
027.
Todos nos quedamos maravillados una vez bajamos del barco que nos trajo hasta el puerto de Marley. Hange, Sasha y Connie estuvieron a punto de darle unas zanahorias a un vehículo que cruzaba por el lugar. Jean, Armin y Mikasa estaban felices por probar por primera vez un helado. Levi, Eren y yo solamente veíamos a nuestros compañeros disfrutar.
—Oye. Esa bolsa no es tuya —dijo repentinamente Levi. Él se acercó hasta donde me encontraba y tomó el brazo de un pequeño niño que me había robado mi dinero.
—¡Un ratero! —gritó un hombre entre la multitud—. ¡De seguro es un inmigrante!
Las personas del lugar comenzaron a rodear al pequeño niño mientras lo cuestionaban e insultaban. Incluso sugerían que lo mejor era torturarlo o colgarlo en un lugar donde todos pudieran verlo para que los demás aprendieran que no se podía robar en este lugar.
Levi y yo nos miramos entre sí para luego acercarnos al pequeño niño que estaba completamente aterrado.
—¿Por qué asumen que es un ratero? —preguntó Levi, mirándolos con desdén—. Yo solo dije que no era su bolsa, sino que de su hermana mayor.
—Te dije que si querías comprar algo solo tenías que decirme —le regañé al momento en que miraba a los presentes—. Lamentamos el malentendido. Mi hermanito está en una estaba rebelde.
—¡¿Esperas que nos creamos ese cuento?! —exclamó uno entre la multitud mientras se acercaba a nosotros—. ¡Ni siquiera se parecen!
Nuevamente, nos hemos mirado entre sí y entendimos perfectamente lo que haríamos a continuación; Levi sostuvo fuertemente el cuerpo del niño, luego comenzamos a correr mientras éramos seguidos por Hange y los demás. Huimos por unos minutos y cuando pensamos que era seguro nos detuvimos. Levi soltó al niño y en cuestión de segundos este desapareció, pero al mirar hacia la parte más alta de una pequeña montaña pudimos verlo saludándonos mientras sonreía ampliamente y nos mostraba una bolsa con dinero que sin duda alguna pertenecía a Levi.
—Da igual, solo era un bono que recibí de los Azumabito —suspiró y me miró fijamente—. Además, ya conseguí lo que quería.
—¿Has comprado algo? —pregunté curiosa—. No te vi acercándote a ningún puesto.
Pude notar un ligero nerviosismo en su mirada mientras ocultaba algo entre los bolsillos de su pantalón, pero antes de que pudiera indagar más en su repentina y extraña reacción, hemos oído como Onyankopon nos decía que nos llevaría a la finca de la señora Azumabito.
En todo el trayecto nos mantuvimos en silencio debido a que nos encontrábamos un poco cansados, entonces, cuando llegamos a la finca, recuperamos nuestra energía al ver una inmensa casa, la cual era muy bonita por dentro y por fuera. Kiyomi Azumabito nos recibió con amabilidad y nos sirvió un poco de té a cada uno mientras nos decía que preparó algunas habitaciones para que descansáramos. Nosotros le agradecimos el gesto que tenía con nosotros, pero también le comentamos la situación por la que tuvimos que pasar antes de llegar aquí.
—En la época, cuando gobernaba el antiguo imperio eldiano, ser parte del pueblo de Ymir era equivalente a ser alguien de la élite social, pero una vez el imperio cayó, los aristócratas que lo apoyaban fueron perseguidos y condenados por sus naciones —explicaba Kiyomi—. Este es el estado del pueblo eldiano fuera de los muros. Debo admitir que será muy difícil llevar a cabo nuestro plan de que Paradis forme relaciones amistosas con otras naciones.
—Si abandonamos el camino de la paz... No nos quedará de otra más que ayudar a Zeke con su plan —dijo Armin, afligido—. Tendremos que poner nuestras vidas en sus manos y sacrificar las vidas de los niños que Historia dará a luz.
—Es debido a eso que hoy hemos venido a Marley, para evitar ese futuro —dije captando su atención—. Nuestras esperanzas están en que en la reunión de naciones que se realizará mañana aparezca la asociación que protege al pueblo de Ymir.
—Aún no sabemos nada de las motivaciones de la organización —dijo Kiyomi.
—Lo sé. Por eso lo mejor por ahora será vigilarlos —expliqué mientras dejaba mi taza de té sobre la mesa central—. Si vemos que podemos cooperar con ellos, solo entonces...
—Declararás que la isla Paradis busca la paz —dijo, interrumpiéndome. Algo que sin duda me molestó, pero como no quería causar problemas me mantuve en silencio—. No hace falta decir que el clan Azumabito hará todo lo que esté en su poder por la paz, pero ¿Qué tan realista es este plan para ustedes?
—Entendemos cuando difícil y peligroso es, pero no tenemos más alternativas que dar nuestro mayor esfuerzo.
—Entiendo.
Se había formado brevemente un silencio, pero luego Mikasa mencionó que no veía a Eren por ninguna parte, así que sin pensarlo demasiado fue a buscarlo junto con sus demás compañeros. Esperamos por unos minutos a que alguno regresara con Eren, ya que pensamos que el chico se encontraba en casa. Sin embargo, pasaban los minutos y ellos no aparecían, por lo que Hange, Levi y yo hemos salido a buscarlos.
—Iré por este lado —indicó Hange mientras señalaba hacia la izquierda—. Les avisaré si encuentro algo.
—Entendido.
—Maldición... ¿Cómo no me percaté de ello? —se preguntó Levi, enfurecido—. Golpearé a ese mocoso una vez lo vea.
—Debió aprovechar que estábamos manteniendo una conversación seria para salir —suspiré y miré alrededor con un poco de inquietud—. Solamente espero que el enemigo no se haya dado cuenta de su presencia.
La noche comenzaba a caer y no había señal alguna de Eren o de sus amigos. Comencé a preocuparme ante la posibilidad de que el enemigo los haya capturado, no obstante, en un punto logramos ver a Hange haciéndonos señales de que nos acercáramos.
—¿Lo encontraste? —preguntó Levi.
—Sí. Los demás están con él —respondió mientras nos guiaba hasta donde los demás se encontraban—. Sé que quieren regañarlo, pero en este momento no se encuentra bien. Bueno... Ninguno está en buena situación.
—¿Están heridos? —pregunté, preocupada—. ¿Acaso el enemigo sabe que estamos aquí?
—No es eso —suspiró mientras nos miraba algo incómoda—. Tienen que verlo ustedes mismos.
Levi y yo nos miramos confundidos, pero continuamos caminando. Fue entonces que llegamos a un sitio donde nos encontramos a Eren y a sus amigos emborrachándose.
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