Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo Único.

Aquella noche entendí que no me veías de la misma forma que yo a ti.

Estábamos ambos en la oscuridad, siendo alumbrados por la tenue luz de las velas que encendí para ti. Tal vez supusiste porqué estaba ahí, o lo que significaba esa rosa. Y, aun así, decidiste quedarte a escucharme.

Temerosa tal vez de lastimarme, no me diste la oportunidad de confesarte mi amor. Y mirando a otro lado, dijiste que ya amabas a alguien más.

Y no sabes cuánto me dolió. Sentí una punzada profunda en el pecho y mis ojos ardían, amenazando con dejar escapar las lágrimas.

Respiré profundo, me mordí la lengua y me obligué a callar mi sentir. Después de todo, estoy acostumbrado a ello.

«—¿Quién es? —»

Pregunté por inercia, sin pensarlo. ¿Qué me importaba el nombre de aquel que te había robado de mí?, ¿qué podía hacer contra él más que perder?

Esa fue la primera vez que odie a alguien. Odie a alguien que ni siquiera conocía. Lo odie porque lo amabas a él y no a mí.

Te entregué la flor de igual forma, importándome muy poco tú latente rechazo, pues, aunque en tú corazón ya había alguien, en el mío solo estarías tú.

Recuerdo que te besé en la mejilla, dando así mi firma de rendición. No te molestaría nunca más con mi amor.

Pero... ¿Por qué eres así, bichito?

Se supone que después de eso me mirarías con lástima, para así matar mis esperanzas. Me mirarías con dolor, compadeciéndote de mí. Me mirarías como lo que soy, un simple amigo...

Pero en vez de eso, ¿qué recibo?

Un sonrojo.

Un hermoso tono carmesí en tus mejillas, ¿yo provoqué aquello?, ¿realmente había sido yo?, ¿o ya me había vuelto loco?... Más de lo que ya estaba por ti.

Me marché al instante, controlando mis impulsos de volver a besar tu mejilla y ver si aquel color aparecía de nuevo. Controlando mis ganas de decirte que tú también me amabas pero que aún no te dabas cuenta o que simplemente tratabas de negarlo.

Mis esperanzas no murieron como yo creí que harían. No hicieron más que crecer.

¡Yo había provocado eso en ti!, ¡tu corazón latió con fuerza como el mío!, ¡te sentiste nerviosa con mi cercanía!, tú corazón había sido mío por un momento, y yo era infinitamente feliz con eso.

Y ocurrió de nuevo, me volví a enamorar de ti.

¿Acaso era posible enamorarse una y otra vez de la misma persona?, si, y yo era testigo de eso.

Y gracias a eso no me rendí, supe sin embargo que sería más difícil de lo que ya era. No me importó. Porque si la recompensa de todo mi esfuerzo era tenerte conmigo valdría la pena esperar lo que fuera. Incluso si era mi vida entera.

Seguí con mis halagos, con mis detalles, con mi amor... Pero tú parecías exasperada con cada detalle. Cómo si todo eso te molestara de alguna forma.

¿Te molesta que te profesen amor?, ¿O te molesta que quien lo haga sea yo?

Trate de ignorarlo, pero tus rechazos eran realmente dolientes. Me dolían como el infierno. Y aun así mírame, sigo asiéndolo, como un maldito loco adicto al dolor.

Pero ¿sabes qué, bichito? No me importa... No me importaba. Creí que todo era cuestión de tiempo y que tardé o temprano me notarias... Pero no lo hiciste... O al menos no a Chat Noir.

Es en verdad irónico, Marinette.

Tú amabas al modelo. Y yo amaba a la superheroína. Y sin saberlo, ambos éramos correspondidos.

Y a pesar de que me alegré infinitamente cuando te descubrí sin querer aquel día después del akuma.

De todos los lugares para destransformarse ¿quién diría que lo haríamos en el mismo salón de clases?

Entré yo y me destransforme, luego entraste tú, pero no me viste. Tal vez fue porque me escondí, no era mi intención hacerlo, lo juro. Yo respetaba tu decisión de mantenernos en el anonimato, yo estaba dispuesto a esperarte.

Antes de que pudiera procesar bien lo que estaba ocurriendo una luz te cubrió y Ladybug desapareció... Marinette quedó en su lugar.

Eras tú. ¡Maldición, siempre fuiste tú!

¡No sabes lo idiota que me sentí al saberlo!, ¡¿cómo es que no te reconocí!?

Ustedes eran idénticas; valientes, creativas, ejemplares, únicas, capaces, talentosas... Eran perfectas. Eras tú.

Y te ame con y sin el disfraz.

¿Serías acaso tú capaz de amarme con y sin el traje, como lo hacía yo?

Quería correr y abrazarte, decirte que yo era Chat Noir. Decirte que el tímido Adrien Agreste era aquel gato egocéntrico.

Pero no lo hice, y tal vez ese fue el peor error de mi vida.

En cambio, decidí tomar eso como una obra del destino. Creí que éramos el uno para el otro. Me complementabas y deseé que yo te complementara a ti.

En verdad deseé ser la mala suerte de tu fortuna.

Y resulta que solo soy la mala suerte.

Mi amor se extendió a ti completamente. Ayudándote, apoyándote, siendo tu amigo... Y resulta que sólo era eso... Un amigo.

Tú me amaste, lo sé. Te gusté locamente, te cautivé y fuiste mía. Tú corazón me perteneció...

¿En qué me equivoqué, My Lady?

¿Acaso no te das cuenta de lo que me hiciste?, ¿del daño que causaste?

Quería ser tu amigo, sí. Pero yo no quería esto.

Quería ser el confidente de todos tus secretos, pero no de ese.

¿Cuándo cambiaste de parecer?

Recuerdo como si hubiera sido ayer, cuando dijiste que yo te gustaba.

Estaba a punto de saltar de alegría, de sonreír como idiota, de abrazarte, de besarte y gritarle a todo París que te amaba. Pero no me dejaste.

Dijiste que me tranquilizara, que no lo malinterpretara, que eso ya había pasado. Que ya no estabas enamorada de mí.

Que de nuevo había alguien más.

Traté de ilusionarme con la idea de que ahora que yo amaba a Marinette, Marinette amaría a Chat Noir. Porque así era nuestro cuadro amoroso. Complicado como solo él podía serlo.

¿En qué momento nuestro cuadro se rompió?, ¿en qué momento dejamos de ser tú y yo?

Te sonrojaste, miraste a otro lado y me dijiste su nombre.

Y de nuevo, me sentí morir.

Y en vez de sentirme como tu mejor amigo, me sentí como una víctima. Casi pareciese que disfrutabas haciéndome sufrir. Porque cada palabra era como un cuchillo en mi cuerpo, incrustándose y lastimando cada parte de mi ser.

¿Por qué lo miras a él de esa forma?, ¿acaso a mi me llegaste a ver así?

¿Por qué tus ojos brillan con tan solo nombrarlo?, ¿brillaban con la misma intensidad cuando en mi pensabas?

¿Cuándo te enamoraste de él?

¿En qué momento te enamoraste de Luka Couffaine?

Eras más cercana a él de lo que jamás fuiste conmigo.

Y, aun así, cuando creí que mi suerte no podía empeorar, supe que la maldición del gato negro era cierta.

Empeoró.

Él también te amaba.

¡Me alegro por ti, my lady!, ¡eres correspondida!

Por favor ignora mi voz entrecortada, mis lagrimosos ojos y mis jadeos de dolor.

Ignora mi persona como siempre lo hiciste.

¡Felicidades!, ¡porque soy yo el que sufre y no tú!, porqué te tocó ser feliz y a mí me tocó verte feliz con otro.

En verdad no me hubiera perdonado hacerte llorar de esta forma; de la misma forma en la que yo estoy llorando, por hacerte sufrir; como yo lo estoy haciendo, por hacerte desear la muerte; como yo la estoy deseando.

Y tal vez Plagg tenga razón, y es una gran exageración. Soy un exagerado. Exageré tu cariño y lo confundí con amor. Exageré el tiempo, y creí que aún era dueño de tu corazón. Exageré mi suerte, porque creí que realmente la tenía.

Lamento si todo esto suena a reclamo, porque no lo es. En verdad me alegro por ti, porque tu felicidad siempre será la mía, sin excepción.

Ambos se gustaban, pero aún no lo sabían y no pude evitar recordar nuestra situación.

Tenía mis esperanzas puestas en que al igual que tú conmigo, nunca lo supieras. Que nunca supieras que también te amaba. Que las cosas entre ustedes se quedaran así.

Y ocurrió lo mismo que ocurre cuando deseo algo. Nada. Mis deseos fueron nulos.

Él te lo dijo. Tú le dijiste. Yo quedé en el olvido.

Tuve que fingir sonrisas por ti, para que no supieras que en verdad lo odiaba. Y aunque todo mi ser lo detestaba también todo mi ser lo admiraba...

Lo admiro porqué él es amado, por lo que yo más amo.

¡Dios!, odiaba verlos tomados de la mano, dándose miradas de amor, sonriendo, abrazándose, besándose... Todo tu ser era ahora suyo.

Y ahí fue cuando supe que era demasiado tarde...

Era todo. Se había terminado. Yo había perdido.

Ya eras feliz con alguien más.

No pude hacer nada al respecto, ¿quién era yo para quitarte aquella felicidad?, me dolió, pero lo acepté.

Te amaba, princesa. Aunque tu príncipe ahora fuera Luka.

Me obligare a no sentirme de esta forma cada vez que te vea con él, me obligare a no sentir mi corazón romperse cada vez que lo beses, me obligare a callar cada vez que hables de él.

Me obligare a superarlo.

Pero antes, mi amor, déjame amarte una última vez.

Deja que te diga lo hermosos que son tus ojos, aunque no me miren.

De lo hermosa que es tu sonrisa, aunque yo no sea quien la cause.

De lo suave que es tu cabello, aunque no sean mías las manos que lo acaricien.

De lo perfecta que eres, aunque no seas mía.

Y para renunciar finalmente y totalmente a ti, permíteme decir que te convertiste en mi akuma, Ladybug.

Haciendo cuanto quisiste en mí, provocando cosas que no eras capaz de notar. Destruyendo mis miedos e inseguridades. Destruyendo todo mal que quería derrumbarme.

Y hoy era mi turno de purificarte, de purificarme...

Era hora de terminar con la maldad...

Es momento de aceptar que el destino no está a mi favor, de que mi destino es la soledad. De ver partir a quien amo; porque la perdí a ella, y ahora te perdí a ti.

Bye, bye, ma petit Cocinelle.

Y de corazón te deseo lo mejor junto a él, My Lady. Lo mereces.

Siempre tuyo, Chat Noir.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro