
040.
De manera repentina, algunos de los titanes comenzaron a ayudarnos cuando hemos logrado rescatar a Armin Arlert.
—Levi —le llamé al momento en que mi vista captaba algo a lo lejos—. ¿Estás viendo lo mismo que yo?
—Sí. Los titanes están ayudándonos.
—No. No me refiero a eso —dije al momento en que comenzaba a señalar en una dirección—. ¿Lo puedes ver? Él está llamándonos...
—No puede ser...
Levi se sorprendió cuando ha visto a Zeke Jaeger alzando su brazo mientras nos miraba fijamente y nos gritaba que nos acercáramos.
—Ustedes dos querían encontrarme, ¿no es así? —preguntaba Zeke sin dejar de mirarnos—. ¡Estaría mintiendo si digo que yo también quería encontrarlos!
—Levi —le llamé al momento en que sostenía su mano con fuerza—. Hazlo. Acaba con él.
Sin esperar un solo segundo, mi esposo se lanzó contra Zeke y le cortó la cabeza para así terminar con su vida; causando de esa forma que el retumbar se detuviera.
—¡Señorita Ackerman, Jean ha explotado la cabeza del titán de Eren! —me advirtió Gabi una vez hemos atrapado el cuerpo de Levi—. Tal como habíamos previsto esa cosa en forma de ciempiés quiere volver a unirse con él...
—Falco. Saquemos a los demás de allí —dije seriamente—. Es momento de que Armin explote todo a su alrededor.
El pequeño niño comenzó a acercarse a los demás para sacarlos del campo principal y así dejarle vía libre al chico Arlert.
—Los huesos han desaparecido y el retumbar se ha detenido —dijo Connie al momento en que aterrizábamos lejos del caos—. No es que no tenga remordimiento, pero nosotros hicimos lo correcto, ¿verdad?
—Detuvimos el retumbar... Por el momento —mencioné, ocasionando que los demás me miraran confundidos—. Miren allí. Esa cosa sigue con vida aun cuando Armin explotó todo a su alcance.
—¿Qué demonios es esa cosa? —preguntó Jean, confundido.
—No lo sé, pero no podemos dejarlo con vida —dije al momento en que veía como Eren volvía a transformarse—. Ah... Sigues causando un alboroto, Eren.
—¿Qué es lo que haremos ahora? —preguntó Connie—. No podemos dejar que Eren y esa cosa extraña vuelvan a juntarse.
—Esa cosa sobrevivió a la explosión del titán colosal. Será imposible para nosotros matarlo —dije soltando un suspiro—. No hay otra forma. Debemos encontrar el cuerpo de Eren y cortarle la cabeza para acabar con esta pesadilla.
—¿Uh? ¿Están viendo eso? —preguntó Jean mientras señalaba la cosa brillante del suelo—. Esa cosa está esparciendo humo.
—¿Acaso se ha muerto? —preguntó Mikasa con un poco de esperanza.
—No. Este no es el olor de un titán muerto —respondió Connie.
—No es posible —musité con sorpresa al percatarme de lo que realmente significaba este humo—. Levi...
—Lo sé. No tienes que decírmelo —dijo con un tono de voz afligido al momento en que sostenía fuertemente mi mano—. Yo lo cuidaré bien... Así que no te preocupes por ello.
—Confío en ti —dije con tranquilidad mientras formaba una pequeña sonrisa para luego mirar a los demás—. Todo aquel que sea un Ackerman o tenga un poder titánico deberá irse en este momento.
—No... —musitó Pieck, quien se encontraba junto a su familia—. Esto es demasiado para mí...
—¡Apresúrense! —exclamó Levi con seriedad—. ¡No tenemos tiempo que perder!
Mikasa tomó el cuerpo de Pieck para así subirla al titán de Falco. Levi me miró por un momento para luego depositar un corto beso en mis labios y así finalmente alejarse con los demás que no serían convertidos en titanes.
—Eso realmente me ha sorprendido —dije mientras tocaba suavemente mis labios y veía a mi esposo alejarse—. No esperaba que me dieras este último recuerdo.
—Entonces... ¿Es todo para nosotros? —preguntó Connie sin dejar de mirar hacia el frente—. ¿Lo hemos hecho bien, comandante?
—Sí. Todos lo han hecho bien.
—Eso me alegra —dijo Jean con un tono de voz un tanto afligido—. Al menos me iré sabiendo que hice todo lo posible para salvar a la humanidad.
—Gracias por todo, chicos —He formado una sonrisa y mirado hacia el cielo para así comenzar a recordar el rostro de mi mejor amiga—. No te enfades conmigo, Hange. No tenía más opción que acompañarte.
Escuché brevemente el sonido del cómo los demás comenzaban a convertirse en titanes, entonces sentí una electricidad rodearme y ya no pude volver a saber lo que sucedía a mi alrededor.
Tal parece que este era el final de mis días como soldado.
Fin.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro