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chapter fifty-seven. nothing ever lasts forever


𝐁𝐘 𝐌𝐘 𝐒𝐈𝐃𝐄 ━━ volumen seis
capítulo cincuenta y siete
❝ nothing ever lasts forever ❞

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Y ENTONCES APLASTE su nariz— termine de contar a Ron.

Este asintió pasándome otra fresa del plato junto a él —¿Y le dolió?

Asentí intentando no atragantarme con la fresa ya que estaba recostada sobre el suelo mirando al techo, con Ron a mi lado en la misma posición.

—Si, creo que le sangró mucho la nariz y no quedó igual.

—¿Dónde aprendiste hacer eso?— se preguntó.

—Una lección que Rick me dio cuando me enseñaba a pelear, tienes que tomar a tu objetivo distraído y hacerle creer que estás enojado o triste y luego ¡Pum! Golpeas tan fuerte como puedas.

Rió con diversión —Oh, Dios, eres como una pequeña ninja.

No pude evitar reír arrugando mi nariz —Jamás me habían dicho eso.

—Es la verdad, es como si fueras una ninja, incluso tienes tu espadita y todo.

Asentí levemente dándole un mordisco a la fresa —Lo se, pero se lo merecía.

—De eso no hay duda— frunció su ceño de pronto —¿Cuantos cuadros hay en el techo?

Pensé —Uh, cincuenta.

Me miró —¿Cómo sabes si no los contaste?

—Los conté, como trescientas veces en los últimos dos años.

—Eso fue... desde que llegaste.

Asentí disfrutando el sabor de la fresa —Me da insomnio constante, así que una noche me puse a contarlos hasta quedarme dormida.

Escuché como murmuraba los números mientras contaba cada uno.

—Te vas a tardar mil años— señale riendo —Mejor cuenta los de la orilla de la izquierda y los de arriba a la derecha, luego multiplica.

—Me confundí.

—Es un truco que Enid me enseño, solo haz la ecuación, pan comido.

Obedeció y espere mientras golpeaba mis rodillas con las suyas.

—Lex, me distraes— señaló y bufé dejándolo de hacer —Bien, me rindo, no tengo idea de cuantos son.

—Cincuenta.

—Cincuenta— repitió.

Mire hacia la ventana, afuera estaba lloviendo algo fuerte, en Alexandria ya que eran mis últimos días aquí antes de regresar a Hilltop y también los de Ron antes de irse con Sophia al llamado Reino, donde su mamá, Carol, vivía junto al Rey.

—Ugh, no quiero que nos separemos— soltó un quejido Ron.

Suspire —Es parte de la vida, Ron, era obvio que cada uno se separaría a diferentes comunidades.

Asintió —Si, pero, ¿Por qué?

—Porque nos iremos del nido— forme una línea en mis labios —Así es la vida.

—No en un apocalipsis.

—Tal vez si— encogí mis hombros —O tal vez no, en diez años tú y Sophia estarán en el reino, posiblemente reinando o algo así, Carl y yo estaremos en Alexandria liderando mientras Rick y Michonne cuidan de sus hijos, Enid posiblemente se quede a liderar Hilltop con Maggie y todos seremos felices.

—Suena muy falso para ser real.

Asentí de acuerdo —Así lo quiero ver.

—Eso sonó deprimente— señaló —Y esto sonará deprimente pero no quiero que te vayas.

Sonreí en burla —Aw, vas a extrañarme cuando me vaya.

Siseo mientras me reía —No quiero que nos separemos.

—Nos veremos, tal vez no con frecuencia pero nos veremos— deje la hoja de la fresa en otro plato —Podemos mandarnos cartas y así.

Suspiro negando —No es lo mismo.

Fruncí mi ceño levemente sin saber que decir exactamente, la verdad, es que también lo iba a extrañar, pero era algo que pasaría tarde o temprano.

—Extraño a mi mamá— soltó de pronto, haciéndome mirarle preocupada —Todos los días, no la odiaba, al contrario yo solo... quería lo mejor para ella.

—Ella no merecía lo que le pasó— admití mirando el techo —Pero cosas malas le pasan a las personas que amamos.

Asintió —Si, me hubiera gustado poder haber hecho algo en lugar de quedarme ahí parado viendo.

—Ron, ella te amaba con todo su corazón, tal y como una madre lo hace, ella estaría orgullosa de quien eres ahora.

TODOS ÍBAMOS A MORIR, era algo que todos haríamos o haremos tarde o temprano pero, ¿Por qué pasarse la vida preocupándose por cómo sería o cuando sucedería? Bueno, yo era culpable de ese crimen.

Aveces pasaba las noches pensando en ese momento, en si sabría cuando sucedería o el momento y estaba jodidamente asustada pero desde que conocí a Carl, era como si aquello había desaparecido solo por unos momentos, los cuales pasaba con él todo el tiempo.

—Seis elefantes se columpiaban por la tela de una araña— cantaba Judith mientras caminaba en medio de nosotros.

—Sigue el siete— recordé mirándola.

—Solo se contar hasta el seis.

Sonreí levemente, mientras ella tomaba mi mano y la de Carl y daba leves brincos con emoción.

—Ya quiero plantar una flor— agregó entusiasmada.

—Bueno, puedes plantarla por acá— señaló Carl.

Me senté en el suelo junto a ella y Carl, mientras sacaba las cosas y le entregaba una pala para que pudiese escarbar, aunque termino haciéndolo con las manos.

—¿Y que más te dijo Sophia?— preguntó Carl.

—Nada, no me dijo que su mamá ahora tiene un nuevo novio— encogí mis hombros, echando la tierra a un lado.

—¿Ella no te lo dijo?— se preguntó de pronto.

—Me lo dijo, de una forma no entendible pero así es, solo lo se pero creo que ella no.

Frunció su ceño —Entonces... ella te lo dijo pero no sabe que te lo dijo.

Asentí procesándolo —Si, algo así.

—Creo que solo se siente extraña.

—Si, debe ser extraño ver a tu madre enamorarse de alguien más que no es tu padre.

Me miró —Es tan confuso.

—Creo que solo se siente incomoda— suspire —Pero tiene a Ron así que.

—No puedo creer que nos abandonará— rió.

—¡Lo se! Solo se fue, ni siquiera dijo adiós, ¿O si?

Negó —No tengo un recuerdo de Ron diciéndonos hasta luego— imito una voz grave, haciéndome reír.

Judith mostró sus manitas llenas de tierra, haciéndonos mirarla.

—No pensé en eso— mencione a Carl.

—Podemos solo limpiárselas y así mi papá no se dará cuenta.

—¡LISTOS O NO, aquí voy!— grito Judith y me encogí en el arbusto.

Si no me muevo, no me ve.

Grite sobresaltándome cuando Carl me tomó de la cintura y me abrazo riendo.

—¡Judith estaba contando!— recordé.

Mirando con recelo cuando vi que ambos Grimes chocaron los cinco, viéndolo con un plan suyo para asustarme.

—Que tramposos— me quejé —No es justo.

—Si, si, pero te asustamos— Carl me soltó aún riendo.

Asentí —Pero claro que lo hicieron.

—Fue su idea— señaló la pequeña Grimes y Carl le siseo.

—¿Ah, si?— me giré al pecoso con mis manos sobre mi cintura.

—Bueno, si, fue mi idea— admitió —Pero fue la mejor idea que tuve.

—Tienes muy pocas de esas— me burlé.

—¡Michonne, Carl y Alex se están besando otra vez!— gritó ella mientras daba vueltas en su lugar.

Reí cargando a Judith como costal de papas mientras nos encaminábamos hasta la casa.

—¡Oye, suéltame!— pidió la rubia.

—No, ahí te quedarás a vivir toda la vida— moleste, haciéndola patalear hasta hacerme bajarla.

Cuando lo hice, ella corrió hasta su habitación con miedo mientras me sostenía la costilla.

—Creo que me lastimó un pulmón con su pie— me queje mientras tomaba aire.

Carl rio, haciéndome reír también y tomar su mano para adentrarme a la casa y buscar a Judith, cuidar que no esté haciendo sus maletas para huir de mi.

TENGAN CUIDADO EN el camino— se despidió Michonne y asentí.

—Tu ten mucho cuidado— señale aceptando su abrazo.

Sintiendo como acariciaba mi cabello con delicadeza, me deje llevar por su cálido abrazo por unos momentos más.

Suspire y finalmente me separe —Te quiero, Michonne— solté sin pensar.

—Yo también, mi niña— beso mi frente, haciéndome sonreír.

Debía regresar a Hilltop ahora, recibir a Aarón y Eric allá y prepararnos para la siguiente fase de la guerra, ademas, tenia que regresar por mis cosas.

—Te veo cuando esto medio termine— me separé de ella —Y hasta entonces cuida de Judith por mi.

Ella asintió —Lo haré.

Deje que Carl se despidiera de Michonne mientras me inclinaba a Judith.

—Jud, ya me voy— informe.

—¿Tan rápido?— inquirió y asentí —Pero no vayas lejos.

Sonreí negando —Pórtate bien con Michonne, ¿Si? Y no hagas travesuras.

Levantó ambas manos —No prometo nada.

Reí ligeramente aceptando su abrazo con fuerzas, besando unas cuantas veces su frente y mejillas mientras ella reía muy alto.

Peine su cabello una vez que nos separamos, mientras ella seguía riendo por las cosquillas.

—Te amo, Jud, ¿Lo sabias?— hable apretando la mejilla.

—Yo también— sonrió mostrando sus dientes diminutos.

Finalmente le di una última mirada antes de tomar la mano de Carl y tomar rumbo a la entrada, donde esperaba un auto a por nosotros.

ESTABA SENTADA EN AQUEL árbol, mirando a la nada mientras el sol se ocultaba lentamente, el cielo estaba completamente lleno de nubes y el sol se estaba apagando poco a poco, conforme la luna parecía del otro lado.

—¿Estas bien?— me pregunto Carl al llegar.

Asentí mirando la gorra sobre mis manos, la llevaba a todos lados sin dudarlo, pero aveces me hacía sentir muy triste tenerla conmigo porque me recordaba lo que me hacía falta.

—Necesitaba un momento— admití mirándole.

—Bueno, estoy aquí si quieres hablar de lo que quieras— se sentó junto a mi.

—Se supone que debo superarlo, Carl— hablé volviendo la mirada al cielo —Se supone que debo de dejar de sentir dolor, pero no pasa, esta ahí, en todos lados... ya no creo poder hacer esto más, ya no creo poder luchar más.

—No digas eso— pidió en un susurro, haciéndome subir la mirada cuando las lágrimas amenazaron con bajar de mis ojos.

—No puedo...— admití —Hicimos demasiadas promesas y ninguna la cumplimos.

—Inténtalo un poco más, te necesito aquí, Alex— beso mi frente —No podré vivir si te vas.

—Pero yo no puedo vivir sin mi mejor amigo— suspire —Debo pasar de pagina pero no se como tomarla y doblarla.

Tomó mi mano, entrelazando sus dedos con los míos —Tienes a Ron, Sophia y a mi, te queremos y queremos que vivas.

Negué —No se cómo hacerlo.

—Y, por eso estoy aquí— beso mi cabello —Te acompañaré a descubrirlo.

Recargue mi cabeza hacia atrás para así poder cada una de sus facciones, sus lindas y maravillosas facciones.

Dándome cuenta que, en su barbilla cada vez era notoria la próxima barba que le saldría y sus mejillas aún tenías esas pequeñas pecas que tanto adoraba.

—Realmente te amo— solté de pronto, frunciendo el ceño al no poder expresarlo en una sola palabra —Realmente lo hago y no se cómo decirlo.

Me sonrió devuelta —También yo lo hago.

Dejó un montón de besos cálidos en mi frente solo para hacerme cosquillas y hacerme reír al mismo tiempo.

DI OTRO MORDISCO AL waffle con miel y fresas que mamá me había servido como desayuno esta mañana.

—Iugh, ¿Por qué se enamoran?— cuestione en voz alta mientras los protagonistas de la telenovela que mi madre veía se besaban.

Ella sonrió —Cuando te enamores lo entenderás.

Negué —Yo nunca me voy a enamorar, mamá.

—Yo decía lo mismo a tu edad— saco su lengua en forma de burla.

Le mire indignada, pues mamá nunca hablaba de mi padre y él como se enamoraron.

—¿Cómo era papá?— solté sin pensar, arrepintiéndome de inmediato al ver su expresión.

—Alex, sabes...-

—Lo se, se que no te gusta hablar de él pero...— suspire —Tengo curiosidad, me hubiera gustado conocerlo, saber cómo era, es todo.

—Eres tan idéntica a él— eso me hizo subir la mirada rápidamente —Tu cabello, tus pequeñas pecas, tu actitud, era de actitud muy dura así que... no se dejaba de nadie, pero también era dulce y tierno.

Sonreí —Gracias, mamá.

Asintió, así que volví la mirada a la televisión, formando una mueca.

—¡Dios, dejen de besarse!— exclame, haciendo reír a mamá —¿Por que les gusta tanto besarse? Agh.

—Algún día lo entenderás.

—Algún día nunca.

EL EDIFICIO DE HILLTOP desde lejos se miraba más lindo a mi parecer, pero, de cerca se miraba aún mejor.

—Aquí es mi parada— me detuve sosteniendo la mano de Carl. Asintió observándome algo desanimado a lo que me preocupé —Hey, esta bien, nos volveremos a ver.

—¿Y si no? ¿Y si no lo logramos? Con todo lo que está sucediendo.

Tomé sus mejillas —Lo lograremos, lo haremos, mantén la esperanza.

—Lo intentó— admitió juntando su frente con la mía —La idea de perderte me abruma.

Sonreí cerrando mis ojos —Estoy aquí.

Todo el mundo tenía miedo de que muriera.

Di un brinquito, besando su frente y sonriéndole cuando abrió los ojos.

—¿Que es lo que siempre decimos?— pregunte —En el otro lado, incluso en el otro lado...—

—Nos volveremos a ver— completo y asentí.

—Exacto, si un día muero te esperare allá y... si algún día tú mueres me esperarás a mi entonces.

Tomó aire, intentando ocultar esas lágrimas que lo amenazaban con salir —Siempre deseó que eso no pase y que nos quedemos aquí mil años más.

—Bueno, mil años es mucho, ¿No crees?— pregunte sonriendo —Al menos unos cincuenta más.

—¿Cincuenta mil?— se preguntó y asentí rendida y con una sonrisa de oreja a oreja.

—Bien, cincuenta mil años.

Beso castamente mis labios una cantidad de veces, escuchando a lo lejos unos pasos al acercarse y con la esperanza de que no fuese Maggie, Rosita o algún adulto en general.

—Si, hola, estoy aquí— llamo Enid mientras formaba un ademán con su mano.

Ambos reímos —Hey, Enid— salude, al igual que Carl.

—Si, Carl, si me permites me robare a tu novia unos minutos, hay una fila enorme en la enfermería y la única doctora es Alex así que...— ella sonrió —Adiosito.

El emocionado suspiro —Te veo en la guerra.

Asentí —No hagas nada malo, ni salgas y por el amor de Dios no pongas tu vida en riesgo, ¿Si?

—De acuerdo— dejó un beso largo como despedida, obligándome a colocar mis manos sobre sus mejillas enrojecidas.

—Te veo luego— susurre al separarse y el asintió dejando un último beso en la punta de mi nariz.

Me giré a Enid y enrollé mi brazo con el suyo, mirando a Carl irse y frunciendo mi ceño cuando lo hizo.

—¿En serio hay una fila en la enfermería?

Ella negó —No, solo mentí para convivir.

Reí ligeramente comenzando a caminar junto a ella, directo a la enfermería.

MAGGIE SE ADENTRÓ al segundo piso de la mansión, haciéndome subir la mirada para verla con una sonrisa.

—¿Cómo te sientes?— inquirí haciéndome a un lado para que se sentara junto a mi y así lo hizo.

—Bien— sonrió —¿Cuando llegaste?

Pensé —Hace como media hora— le mire de reojo —¿Y... como les fue?

Suspiro con cansancio —Como era de esperarse, intenta retenerse pero no nos rendimos.

Asentí bajando la mirada, mientras seguía tejiendo la pulsera.

—¿Qué es eso?— inquirió Maggie con curiosidad.

—Un regaló de Sasha— note como su mirada se entristeció —Me pidió que lo terminara para el bebé y así lo hago.

—Está muy lindo.

Sonreí —Estoy mejorando gracias a Enid, aunque no se de que tamaño pueda ser su pequeña manita.

Ella midió lo que llevaba de tejido en su vientre, haciéndome reír ligeramente.

—Yo creo que se le ve bien, ¿Tu que opinas?

—Se ve hermoso con la pulsera— añadí —No puedo esperar a conocerlo.

—También yo— admitió tomando su vientre.

—¿Ya pensaste en nombres?— cambie de tema mientras seguía tejiendo.

—Si... algo así, aún tengo una lista larga de opciones.

Enarque ambas cejas —Bueno, puedes decirme y te ayudo a escoger uno, ¿Si?

—¿En serio?— preguntó un poco asombrada y yo asentí rápidamente —Bueno... estaba pensando en Jackson, Derek, Mark o George.

—¿Personajes de Grey's Anatomy? Fantástico, ese bebé tendrá en gran talento de su tía Alex.

Ella rió cubriendo parte de su rostro —Y tú fanatismo, me parece.

—Esto se pone cada vez mejor— sonreí levemente.

—Lo admito, solo dije los nombres que recuerdo.

Le mire con los ojos bien abiertos —Estas de broma, Maggie, ese niño o niña debe ser criado por mi, le enseñaré lo que vale la pena aprender, será una mini copia de mi.

—Te aseguró que tendrás al menos unas horas con él solo para cuando quiera que duerma.

Bufé —Soy muy divertida, él o ella no podrán dejar de reírse cuando me vean.

—No tengo duda de eso.

Entrecerré los ojos volviendo a tejer —Uh, me suena a insulto pero fingiré que no.

—No lo era.

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