi corazón, pero trajo a cada chachivache a esta casa.
Afirma el señor Jeon negando con la cabeza al recordar todos los chicos y chicas que habían pasado por la habitación de su hijo, ninguno había pasado la prueba de los ojos.
—No me lo recuerdes, amor de vida. De solo recordar a la colorada teñida esa que nos miro con una sonrisa sárcastica y no nos saludo, me dan ganas de matar al fruto de nuestro amor pasional.
Aaaah la mujer aún recuerda a esa pelirroja con enojo ¿Cómo se atrevía a no saludarla? Sí la ve por la calle seguro la putea, no tiene ni una duda de eso.
—O ese chico de pelo blanco que nos dijo "No les da vergüenza abrazar a un extraño" que no me lo cruce porque a ese lo crucifico.
Asegura el padre de Jungkook mientras su hijo se toma la cabeza sin poder creerlo. Realmente estan hablando de todas sus conquistas de mierda adelante del chico que saben muy bien que le gusta.
Jimin se limita a reír ante la evidente molestia de los adultos. Le agraban, no les caían bien las parejas de su hijo y aún así no lo obligaban a dejar de ver a esas personas, lo dejaban hacer su vida y que se de la cabeza contra la pared solito y la cantidad de veces que sea necesaria. Justo ahora entiende muchas cosas.
—Es un placer conocerlos, honestamente me daba curiosidad que tipo de personas eran. Ahora entiendo porque Jungkook es alguíen tan alegre, amable y atento con todo el mundo.
Afirma Jimin haciendo una respetuosa reverencía hacía los padres del chico quíenes lo miran completamente sorprendidos.
Aprovechan que el rubio no los esta viendo para mirar a su único hijo y levantarle ambos pulgares indicando que lo aprueban por completo y que desde ya planean la boda.
Ese gesto de ambos se borra de inmediato en cuanto Jimin empieza a enderezarse en su lugar causando que Jungkook suspire agotado.
—El placer es nuestro, cariño. Él es Jeon Yoo y yo soy Seo Yeji.
Finalmente la mujer dice sus nombre causando que Jimin sonría en respuesta, no dice su nombre porque evidentemente ya lo sabían demasiado bien.
—Vení, vamos, pasa, el almuerzo esta casí listo. Sentite como en tu casa ¿Sí? Sos bienvenido a venir cuando quieras, te podes quedar el tiempo que quieras.
Afirma el señor Jeon, tomando a Jimin de los hombros para obligarlo a caminar hacía la enorme sala de estar de concepto abierto, desde la cual se puede ver el comedor y la enorme cocina.
—¿Era necesario contarle de mis conquistas de mierda?
Pregunta Jungkook en un susurro a su madre, aprovechando que Jimin estaba siendo entretenido por su padre que básicamente lo estaba obligando a tomar asiento en el sofá.
—Escuchame, mi amor. Ese chico tiene los ojos más honestos y hermosos que ví en mi vida. Sus intenciones son genuinas, es hermoso. Lo tenes que atrapar ¿Entendiste? Es él, mi amor, se te dío.
Le asegura su madre completamente emocionada mientras da pequeños brinquitos en su lugar. Si, la hermosa mujer había ignorado por completo la pregunta de su hijo.
Jungkook realmente no podía creer que su padre y madre se habían vestido como para ir a una puta gala, realmente no sabía sí reírse o llorar.
—Yo te avise que eran dos intensos de mierda.
Se defiende Jungkook, tomando asiento justo al lado de Jimin quíen sonríe en respuesta, mientras los padres del castaño preparan todo para el almuerzo.
Jimin había querido ayudar aunque sea a poner la mesa, pero los adultos lo habían obligado a quedarse en el sofá.
—Es gracioso que justo vos me digas eso.
Esas palabras del rubio hacen que Jungkook apoye los codos sobre sus muslos y se tape el rostro con sus dos manos con vergüenza.
—Se nota que te aman con locura, Jungkook. Son geniales.
El mencionado no puede evitar notar el rastro de nostalgia en las palabras que acaban de ser pronunciadas.
De pronto se sentía un poco culpable ¿Cómo se va a quejar de sus padres adelante de alguíen que perdío a su madre hace poco? Pero al mismo tiempo sabe que a Jimin le molestaría si actuara precavido a su lado.
—Por cierto...estaba pensando y...es decir, no se como decirlo.
Admite Jimin causando que Jungkook lo mire confundido, es la primera vez que ve al rubio con tantas dudas a la hora de hablar.
—¿Paso algo?
Pregunta empezando a preocuparle el hecho de que Jimin realmente se sienta incómodo justo ahora. El rubio suspira con pesadez, él no era malo para expresarse, y realmente no era el tipo de personas que se pone nervioso, salvo que se trate de algo que le avergüence hacer.
Sí, lo que esta a punto de decir lo avergüenza bastante.
Se siente demasiado culpable, por ese motivo quería darle un apodo a Jeon Jungkook, porque sí bien es cierto que no siente lo mismo que él. No quiere que el chico sienta que le da lo mismo.
Le cae bien, y sabe que dentro de poco tiempo van a terminar siendo amigos, por ese motivo es que se lo quiere hacer saber de esa forma.
—Estaba pensando en que...vos me llamas por apodos...
El rostro de Jungkook se desfigura por completo ante esas palabras que tambíen son escuchadas por sus padres, quíenes miran atentamente como el corázon de su pobre hijo parece haber sido destrozado en ese instante.
Si se fijan bien pueden ver justo el cuadro dónde se le rompío el corazón:
Tanta es la concentración de los adultos en la conversación de los jóvenes, que son incapaces de darse cuenta de que Yoo se acaba de cortar el dedo y se esta medio desangrando justo ahora.
—Ah, perdón, no los uso más.
Asegura Jungkook tratando de disimular el malestar que siente justo ahora con una risa muy falsa que obliga a escapar de sus labios.
—No dije eso, en serio tenes que dejar de interpretar tan mal lo que te digo...Guks.
Los labios de Yoo y Yeji se abren de par en par al escuchar ese apodo, se miran con complicidad aguantando las ganas de gritar emocionados.
Jungkook se queda helado en su lugar por un instante, hasta que finalmente parece caer en cuenta de lo que acaba de pasar, sintiendo como todo su rostro se empieza a calentar, no quiere ni verse en un reflejo por accidente, sabe que esta rojo, no quiere confirmarlo.
—¡VES COMO SÍ SOMOS AMIGOS, JIMS!
Exclama el chico con emoción tirándose de inmediato encima del rubio que se queja ante el repentino peso sobre él.
Jimin deja pequeñas palmaditas en la espalda de Jungkook, quíen parece estar escondiendo su rostro en el hombro del rubio, realmente no quiere que vea la sonrisa que tiene en su rostro justo ahora. Se siente tan idiota por estar tan feliz por algo como eso.
—Me quede pensando en la conversación que tuvimos. Me caes bien, Guks, no quiero que pienses que me molestas o algo así. Estoy seguro de que vamos a ser amigos, así que no des por sentado cosas que no son.
Pide Jimin causando que Jungkook se aleje de él con una enorme sonrisa en el rostro mientras asiente y sus padres parecen estar haciendo un carnaval en la cocina mientras agitan sus brazos en el aire y parecen bailar de la emoción en completo silencío.
Finalmente almuerzan entre risas y conversaciones sin importancia alguna, incluso se quedan hablando durante casi una hora luego del almuerzo. Los padres de Jungkook simplemente estaban maravillados con el chico que su hijo había traido esta vez.
Debían admitir que estaban escepticos cuando su hijo les empezo a hablar del famoso Park Jimin, pero justo ahora estaban muy aliviados. Jamás lo habían oído hablar de esa forma sobre alguíen, y la calma que sienten al saber que se trata de una persona amable y educada es inmensa.
—Ya se, Jungkook trae los álbumes de cuando eras un niño.
Pide Yoo con una enorme sonrisa, como sí se le acabara de ocurrir la mejor idea del mundo.
—Ni en pedo.
Responde Jungkook con seguridad causando que Jimin suelte una gran carcajada logrando captar toda su atención en un instante.
—Sí no lo haces, te juro que empiezo a contarle detalladamente a Jimin sobre cada persona que trajiste a esta casa y creeme que es una lista muuuuuy larga.
Amenaza su padre, causando que Jungkook enseguida se levante de su lugar asintiendo completamente ofendido para ir a buscar lo que le pidieron.
—¿Pueden decirme donde esta el baño?
Pregunta Jimin con educación causando que los adultos se queden aún más fascinados con él.
—Ay por supuesto, cariño. Usa el de arriba que es el más lindo. Subís las escaleras y vas hacía la derecha, es la última puerta a la izquierda.
Le indica Yeji con cariño, causando que Jimin asienta y se retire de la mesa haciendo una reverencia para caminar hacía las escaleras y empezar a subirlas con tránquilidad.
—Lo quiero como yerno.
Afirma Yoo logrando que su esposa asienta completamente de acuerdo con sus palabras.
—¿Vos viste la sonrisita de nuestro hijo, mi amor? Lo domesticaron a nuestro perro en celo.
Dice la mujer completamente emocionada.
Jimin camina por uno de los pasillo de la hermosa y enorme mansión, entra en la puerta que la madre de Jungkook le había indicado, y efectivamente se encuentra con el baño.
Cuando termina de usarlo lava sus manos debidamente y sale de ahí con toda la paz del mundo.
—Dios no, Jims no puede ver esto.
El mencionado escucha esas palabras de parte de Jungkook, provenientes de una habitación cercana, camina con tránquilidad en dirección a donde la escucho en busca del chico.
—Putos viejos de mierda, no saben cerrar el puto hocico.
Con cada paso que da es capaz de oírlo más claramente.
—¿Qué hago, Chocolina? Me puse todo rojo cuando me dijo "Guks". Me quiero matar.
Finalmente llega a la habitación dentro la cual se encuentra Jungkook pero por algún motivo no hace notar su presencia, se queda escondido, pegado contra la pared para no ser percibido.
—Encima mamá y papá siguen hablando de las personas que traía a casa, seguro debe pensar que soy alguna clase de pervertido.
Se queja Jungkook completamente avergonzado, se encuentra hablando con su perro que se había despertado de la siesta y lo había seguido hasta allí.
—¿Qué se supone que haga? Encima ahora va a ver todas estas fotos, que humillación.
Jungkook sigue hablando con su perro como sí este entendiera perfectamente lo que le esta diciendo, sin siquiera imaginar que Jimin lo esta escuchando absolutamente todo.
—Igual estoy contento, comío bastante y eso que la comida de mamá es asquerosa.
Jimin sonríe al escuchar esas palabras, realmente le había prestado atención y en ningún momento se sintío vigilado o algo por el estilo.
—Escuchame, Chocolina, sí un día vengo llorando, lo que vos tenes que hacer es mirarme con esa carita preciosa que tenes y hacerme compañía ¿Si?
La expresión de Jimin cambia en cuanto escucha esas palabras, porque una cosa era que Jungkook se las diga a Bystander, y otra completamente diferente era escucharlas en persona.
—Dios...¿Qué hago hablando de esto con mi perro?
Pregunta Jungkook al darse cuenta de lo que esta haciendo causando que su mascota se acerque aún más a él y lo mire con esa sonrisita preciosa que tiene.
—Realmente voy a terminar enamorado y con el corazón destrozado ¿Verdad?
Si, no es que Jungkook este enamorado, es solo que esta seguro de que lo va a estar. No hay otra opción, lo reafirma cada vez que Jimin lo mira fijamente.
No hay forma de que no caiga rendido antes esa mirada almendrada que logró hacerlo temblar íntegramente desde la primera vez que se la encontro.
La expresión de Jimin se deforma por completo al oír esas palabras, vuelve sus pasos hacía las escaleras regañandose a sí mismo por haber escuchado todo eso a escondidas.
Realmente no se agrada justo ahora.
—¿Puedo pedirles algo?
Pregunta Jimin a los adultos que lo miran con radiantes sonrisas en el rostro mientras toma asiento.
—Por supuesto, cariño ¿Que sucede?
Pregunta Yeji con tránquilidad.
—No obliguen a Jungkook a mostrarme las fotos. No quiero que se sienta avergonzado.
Pide Jimin logrando que los adultos lo miren con enormes sonrisas en los labios. Realmente les agradaba que se preocupe tanto por su hijo, ni siquiera imaginan que el rubio lo hace porque no quiere sentirse aún más culpable de lo que ya se siente.
Y por ese motivo se tacha a sí mismo de hípocrita y egoísta. Mientras los adultos hablan, Jimin se sigue diciendo un montón de cosas horribles a sí mismo, dibujando una sonrisa en sus labios que lo oculta a la perfección.
Jungkook llega a ellos finalmente, junto a Chocolina que de inmediato reconoce a Jimin y corre hacía él para pedirle atención.
Los padres del chico se excusan llevándose los álbumes de fotos con ellos, Jungkook siente que respira en ese intante y sonríe con alivio, y al ver esa sonrisa, Jimin se siente asqueado.
Asqueado de sí mismo, por haber escuchado a escondidas. Porque por más que lo piensa no logra ver un escenario donde los sentimientos de Jungkoon puedan llegar a ser correspondidos.
Él, que había empezado a narrar una historia de amor, se encuentra ahora en el núcleo de todo sabiendo que desde su perspectiva, es una cruda historia de desamor, donde el protagonista es un chico que lo merece todo, y quíen le rompe el corazón es él, quíen no tiene nada para dar.
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BUENOOOO HASTA ACÁ POR HOY 💛💛💛
Recuerden q por hoy no voy a actualizar nada más, mañana voy a tratar de finalizar Drama Crown
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