chapter ninety-nine. the lucky ones
BY MY SIDE
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❝ the lucky ones ❞
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Alexandria parecía verse como nuevo, aunque aún faltaba mucho por hacer, me gustaba la nueva forma que estaba teniendo la comunidad y amaría ver el final.
Sonreí colocando ambas manos sobre mi cintura y girandome cuando los soldados se adentraron por las puertas de Alexandria. Estar devuelta se sentía tan bien, batalle demasiado para salir de la Commonwealth después de lo que paso con Glenny así que decidimos posponer esta excursión como por dos semanas hasta que Carl y yo estuvimos listos.
Ahora Derek cuidaba a Glenny, le tomo una fotografía antes de que me fuera y me la ha dado para no estar tan preocupada así que, cada vez que creía que iba a salir corriendo, la veía y recordaba que él estaba bien y en buenas manos.
Con cierto cuidado me acerqué hasta las puertas de la camioneta al notar que no se abrían y sin embargo, algo me dijo que me detuviera así que lo hice al escuchar las voces.
—Estas siendo dramática— escuché a Hornsby.
—Ja, voy a ser aún más dramática— la voz de Pamela le respondió —Si esto no funciona, nos vamos. Esta gente puede quedarse con nosotros para siempre o que se quede y repare su propio hogar, ya tenemos suficientes problemas en casa como para preocuparnos por unas comunidades pequeñas en otro estado.
—Dales otra oportunidad, Pamela, creo que te sorprenderás.
No podía describir lo molesta que estaba ahora, no podía dejar de temblar en irá. Incluso apreté mis dientes para no hablar o actuar, cuando la puerta se abrió, volví a la realidad.
—Hey, bienvenidos— sonreí a Pamela, con Carl y Daryl llegando justo a tiempo.
—Alex, es un placer volver a verte— Pamela abrió ambos brazos y me envolvió en un pequeño abrazo.
En el cual mire a Carl con una expresión desagradable, lo cual lo hizo sonreír con burla.
—¿Un recorrido?— inquirió el chico al ver la tensión.
No me gustaba como Pamela intentaba plantear una amistad que no existía, no confiaba en ella y Pamela lo sabía, por lo que aprovechaba cada oportunidad para hacerme algún favor o saludarme de una manera muy cariñosa, justo como ahora.
—No esperaba menos.
Asentí sonriendo, ambos avanzamos junto a ella, con Hornsby, Mercer y Daryl siguiendonos el paso.
—Alexandria era una comunidad ecológica y autosuficiente— informé a ambos —Teníamos agua, paneles solares y un sistema de cultivo.
—¿Quién era el ingeniero?
—No recuerdo haberlo conocido— Hornsby admitió.
Carl y yo nos miramos —Nadie, de hecho— se apresuró a contestar él —La líder de una comunidad aliada nos dio los planos.
Asentí —Maggie Rhee, estudiamos los planos entre todos y lo construimos.
—Fascinante.
—¿Cómo se mantuvieron seguros en un lugar tan aislado?— Mercer inquirió.
Carl negó —No fue fácil, luchamos bastante... perdimos bastante.
—Pero nos recuperamos— añadí de inmediato.
—¿Qué hacían en el pasado?— Pamela inquirió tanto a Carl y a mi.
Titubee, ¿recordarlo? No, no lo recordaba demasiado, por lo que solo respondí: —Teniamos once años.
Ella rió —Por supuesto, casi siempre olvido que han pasado tantos años.
Nos adentramos hasta una de las casas, la misma casa de Deanna Monroe.
Al entrar, Pamela tomó la primera fotografía que encontró de la mujer, mientras Carl, Hornsby, Daryl y Mercer salían tras seguir su recorrido de seguridad.
—Luce como la recordaba— ella rió ligeramente.
Le miré —¿La conociste?
Asintió —Sí, bueno, solíamos cruzarnos bastante en los círculos filantrópicos de aquellos tiempos, no me interesaba la política en ese entonces pero, ella, sin embargo, había nacido para ello— me miró —¿Era una buena líder?
—Nos abrió las puertas, nunca habíamos conocido a nadie así.
Me recargue sobre la pared junto a la ventana.
—La admiras.
Encogí mis hombros —Ella me dijo que sería el futuro de su comunidad y... miranos a aquí, ella construyó todo esto para nosotros, algo por lo que pelear.
Bajo la mirada —Pero cayó.
—Y siempre volvió a ponerse en pie.
Frunció su ceño —¿Cayó más de una vez?
—Sí, como todos.
Dejó la fotografía en su lugar, mostrando más interés en lo que pudiera decirle, provocando que me quitara de la pared para mirarle firme y sin miedo alguno.
—¿Cuánto tiempo llevas liderando este lugar?— se preguntó.
—Seis años— contesté —Comencé desde que tenía dieciocho.
—Muy joven.
Asentí —El padre de Carl lo lideraba antes pero... él murió.
—Lo lamento— musito —Debió ser duro tener que encargarse de una responsabilidad tan grande.
—Lo fue— suspiré —Pero me acostumbre y tuvimos ayuda, creamos un consejo para tomar decisiones y nos ayudamos mutuamente.
—Ojalá todos tuviéramos eso.
—Podrías tenerlo— admití —Solo necesitas proponertelo.
—¿Cómo? Confío en pocas personas, Alex, una de ellas eres tu.
Mi ceño se aligero —¿A qué quieres llegar con esto?
—Solo digo que lo del consejo es buena idea pero, ¿Cuánto tiempo durará?
—Todo el que quieras darle.
—Pero al final del día terminas tomando tu las decisiones.
—Con ayuda de las personas en las que confías y consideras tu familia— sonreí —Es fácil cuando se tiene una familia.
Tanto Carl como Mercer y Hornsby se adentraron de inmediato en ese momento, haciéndonos mirarlos a ambos.
—¿Qué pasa?— pregunté al pecoso, ambos se veían demasiado preocupados.
—Una brecha, veré si hay caminantes afuera.
Asentí tomando su mano mientras avanzába junto al soldado, miré por la ventana al que parecía ser el único caminante.
—¿Cómo perdieron a Deanna?— Pamela inquirió.
Le miré bajando la mirada y sosteniendo la katana en mis manos —La mordieron.
—¿Se convirtió?
Asentí —Sí, pero nos encargamos.
Ella asintió mirando a Hornsby —Creo que ya he visto suficiente.
IRÍAMOS A OCEANSIDE luego de aquel arrebato, sabía que todo había salido mal y tenía algo de esperanza en que los demás se nos unieran y todo fuera como antes.
Es lo único que quiero, paz.
Cuando caminé hasta la camioneta con una caja llena de algunas cosas que habíamos dejado en nuestra antigua casa, mi ceño se fruncio al ver a Carl recargado sobre esta misma, con una expresión neutra, como la que suele hacer cuando algo le preocupa demasiado.
—¿Qué sucedió?— inquirí.
—Es... nada.
Negué, dejando la caja sobre la camioneta —No, dime, ¿Qué sucede?
Levantó la mirada con mis manos tomando sus mejillas, era claro que algo malo le sucedía y quería saber cómo ayudarlo.
—Si Maggie no acepta el trato, Rachel en Oceanside tampoco y entonces Alexandria quedará fuera y no avanzaremos— soltó.
Entonces recuerdo la conversación de Hornsby y Pamela antes de bajarse en Alexandria. Era obvio que Pamela no quería ayudar en nada y solo hacía esto porque Lance la había manipulado para hacerlo y fingir amabilidad.
—Maggie aceptará— aseguré, aunque ni yo sabía si eso podría pasar —Ya verás.
Suspiró, dandome un cálido abrazo que acepté sin dudar. Acaricié su espalda con delicadeza, cerrando los ojos un segundo.
—Vamos a estar bien, Carl, no te preocupes, incluso si Maggie no acepta.
—No quiero dejar Alexandria— admitió.
Negué, aún en el abrazo —No lo haremos, si no lo hicimos antes menos ahora que estamos avanzando poco a poco.
Esa parte es verdad, Alexandria parecía estarse recuperando gracias a la Commonwealth y llegaría un punto en el que no los necesitaríamos, pues nos las habíamos arreglado antes, sabía que podríamos otra vez.
Durante el camino nos detenemos de pronto, quedándonos así en silencio al principio luego de escuchar los gruñidos de los caminantes fuera del auto.
Fue como si estuvieramos conectados, pues Carl tomo el hacha de su cinturón y yo tomé la katana del suelo, bajandonos al mismo tiempo del auto para ver qué sucedia.
—Es Maggie— anunció Daryl.
Busqué entre la multitud de personas y caminantes —Y Lydia— añadí.
Sin dudar, avanzamos hasta ellos para ayudarlos. Terminé con varios de ellos, justo cuando me di la vuelta, le clave la punta de la espada al caminante que estaba por encima de Maggie.
Ella suspiro, tomando mi mano con delicadeza y nos abrazo a Carl y a mi cuando este se acercó.
—¿Estás bien?— le pregunté, ya que estaba llena de sangre y suciedad.
Más guardias venían hacia acá junto a Pamela. Daryl, Carl, Maggie y yo nos quedamos de pie frente a ellos, mirando la sonrisa ancha que Pamela fingía frente a nosotros.
—Tu debes ser Maggie— dijo ella a la castaña junto a nosotros.
Más tarde estábamos rodeados de guardias de la comunidad, vigilando en caso de cualquier ruido. Cuando tomé la cantimplora de agua y se la entregué a Maggie.
—Deja que te revise, podrías estar deshidratada— le dije.
Ella negó —Estoy bien, de verdad, ¿Los demás están bien?
—Sí, les di agua y barras de avena para que tengan energía.
Ella suspiró, bajando la mirada —Graicas, Alex.
Encogí mis hombros —Somos familia, no tienes que agradecerme.
Carl se acercó justo en ese momento, entregándole a la castaña más comida envuelta en una tela con encaje.
—Ya comí, gracias— respondió ella.
—Para más tarde, entonces— el chico sonrió.
Daryl se acercó justo después, entregándole una hilera enorme de ardillas con una sonrisa —Ten.
—Me alegra verlos— admitió ella —Pero... ¿por qué confían en ellos?
Esa es una buena, buena pregunta.
—¿Quién dijo eso?— respondió Daryl —¿Alguna vez lo hicimos?
Negué, mientras Maggie sonreía —Buen punto.
—Igual, es bueno ver que están reparando Alexandria— añadí —Al menos su palabra significo algo.
—Hay como cincuenta mil personas viviendo allá— mencionó Carl —La mayoría parecen ser personas decentes, además no es para siempre, ¿Segura que no quieres acompañarnos?
Tomé el brazo de Maggie con delicadeza para mostrarle mi apoyo —No tienes que hacer esto sola, Maggs.
Ella estuvo apunto de responder, cuando unos pasos nos interrumpieron seguidos de una voz.
—Hola, siento interrumpir— Hornsby miró a Maggie —Los soldados hallaron una manada. Tenemos rifles, mientras tanto la gobernadora propuso ir de cacería, si están de acuerdo.
Asentí, no es como si tuviéramos muchas opciones.
—ESTO NO PARECE caza— Carl negó en desaprobación.
—Parece una excursión por el bosque, ¿No lo crees?
Él asintió —Al menos estamos al aire libre— tomó mi mano —Necesitaba salir o me ahogaría.
Le sonreí —Lo se, se siente sofocado con el trabajo.
Los demás avanzaban frente a nosotros, Mercer iba adelante de todos los demás para cuidar así que, como Carl había dicho, esto era todo menos un día de caza.
—Debemos hacer algo— mencionó Carl en un susurro.
—¿Con qué?
—Ya sabes con qué— me miró a los ojos.
¿Huir de la Commonwealth? Hable con mímica a lo que él asintió. No lo esperaba, ese cambio de humor tan repentino.
¿A dónde iríamos? ¿A Narnia?
—¿A dónde?— fruncí mi ceño.
—No quiero dejar...— Alexandria, él movió sus labios con delicadeza y sin hacer ruido alguno.
¿Cómo? Dice que no quiere dejar Alexandria pero quiere irse, con cuatro niños a nuestro cargo no me parecía buena idea.
Y es que aveces a Carl le agarra la locura pero por suerte me tiene para devolverlo a la tierra.
—Hablaré con Daryl— aseguré, aunque fue más para calmarlo.
No podíamos huir, además, no era el momento. Por ahora estábamos seguros y bien alimentados en la Commonwealth.
Podríamos huir pero no ahora.
—Estamos espantando a las presas haciendo mucho ruido con nuestras pizadas— mencionó Pamela, girandose a nosotros —Formen parejas, yo iré con Maggie. No necesito cuidador esta vez, estaremos bien.
Maggie se giró a nosotros cuando me di cuenta que le estaba dando la peor mirada del mundo a Pamela mientras hablaba. Con mi expresion tan seria y disgustada.
Maggie avanzó junto a Pamela, desapareciendo entre el bosque poco después.
—Yo iré con Daryl— dije de inmediato —Supongo que tampoco necesitamos cuidador.
Caminé antes que el mencionado, quien poco después me siguió en silencio por el bosque. Sin emabrgo, no tenía planes de cazar, si no de hacer un plan en caso de emergencia.
—No confío en estas personas— comenté durante la caminata.
Me giré a Daryl, para empezar a caminar a su lado.
—Carl quiere huir— añadí.
—¿Ahora? No creo que sea el momento.
Asentí —Eso fue lo que pensé.
—Podríamos huir, si las cosas se ponen más feas— aseguró él —Tomamos a los niños y nos vamos, ellos son la prioridad.
—Tengo miedo de que si Maggie no acepta, Pamela nos haga irnos.
Él negó —No lo hará.
—¿Por qué dices?— inquirí con curiosidad.
—Ella nos necesita, es algo mutuo, nosotros necesitamos algo de ella y ella de nosotros— apunto frente a él, disparando la ballesta cuando le dio a una ardilla —Además, sabe que si ustedes se van, muchas personas los seguirán.
Eso me hizo darme cuenta que no eramos los únicos, también estaba Becca, Sophia y Ron, Derek y entre otros, los cuales no dudarían en irse con nosotros.
—¿Entonces hasta cuándo huiremos?— me pregunté.
Daryl caminó hasta la ardilla conmigo siguiendole el paso.
—No ahora— repitió, tomando la cola de la ardilla —Huiremos si las cosas se ponen feas, dile eso a Carl y que no se ponga histérico ahora, es peligroso hacerlo.
Suspiré, asintiendo con la cabeza mientras él avanzaba.
—Vamonos, ya deben haber vuelto.
Obedecí sin decir algo más. Huir, no debemos huir, ¿o sí? Son muchas vidas en riesgo.
CUANDO REGRESAMOS A HILLTOP, me encargue de dejarle a Maggie provisiones medicinales para la comunidad luego de la aprobación de Hornsby que en realidad no me importaba un pepino, igual lo haría.
Fue así como baje varias cajas de la camioneta y deje sobre el suelo para que los demás paramedicos se las llevarán adentro.
—¡Alex!— Lydia me sonrió de lado a lado y la abracé —Creí que no volverías a visitarnos.
Sonreí —Soy adicta a salir de casa.
Nos separamos, mientras ella se acomodaba el cabello hacia atrás, mostrando una cortada sobre su frente.
—¿Qué te pasó?— me pregunté, tomando su mentón para revisar su rostro.
Ella negó —No es nada, me golpee con una rama.
—Déjame curarte, tenemos providines de sobra— pedí y ella no se interpuso.
Limpié la herida luego de revisar el rasguño, no era algo grave así que solo la desinfecte y le coloque un curita.
—Como nuevo— sonreí de lado a lado.
—Gracias, Alex— tomo una gran bocanada de aire —Hablando de casa, ¿Puedo preguntarte algo?
Asentí, entregandole una paleta de color rosa como recompensa. —Claro que sí.
—¿Cómo sabías que era hora de irte?
Me quedé en silencio y confundida —¿Irme a dónde?
Ella encogió sus hombros —Ya sabes, de casa, ir a un nuevo lugar.
Entrecerre los ojos luego de unos segundos, me crucé de brazos y analicé la situación pero no dije algo al respecto.
—Bueno, si tienes con quién irte para hacerte compañía supongo que ahí lo sabes— respondí —Cuando conocí a Carl supe que era hora de dejarme llevar un poco y abandonar todo eso que me tenía atrapada y que si me volvía loca él estaría para traerme devuelta.
—Quiero irme a la Commonwealth— soltó de golpe —Con ustedes, si quieren.
—¿Estas segura?
Ella asintió —Sí, ya me canse, ¿sabes? Hilltop me trae muchos recuerdos que no quisiera recordar otra vez. Quiero ir a un lugar nuevo, probar cosas nuevas.
Sonreí, ver crecer a Lydia de esa manera hizo que mis ojos se llenarán de lagrimitas un segundo pero no me permito llorar.
—Puedes venir con nosotros, hay una habitación extra siempre para ti, Lydia.
—¿De verdad?
Asentí —Sí, trae tus cosas, podrías venir en este viaje, estoy segura de que hay espacio de sobra.
Ella formó una pequeña mueca —Uh, bueno, primero tengo que decírselo a Maggie, me da algo irme solamente así.
—Entiendo, entonces tomate el tiempo que necesites, la Commonwealth no irá a ningún lado.
—Gracias, bueno, tengo que ir a cocinar lo que trajo Maggie de la caza, ¿Te veo en la Commonwealth?
Acepté, viéndola irse devuelta a la comunidad cuando escuche unos pasos.
—¡Tía Alex! Mira lo que tengo— Hershel apareció frente a mi, con el casco naranja sobre su cabeza.
—¡Mírate, todo un hombre!— extendí mis brazos, apachurrandolo en un abrazo mientras él sonreía.
—¿Cómo me veo?— se preguntó cuando nos separamos, colocando ambos puños sobre su cintura.
Arrugue mi nariz con diversión —Hmm, como todo un soldado.
—Gracias, se que me veo bien.
Sonreí —Oye, ¿Ya te comiste todos tus dulces?
—Mi mamá me los quito, solo me deja comerlos después de comer.
—¿De verdad? Que aguafiestas— le susurré —Que suerte que tengo más.
De mi chaqueta saqué el pequeño dulce que había guardado, —No le digas a tu mamá.
Hershel sonrió, tomando el dulce mientras se lo escondía en su bolsillo. Lleve mi dedo a mis labios, siseando en el proceso mientras él imitaba mi acción.
—Será nuestro secreto, pulgosin.— susurré.
¿Por qué el apodo? Bueno, Hershel es demasiado bajito aunque no para su edad. Decirle así me traía demasiados recuerdos buenos que me gustaba repasar en mi cabeza una y otra vez.
—Pero si me descubre tendré que decirle— añadió él.
—Entonces ambos seremos regañados por Maggie, no creo que quieras eso— rete, y él negó.
—Tienes razón, mejor no le digo— rió un poco, haciéndome sonreír.
Estaba por añadir algo más cuando escuchamos gritos a unos pasos de nosotros, por el bosque.
—¡Caminantes!— Mercer grito.
Tomé la katana que estaba sobre la camioneta y tomé a Hershel del hombro.
—Hershel, ve adentro, no salgas— indiqué, mientras él retrocedía con toda esa gente caminando hacia afuera.
Una vez que vi que entro sano y salvo, me di a la tarea de seguir a los demás, escabullendome entre los guardias de la Commonwealth hasta esa hilera de caminantes.
Las trampas los sostenían, pero aún así había demasiados. Lo único que pude hacer fue matar uno tras otro cuando los disparos empezaron y por impulso cubrí mi cabeza.
Nos quedamos en silencio luego de aquel arrebato, fue más fácil así y no gastamos ni una pizca de energía. Poco después regresé junto a Maggie y Lydia, las tres en silencio, mientras el ambiente se calmaba y todo volvía a lo que era.
—Imagina no tener que lidiar con esto cuando suena la alarma— mencionó Dianne, corriendo hacia nosotras.
Lydia asintió —Sí, podríamos construir sin interrupciones.
—Maggie, se que hay mucho en juego pero... necesitamos esto, en serio.
La mencionada sonrió de lado a lado —Lo se.
Lydia y Dianne se esparcieron entre la multitud. Incluso yo avance mis pasos para buscar a Hershel otra vez y cuando lo encontré me aseguré de que estuviera bien.
—¿Todo ha salido bien? ¿Y mi mamá?— inquirió él de inmediato.
—Todos están bien, Hershel, no tuvimos nada de nada— sonreí —Yo... bueno, ya me tengo que ir devuelta a mi casa.
Él asintió —Claro, ten cuidado en el camino, tía Alex.
Acepté su abrazo, acariciando su espalda con delicadeza y dejando un cálido beso sobre su cabello.
—Gracias, cuida a tu mamá por mi, ¿si?
—Sí, nos cuidare a ambos.
ESTABA GUARDANDO las últimas cosas así como los demás cuando escuchó los pasos y Carl se coloca junto a mi, sorprendido de algo pero no sabía de qué.
—Lydia me ha dicho que quiere venir con nosotros— mencioné —Estaba pensando en mover la habitación de Gracie con la de Judith y poner a Rj y Glenny juntos, aunque no se si lo dejará dor...-
—Maggie no aceptó la oferta— mencionó antes que nada, lo cual me hizo detenerme.
—¿Qué?
Él negó —No... no lo acepto.
—¿Entonces? ¿Qué pasará con Alexandria?— me pregunte.
Había un tono asustadizo en mi voz, no quería aceptarlo, no quería que Alexandria volviera a caer como las últimas veces.
—No lo se, podemos quedarnos en la Commonwealth, encarganos de ambas comunidades al mismo tiempo.
—No hay tiempo, Carl— negué —Podemos... muchas cosas pueden pasar, si nos confiamos moriremos.
—Es la única opción que encuentro.
—¿Y Hornsby? Él es el que empezó todo esto de las alianzas y ayudemos los unos a los otros— fingí un tono grueso de voz, que en otras circunstancias seria chistoso.
—Dice que Pamela acepto aún así ayudarnos pero no le creo— negó —Debiste verlo, daba miedo, como si estuviera planeando algo en su mente retorcida. Tal vez este es el momento de irnos.
—No— sentencie y Carl me miró confuso.
—Creí que pensábamos igual.
Negué —Eso solo te lo dije para que no perdieras más la cordura, Carl, pero huir solo hará las cosas peor.
—¿Hablaste con Daryl? ¿Qué piensa él?
—Tampoco quiere irse.
Suspiró, acomodándose sobre su lugar mientras empezaba a desesperarse.
—Escucha, Carl— pedí.
Él negó —Creí que pensábamos igual, no estamos a salvo.
—Estamos a salvo mientras estemos juntos— respondí —Y volverse locos y huir no ayudara a la situación la cual, de por sí, ya cuelga de un hilo.
—¿Entonces qué vamos a hacer? ¿Convivir con ellos como si nada estuviera pasando?
—Sí— asentí —Eso es justo lo que haremos. No quieras empezar una guerra que quizá no puedas ganar, ¿Qué crees que haría Rick?
—Mi padre no está aquí.
—Y tu sí, así que piensa en todas esas personas que perderán la vida solo por un impulso de querer huir a la primera señal de peligro.
Todo se quedo en silencio, había estado hablando en un tono tan serio que ni siquiera yo medí mis palabras y el dicho tono.
—Sólo mantén la cabeza en la tierra— pedí —Hagamos un plan con los demás, no ganaremos nada haciendo esto solos. Hay personas que nos importan allá.
Él asintió, sacudiendo ambas manos sobre el aire para intentar tranquilizarse. Me crucé de brazos frente a él.
—No actuemos mal, al menos no aún— añadí —Vamos a estar bien, ya nos las arreglaremos.
—¿Hablaras con Maggie?
Asentí —No creo que pueda convencerla pero sí.
Y así fue, cuando me asegure de que Carl no haría alguna locura, me dirigí hasta Maggie.
Ella estaba guardando lo último de las provisiones dentro de la bodega donde las tenían.
—Fueron muy generosos con todo eso— mencionó ella cuando me vio.
Asentí —Podría haber más.
Ella bajo la mirada —Ya te han dicho que no acepté el trato.
—Sí, pero no trataré de convencerte porque confío en tu intuición— sonreí —En realidad solo quería venir a despedirme.
Me rodeo en un abrazo casi de inmediato, el cual acepte sin dudar.
Me quede un rato en silencio cuando no pude más. —No confies en Hornsby ni en Pamela, Maggie. Carl dijo que vio a Hornsby dispararle a un caminante como si estuviera loco, no dudes que descansara hasta obtener lo que quiere, tengan cuidado, por favor.
Sentí como asintió en mi hombro —Gracias, Alex.
Le sonreí, —Somos familia, no tienes que agradecerme.
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