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chapter five. losses

𝐁𝐘 𝐌𝐘 𝐒𝐈𝐃𝐄 ━━ volumen uno
capítulo cinco
❝ losses ❞

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CARL, COME— insistí nuevamente al niño pero negó con la cabeza formando una mueca —Tienes que comer algo o te vas a enfermar.

—Da igual ya, a nadie le va a importar— colocó la palma de su mano en su mejilla.

—A mi me va a importar.

Me miró atónito y luego bajo la mirada, cubriendo su rostro con el sombrero que siempre llevaba. Me recargue mi mejilla en mi puño, aleje el plato con comida a medio comer y luego mire a la nada.

Había tomado esa costumbre de preocuparme por todos y menos por mi, me aseguraba de que Judith comiera a sus horas y que sonriera al menos tres veces al día, cuidaba que Sophia pensara en todo menos en que su madre había muerto y por último Rick, quería apoyarlo pero lo había dejado de ver desde que bajo a aquel sótano donde Lori había... bueno ya saben.

—¿Están todos bien?— levante la vista para mirar a Rick, quien se veía de todo menos bien.

—Si, así es— le contestó Maggie por todos nosotros.

—¿Y... qué hay de ti?— le pregunté, me miró y pude notar el rojizo debajo de sus ojos los cuales aún parecían cristalizados.

—Limpie el cuarto de las calderas.

—¿Cuántos había?— le inquirió Daryl.

—No lo se... diez, veinte, tengo que volver solo quería ver cómo estaba Carl.

Glenn se levantó de su asiento —Rick, nos encargaremos de los cuerpos, no tienes que hacerlo tú.

—Tengo que hacerlo, ¿todos están armados?

—Si, pero quedan pocas municiones.

—Maggie y yo pensábamos en salir esta tarde, encontré una guía con lugares que podríamos para buscar balas y leche— dijo el coreano.

—Vaciamos el cuarto del generador, Axel lo está arreglando para emergencias, también revisaremos los niveles inferiores.

—Bien, bien— asintió caminando de regreso.

—Rick...— Hershel le llamo pero ya se había ido.

Solo forme una línea en mis labios quedándome ahí junto al grupo.

—¿PUEDO JUGAR CON tu cabello?— me pregunto después de un rato a lo que asentí feliz de que Carl hablara conmigo.

Le estaba dando su espacio y su tiempo para pasar su duelo, es lo que yo hubiera querido.

—Claro— asentí sin dejar de darle de comer a la pequeña destructora.

Así le había llamado Daryl y ya se le había quedado.

—Perdón... por ser grosero.

Fruncí levemente mi ceño, mirando sus herm... sus ojos azulados.

—No lo fuiste— aseguré —Entiendo que no quieras estar ni hablar con nadie.

—Ese es el problema— el pedazo de cabello que había tomado ya estaba todo revuelto pero no me molestó —Siempre que estoy contigo quiero hablar, enserio, pero no sale ni un sonido de mi boca.

—Estas hablando ahora— señale.

Se mantuvo silencioso, procesando lo que le había dicho.

—Creo que solo me pasa aveces, aún así perdón es que... perder a mi mamá me afecto mucho, eso creo.

—No tienes porque pasar solo por eso, Carl, estoy aquí— le sonreí levemente —Te apoyare en cualquier locura que se te ocurra.

—Alex...—

—¿Hmm?— pose la mirada en la destructora.

—No quiero que tú mueras— su tono de voz era triste que se me arrugaba el corazoncito —No quiero tener que verte morir también, o que yo muera y dejarte sola con mi hermanita.

En cierto modo entendía su dolor, —Tampoco quiero que mueras, ni nadie más del grupo pero nosotros no moriremos, somos como Supermán o El Capitan America.

—¿El Capitán America no se congelo?

—Carl, no arruines mi momento de inspiración— le regañe y el rió por lo bajo.

—Perdón, perdón, prosigue con tu discurso— hizo un ademán.

—Viviremos hasta el final, y seremos los últimos en la tierra.

Eso espero.

ILUMINABA TODO CON mi linterna, con el arma enfrente y apuntando a todo en caso de ser necesario disparar.

—Mira esto amigo— dijo Oscar, uno de los sobrevivientes en la prisión.

Mire a donde el apuntaba con su linterna, había una puerta que se entreabría y cerraba por si sola, o más bien por algún caminante.

—No debimos haberlo visto— agregó.

—Deben ser uno o dos— contestó Daryl —No parecen que tengan fuerzas.

Me acerqué para ver más de cerca cuando sentí que el arquero me tomó de la camisa alejándome de ahí, le mire confusa y el solo negó con la cabeza.

—No te acerques, no irán a ningún lugar, los veremos al volver— me dijo únicamente.

Seguí caminando junto al ojiazul, quien aún se veía algo deprimido por la situación.

—A mi mamá le gustaba el vino y le gustaba fumar en la cama— comenzó a contar Daryl y puse toda mi atención en él —Virginia Slims, yo jugaba con los chicos del barrio, podía hacerlo cuando no estaba Merle... tenían bicicletas y yo no, oímos las sirenas más fuerte, subieron a sus bicicletas y yo los seguí esperando ver algo que valiese la pena corrí tras ellos pero no los alcancé, di vuelta a la esquina y vi que mis amigos me miraban, todos me estaban mirando, había bomberos, gente del barrio, estaban ahí por mi casa... era mamá en su cama, hecha cenizas, fue lo más duro.

Le mire de inmediato cuando pronuncio esa última oración.

—Ella ya no estaba, borrada, no quedaba nada, la gente dijo que era mejor así no lo se pareció que no fue real ¿saben?

Nos detuvimos en medio del pasillo.

—Mate a mi mamá— musitó Carl —Estaba inconsciente, no se había convertido... la mate, fue real.

—Lamentamos lo de tu mamá— le dije.

—Y yo lo de las suyas.

Asentí y seguimos caminando cuando lo ordenó.

ESO ES LO QUE necesitaba— casi choco mi nariz con Óscar cuando se detuvo de golpe —Si amigo.

—¿Para qué quieres pantuflas?— inquirí confundida.

—Ya sabes, para el fin del día y relajarme.

Le mire incrédula al igual que Daryl, en un apocalipsis es difícil estar relajado.

No duro mucho cuando los quejidos de un caminante detrás nuestro nos hizo disparar a todos.

—Muy bien— nos felicitó Daryl a Carl y a mi.

—Debió estar en la última celda— agregó Oscar. —Habíamos revisado todo.

Fruncí el ceño cuando note un cuchillo en el cuello del caminante, ese cuchillo muy familiar.

—Es el cuchillo de Carol— puntualizó Daryl como si me leyera la mente.

—¿Crees que ella esté...?

—No, lo dudo, pudo haberlo clavado antes de...— se detuvo a sí mismo —Ya saben.

SEGUÍA LAS INSTRUCCIONES de Beth al cocinar, ella estaba muy dispuesta a enseñarme y yo a aprender así que le ponía atención a la chica.

Los pasos de Rick me hicieron levantar la mirada, aunque no fui la única. Él abrió la puerta y nos miró a todos, hasta llegar a la pequeña en brazos de Hershel, le mire con atención y sonreí tiernamente cuando sostuvo a la pequeña.

La sostuvo y por primera vez le vi sonreír en estos días, nos observó por unos segundos y besó la frente de la nena.

AVANCÉ PERO ME QUEDE atascada cuando mi madre se detuvo, frunciendo el ceño me giré a verla.

—Me quedo— dijo únicamente llevándose una mirada extrañada de todos, incluso de la mía.

El CDC estaba apunto de explotar y, ¿Ella quería quedarse?

—¿Qué? No— musite con tristeza, por la idea de perderla otra vez.

Rick le pidió a su esposa e hijo que caminaran hasta la caravana quedándose ahí, mi mamá se puso de cuclillas para quedar a mi altura.

—Tengo que quedarme— acarició mi cabello
—Vas a estar bien.

—¿Por qué? ¿Por qué haces esto?— llore, sintiendo un nudo en la garganta.

—Desearía no tener que hacerlo— se preparó para decir lo siguiente, algo que me destrozaría el corazón —Tengo cancer terminal y no me queda mucho tiempo, no quiero pasar mis ultimas semanas contigo viéndome morir.

—Si te dejó ir ¿nos volveremos a ver?— le mire con esperanza, aunque era más de negación.

—Espero que no en mucho, mucho tiempo así que espero tengas buenas historias que contar, vive lo que más puedas, se feliz a pesar de este horrible mundo nuevo, ten un gran y épico amor— sonrió levemente —Todo lo bueno de mi está en ti y estaré en paz gracias a ti.

—Mamá yo... te amo mamá— sollozaba, hasta que la abracé tan fuerte como pude.

—También te amo.

—Mamá... no quiero soltarte.

Pero finalmente lo hice, me dio una última mirada y me entregó la chaqueta de mezclilla que llevaba puesta.

—Mantén esto contigo, yo estaré aquí esperando el día de nuestro reencuentro.

Y así fue como Rick tomó delicadamente mi pequeña mano, él dirigió una mirada a la adulta antes de asentir levemente asegurándose de llevarme casi arrastrando con él.

Ni siquiera pude mirar atrás, solo corrí siendo jalada por Rick a las afueras del edifico y cuando apenas nos adentramos a la caravana este explotó, el suelo se removió por un rato mientras seguía paralizada, Rick me protegía con sus brazos al igual que su esposa e hijo.

Acababa de perder a mi madre, y el dolor físico no se comparaba con el sentimental en ese momento.

Solo tenía once años para entender que mi mamá ya no volvería.






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Se fijan que esta re corto? #yocancelada

Ahr no es cierto solo quería venir y darles la bienvenida a los nuevos lectores, los amo y gracias por leer esta historia 😭

Chau que me pongo sentimental.

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