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chapter hundred-one. atlantis

BY MY SIDE
꒰ ۫₊˚ɞ chapter hundred-one .˚ׅ🗡 ຊ ҂
atlantis

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Todo se puede destruir tan fácil, la confianza y los lazos se rompen, todo se derrumbaba, las peleas empiezan y las guerras también pero... ¿Quién podría sobrevivir?

Lo que estábamos apunto de hacer podría iniciar una guerra que no podríamos ganar pero con arriesgarnos no perdíamos nada más que un hogar que no significa nada para nosotros a este punto, tenemos a Alexandria, Hilltop y Oceanside.

Kelly y Connie se adentraron rápidamente mientras Eugene les seguía. Me levanté entonces del sofá y deje la taza de café que me prepare con más azúcar que otra cosa por accidente.

Todo estos nervios no me dejaban pensar en claro, después de lo que paso el día de ayer con Carl, Rosita y Daryl, me tenía comiéndome los sesos de tanto pensar.

—Perdón por hacerlas venir tan temprano pero esta información aún no está lista para su retransmisión publica— Eugene dijo y asentí de acuerdo.

Saludé a Connie con un ademán, mientras nos miraba confusas a Rosita y a mi.

—¿Están bien? El mensaje parecía urgente— tradujo Kelly a Connie.

—Rosita y Alex me hablaron acerca de una experiencia espeluznante que ocurrió mientras Rosita y Carl trabajaban— mencionó Eugene.

Asentí —Pensé que sería beneficioso dada a tu posición en las noticias y así darte los detalles.

Ambas asintieron —De acuerdo, ¿Y qué pasó?

—Sebastian y algunos compinches suyos nos obligaron a Carl, Daryl y a mi a robar dinero de una casa abandonada fuera del perímetro— explicó Rosita.

—Había una mujer allí dentro— añadí —Ya habían hecho eso antes.

La castaña me asintió —Había civiles y ninguno logró salir con vida— suspiró —Quieren que nos quedemos callados pero, no dejo de pensar en esa mujer, April y en lo que sufrieron.

—Aquí hay buenas personas, deben saber la verdad.

De su bolso, Kelly sacó una nota y se dirigió a nosotros —Alguien nos envió una lista de nombres cuando el ex soldado desapareció. Investigamos pero, nunca pudimos llegar a algo.

Connie señaló el nombre sobre la lista, April Martens.

—Podría ser ella, ¿Verdad?— miré a Rosita.

—¿Puedo ver eso?— pidió y se le entrego la lista —No, hay muchos nombres más en esta lista de los que Sebastian envió a esa casa, tal vez tenga que ver pero algo más sucede.

—Sea lo que sea, si los Milton están involucrados lo mantendrán en secreto, necesitamos acceder desde adentro para averiguarlo— Kelly dijo.

Miré pensante —Podría decirle a Derek que investigue un poco.

—¿Tiene acceso a los archivos?

Negué —Uh, no lo sé, pero puede meterse a la oficina de Pamela y robarle lo que necesitemos para exponerlos, puedo...-

El chasquido de lengua de Eugene me interrumpió, le miré cuando levanto la mano.

—Es posible que conozca a alguien que los consiga sin llamar la atención.

—¿Estás seguro?— Rosita pregunto.

Asintió —Los tendré lo más rápido posible.


EN OTRA NOCHE DE INSOMNIO lo único que puedo pensar en formas para salir de la Commonwealth en caso de emergencia. Hay tantas pero la verdadera pregunta es si podrían ser posibles o no.

No lo sé.

Es demasiado peso que debería comenzar a preocuparme por lo que pasa ahora que por el futuro, el cual ya está escrito y quedarme de noche en vela no lo cambiará.

Rendida, cierro los ojos y me acomodó para dormir con Carl abrazándome, su cabello sobre mi mentón, su cuerpo me da calor y comodidad que no batallo para relajarme por fin, al menos hasta que Carl habla como si llevara despierto toda la noche también.

—¿En qué piensas?— le pregunté, ya que me había llamado antes.

—En qué hacer para confiar en estas personas— admite, levantando la mirada.

—¿Deberíamos hacerlo?

Él negó —No lo se, en Alexandria, cuando llegamos la primera vez, ¿Lo recuerdas?

Guardo silencio unos segundos para volver en el tiempo, con el grupo más grande, más fuerte y junto.

—Sí, lo recuerdo.

—Antes tampoco confiaba en ellos, en Aaron, en Deanna y toda la comunidad nueva pero me quedé por Judith, mi papá tampoco confiaba— contó —Le pregunte por qué y... dijo que un lugar seguro no existe a menos que tu lo veas así.

—¿Deberíamos ver este lugar como un lugar seguro?

—Quizá no estemos seguros pero, si lo creemos, si creemos que podemos protegernos si las cosas se descontrolan entonces creo que lo sería.

—Eso tiene sentido— aseguré, mirando a otro lado —Jamás estaremos a salvo, lo sabes, ¿Verdad?

—Sí, pero confío en las palabras de mi papá, si él creía eso entonces... le seguiré creyendo.

Eso me hace sonreír, saber que Carl pudo seguir viviendo luego de lo que le paso a Rick. Lo extraño todos los días, en ocasiones me pregunto qué haría en nuestra posición, si pudiera verlo otra vez daría todo.

—Bueno, vuelve a dormir— bromee, sacandole una sonrisa —Mañana nos encargamos de lo que pase.

—¿Qué significa eso?

Negue —Ni yo lo sé.

Sonrió, besando mis labios unos segundos y levantándose para que esta vez yo colocará mi cabeza sobre su pecho para dormir.

—Buenas noches— murmuré, aferrandome a él.

—Buenas noches, amor.

POR LA MAÑANA SIGUIENTE, nuestras actividades diarias debían seguir si queríamos llevar todo en secreto, ni siquiera se lo había dicho a Carl o a Sophia, nadie.

—¿Tienen todo?— inquirí a Judith, Rj y Gracie.

La rubia asintió —Creo que sí.

—Me aseguraré de que Rj llegue a tiempo a sus clases— informó Judith.

—Sí, más le vale— le sonreí —Ir a la escuela es importante para ustedes.

—Mamá, tu nunca fuiste cuando vivías en Alexandria y eras joven— soltó la rubia.

Le miré entrecerrando los ojos —¿Quién te ha dicho eso?

—El tío Ron.

—Pues miente— bromee mientras los tres reían y se dirigían a la entrada —Jud, lleva esto.

Le entregué el paraguas y ella obedeció, forme un ademán con la mano a los tres, viéndolos irse lejos de mi.

—¡Alex!— reconocí la voz de Ron de inmediato así que por inercia me giré a él.

—¿Qué pasa, todo bien?— observé con preocupación.

Ron asintió —Sí, solo... me enteré del plan.

Mis ojos se abrieron de par en par, me fui al camino de fingir demencia.

—¿Ah, sí? ¿Cuál flan? ¿Harán una fiesta con flan? Amo el flan— intenté sonreír pero fue más una mueca.

El chico negó con la cabeza, frunciendo su ceño un poco —No, no hablo de flan, si no del plan que hicieron ayer por la mañana.

Miré a mi alrededor cuando más padres comenzaban a llevar a sus hijos así que tome el brazo de Ron y lo encaminé conmigo.

—Finge que hablamos de flanes— susurré entre dientes y él asintió —¿Qué te dijeron exactamente?

—Que planean publicar lo que pasó con Daryl, Ros y Carl en el periódico, con nombres.

Asentí —¿Te dijeron cuándo?

—No, eso venía a preguntarte— sonrió devuelta a la pareja que pasaba junto a él —Alex, también he escuchado cosas aquí, hay muchas cosas que no las manejan bien y que se saldrán de control muy rápido así que quisiera estar del lado correcto.

—¿Sophia sabe del flan?— inquirí con tranquilidad, cuando pasamos entre las tiendas de la plaza.

—Sí, estuvimos hablando sobre eso ayer, está de nuestro lado y dispuesta a actuar en cuanto den la señal.

—Bueno, por ahora no hay señal, solo esperamos a que Eugene nos lleve la lista... de los... ingredientes— sone feliz al pasar los guardias con sus trajes —Ya sabes, ninguno sabe preparar un flan, deberíamos pedirle ayuda a Carol con eso.

—¿También debería pedírselo a Ezekiel? Creo que él sabe cómo prepararlos.

Me detuve a unos metros del hospital, con el uniforme puesto, me coloqué las bata color blanco y saqué mis plumas para colocarlas sobre las bolsas de la bata.

—Sí, entre más ayuda mejor— tomé el brazo de Ron antes de que se fuera —Solo que sean de los nuestros.

—Entiendo, ten un buen día— hizo una fingida reverencia que me hizo reír al acomodar el cuello de la bata.

—Ten un buen día también.

NO SÉ SI RON HABÍA sido discreto o no, realmente esperaba que lo hubiera sido luego de recibir una llamada de urgencia hacia las oficinas del hospital. No era Tomi, si no Derek, quien solo habló en una clase de clave que teníamos cuando éramos pequeños.

Caracol significa peligro urgente. Sanguijuelas significa fuera de peligro y oruga significa "¡Ayúdame, sigo en peligro y no veo tu fea cara para salvarme!"

Quité el estetoscopio de mi cuello para mirar a los guardias, quienes se giraron y a quienes había logrado convencer de dejarlos ahí dentro, esposados y sin decirles nada. De verdad, ser "amiga" de Pamela Milton me da muchos beneficios.

—Gracias por su discrecion— sonreí a ambos.

Miré a Derek, Tomi y Ezekiel dentro de la habitación.

—Ya me encargo yo de ellos— me giré al guardia, quien me entrego las llaves.

Me giré de nuevo a los chicos —Deben estar jugando.

Derek sonrió mirando a Tomi nervioso —Esperaba que pudieras sacarnos de aquí, solecito.

Rodé los ojos —Sí, como mi mamá decía: ayuda a los viejos aunque te regañen.

El rió asintiendo, —¿Nos van a arrestar? No lidio bien con el confinamiento— Tomi cuestiono rápidamente.

Negué —No te preocupes, ya está arreglado... a menos que planeen meterse en más problemas.

—Oye, no todos los problemas son malos— Ezekiel dijo al quitarle las esposas.

—Si me permiten...— retrocedí —Tengo cosas que hacer como... salvar vidas.

Derek se adelantó tomando mi brazo —Espera, Alex, ya te hemos sacado del trabajo y ¡Amén a eso! ¿Qué son unos minutos más del mejor dúo del mundo?

—Huelo chantaje— admití.

Miré el reloj sobre mi muñeca.

—¿Tienes cirugías hoy?— inquirió y negué.

—No hasta mañana.

—¡Perfecto!


DEREK ME HABÍA OBLIGADO a acompañarlos dentro de la que parecía ser la veterinaria del zoológico, lo que me hizo fruncir el ceño al ver tantos animales.

—Ezekiel, dime que tu amiga es humana— pedí.

Él me miró riendo cuando pasamos por los ponys, a mi alrededor habían personas enfermas y podía escuchar algunos lloriqueos de un bebé.

—¡Hey, Ezekiel!— saludo un chico con traje de enfermero.

—Sí que han estado ocupados— fruncí mi ceño.

—Tengo una deuda que pagar— admitió Ezekiel.

—¿Y mi paciente ya está aquí?— inquirió Tomi.

Negué —Querrás decir nuestro paciente.

—Tengo pacientes para los dos— miré a Ezekiel hasta seguirle a mi paciente.

—Hey— sonreí mirando al chico.

—Alex, él es Harry, tu paciente— presentó él —Harry, ella es Alex.

El chico de unos diecisiete años me sonrió apesar de tener un buen moretón junto a su labio, su cabello es rubio y despeinado. Extendió su mano y la tome en forma de saludo.

—Alex, la doctora que me sacara de aquí en caballo— dijo él, haciendo reír a Ezekiel.

Reí ligeramente —Bueno, no se si sea buena idea dependiendo de tus heridas.

—Y ahí está, adelante— se señaló a si mismo.

—Bueno, los dejo solos— Ezekiel me miró —Sí necesitas algo puedes pedirlo.

Me agradecí y entonces me giré al chico, buscando entre mis cosas el estetoscopio para revisar su respiración y corazón.

—¿Es soltera?— se preguntó el chico antes que nada.

Alcé ambas cejas —No, pero podrías ser mi hijo, tranquilo.

Él rio, sentándose cuando se lo indiqué —Si se divorcia aquí estoy.

Palmee su hombro y él rió, sus signos vitales, todo revise antes de hacerle una preguntas y descubrir que tenía cáncer de pulmón, no se que tan avanzado así que cuando me lo dice me quedo quieta sobre mi lugar.

—Sé lo que es y lo que significa— admitió él —Pero quiero pelear, quiero vivir.

Bajé la mirada —La tasa de supervivencia es de un porcentaje de diecisiete, causa muchos daños graves y...

—La muerte— completo él —Ezekiel dijo que usted es la mejor, confío en él así que confío en usted.

¿Qué si podía hacer algo? No lo se, quizá, jamás había tratado algo así, había leído muchísimos casos pero no pensé que alguien, en un mundo así, quisiera vivir para luchar.


SE PARECE A MI antiguo tratamiento— menciona Harry, cuando intento determinar si el medicamento es el correcto.

—¿De verdad? Eso me ayuda muchísimo.

Él asintió —Sí, lo reconozco porque cuando me lo medicaron aquí me dijeron que el sesenta porciento vive los primeros cinco años.

—Si ya fuiste al hospital, ¿cómo terminaste aquí?

—Vieron que nada funcionaba, las células estaban llegando a mi cerebro así que me mandaron a...— se interrumpió a si mismo cuando su voz se corto, lo cual me interrumpió en mi tarea.

El chico tenía los ojos lagrimeando, no quería seguir hablando así que solo se cubrió aun más con la sabana.

Te mandaron a morir, quería decirle eso pero no podía, soy demasiado cobarde.

—¿Y el moretón? ¿Cómo te lo hiciste?— pregunté.

—¿Ah? ¿Esto? No es nada, me lo hice cuando venía hacia aqui, antes de caer inconsciente, escuché rumores de que estaban atendiendo pacientes en la veterinaria con esa excusa y dije ¿por qué no? La segunda es la vencida.

Mi ceño de frunció —¿No es la tercera?

—Para mí es la segunda.

Sonreí —Eres muy valiente.

—¿Por no querer morir? Creo que todos pensamos igual, nadie quiere morir, doctora Alex, ¿usted sí?

Negué, viendolo sonreír —No, tienes razón.

Él se mantuvo en silencio y, entonces, la pregunta que menos queria escuchar: —¿Entonces? ¿Va a ayudarme?

Tener una respuesta a eso es muy dificil en estos tiempos y siempre me odié por jamás rendirme, por forzarme a pasar por situaciones que no quería así que acepté, le di unleve asentimiento con la cabeza y me puse a trabajar en lo prometido.

CUANDO ERA PEQUEÑO amaba las mascotas, prefería los perros, aunque tuve gatos, hamsters, pollitos de colores...-

Eso último me hizo reír —¿Pollitos de colores?

Harry asintió —Sí, ¿nunca tuviste uno?

—Claro que los tuve, aunque solo duraban una semana.

—¿Te duraban una semana? A mi me duraban dos días— rodó los ojos con indignación —¿Dónde vivía? ¿En una granja?

Asentí —De hecho, sí, mis abuelos tenían una bella granja a las afueras de Atlanta, con caballos, vacas, gallinas, incluso tenían ovejas.

—Siempre quise vivir en una granja— aseguró él —Sentir el aire fresco.

—Bueno, ahora estás en una— señale a mi alrededor.

Rió —Ya, pero no es lo mismo.

—¿Por qué no?— fruncí mi ceño.

—Porque aquí estoy muriendo.

—No vas a morir— aseguré —No en mi turno.

—¿Jamás le han dado un pemio por ser la persona mas positiva del mundo?— se preguntó.

Negué con una leve sonrisa, mientras él seguía sonriendo, una sonrisa que se me grabo en la cabeza hasta que comenzó.

Primero tosió desesperadamente, por cómo intentaba tomar aire para volver a toser supe que se estaba ahogando. Había sangre saliendo de su boca que me alarmo, la ayuda vino de inmediato pero sabía que no podría salvarlo. Este era el final, su final, los cinco años que duro con vida, luchando por vivir se habían terminado ahora.

La adrenalina movió a mi cerebro a sucesos tan rapidos que no podía procesar lo que pasaba, daba ordenes, personas venían y corrían por todos lados, mi brazo dolía y entonces supe lo que lo causaba.

Era Harry, sosteniendo mi mano con fuerza, mirandome a los ojos, diciendome todo con ellos mientras se cerraban con lentitud y... la maquina se volvio un agudo sonido que cubrió mis oídos.

Aquí estoy muriendo.

No vas a morir. No en mi turno.


ME QUEDÉ SOBRE EL SUELO con la mirada perdida y mis ojos lagrimeando. Había un largo silencio en este rincón que me hizo quedarme aquí por una hora luego de aquello.

—Aquí estas— Derek se recargo sobre la madera.

Subí la mirada, observándolo con las lágrimas bajando hasta mis mejillas, lo cual lo hizo moverse de su lugar y preocuparse.

—¿Estas bien?— se sentó junto a mí de inmediato.

Asentí —Sí, sí, es... perdí a mi paciente.

—Lo lamento mucho, Alex.

Le sonreí débilmente —Está bien, estoy acostumbrada, creo.

—No deberías.

Negué con la cabzeza, haciéndome ovillo sobre mi lugar —Ni siquiera lo intenté, ni siquiera intenté salvarlo.

—No se puede salvar a todos, Solecito.

Es gracioso que incluso en estas situaciones me siga llamando por el apodo infantil de cuando eramos niños.

—¿Qué tal que sí, DerDer?

Y es aún mas gracioso que yo le siga la corriente incluso cuando estoy destrozada.

En mi familia existian primas, tias y demas, que siempre se juntaban y se entendían entre ellas, excluyendome por completo de sus planes, fiestas y horas del té. Derek fue el unico hombre de mi edad que conocía y él fue el único que me llevaba a todos lados, a jugar con sus demás amigos, al cine en sus cumpleaños, pedir dulces en Halloween, siempre fue él, teniéndome a su lado tal chicle.

Siempre hemos tenido una relacion muy rara, cumpleaños en meses seguidos, incluso llevamos el mismo lunar en la cabeza, lo cual de por si ya es raro en dos personas que lo unico que tienen en relación es ser primos.

Nos pasamos bastante tiempo en aquel lugar que adopté como seguro por el momento y, cuando estuve lista, limpié las lagrimas de mis mejillas y me levanté con su ayuda hasta llegar a la casa de Eugene para otra reunión secreta.

—Tyler Davis esta en la lista— mencionó Magna, sacandome de mis pensamientos —Y también la mujer a la que Rosita intentó ayudar durante el robo de la casa abandonada.

—Yo conté como doscientos o más— añadí.

—¿Qué son estos números?— Max, la novia de Eugene me preguntó.

—Parecen códigos, podrían ser coordenadas— respondió Derek.

—¿Cree que se trata de dónde esconden a la gente?— me pregunté.

—¿Y si escribimos sobre esto?— Kelly pregunto a su hermana la cual negó.

—No, aún no, necesito pruebas— leyó Magna a Connie —Es algo demasiado grande y explosivo, necesitamos descifrar el enigma, hasta que lo hagamos, escribiré sobre el robo de Sebastian y le pondré la soga al cuello a Pamela.

Asentí levemente, —Bien.

—Supongo que cuando todos sepan que ella no esta de su lado comenzarán a cuestionar todo sobre este lugar— dijo Der.

Le miré —Y habrá un levantamiento.

La puerta fue llamada, asustandonos a todos en la sala, entre Kelly y Derek guardaban los documentos cuando negué.

—No, eh, no pasa nada— llamé —Supuse que necesitaríamos ayuda y le pedí que vinieran.

Retrocedió hasta abrir la puerta y mostrarnos a Ron junto a y Ezekiel adentrarse.

—Perdón por la tardanza— dijo este último.

—Reclute algunos aliados para la causa— mencionó Ron —Quizá unos soldados.

—Genial, sí, eres un genio, felicidades— Derek rodó los ojos con ironía.

Respiré con pesadez, tratando de controlar mi pulso mientras miraba a ambos. Había perdido la esperanza de que ellos se llevarían bien algún día.

—Tengo toda una red de reparto dispuesta a ayudar— sonrió —Ellos ayudarán.

—¿Entonces... lo haremos?

Nos miramos entre nosotros, nadie lo sabía, todos querían hacerlo pero conocíamos el riesgo una vez hecho. Pronto note la mirada de todos en mi, la costumbre de ser la líder supongo. Ellos esperaban una respuesta y yo se las dí, arriesgando la destrucción de este lugar, a decir verdad... casi, casi nada me importaba a este punto.

—A la mierda— encogí mis hombros —Hay que hacerlo... hagamoslo.

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