Lo último que logré oír luego de que cayera al suelo producto del ataque del titán bestia fue el dolor y desesperación de los reclutas que nos siguieron en esta última misión.

Imaginaba que estuve inconsciente solo unos minutos, ya que cuando el aire volvió a mis pulmones y recobré la conciencia no pude ver al titán bestia o a los demás titanes. Eso me hizo pensar que Levi los había derrotado tal como se planeó.

—¿Capitana Smith? —preguntó una voz masculina—. ¿Se encuentra usted bien?

Alcé un poco mi cuerpo para así mirar a la persona que me hablaba. Se trataba de un joven recluta de cabello corto, despeinado y de color rojizo.

—Erwin —susurré el nombre de mi hermano luego de verlo sobre la espalda de aquel recluta—. ¿Está...?

—Todavía está vivo —aseguró el chico, ocasionando que mi pecho se llenara con una ligera esperanza—. No sé por cuanto tiempo aguantará. Su estómago fue perforado, así que pensaba llevarlo con el capitán Levi para que le entregue el suero.

—Entiendo...

—Señorita Smith... ¿Usted se encuentra bien? —preguntó con un tono de voz preocupante—. Usted está sangrando demasiado...

En ese momento me percaté de que la parte izquierda de mi rostro se encontraba sangrando demasiado. Toqué suavemente con mi mano la parte herida, lo cual me hizo dar cuenta de que ya no tenía mi oreja izquierda.

—Oh... —fue lo único que mencioné ante esta situación.

—¿Capitana?

—Estaré bien —dije firmemente mientras me colocaba de pie—. Andando. No tenemos tiempo que perder.

El chico no volvió a mencionar ninguna otra palabra, simplemente acató a mis órdenes y así, ambos comenzamos a acercarnos al muro para poder cruzarlo y llegar hasta el lugar donde mi compañero se encontraba.

—Allí está el capitán —informó el chico con esperanzas una vez subió el muro—. El comandante podrá salvarse.

Mi cuerpo tambaleó y mi visión se volvió brevemente borrosa cuando llegué a la cima del muro. Sabía que debía detener la hemorragia que tenía al perder mi oreja izquierda, pero en este momento en lo único que podía pensar era en salvar la vida de mi hermano.

Bajé del muro junto a aquel recluta. Luego subimos por un techo para llegar al lugar donde mi compañero se encontraba.

—Levi —susurré su nombre, ocasionando que él rápidamente me mirara con sorpresa—. Levi... mi hermano necesita la inyección.

—¿Capitán? —preguntó Eren, confundido.

En ese momento me percaté de que Levi estaba a punto de entregarle el suero a Eren, pero se arrepintió cuando nos ha visto.

—Le daré la inyección a Erwin —informó, seriamente.

—¡Usted acaba de decir que sería para Armin! —exclamó Eren.

—Elijo mantener con vida a la persona que salvará a la humanidad —dijo firmemente, algo que a Mikasa y Eren no les parecía correcto—. Ustedes dos... ¿Acaso se han dado cuenta de lo que están haciendo? ¿Me están pidiendo que deje morir a Erwin, el comandante de la Legión?

—Pero usted...

—No tenemos tiempo para esto, apártense de mi camino —exigió al ver que esos dos lo rodearon—. Eren, olvida tus sentimientos personales.

—Usted no puede hablarme de sentimientos personales —dijo Eren—. ¿Por qué no me dio la jeringuilla de inmediato?

—Porque pensé que alguno de los hermanos Smith podría seguir con vida.

—Usted no podía saber que alguien encontraría a alguno de ellos medio muerto.

—Eso es cierto, pero ahora que ellos están aquí usaré la inyección como lo tenía planeado.

Eren se negaba a soltar el suero por lo que Levi le dio un golpe y debido a ello Mikasa se lanzó contra mi compañero para así quitarle la caja. Sin embargo, antes de que eso sucediera, él me la lanzó para que así yo le inyectara el suero a mi hermano.

—¡Detente! —exclamó Mikasa con desesperación—. ¡No lo hagas!

La chica intentó acercarse, pero fue rápidamente detenida por Levi y una recién llegada de Hange.

—Capitana Smith, piénselo bien —dijo Eren desde lejos—. Recuerde que fue Armin quien propuso defender Trost tapando el agujero con una piedra. También fue él quien descubrió la identidad de Annie y el que sacó a Reiner de su escondite. ¡Yo pude vencer a Bertolt gracias a él! ¡Ni el comandante, ni usted o yo salvaremos a la humanidad! ¡Será Armin!

—Salgan de aquí —dije firmemente, ocasionando que los amigos de Armin se alteraran—. Haré que Erwin se coma a Bertolt.

—Capitana, por favor —suplicó Eren al momento en que sostenía mi pierna para detenerme—. Armin y yo prometimos que iríamos a ver el mar algún día. Veríamos el océano que se encuentra al otro lado del muro... ¡Armin tiene sueños! ¡Por favor no se los arrebate!

Me mantuve en silencio, entonces, el recluta que me trajo hasta aquí se encargó de llevarse a Eren mientras que Levi y Hange se encargaron de Mikasa. Comencé a preparar el suero, luego lo acerqué al brazo de mi hermano y estuve a punto de inyectarlo, no obstante, en ese segundo él se apartó y con una sonrisa susurró:

—... Gracias por todo, hermana...

Al oír las palabras de mi hermano me hizo entender que él se había completamente desligado de aquel sueño del que tanto quería cumplir y que había aceptado su muerte. Pero además de ello, también me hizo recordar las últimas palabras que me mencionó antes de sufrir el ataque del titán bestia.

❝Tengo que decir que sobrevivir a algo como esto es imposible, pero si de pura casualidad sobrevives, me gustaría que cumplieras con tu propio sueño, sin embargo, si ambos llegamos a morir, ten por seguro que volveremos a renacer como hermanos y cuando eso suceda seré yo quien te ayude a cumplir con tu sueño. Gracias por todo, hermana❞.