Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

chapter eleven. clean


𝐁𝐘 𝐌𝐘 𝐒𝐈𝐃𝐄 ━━ volumen uno
capítulo once
❝ clean ❞

━━━━━━━━━ ⋆ ˚。⋆ 🪐 ⋆ ˚。⋆ ━━━━━━━━━

MIRABA EL CAMINO TARAREANDO la canción que Beth había cantado ayer, mientras balanceaba mis piernas en el asiento del auto, en el que Carl venía a mi lado, Michonne manejaba y Rick venía de copiloto.

Mi tarareo se vio interrumpido cuando el grito de un hombre nos pedía que paráramos, así que subí la mirada por la ventana y lo vi pasar, ni Michonne, ni Rick dijeron nada.

Forme una mueca cuando lo vi caer en la carretera de rodillas, volví la mirada al frente jugando con mis dedos en mi regazo, con un sentimiento enorme de culpa.

Todo iba no tan bien hasta que el auto se atoró en un charco de lodo, Michonne hizo su mayor esfuerzo en acelerar pero unos caminantes comenzaron a golpear las ventanas, asustándome.

—Tápense los oídos— nos pidió Rick y obedecimos.

Él bajo la ventana y con su arma pudo deshacerse de ellos fácilmente.

SI, ESTO FUNCIONARA— Rick señaló un vestido que sacó de una maleta, finalmente después de haberse desecho de los caminantes pudimos salir del auto.

—Dime cuando— Michonne guardó su espada en la funda.

La seguí dentro del auto abrazándome a mi misma por el poco frío que estaba haciendo.

—¿Por qué la trajiste?— escuche cuestionar a Carl —Los llevó al pueblo y luego los abandonó allí y Oscar murió y ustedes...-

—No fue tan sencillo— le interrumpió —Yo le pedí que viniera, no quise dejarla en la prisión, no estando yo y estando Merle ahí.

Últimamente Carl había estado en desacuerdo en la presencia de Michonne, según a lo que me confesó, no le tenía mucha confianza y me pidió que no me acercara mucho a ella lo cual aseguré según yo cumpliría, aunque de todos modos ella me cae bien y le sigo hablando.

—Además, tenemos intereses en común— agregó su padre, Carl se mantuvo en silencio —En estos momentos tenemos los mismos problemas, quizá podamos solucionarlos juntos.

—¿Solo por ahora?

No pude verlo pero se que asintió —Si, solo por ahora.

El mismo grito del anterior hombre me hizo perderme en la conversación, me baje del auto asomando mi cabeza.

—¡Ayudenme, se los ruego!

—Rick...— llame.

—Vámonos— indicó, Michonne arrancó el auto y nos fuimos dejándolo otra vez ahí.

NOS DECIDIMOS POR salir a las calles, tal y como él había dicho salimos en busca de aquellos locales.

—Alta tensión que se sentía ahí— murmuré para Carl.

—¿Dónde?— inquirió con curiosidad.

—En la estación de policías, ¿no lo notaste?— negó —Tu papá y Michonne, se sentía raro el ambiente, parecía que iban a atacarse en cualquier minuto, como gatos.

Formó una sonrisa por lo último que dije.

Las flechas en los suelos nos hicieron mirarnos a Carl, Rick y a mi, confundidos.

Saque mi arma de su funda al ver un montón de picos en autos y mesas de madera, parecía una clara trampa la cual seguimos.

—¿Qué sucede?— susurro Carl.

—No lo se— le conteste.

Había incluso palomas en rejas que pedían ser liberadas.

—Parece que alguien más ya estuvo aquí— mencionó Michonne.

—No significa que hayan encontrado lo que buscaban, hay algunos lugares más adelante, veámoslos y larguémonos de aquí.

Asentí, Carl se hizo a un lado dejándome pasar primero por debajo de la cuerda atravesada.

—Allí "Tyrell's"— señaló Rick un pequeño local —Una escopeta y dos pistolas, registradas por Tyrell Debbs.

Choque mi nariz con la espalda de Rick cuando se detuvo.

—Sabía que algún día pasaría— me quejé sobando mi pobre nariz

Me giré al igual que los otros donde había un caminante siguiéndonos.

—Espera— indicó Rick cuando Michonne estaba apunto de matarla —Quedará atrapada.

Y así fue, se detuvo debido a la cuerda anterior más lo que me sorprendió fue el disparo que se impactó en su cabeza, el cual no provenía por ninguno de nosotros, sino por un hombre en el techo.

—¡Alto ahí!— gritó desde arriba, levante ambas manos mostrando mi arma —Arrojen lo que tengan y váyanse, sus armas, sus zapatos, esa espada... y la chaqueta también, todo en diez segundos

Rick miró para entender de que chaqueta hablaba hasta que noto que se refería a la que llevaba puesta, después de que Carol la lavo ahora tendría que entregarla, genial.

—Corran al auto ahora— musitó Rick.

—Diez...-

—Papá.

—Necesitamos ese rifle— habló Michonne.

—... nueve, ocho.

—Distráelo y subiré allí— mire a Michonne confundida.

Mi corazón latía con fuerzas pero no podía moverme.

—... siete, seis.

—Carl, Alex vayan— repitió Rick y tomé la mano de Carl jalándolo lejos de los disparos.

Creí que los disparos habían parado pero al contrario, solo se detuvieron un poco y luego siguieron.

Nos escondimos en el callejón de uno de los locales y solté un grito ahogado cuando Carl salió del escondite disparándole al hombre que le disparaba a Rick.

Nos acercamos para verlo una vez que estuvo tendido en el suelo inconsciente, Rick miró a su hijo estático de aquella acción suya.

—¿Ambos están bien?— nos pregunto y asentimos al mismo tiempo —Les dije que corrieran al auto.

—No supe a dónde correr, busqué el primer escondite que encontré, lo siento— admití.

—No te disculpes, Lex, al contrario pero no quería que tuvieran que...—

—Era necesario— le interrumpió su hijo.

Rick le miró mal y luego se inclinó al hombre, —Tiene chaleco antibalas— afirmó arrancando su camisa.

Quitó el chaleco dejando ver un gran moretón rojo donde la bala se supone que daría.

—Está vivo— agregué.

—¿Nos importa?— cuestionó Michonne.

Le quitó el casco —Si— contestó algo estático, fruncí mi ceño por su reacción tan repentina.

LE MOSTRÉ EL ARMARIO de las armas el año pasado— mencionó Rick cuando nos adentramos al edificio donde se quedaba aquel hombre.

Él había dicho que lo conocía y que le había salvado la vida después de despertar del hospital. La habitación tenía pizarrones por casi todas las paredes y en ellas tenían escrituras muy extrañas con gis.

Lo mandaron hasta el catre donde suponía dormía, quite la mochila de mis hombros inclinándome para guardar todas aquellas armas que estaban en el suelo, porque a eso veníamos, a conseguir armas para combatir al Gobernador.

—No— la voz de Rick me hizo mirarlo con confusión —Esperaremos a que despierte para asegurarnos de que está bien.

—Intento matarnos— recordé aún confundida.

—Nos dijo que nos fuéramos, no sabía quienes éramos.

—Intento matarnos y no se lo dejamos a los caminantes— interfirió la adulta —No necesita ni la mitad de las armas, nosotros sí.

—Esperaremos a que despierte, es todo.

—¿Has visto este lugar? El hacha, las picas, las paredes.

—¿Crees que está loco?

Oh no, otra pelea con tensión no.

—No, ni siquiera se quien es— miraba uno a otro conforme hablaban.

—Lo conozco.

—Pero no era así en ese entonces.

—Vamos a esperar a que despierte— insistió con más firmeza.

Me quede ahí de pie, incómoda y sin saber que hacer, hasta que Carl noto algo extraño en una de las paredes con pizarrón, era un croquis de la ciudad.

—¿Qué ves?— pregunte viendo el croquis.

—Donde vivía, pero ya no está.

"QUEMADA, CASA DE RICK QUEMADA" Decía con mayúsculas y gis rojo, marcado con una equis.

—¿Por eso querías venir?— cuestionó la voz de Rick detrás nuestro, haciéndome sobresaltarme —¿A ver la casa?— él no contestó —Carl.

—Yo... yo solo quería venir.

—¿Ahora nos comemos su comida?— cambie de tema viendo a Michonne comer una barra de frutas.

Ella encogió los hombros —Había un cartel de "bienvenidos"

Me ofreció un poco y la acepté tomando un pedazo, disfrutando el sabor en mi boca, le sonreí negando con la cabeza y sentándome a su lado.

Carl regreso al notar mi acción, —Voy a salir, ¿quieres venir?— me miró.

—¿Adonde?— inquirí dándole otra mordida a la barra.

—Ya veras— sonrió.

—Rick, ¿podemos ir?— pedí levantándome.

—¿Adonde van a ir?— cuestionó él.

—Pensé que quizá la gente no se había llevado las cunas y la amiga de mamá tenía una tienda para bebés a la vuelta de la esquina.

—Carl...-

—¡Papá es a la vuelta de la esquina! Y están las trampas para caminantes, además no iré solo, tengo a Alex.

Asentí —Yo lo voy a cuidar.

—Necesitarán ayuda para cargar la caja— agregó Michonne, dispuesta a acompañarnos.

—¿Qué?— dijimos Carl y yo en unisonido.

—Si traes una cuna, tendrás que traer la caja también, es grande y pesada solo para ustedes dos.

—No gracias, ambos podemos con eso, ya lo dije tengo a Alex y solo quiero que vaya ella.

Note las intenciones de Carl, al mismo tiempo que no quería llevar a Michonne, iría por algo más que solo la cuna.

—Podemos ir nosotros nada más, si la arrastramos hasta aquí será más fácil— palmee mis manos cuando termine de comer.

—Buscarán una cuna, ¿no?— nos miró incrédula.

—Eso dije— contestó Carl.

—Entonces los acompañaré.

Rick lo pensó algunos segundos, se levantó del suelo —Este es el trato, si se meten en problemas griten, ¿de acuerdo? Los oiré desde aquí.

Ambos asentimos —Trato hecho— choque los cinco con Rick.

—¡SOLO PARA ACLARAR! ¿Cuándo me dijiste que el plan era correr en cuanto Michonne estuviera distraída?— respire agitada sobando mi pobre muñeca.

—No lo hice, pero huir contigo es divertido— sonrió soltando mi mano.

Caminamos un poco más pero Michonne ya nos había alcanzado, —¿Qué diablos fue eso?— nos preguntó a ambos.

—A mi no me veas, soy otra víctima aquí— dije.

—Quiero hacer esto solo con Alex, ella es... mi amiga— le contesto Carl, volviendo a caminar.

—Ya pasaste la tienda de bebés— señaló Michonne, después de que siguiera a Carl.

—Primero buscaré otra cosa para Judith, ¿si?

Ella pareció entender ya que nos empezó a seguir a ambos.

—¿CREÍSTE QUE IBA a dejarte entrar allí?— cuestionó Michonne caminando detrás de nosotros.

Nos habíamos acercado a lo que parecía ser una cafetería y Carl estaba punto de entrar cuando ella lo detuvo, Carl se enojo y bueno ya sabemos como llegamos aquí.

—Esto no es asunto tuyo— Carl se giró molesto —No me conoces, no conoces a mi papá y no conoces a Alex.

Infle mis mejillas sin decir nada. ¿Qué se hace en estos casos?

—Vine aquí a ayudar— contradijo Michonne.

—¡Viniste por intereses comunes! Tenemos el mismo enemigo y el mismo problema— pero que bonitas flores —Por eso estás aquí, es todo, esto es importante y tengo que hacerlo y se como, no puedes detenerme.

Él ofreció su mano hacia mi después de haber dicho eso, la tomé y caminamos otra vez.

—No voy a detenerlos— dijo Michonne —Pero tú no evitarás que te ayude y Alex tampoco, porque a ella si la conozco.

Carl me miró cómo si esperara mi opinión, me balanceé en mi lugar encogiendo mis hombros.

—Tiene una espada bonita— la señale.

—¿Enserio harías eso por mi?— miró a la adulta quien asintió.

ASOME MI CABEZA OBSERVANDO como esos caminantes dentro de la cafetería si se habían distraído con la pobre ratita que sacrificamos, estaba enjaulada pero no puedo imaginar su miedo.

Michonne y yo vigilamos mientras Carl tomaba aquella fotografía de su familia, tomada justo en esta cafetería a lo que Carl me contó muy emocionado cuando veníamos hacia aquí.

Jale a Carl de la camisa tirándolo de la mesa cuando un caminante estuvo apunto de morderlo, Michonne le clavo la espada en la cabeza dejándonos estáticos a ambos.

—Carl me estás aplastando mis piernitas— me quejé ya que había caído encima de mi.

Se levantó de inmediato ayudándome a pararme, sacudí mis pantalones y suéter viendo que afortunadamente los caminantes seguían intentando comerse a la pobre ratita.

Fue entonces cuando huimos y me detuve de golpe que vi a la rata dirigirse a nosotros y a nuestra no fortuna los caminantes venían con ella.

—A la cocina— indicó Michonne jalándolos a ambos.

Pero antes de si quiera poder llegar a la cocina otro caminante salió de ella. Le dispare pero otro más salió y así pudimos huir entre tantos disparos y mesas cayéndose salimos.

—Tenemos que regresar— exclamó Carl.

Fruncí mi ceño —¿Qué cosa?

—Es necesario, debo hacerlo, ¡es la única que me queda!— me di cuenta que se refería a la fotografía.

Mire a Michonne quien se quedó estática, negué unas cuantas veces.

—Al demonio— dije antes de intentar volver a abrir la puerta y ayudarlo.

—Así no— me detuvo o más bien dicho, nos detuvo —No te conozco, Carl, lo entiendo ¿Pero harías algo por mi? Espera aquí con Alex.

—Ayudaremos.

—No, y no mas tonterías, yo me encargo de esto y ustedes se quedan así es como lo haremos.

Lo pensé y pero finalmente asentí recargándome sobre la puerta, más tarde Michonne regreso con la fotografía.

Sonreí al verla y agradecí a Michonne en voz baja.

ES QUE... PENSÉ QUE Judith debería saber cómo era su mamá— Carl admiro la fotografía.

Le preste atención —Ella estaría orgullosa y Judith la recordará.

—Quiero hablarle de ella, nos tiene a nosotros para hablarle de ella.

—Le hablaremos tanto de ella que hasta huirá de nosotros— sonreí —Y cuando tenga dieciséis y se ponga rebelde, le recordaremos que nosotros le cambiamos los pañales y así no pueda huir de nosotros.

—¿Y qué pasará cuando se le caiga su primer diente?— pregunto.

Encogí mis hombros —Le diremos que el ratón de los dientes se convirtió en caminante y por eso no puede traerle nada— sonreí satisfecha.

—La va a traumar— Carl rió.

—Pero será una ventaja, así ya no tendremos que darle dulces caducos.

—Cierto, buena idea, entonces será como nuestro conejillo de Indias.

—Exacto, si algo sale mal recurrimos a Rick o a Maggie, ellos sabrán que hacer.

—¿Y cuando traiga a su primer novio?— cuestionó paranoico.

Pensé suspirando y mirando a los árboles que pasábamos —Será mejor que no nos adelantemos tanto.

—Si, tienes razón, si alguien le rompe su corazoncito me encargare de romperle otra cosa.

—¡Carl!— regañe, evitando reírme.

—¿Qué? Seré el buen hermano protector.

—Ya lo eres.

—Hola— saludó Rick con una sonrisa, cuando llegamos —Estaba por ir a buscarlos.

—Lo siento— contestó su hijo.

—Está bien, ahora están aquí— fruncí mi ceño cundo lo vi empapado de sangre en su hombro —No importa— dijo al ver que estaba apunto de preguntarle.

Tomé la mochila que estaba apunto de entregarle a Michonne, ya que ella y Carl llevaban la cuna.

—¿Él está bien?— inquirí al ver al mismo hombre anterior, Morgan, preparar las picas.

—No— contestó Rick sin más —No lo está.

Seguimos caminando, Carl de detuvo y yo con él.

—Esperen, oye Morgan— él le miró sin entender —Tuve que dispararte, tenía que hacerlo ¿sabes?— asintió —Lo siento.

Volvimos a caminar hasta que hablo —Oye hijo, no te disculpes jamás, ninguno lo haga— me miró a mi también y asentí levemente.

Solo así impartimos de nuevo nuestro camino a la prisión, mientras miraba el camino con más tranquilidad y ansiosa de volver a ver a Judith, Sophia y Beth.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro