La puerta sur de Shiganshina fue abierta para que el cuerpo de exploración avanzara a enfrentarse a aquellos titanes del exterior.

Los rayos del sol paraban en mi rostro haciéndome sentir una calidez bastante acogedora y la brisa del viento me hacía sentir aquella libertad que nunca antes había sentido.

Sin duda alguna el exterior era mucho mejor que la ciudad subterránea.

—Ah... Esto es lo peor, realmente salimos —oí a Furlan a mi lado—. Si todo hubiera ido acorde al plan, ahora tendríamos un ejemplo de esa cosa. ¿Exactamente dónde la esconde Erwin?

—No te preocupes, me encargaré de los titanes de algún modo —mencioné, tranquilamente.

—Sin importar cuántos enfrentes...

—¿Dices que no confías en mí? —pregunté, interrumpiendo sus palabras.

—No, no me refería a eso...

—¿Tienes miedo, Furlan? —preguntó Isabel, con burla.

—¡No tengo miedo!

—Solo déjamelo a mí, Furlan —dijo Isabel, animada—. Será fácil deshacerme de esos asquerosos titanes por ti.

—¡Dejen de perder el tiempo! —exclamaron detrás de nosotros—. ¡Enfrentarse a un titán no es tan fácil como creen! ¡Dejen de actuar como si fuera una broma! ¿Tienen idea de cuántos soldados han sido devorados por titanes? ¡Tú basura del subterráneo no seas tan engreído!

—Puedes decir lo que quieras —comenzó a hablar Isabel—. Pero si derroto a un titán, todos aquí estarán al mismo nivel que esa "basura del subterráneo".

—¡¿Cómo dices?!

Antes de que las cosas se pusieran mal para Isabel me he cruzado en el camino de aquella persona.

—Ya déjalos, Sayram —oí a ____, quien se acercaba rápidamente en su caballo—. Creo haberte mencionado que aquí todos somos compañeros y debemos tratarnos de una buena manera, ¿no?

—¡Usted es demasiado blanda con la basura del subterráneo, Señorita ____! —exclamó, molesta—. ¡Debería ser más autoritaria...!

—¿Perdón? ¿Cómo has dicho? —preguntó, sonriendo mientras miraba a Sayram; quien realizó una expresión asustadiza—. Me pregunto si quieres recibir un nuevo castigo cuando regresemos.

—¡No! ¡Por supuesto que no! —dijo rápidamente—. ¡Lamento mucho mi falta de respeto!

Smith siguió sonriendo para luego acercarse hasta donde me encontraba con mis compañeros.

—Ustedes han hecho un gran trabajo en los entrenamientos, pero esto es muy distinto —dijo, seriamente—. No se confíen demasiado o terminarán muriendo.

Simplemente la miré unos segundos, para luego percatarme de que un titán había aparecido. Aquel titán de 15 metros había devorado a unos soldados por lo que miré a mis compañeros; quienes sonrieron con confianza.

—¡Espera! ¡¿Qué estás planeando?! —exclamó Flagon, confundido.

—No debemos tomarnos esto a la ligera, ¿verdad? —dije, avanzando rápidamente en mi caballo—. Isabel, Furlan... ¡Vamos!

—Si hubiera sabido que enfrentaríamos esto cada vez, beber agua de la canaleta hubiera estado mejor —mencionó Furlan.

—¡Deja de decir eso y hagámoslo juntos! —exclamó Isabel.

—La manera en la que mueve sus brazos es un problema —mencioné, mientras miraba al titán correr—. Distraeré al titán. Traten de cortar sus piernas para que no se mueva, ¿vale?

Ellos asintieron. Entonces con mi equipo de maniobras comencé a dirigirme hacia el titán, rápido y con agilidad me acerqué a él para captar su atención. Unos segundos bastaron para que se percatara de mi presencia y eso lo aprovecharon mis compañeros; quienes se lanzaron a cortar las piernas de aquel titán.

A continuación, el titán comenzó a caer por lo que aproveché esa oportunidad para posicionarme en su nuca y así finalmente realizarle un profundo corte en la parte posterior de su cuello.

—¡Asombroso, Hermano Levi! —gritaba emocionada Isabel.

—Ustedes también lo han estado —dije, tranquilamente mientras regresaba mis cosas a su lugar y en eso pude notar que ____ Smith estaba mirándome con una sonrisa.