chapter sixty-nine. family line
𝐁𝐘 𝐌𝐘 𝐒𝐈𝐃𝐄 ━━ volumen siete
capítulo sesenta y nueve
❝ family line ❞
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CORRÍ TAN RÁPIDO COMO mis piernas me lo permitían, mirando a mis alrededores y en busca de aquella cabellera castaña.
—¡Judith!— grite con Aarón a mi lado.
—¡Estoy aquí!— escuché el grito de la pequeña.
Solté un suspiro aliviado mientras corría hasta ella para abrazarla muy fuerte.
—Lexie, me aplastas mis órganos— se quejó a duras penas.
Asentí separándome de ella —¿Estás bien?
Comencé a revisar que no tuviese alguna herida y ella asintió, me paré de nuevo colocándola detrás de mi cuando vi al grupo de personas acercarse.
—Los oí gritando, necesitaban ayuda— dijo la pequeña.
Saqué la espada de su funda, manteniéndome alerta en cualquier momento.
—Nuestro trailer fue invadido— se apresuró a decir el chico —La señorita Grimes nos salvo.
—Aún nos necesitan.
Tomó la cantimplora que colgaba de mi y se acercó a entregárselas antes de que pudiese detenerla.
El grupo me observó en busca de indicaciones, formé una línea en mis labios.
—No podemos y lo sabes, Jud— recordé.
Se giró a mi —Pero...-
—Oigan, una vez incursione en las artes culinarias hace tiempo y... con un poco de ayuda puedo convertir a ese ciervo en un fabuloso...-
—Guisado— le interrumpió Eugene.
—Lo hacemos guisado— informé con mi ceño fruncido —Rinde más.
—¿Hay más en su grupo?— cuestionó la pelirroja.
Judith asintió —Muchos más, tenemos muros y...-
—¡Jud!— regañe, haciéndola girarse a mi
Estuvo apuntó de protestar cuando escuchamos los gruñidos de los caminantes, me giré a la castaña.
—Mantente aquí, no hagas nada que yo no haría— le indique, antes de caminar hacia los caminantes.
Mate a algunos de ellos con ayuda de Eugene y Aarón.
—Vienen más— informó Rosita.
—Tenemos que irnos— dije a todos.
—Necesitan comida y medicinas.
Miré a la pequeña —Judith... ya sabes que...-
—Si no van, yo tampoco— sentenció y le miré arqueando mis cejas.
Los caminantes se acercaban y los otros me miraron en busca de una decisión final, tense mi mandíbula y finalmente asentí.
—Pero si Michonne me ahorca te arrastraré conmigo, ¿Entiendes?
Ella asintió rápidamente y nos encaminamos devuelta a los muros de Alexandria.
—SIENTO LA NECESIDAD DE recordarles que lo que estamos haciendo es una violacion directa y fragante de los protocolos de seguridad.
Miré a Eugene —Gracias por recordarme que Michonne me va a matar— le sonreí irónica.
Rosita le quitó las bolsas al resto del grupo y la puerta se abrió dándole la vista a todos de la comunidad.
Titubearon al momento pero gracias a Judith, el grupo se atrevió a pasar hasta los muros, saque el pequeño pañuelo para limpiar la hoja filosa de la espada y me adentré a los muros.
—¡Mamá!— exclamó Gracie desde el otro lado y le sonreí.
—Quédate ahí, pequeña— pedí y ella retrocedió asintiendo.
No le quité la mirada de encima hasta que la vi irse a jugar con los otros niños, ella cada vez estaba más grande y su cabello era cada vez más rubio, es amable y una mini copia en personalidad de Carl y mía cuando teniamos esa edad.
Los demás no tardaron en salir a lo que, me apresuré a explicarle a Siddiq.
—Hay otro en el carro, se golpeó la cabeza, posible contusión.
Él asintió —Gracias.
—¿Necesitas ayuda?— le inquirí.
Negó —Es una contusión.
Reí —Lo se pero me gusta recordarte que tengo mas experiencia que tú y no fui a la escuela de medicina.
Soltó una carcajada —La llevaré a la enfermería de inmediato.
Asentí levemente mientras Rosita le indicaba donde.
—Yo voy con ella— se apresuró a decir la otra mujer.
El caballo de Michonne llegó más tarde, lo cual me hizo mirarle ya que no venía sola, sino con Carl de compañía.
—Bienvenidos sean todos a mi funeral— bromeé solo para Siddiq.
Rosita pareció escucharme ya que me miró mal, pero esa mirada no se comparaba con el sermón que Michonne me daría más tarde.
Ella bajó del caballo, al igual que el pecoso que la acompañada, quien de inmediato se acercó a mi para dejar un cálido beso en mis labios.
—¿Pueden decirme que es esto?— cuestionó rápidamente la mujer.
—Seis desconocidos, sin armas, una ira a la enfermería— informé.
Michonne pasó entre ellos, analizándolos a uno por uno mientras revisaba que no llevaran armas.
—¿Sin armas?— ella me miró —¿Estás segura, Alex?
Asentí levemente, mire a Eugene cuando se apresuró a hablar.
—Así es, avalado y garantizado, no tienen armas, las entregaron voluntariamente y se sometieron al chequeo de rutina— defendió él.
—¿Y por qué están aquí?— me preguntó Carl.
—Los traje yo— hablo Aarón.
—No tienes ese poder— sentenció y mire a Judith de reojo.
Negué —No, fui yo, lo decidí yo.
—Yo le dije que los trajera— habló Judith —Necesitaban ayuda.
—Judith, conoces las reglas— le susurró en voz dulce —Igual que todos.
—Sea como sea, ya están aquí y una está herida, la atenderé yo misma si quieres— le dije.
—Deberíamos definir su destino entre todos, pronto obscurecerá, lo haremos mañana a primera hora en una votación— indicó el pecoso y asentí.
Michonne asintió —Bien, llévenlos adentro.
Solté el aire retenido en mis pulmones, viendo a los demás irse por fin pude girarme al castaño a mi lado.
—Creí que me mataría— mencioné escondiendo mi rostro sobre su pecho.
Escuché como rió, amaba su risa.
—Te fuiste muy temprano en la mañana— recriminó.
Asentí —Lo se, pero le prometí a Aarón que saldría más y, tenía que darle desayuno a Gracie y...-
Asintió levemente, colocando sus manos sobre mi cintura y plantando un beso más largo sobre mis labios, coloqué mis manos sobre sus mejillas enrojecidas.
—Te extraño— musitó una vez que nos separamos.
—Solo me fui unas horas— sonreí.
—Aún así, no dijiste adiós.
—Lo hare para la próxima, lo prometo, ahora debemos preparar la cena.
Asintió de acuerdo, mientras tomaba su mano, ambos avanzamos hasta el parque de juegos con varios niños jugueteando por todos lados, pero me concentré específicamente en Gracie.
Quien corrió hasta mi y la abracé muy fuerte mientras le daba vueltas y ella reía.
Respecto a Carl y yo, seguíamos siendo tres, aun no había un cuarto pero él y yo ya estuvimos planenadolo y ahora solo estamos en espera de ese positivo.
TERMINE DE SERVIRLE A GRACIE su vaso de jugo de manzana, notandola completamente llena de salsa de tomate.
—Gracie, no juegues con el spaghetti— pedí en tono dulce.
—Lo siento, mamá, es inevitable.
Carl le pasó una servilleta para que pudiese limpiarse y así lo hizo.
—¿Qué encontraron afuera?— me preguntó él.
—Uh, un ciervo y... nada más— sonreí levemente.
—Mami, ¿Por qué los pájaros vuelan?— inquirió la rubia, luego de beber de su jugo.
Abrí mis ojos tanto como pude, mirando ahora a Carl, quien estaba igual de pensativo que yo.
—Porque tiene plumas, cariño— contestó él —Y porque así es su naturaleza.
—¿Podemos tener una de mascota?
—Si encontramos una, si.
Reí ligeramente —Solo evita tenerla cerca del tío Daryl o se la va a comer— murmuré haciéndola reír.
—¿Por qué no hemos visto al tío Daryl?— preguntó Gracie.
Ella estaba en esa edad donde las preguntas no paraban, incluso una vez me pregunto de dónde venían los bebés, decidí huir.
—Porque está en su hogar— explicó el pecoso y asentí.
—Uh, el tío Daryl me da miedo, aunque me envía zarigüeyas en mis cumpleaños.
—CÓMO SEGURAMENTE SE habrán dado cuenta, llevábamos mucho tiempo sin ver caras nuevas dentro de estos muros— habló Gabriel —Somos una comunidad justa de gente buena y decente pero no somos débiles y eso no va a cambiar hoy.
Miré a Carl junto a mi y él se aclaró la garganta —Bien, comencemos.
Mire al grupo frente a nosotros —¿Quién de ustedes es el líder?— inquirí.
Se miraron entre ellos —¿Y por qué creen qué hay uno?— cuestionó la de cabello anaranjado y esponjado.
Encogí mis hombros —¿Ya se conocían de antes?
—No, primero estaba Magna y Yumiko— contó Luke —Ah, después llegó Becca y... uh... Connie y Kelly y luego yo y Bernie, ah, mierda, perdonen, perdimos a Bernie ayer.
Asentí levemente, removiéndome en mi lugar y tomando la mano de Carl bajo la mesa para entrelazar nuestros dedos.
El chico intentó aclararse la garganta para no llorar —Había otros, obviamente, pero igual que Bernie se... no lograron sobrevivir.
—¿Qué eras antes?— le preguntó Aarón a mi otro lado.
—¿Yo? Antes de todo esto... era maestro de música.
Luego de una larga sesión de preguntas, finalmente Michonne tomó el mando antes de la votación.
—Yo tengo una pregunta— interrumpió a Aarón, haciéndome mirarla —Como comunidad, queremos ser buenos, queremos ser generosos y queremos ser caritativos pero como sabemos, las decisiones como las que estamos por tomar puede tener un precio muy alto.
Me miró, como si se tratara de una indirecta o algo así, ella se levantó y caminó hasta Magna, mientras yo seguía cada movimiento que hacía.
—¿Me mostrarías tu mano izquierda?— pidió.
Me levanté —Michonne, ¿Qué estás haciendo?
Ella no se movió, sin embargo, la morena tomó la mano a la fuerza, descubriendo un tatuaje.
—¿Te lo hizo un camionero?— le cuestionó a Magna.
—Vete al carajo.
Fruncí mi ceño —¿Qué es?
—¿Se lo dices tú?
Carl también se levantó —Mich, si tienes algo que decir...-
—Es un tatuaje carcelario— le interrumpió —Los cuatro puntos son los muros y el punto de en medio eres tú, la prisionera, tiempos difíciles.
Mire al resto de las personas presentes cuando comenzaron a murmullar, en mi defensa, no tenía idea de la existencia del tatuaje.
—Solo porque estuvo presa...-
—Puedo explicarlo— se apresuró a decir.
—¿Quieres decir la verdad?— le cuestionó Michonne.
La miró —Si.
—¿No tienes nada de ocultar?
—Nada.
—Entonces pon el cuchillo sobre la mesa.
Fruncí aún más mi ceño, ahora si estaba en serios problemas, muchos más cuando ella sacó el cuchillo de su cinturón y lo puso sobre la mesa.
—Yo, tengo memoria— Michonne me miró —Y se que ustedes también, así que adelante, hagan la votación.
TERMINE DE VENDAR LA CABEZA de la pobre chica que se encontraba inconsciente sobre el camastro.
Saqué la linterna de mi bolsillo y revisé ambas pupilas con el ceño fruncido.
—¿T... todo esta bien?— Becca, la pelirroja inquirió.
Asentí levemente —Si, solo revisaba su actividad cerebral en caso de que se presente otra cosa.
Quité los guantes de mis manos y los coloque sobre el basurero.
—¿En serio eres doctora? ¿Cuántos años tienes?— Magna preguntó.
Le miré —Si y tengo veinticuatro, su amiga esta en buenas manos, ¿Vale? No es la primera vez que hago esto.
Ambas asintieron —¿Cómo te llamas?— la pelirroja inquirió.
Detuve mis movimientos ante tantas preguntas, me acomode sobre la mesa y titubee.
—Alex.
—Si, pero... ¿Tu nombre completo?
—Becca, somos invitados, disculpala— Luke, el único chico pidió mientras Magna intentaba no reírse.
Le sonreí negando —Está bien, es Alexandra Ford, Grimes de casada, Hufflepuff, team ironman, esposa de Harry Potter en otra realidad, y... ya.
Ella bajó la mirada de arrepentimiento, pero no le preste mucha atención para cuando ya había tomado el estetoscopio e ido a revisar a los demás pacientes.
Mis días eran así solamente, todo el día en la enfermería atendiendo y ayudando, luego iba por Gracie al salir de sus clases, casa, la cena y dormir.
Como un ciclo, no uno molesto, uno más... tranquilo a lo que vivimos afuera.
BAJÉ LAS ESCALERAS CON CUIDADO, encaminándome hasta la cocina y terminando de lavar el resto de los cubiertos, Carl había lavado la mitad así que me tocaba la otra mitad.
—¡Gracie!— regañe —Se supone que debes estar dormida.
Rió —Lo siento, mamá, quería asustarte.
Negué —¿Por qué? Yo solo venia a limpiar.
—Es que no puedo dormir— se quejó.
La abracé tomando de su mano —¿Quieres que te vuelva arropar?
Ella asintió —Si, por favor y cuéntame una historia.
Sonreí —¿Cuál de todas quieres oír hoy?
Pensó —La de los dos mejores amigos que vivían en una granja.
Asentí levemente, escuchando la madera de la puerta ser golpeada por alguien.
—Ve arriba, iré en cuanto pueda.
Ella asintió corriendo hasta las escaleras, finalmente cuando la vi terminar de subir, me dirigí hasta la puerta para ver a Magna.
—¿Pasa algo?— le pregunté.
Ella asintió —Les faltó uno— me entregó el cuchillo.
Lo tomé agradeciéndole en voz baja.
—Sabes, esa mujer no estaba equivocada, he hecho cosas, cosas terribles y si tuviera todo esto, tampoco confiaría en mi.
La vi bajar las escaleras —Todos hicimos cosas, de no ser así no estaríamos aquí, no siempre es fácil aceptarlo.
—Es mejor que perderlo todo.
Recordé, —Uh, tu amiga... Becca, me miraba raro en la enfermería, ¿Dije algo malo?
Ella sonrió y resopló devolviéndose —No, ella cree que son familia o algo así— fruncí mi ceño y procedió a explicarme —Tú apellido es Ford, ¿No?
Asentí —Si, ¿pero eso que tiene que...-
—Ella también se apellida Ford— interrumpió.
Me quede estática en mi lugar, por no decir que estaba a segundos de desmayarme.
—Ya veo...— murmuré.
—Lo se, le dije que era una estupidez pero esta muy convencida.
—Bueno...— susurré —También creo que es una estupidez.
Asentí levemente, viéndola irse y cerrando la puerta detrás de mi, suspiré mirando a Judith en las escaleras.
—Judith Grimes— regañe.
—Dijiste que él habría querido que lo tuviera— señaló el arma —Para protegerme a mi y a la gente que quiero.
—Es verdad, pero se supone que Carl y yo debemos protegerte a ti.
—¿Por eso quieres que se vayan? Porque creo que papá habría querido que hiciera lo que hice ayer.
Negué —Nunca dije que quería eso, pero se que él habría estado orgulloso.
—¿Y por qué Michonne no los ayuda?
Pensé —Algún día lo comprenderás.
Bajó las escaleras —Se que aveces mi hermano llora por papá— dejó el pequeño muñeco en el escalón —También yo.
Mi expresión se aligeró —Jud...-
—Estoy empezando a olvidar su voz, no quiero pero cada vez desaparece más.
La vi irse, sintiendo mis ojos lagrimear al darme cuenta que, yo también había olvidado la voz de papá, la de Beth, Glenn y Lori... no me había percatado de eso y ahora solo eran recuerdos borrosos.
—Mamá, ¿Si me vas a arropar?— Gracie asomó su cabecita.
Asentí —Ya voy, cariño, dame... dame un minuto.
—¿Estás llorando? ¿Es por el tío Glenn?
Negué —No, no es nada, ya voy, te contaré esa historia solo... déjame recordarla.
Asintió regresando a su habitación.
—TARDE PERO SEGURO— dije a Carl mientras terminaba de correr hasta ellos.
El grupo se iría, lamentablemente así que nos tocaría despedirlo o algo así.
—Tal vez pueda hablar otra vez con Michonne— propuse al pecoso.
—Aquí viene— señaló.
Así era, Michonne venía hacia nosotros en caballo.
—Cambio de planes— informó —Hay un lugar parecido a este, quizá se puedan quedar ahí, los acompañaremos hasta allá.
Me señaló y le miré asombrada —¿Hablas de mi, verdad?
Ella asintió con una sonrisa y Judith rió a mi lado, hacia mucho tiempo no iba a Hilltop.
Asentí levemente —Hablaré con Jesús.
—¿Hablas de Hilltop?— se preguntó Carl.
—Con Alex, y contigo, supongo— sonrió —Alex le echará un ojo a su paciente hasta llegar.
Él asintió rápidamente, mientras me giraba a Judith nuevamente.
—Ya sabes que hacer— quite el sombrero y deje un cálido beso sobre su frente.
Ella asintió —Cuidare todo, lo prometo.
—Y nosotros volveremos, lo prometo— sonreí juntando su meñique con el mio.
Luego, ella se lanzó a abrazarme con fuerza, así que acepte de inmediato.
—Cuida a mi hermano— susurró en el abrazo —Puede ser un torpe.
Reí —Lo haré.
Holi, ya volví pero no para siempre así que no me funen 😭
Solo paso a hacer spam, publique dos fics nuevos y me gustaría que le dieran apoyo <3
1. Afterglow (Lexie Grey)
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