Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

002•

Estaban muy desoladas los pasillos, y por esa razón, ella iba salpicando con toda su felicidad. Se dirigía a la directoria, no porque haya hecho algo malo, aún no. Su profesor de matemáticas la había enviado a buscar las calculadoras, así que sin rechistar aceptó. Además de que era una muy buena excusa para tomar un poco de aire fresco y salir de ese ambiente tan cerrado.

Tocó tres veces la puerta y cuando le dieron la indicación, abrió la puerta.

— Buenos días, director... — se reverenció, pero el nombrado no le contestó. — ¿Huh? — susurró para ella misma.

— Señor Lee, no es la primer vez que ocurre esto en mi institución. — la voz autoritaria del director resonó con elocuencia y podría decir que con una ápice de decepción y enojo en sus palabras. Al reincorporarse, frente al señor no estaba ni mas ni menos que el líder de los dragones.

Tragó nerviosa saliva al ver como su mirada venenosa la escaneaba por el rabillo de su ojo, disgustado por la presencia de ella ante su sermón. Observó un tatuaje llamativo de un gran dragón rojo descendiendo por su antebrazo derecho. Su suave y blanquecina piel se estremeció cuando la mirada del líder ya no estaba sobre ella.

¿Por qué sentía que debía tener los sentidos en alerta frente a este sujeto? Apenas le conocía, pero sentía que con el mero hecho de mirarlo era peligroso para ella.

— Pero no soy sólo yo en involucrado, Park Jimin también estuvo en la escena. — se excusó tratando de sonar convincente ante la autoridad.

— Park Jimin es completamente inocente. — contradijo, negando convencido.

— ¿Y usted como comprueba eso? — sonrió ladino mientras alzaba su ceja triunfador, acercándose a su autoridad de brazos cruzados. La chica se sorprendió al ver las actitudes inapropiadas que usaba con su mayor.

— Porque conozco lo suficientemente al señor Park como para saber que él no hizo nada. Todo aquello fue provocado por usted para sacarlo de quicio, y eso le permitiría cargarle la culpa a él. — contestó el director borrándole la sonrisa al idiota. — ¿O no es así? — esta vez el que sonrió triunfante fue el viejo, acercándose a su contrincante, dejando al joven con una mirada y una mueca de asco y disgusto.

El mocoso se recostó desganado sobre la silla y rodeó los ojos. — Señor Lee, quiero que sea la última vez que comienza con sus peleas de clanes en mi instituto. Si quiere pelear, hágalo fuera de mi institución, o de otra forma, será expulsado.

La puerta detrás de la chica se entreabrió levemente, dejando a la vista a su secretaria, y esta dijo: — Señor director, lo busca una madre de un estudiante. — habló asomándose por el umbral de la puerta.

El nombrado asintió con una leve sonrisa de costado, y dirigió su mirada al muchacho, pero ahora con una mirada seria y dura. — Puede irse señor Lee. — dijo en tono oficinesco. Se paró acomodándose el traje bien lujoso, y salió por la puerta dirigiéndole una pequeña sonrisa a la chica.

Miró al chico que se estaba preparando para irse, y con un suspiro fuerte, sonó su cuello, hasta qué se percató nuevamente de su presencia. Su mirada la escaneo de arriba a abajo con un ápice de disgusto e ironía. — ¿Y tú que miras, niña? — escupió con disgusto notable. Eso en cierto modo logró hacerla enfadar un poco, apretó un poco sus puños molesta, pero prefirió ignorarlo y no tener problemas con este tipo.

¿Quién se creía éste para mirarme de ese modo? Aish, es un irrespetuoso, algún día aprenderá, pensó.

Decidió por pedirle las calculadoras a la secretaria e irse de aquel lugar antes de que su maestro comience a buscarla pensando en que quizás se haya escapado de la institución.

🐯

El timbre había soñado, y el abdomen de la chica gruñía despertado por algo de comida. Así que con paso rápido y decidido, arribó la cafetería sin esperar siquiera a sus amigo. — Tendría que habrá escuchado a mamá y desayunar poco. — se regañó a ella misma. Hizo cola para conseguir su comida, y cuando la obtuvo optó por ir a sentarse al patio trasero. La primavera era una de sus estaciones favoritas, las flores, las mariposas, el cantar de los pajaritos era lo que más le gustaba. Se sentía en paz, allí. Comenzó a comer en silencio hasta que se aparecieron sus dos amigos.

— Ni siquiera eres capaz de esperarnos para que almorcemos contigo. — habló ofendida YangMi, sentándose a su lado.

— Lo siento, realmente estaba muriendo de hambre. — se disculpó con las mejillas llenas de comida, haciéndole rodear los ojos a la chica.

El transcurso del almuerzo fue tranquilo. Jin no paraba de hacerlas reír con sus pésimos chistes de padre y con su risa bastante peculiar.

— ¿Y saben por qué la foca siempre mira hacia arriba? — ambas se miraron divertidas, y entre risas negaron con sus cabezas. — Porque arriba esta el foco. — los tres estallamos de la risa, incluso se tomaba el abdomen que comenzaba a doler de tanto reír.

Pero todo nuestro show de risas había acabado cuando unos gritos cargados de rabia era lo único que se escuchaba por allí. Cuando los tres voltearon a ver hacia donde se dirigía el griterío, se encontraron nuevamente con el círculo enorme de gente. Los tres curiosos, corrieron hasta allí al ver que era lo que estaba ocurriendo.

— ¡Maldito cerdo! ¿Te has follado al director también que siempre está de tu lado? — Bramó Seungmin tratando de sonar gracioso, pero los únicos que rieron fueron él y sus cómplices.

Jimin apretó su mandíbula fuertemente y cerró sus puños con furia. Estaba colorado de lo furioso que estaba, la chica pensaba que se estaba reteniendo mucho, y que en cualquier instante explotaría.

— ¡Miren al pequeño cerdito sonrojado! ¡No puedo creer que hayas hecho algo así! — Exclamó carcajeando cínico. El muy desgraciados estaba disfrutando de avergonzar al chico de poca estatura.

— Yo no me he follado al director. No porque me haya acostado con tu hermanita significa que me tenga que follar a todo el mundo. — ahora Jimin sonrió victorioso al escuchar como el público se reía y susurraban por lo bajo. El líder de los dragones se acercó peligrosamente a él con una ira inminente.

— Estas mintiendo, no recuerdo que eso haya pasado. — dijo entre dientes tratando de sonar confundido ante el público, pero parecía advertirle a Jimin con su mirada que tenga cuidado con lo que decía.

— ¿Quieres que te lo recuerde? — sonrió burlón.

— ¡Maldito imbécil! — Exclamó tomando a Jimin de el cuello de su camisa para comenzar a sacudirlo con brutalidad.

— ¡Hey, niñato! Déjalo en paz. — Todo el mundo se giró hacia la voz aquello y comenzaron a susurrar por lo bajo. YeongJu al ver el proveniente de aquella voz supo reconocerlo casi al instante.

¡Es el chico del templo! ¡Es el chico del templo! No sabía que venía a este instituto, pero llego en un buen momento para darle una buena paliza al idiota de Seungmin. Realmente siento que se lo merece.

"Es Jungkook", "¿aún sigue siendo el lider?".

El dragón rojo se giró para ver al chico, soltando a su víctima para reírse de ella sarcásticamente. Entornó los ojos hacia Jimin y dijo: — Mira, tu gatito ha venido a salvarte el pellejo. ¡Que sorpresa! — puso los ojos en blanco, sarcástico. — ¿Qué quieres, Jungkook? ¿Vienes a salvar a tu gatito? Te recomiendo que no te acerques mucho a él. ¿No te da asco lo que pueda hacer contigo? ¡Se acostó con el director! — arrugó su nariz y fingió sentirse asqueado al mirar a Jimin. Inmediatamente, el pequeño intentó abalanzarse sobre él, pero el muchacho llamado Jungkook logró calmarlo apretando su hombro. Seungmin sonrió de costado.

— No quiero pelear hoy. No por una estupidez cómo está. — mientras Jungkook hablaba, el otro le miraba con los ojos entrecerrados, cruzándose de brazos. — Si voy a pelear, lo haré por algo importante. Déjalo ir en paz y ya. — pidió suavemente tratando de que el líder comprendiera.

Soltó una carcajada escandalosamente irónica, y dijo: — ¿El felino... huyendo? — siguió carcajeando, provocando que los otros dos bufaran y rodeara los ojos. — ¿Qué? ¿Tienes miedo de mostrarme tus uñas, felino? ¿O, acaso te las barnizaste? Quien lo diría, el pequeño gato huyendo de del gran dragón. Que ironía, ¿verdad?

— Creo que todo el mundo sabe que un gran tigre es capaz de desgarrar la piel de una débil y pequeña lagartija como tú. — argumentó, borrando la sonrisa de su contrincante al instante. — No juegues entre las garras de un tigre, Seungmin. Quizás no estén afiladas, pero sus colmillos si lo están. Y no sabes cuándo es capaz de tragarte de un bocado. — advirtió. Y dejándolo con la palabra en sus labios, se alejó del círculo llevándose al Jimin con él.

🐯

POV YeongJu. 

Inhalé profundamente, permitiendo que el aire puro de las colinas purifique mis pulmones. Había vuelto a recorrer ese templo después de salir del instituto. Amaba la paz que emitía el ambiente de este lugar. La suave brisa cálida, los abundantes cerezos y la hermosa construcción que se alzaba frente a mis ojos me incitaba a querer quedarme aquí el resto de mi vida.

— ¡Un columpio! — corrí hasta él con felicidad.

Un gruñido había resonado en mis oídos, provocando que dejase de correr y buscase la ubicación del sonido. Y cuando la encontró, se exaltó al toparse con la dura y penetrante mirada que el chico le daba.

— Cállate, interrumpes el silencio, niña. — regañó con molestia. Estaba sentado en una tapete, con las piernas cruzadas, y sus manos descansando en su regazo. Hoy traía una camiseta puesta, así que no podía sentir esa terrible molestia en mi estómago.

— ¡Oh! Tu debes ser Jungkook, hoy te vi en el... — fui dejando de hablar cuando su mano se levantó sin aviso previo, indicándome que me calle.

Cuando abrió los ojos, alzó una ceja, y me preguntó: — ¿Qué haces aquí? Deberías ir a tu casa. Tu madre se debe preocupar por ti. — noté que decía aquello porque quería que me vaya, sentí su tono burlón e irónico en aquello que había dicho. Pero hice oídos sordos, porque ya estaba a punto de sentarme junto a él a disfrutar del hermoso ambiente de este lugar.

— Ah, no. No te preocupes. Sé cuidarme muy bien. — le hice un gesto con mi mano, como restándole importancia. El chico volvió a cerrar los ojos soltando un suspiro cargado de frustración.

En el ambiente se formó un silencio incómodo, más bien para ella. Él seguía con los ojos cerrados, concentrado en el silencio.

— Y, pues... ¿vives aquí? — solté para cortar el silencio incómodo.

— Oye, hazme el favor y cállate. Realmente necesito practicar.

— ¿Practicar? ¿Practicas para dormir? Digo, porque lo único que estás haciendo es... — hice un gesto con mis manos, señalándolo con confusión — ...esto.

Abrió los ojos resignados y negó. — No lo entenderías, niña. Todo esto forma parte de mi entrenamiento. Y como líder, necesito inculcarle a mis colegas a entrenar tan duro como lo hago yo. Así que, te voy a pedir muy cortésmente que te retires de mi templo, que por cierto, es privado. — aclaró, volviendo a cerrar los ojos.

— No había ningún letrero que diga es es privado. — me excusé y defendí.

— Pero tampoco es un lugar para turistas. — abrió los ojos, calándome con una mirada tan oscura y casi colérica. Vaya, si de veras las miradas mataran, yo ya estaría bajo varios metros de tierra, compartiendo una aburridísima partida de ajedrez con mi difuntísimo abuelo. Fruncí el ceño molesta, cruzándome de brazos. — ¡Shu! — musitó por última vez antes de cerrara los ojos nuevamente, y de que me vaya que aquel lugar con pasos largo y furiosos.

¡Ah! Qué muchacho tan egocéntrico.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro