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Jungkook está nervioso.
El reloj marca pasadas las nueve de la noche cuando terminan de acomodar las cosas en la escuela, y junto a Jimin se suben en su auto después de despedirse de sus amigos.
Jamás se había sentido de esa forma, nervioso, ansioso, asustado, incluso inseguro, sabe que el motivo es que jamás se había enamorado en su vida, y se vino a dar cuenta de ello cuando se encontró por primera vez con ese par de ojos avellana cuyo dueño ahora se encuentra sentado a su lado, en su usual silencio que es capaz de dejarlo sin aliento.
Ya le había avisado a sus padres que está noche no iba a ir a su casa, ya había hablado con sus amigos para avisarles que con Jimin preferían no ir a la fiesta en casa de Tae.
Lo único que faltaba era que llegaran a casa de Jimin y que suceda lo que sea que tenga que suceder.
Jungkook ya se acostumbro a los silencios interminables de Jimin, incluso se había enamorado de ellos, le fascina la forma en la que el chico es capaz de no emitir ni un solo sonido durante horas, pero justo ahora ese silencio le resulta abrumador.
No le sale tan bien pensar en silencio, él es el tipo de persona que logra hacerlo mientras habla, llega a sus propias conclusiones y acaba resolviendo todo por su cuenta. Jimin es todo lo contrario, puede pensar en el más absoluto de los silencios durante horas.
El castaño no puede evitar tratar de adivinar en qué estará pensando su novio ¿Estará pensando en él? ¿Estará pensando en lo que va a pasar en cuanto lleguen a su casa? ¿O tal vez está pensando en los consejos que le había pedido a Yoongi?
No lo sabe y jamás va a saberlo, tal vez eso es lo que le fascina tanto también. Saber que jamás va a tener idea de las cosas que piensa el chico a su lado, pero conformándose con ser aunque sea un pensamiento pasajero en sus sinapsis.
Sin tener idea de que ya hace algunas semanas, todos los pensamientos de Jimin giran alrededor de lo mismo, él.
Porque sin darse cuenta Jimin, que había iniciado esta historia de amor pensando en como hacer para no lastimar a Jungkook, empezó a pensar en cómo hacer para vivir feliz a su lado.
Cuando finalmente llegan a la casa del castaño, se bajan del auto en completo silenció, para entrar en el hogar de la misma manera.
Jungkook observa atentamente la forma en la que su novio camina hacia la cocina sin prestarle ni un poco de atencion, y eses es su límite.
—Perdon, Jims, pero ya no lo soporto más ¿Podés decirme en qué estás pensando?
—Ah...estaba pensando en qué vamos a comer.
Responde el chico con tranquilidad, causando que Jungkook lo mire sin poder creerlo.
—¿En eso pensabas?
—Si, la verdad es que yo no sé cocinar muy bien, y no hay mucho que digamos. Aunque siendo honesto no tengo hambre, pero vos comes un montón ¿Deberíamos pedir comida a domicilio?
El pelinegro que aún se encontraba parado en medio de la sala de estar, sonríe al escuchar esas palabras, y simplemente camina hacia a su novio para envolverlo entre sus brazos con fuerza, escondiendo su rostro en el hueco de su cuello, dejándose invadir por completo por el olor a vainilla y coco de su shampoo.
—¿Guks?
Jimin ya sabe que su novio es una especie de oso cariñoso, pero por algún motivo siente que el abrazo que se encuentra recibiendo justo ahora, es completamente diferente a los anteriores.
—¿Estás seguro de que querés hacerlo?
Pregunta Jungkook, alejándose un poco de su novio para ser capaz de verle el rostro, sin dejar de abrazarlo en ningún momento.
Quiere cersionarse, quiere saber que eso es lo que Jimin realmente quiere, quiere asegurarse de que no lo está haciendo por haberse sentido presionado por algo que él haya dicho o hecho, quiere estar seguro de que él también lo desea.
—Si, estoy seguro.
Responde el castaño con tanta tranquilidad y seguridad que logra abrumar a Jungkook por completo.
El pelinegro no dice ni una palabra.
Rompe el abrazo, toma a Jimin de una de sus muñecas, y simplemente sube las escaleras para luego ingresar en la habitación del chico, por algún motivo cierra la puerta con seguro a pesar de saber perfectamente que nadie va a llegar a la casa.
La habitación solo es iluminada por la luz de la luna que logra atravesar la fina tela de la cortina que cubre la única ventana del cuarto.
Jungkook observa el rostro de Jimin, lo toma entre sus manos con delicadeza y finalmente lo besa, empezando a sentir expectación por lo que va a suceder a continuación, sonríe sobre los labios del castaño al notar lo pacífico que parece su expresión.
—Estas muy tranquilo.
Esa es la afirmación que sale de los labios del pelinegro, mientras observa a Jimin atentamente.
—¿Cómo podría no estarlo cuando estoy con vos?
Jungkook sonríe aún más en cuanto escucha esas palabras, para acercarse hasta pegar su cuerpo al de Jimin y dejar un dulce beso en su mejilla.
—¿A qué te referís?
Le pregunta con la curiosidad marcada en ese pequeño y delicado hilo de voz.
—A que vos sos mi tranquilidad...
Jimin dice esas palabras elevando sus manos para ser capaz de acariciar el rostro de Jungkook, que aún parece mirarlo con un dejé de inseguridad absoluta.
—...a qué se perfectamente que serías incapaz de lastimarme. A que confío más en vos que en mi mismo, Jungkook. Me refiero a que si es con vos lo quiero absolutamente todo.
Jungkook siente que su corazón se detiene al oírlo hablar de esa manera, su aliento lo abandona por completo, no sabe muy bien cómo describirlo, pero lo que más se le acerca es vértigo.
Porque empieza a creer que tal vez, el chico que se encuentra frente a él acariciando su rostro con esas manos heladas, es el amor de su vida.
Porque no sabe de qué otra forma llamarlo. Porque un par de ojos jamás lo hipnotizaron tanto como para hacerlo seguirlos en la oscuridad sin un poco de duda. Porque él, que jamás se había prestado a ser dañado por nadie, se regalo a si mismo a Jimin para que hiciera lo que quisiera con él, y si su destino es ser despedazado sin piedad alguna entonces que así sea.
Porque un par de manos heladas jamás lo hicieron quiere volver a por más caricias.
Porque unos labios jamás lo hicieron perder la noción del tiempo.
Porque nunca nadie había sido capaz de llamar su atención por completo.
Así es como sin decirse ni una sola palabra, Jungkook acaba sentado sobre la cama con Jimin sentado sobre su regazo, besándose con una intensidad que jamás tuvieron entre ellos, una intensidad que estaba esperando pacientemente el momento indicado para manifestarse.
Es Jungkook quien abandona esos labios que jamás dejaría de besar, solo para empezar a dejar un camino de besos por una de las mejillas de Jimin, bajando lentamente por su mandíbula y ser capaz de probar su cuello, donde se encarga de chupar y succionar con delicadeza, para no dejar ninguna marca que sirva como prueba de lo que están haciendo.
Jungkook había aprendido a controlarse con el correr de los años, ya no era ese niño hormonal de 16 años que se comportaba como una bestia, pero en cuanto escucha un gemido agudo de parte de Jimin siente todo su autocontrol escabulléndose por sus poros.
De inmediato siente su erección creciendo, empezando a apretar sus pantalones, ni siquiera él es capaz de creer que se siente cohibido al pensar que Jimin está sintiendo lo que provoca en él.
Jamás había tenido una erección en presencia de Jimin, siempre supo controlarse debidamente, pero escucharlo gemir mientras lo tiene sentado en sus piernas...ese era su límite.
El pelinegro decide pararse sosteniendo el cuerpo de su novio con fuerza, para finalmente recostarlo en la cama lenta y delicadamente, posicionándose justo encima suyo, sintiendo como el colchón se hunde levemente en las zonas donde apoya sus manos y rodillas.
Ahí está, su rostro siendo iluminado por el brillo de la hermosa luna, sus ojos un poquito más abiertos de lo normal debido a lo que acaba de hacer, sus labios hinchados debido a sus besos, sus mejillas rosadas debido a sus acciones.
—Si querés que pare decilo. Te prometo que no voy a hacer nada que no quieras que haga ¿Si?
Jimin simplemente asiente ante esas palabras, observando la forma en la que Jungkook se deshace de su buzo y camiseta, tirándolos justo al lado de la cama.
El pelinegro vuelve a reclamar los labios de Jimin, sintiendo todo su cuerpo erizándose como si fuera la primera vez que se besan.
Jungkook logra deshacerse con agilidad de la camiseta de su novio, sintiendo corrientes eléctricas en todo su cuerpo al sentir sus pieles desnudas entrando en contacto.
Besa cada porción de su piel, desde su frente, sus labios, bajando por su mandíbula hasta llegar a su cuello, haciendo un recorrido lento y tortuoso con su lengua, desde sus clavículas, bajando por su pecho y abdomen, hasta llegar a su vientre bajo, para luego volver a subir y ser capaz de besarlo otra vez.
Jimin siente la vergüenza invadiendo por completo su cuerpo en cuanto nota que Jungkook empieza a bajarle los pantalones junto a su ropa interior, dejándolo completamente desnudo.
Estaba tranquilo, y realmente es algo que quiere hacer, pero aún así la única persona que lo había visto desnudo era su madre, nadie más, sabe que le va a llevar un poco de tiempo acostumbrarse a hacerlo sin ningún tipo de vergüenza.
Mientras que Jungkook admira el cuerpo desnudo de Jimin siendo iluminado únicamente por la luna, su piel parece ser de porcelana y es igual de suave, con sus manos delinea sus costillas apretando levemente la zona de su cintura, solo para seguir bajando hasta sus caderas.
Besa sus labios robando suspiros de Jimin, reclama cada gota de oxígeno que el chico puede llegar a tener, y le sonríe con seguridad para finalmente bajar a su entrepierna.
Jimin siente todo su cuerpo deshacerse en cuanto siente los labios de Jungkook envolviendo su miembro, y no puede creer que el chico le esté haciendo esto mientras no aparta los ojos de los suyos, lo mira fijamente mientras le ofrece un placer que jamás había sentido en toda su vida.
No pasa mucho tiempo para que Jungkook logré su cometido. Jimin siente la vergüenza abrumándolo en cuanto se da cuenta de que acaba de llegar al orgasmo en el interior de la boca del pelinegro, quien levanta la cabeza para mirarlo con una sonrisa de absoluta satisfacción mientras limpia la comisura de sus labios, causando que el castaño cubra su rostro con sus manos.
—¿Estás bien?
Pregunta Jungkook preocupado por esa repentina acción, sintiendo una ternura increíble al ver las orejas completamente rojas del chico.
—Solo estoy avergonzado.
Afirma Jimin en un susurro, como si no quisiera que nadie más sea capaz de escucharlo, a pesar de saber que son los únicos en la casa.
—Entiendo, es normal. Pero porfavor no cubras tu rostro porque quiero ser capaz de verte, cariño.
Esas palabras causan que Jimin saqué las manos de su rostro, encontrándose con el de su novio a solo centímetros de distancia.
Lo único que ve es su sonrisa, y ahí se da cuenta.
Tal vez el motivo por el cual se siente tan bien siendo envuelto por sus fuertes brazos es porque es la única persona capaz de transmitirle tanta calidez con tan solo un gesto de su parte.
—¿Querés seguir?
Pregunta Jungkook tratando de asegurarse de que Jimin no está absolutamente abrumado, tratando de demostrarle que no le importa parar cuando él se lo pida, que no tiene ningún tipo de problema con esperar lo que sea necesario.
—Si.
Nuevamente obtiene una respuesta afirmativa, solo besa sus labios nuevamente, para levantarse de la cama y ser capaz de sacarse sus pantalones y ropa interior, dejándolo todo tirado en el piso, observando con alivio la forma en la que Jimin saca de uno de los cajones de su mesa de luz lubricante y un condón, ya que él lo había dejado absolutamente olvidado en la cajuela de su auto.
Así es como Jungkook vuelve a recostarse encima de Jimin, ambos sienten intensas corrientes eléctricas al sentir sus cuerpos completamente desnudos rozándose con cada pequeño movimiento que realizan.
El pelinegro ni siquiera intenta contenerse, vuelve a besar el cuerpo de Jimin, quiere probar cada porcion de su piel, se dedica a besar y morder con delicadeza el interior de sus muslos, escuchando los agudos gemidos que esa sola acción provoca en el castaño, que parece retorcerse debajo suyo.
—Si te duele solo tenés que decirlo ¿Si? Voy a parar las veces que sean necesarias, no quiero que te duela, nadie nos está apurando, mi amor.
Jimin, quien ya se había logrado tranquilizar un poco, se vuelve a alterar a escuchar ese sobrenombre saliendo de los labios de Jungkook, quien ni siquiera parece percatarse de lo que acaba de decir ¿Acaso lo había llamado de esa forma por inercia? ¿O será que realmente lo ama?¿Realmente existe la posibilidad de que Jungkook lo ame?
Se empieza hacer todas esas preguntas, pero la situación en la que se encuentra no le permite pensar más allá de eso, observa la forma en la que el pelinegro unta lubricante entre los dedos de su mano derecha, y debe admitir que le agradece que no le pregunté nada, porque sería demasiado vergonzoso darle una respuesta afirmativa.
Jimin siente un escalofrío recorriéndole todo el cuerpo en cuanto el primer dedo se introduce en él de forma lenta, siente los movimientos en su interior provocándole una sensación demasiado extraña.
Pasan los minutos de esa forma, y en cuanto el segundo dedo hace presencia no puede evitar arquear su espalda, agradece que el dolor aun no haya llegado, y agradece aún más el hecho de que Jungkook se este tomando el trabajo de prepararlo con tanta paciencia.
El pelinegro jamás había sentido tanta excitación en toda su vida, siente su miembro doler de lo excitado que se encuentra, pero quiere hacerlo todo, no quiere saltearse ni un paso, quiere que Jimin sienta nada más que placer en cada segundo que pase en la cama con él, se lo quiere entregar absolutamente todo.
Cuando siente que puede hacerlo, introduce un tercer dedo, logrando provocar gemidos cargados de placer de parte de su novio, cada una de esas notas agudas es completamente capaz de arrastrarlo a la más dulce de las locuras.
Si estuviese navegando un barco en la noche y de pronto escuchará semejante sonido...con gusto se tiraría al mar para ser despedazado por el dueño de semejante deleite.
Jimin se avergüenza en cuanto no logra retener un gemido demasiado fuerte y agudo en cuanto siente a Jungkook introduciéndose en su interior de una forma lenta y tortuosa.
A pesar de la preparación, el ardor sigue siendo demasiado fuerte, es un dolor extraño, siente todo su cuerpo entumecido, una ola de calor lo envuelve por completo, y es justo en ese momento en el que se da cuenta de que en algún momento sus piernas fueron abiertas de par en par, para que Jungkook pueda posicionarse cómodamente entre ellas.
—Perdón ¿Duele mucho?
Pregunta Jungkook, quien se encontraba observando atentamente el rostro de Jimin, deteniendo todos y cada uno de sus movimientos cada vez que veía como una mueca de dolor se formaba en su rostro.
—E-estoy bien.
Jimin es apenas capaz de responder en un hilo de voz, le avergüenza la forma en la que acaba de hablar, pero no tiene tiempo para nada, simplemente se encuentra siendo abrumado por todo tipo de sensaciones que nunca en su vida había experimentado.
El pelinegro siente una desesperación que jamás en su vida había sentido, apenas había logrado introducir la mitad de su miembro, pero el interior de Jimin lo envolvía y apretaba de una forma inhumana, es un placer que nunca en su vida había sentido, pero no quiere lastimarlo, quiere hacer todo lo humanamente posible para que el chico solo sea capaz de llorar del placer que le está dando.
Así es como vuelve a empujar una vez más, sintiendo como el interior de Jimin se expande lentamente para recibirlo y luego volver a apretarlo sin piedad alguna.
Cuando finalmente logra entrar por completo, se queda absolutamente quieto, no mueve ni un músculo mientras observa la expresión del castaño.
Jimin siente como su novio limpia las lágrimas rebeldes que habían caído de sus ojos, que no sabe en qué momento había cerrado, y en cuanto los abre nuevamente, se queda sin aliento.
Jeon Jungkook lo mira con preocupación, su cabello peinado hacía atrás, el sudor recorriendo su frente, cada una de sus manos encargándose de sostener cada una de sus piernas abiertas.
Esa vista simplemente debía ser demasiado para cualquiera.
—Perdon, te prometo que en cualquier momento va a dejar de doler, mi amor. Perdón.
Se disculpa el chico, causando que Jimin solo sea capaz de sonreír al verlo tan preocupado, no puede creer que sea el mismo chico que la primera vez que le hablo le dijo el comentario más desubicado que le habían dicho en toda su vida.
Jimin agradece que Jungkook se incline en su dirección y empiece a dejar besos en todo su rostro sin moverse en lo absoluto, ya que eso lo ayuda a relajarse, causando que el dolor que se encontraba sintiendo empiece a transformarse en placer.
El pelinegro siente cada centímetro de su cuerpo derretirse en cuanto escucha un pequeño jadeo de parte del chico debajo suyo, acompañado de movimientos de sus caderas en busca de más contacto con él.
No quiere preguntar, porque es capaz de notar la increíble vergüenza que Jimin se encuentra sintiendo justo ahora, es por ese motivo que sin apartar la vista de su rostro, sale lentamente de su interior para volver a introducirse al mismo ritmo, repitiendo ese proceso varias veces, hasta lograr arrancarle gemidos de puro placer a Jimin, quien sin darse cuenta empieza a pedir por más.
Jungkook solo es capaz de obedecer cuando se trata de él, sus embestidas se hacen más rápidas, aumentan de intensidad de a poco, mantiene controlada su fuerza, y tiene que luchar contra las piernas de su novio que intentan cerrarse por puta inercia.
Se inclina sobre el cuerpo de Jimin, para besarlo y lo único que le susurra sobre sus labios es un "Con permiso" para salir de su interior y girar su cuerpo con delicadeza.
Jungkook siente el aliento abandonándolo nuevamente en cuanto se encuentra con el perfecto trasero de su novio completamente a su disposición, acompañado de su espalda tatuada hasta la nuca, sin duda es la vista más sexy que tuvo en toda su vida.
Jimin siente la vergüenza invadiéndolo aún más en cuanto nota la posición en la que se encuentra, pero por inercia coloca sus manos sobre el colchón, arqueando su espalda para ser capaz de elevar aún más su trasero, mientras pega la cabeza a su almohada completamente sobrepasado por la situación y el placer.
Siente como Jungkook vuelve a introducirse en su interior de forma lenta, para luego pegar su torso a su espalda, logrando dejar sus labios a la altura justa para ser capaz de morder una de sus orejas, mientras sus manos se encargan de sostener con fuerza sus glúteos.
El pelinegro ni siquiera lo piensa, con su lengua hace un recorrido desde la nuca, pasando por cada una de las fases lunares tatuadas en su piel, hasta llegar a su espalda baja, que es solo el comienzo de la vista más espectacular que tuvo en toda su santa vida.
Había logrado controlarse hasta ese momento, pero esa vista fue su límite.
Reanuda sus embestidas, sintiendo el interior de Jimin envolviéndolo de una forma inhumana, sus movimientos pierden el ritmo que había marcado desde un comienzo, los empujones se hacen cada vez más fuertes, el placer que los recorre a ambos no hace más que intensificarse.
Sienten que están ardiendo en los brazos del contrario.
En la habitación solo se escuchan los jadeos y gemidos agudos, acompañados del sonido de sus pieles chocando con cada movimiento.
Jimin siente su cuerpo desconectarse de su mente en cuanto siente como Jungkook con una de sus manos toma su erección para empezar a bombearla, combinado con una fuerte embestida que logra dar en su punto dulce y arrancarle un fuerte gemido de placer absoluto, haciéndolo llegar al orgasmo nuevamente.
Jungkook siente como el interior de Jimin lo envuelve y aprieta mucho más en cuanto se corre, causando que el también acabe llegando al ansiado orgasmo, y terminé cayendo sobre la espalda de su novio completamente agotado y agitado.
Solo son capaces de escuchar sus respiraciones agitadas, rogando encontrar oxígeno en esa habitación cargada únicamente de aire que parece estar hirviendo.
—¿Estás...bien?
Pregunta Jungkook, aún sin ser capaz de recuperar el aliento, al sentir como Jimin se desploma sobre el colchón al perder por completo la poca fuerza que quedaba en sus brazos.
—Creo que...se me...hirvió...el...cerebro.
Responde el castaño en exactamente las mismas condiciones que su novio, logrando hacerlo reír débilmente.
Con mucho cuidado, Jungkook finalmente sale del interior de Jimin logrando arrancarle un último gemido que amenaza con provocarle una nueva erección, pero sabe controlarse.
Jimin observa con atención la forma en la que el pelinegro se deshace del condón y lo ata con habilidad para dirigirse al baño y tirarlo en el cesto.
Jungkook sonríe con ternura en cuanto nota que Jimin se cubre los ojos al verlo pasearse desnudo por la habitación.
—Despues de todo lo que acabamos de hacer no puede darte vergüenza verme desnudo, cariño.
Afirma Jungkook tirándose justo a un lado del cuerpo también desnudo de su novio, quien quita las manos de sus ojos para volver a mirarlo.
—Cuando estábamos...ya sabes, me llamaste de otra forma.
Susurra Jimin causando que Jungkook lo mire un poco confundido.
—¿Cómo te llamé?
Pregunta el chico con miedo de haberlo llamado por algún sobrenombre raro, la verdad es que no estaba muy consciente de lo que dijo.
—"Mi amor"
En cuanto escucha esas dos palabras todos los colores desaparecen de su rostro por completo, el miedo lo invade, osea, Jimin habia tenido dificultades para decirle "Te quiero" y a él no se le ocurre mejor cosa que decirle "Mi amor" la primera vez que tienen relaciones, es que es idiota.
—No, osea, no significa que te ame. Osea si te amo, pero vos no tenés que saber eso, osea, yo tengo que saberlo, no hace falta que vos lo sepas. Dios no perdon, soy un intenso, Jims ya me conoces, se que vos no sentís lo mismo aún y estoy dispuesto a esperar todo lo que necesites pero-
Las palabras que Jungkook empieza a decir una tras otra en una especie de rap improvisado son completamente interrumpidas por la risa escandalosa de Jimin, el pelinegro puede jurar que jamás lo había escuchado reír de esa forma, tan tranquilo, tan sereno, tan fuerte.
—Yo también te amo, Guks.
Y así de fácil el mundo deja de girar.
Esas cinco palabras acompañadas de esa hermosa sonrisa y de ese increíble brillo en sus ojos se lo dan absolutamente todo.
—¿Me amas?
Pregunta sin poder creerse que tiene a Park Jimin en frente suyo diciéndole que lo ama.
Jamás le había movido ni un pelo de la cabeza cuando otras personas se lo decían, y le juraban amor eterno y todo eso, porque no le importaba, porque el no sentía lo mismo, porque la primera persona a la que le dijo te amo en toda su vida es a Jimin.
Ahí está, sintiendo un tornado rugir con ferocidad en su interior al escucharlo hablar.
—Si, te amo, porque la verdad es que no sé me ocurre otra manera de llamar a la forma en la que me siento por vos.
Jimin se sorprende en cuanto ve los ojos de Jungkook llenándose de lágrimas, y finalmente es abrazado con fuerzas por él.
—Espero que sepas en lo que te acabas de meter, porque no pienso soltarte en mi puta vida, Park Jimin.
Esa advertencia de parte de Jungkook causa que Jimin ría debilmente.
—Ya te lo dije, no hace falta que me sostengas, yo no voy a irme a ninguna parte, Jeon Jungkook.
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BUENOOOOOO hasta acá x hoy.
MAÑANA FIN DE LO LOVE4RENT E HISTORIA NUEVAAAASA 💛💛💛💛
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