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Capítulo 1

__🦋••Capítulo 1••🦋__

─Tú padre pregunta por ti─informó su madre entrando sin aviso a su habitación, sin tocar si quiera la puerta.

El grito ahogado que salió de la garganta de la mujer de largo cabello rojo ligeramente ondulado fue de puro horror.

─¿Que hace eso sobre tu cama?─medio gritó apretando su mandíbula, como si decir la palabra pantalón fuera hacer mención de lo más sucio y vulgar del mundo.

Inmersa en histeria en apenas algunas zancadas ya se encontraba tomando la prenda de ropa con una mueca de repulsión que no se molestó en ocultar.

─No debes tener este tipo de bazofia a tu alrededor, no es bueno que una delicada señorita como tú permita que tal cosa toque la cama donde descansa en las noches─expuso con un tono tan suave y bajo que lastimaba, las palabras ligeras como dagas lastimando poco a poco en el agujereado pecho contrario─¿cómo llegó esto aquí?─y así de fácil, así de manera repentina su expresión dejó de ser la suave, comprensiva y con una melosa sonrisa para volver a la seria, la versión calculadora que da una mirada dura y acusadora sin reparos, como si con esos ojos cafés con ligeras pinceladas de gris hubiera visto lo que realmente sucedió, como si hubiera sido capaz de ver a esa persona tan igual a ella tomar los pantalones de la ropa de los empleados y supiera que si hubiera llegado minutos después hubiera descubierto como se paseaba frente al espejo con esa prenda exuberante en masculinidad que se suponía no debía ni imaginar.

─No se como llegaron aquí, ni siquiera los había notado─miente.

Y miente como si fuera cotidiano, en realidad, lo era y lo peor es que mientras le mentía a su madre con una expresión seria y verídica, cuya mujer sabía la verdad, también intentaba mentirse a sí misma, como si las palabras debieran quedarse en su ser también para consumirlas.

Intentaba engañarse obligándose a creer que realmente era una chica como le repetian una y otra vez y no un chico cobarde que fue obligado a fingir serlo desde que tenía memoria, debía ser una chica, tenía que serlo, lo demás debía ser solo un borrón, no más que un extraño momento de falta de lucidez.

─Claro, seguro fue un error del personal, por supuesto que fue eso. Tu no usarías algo así─Ella miraba fijamebte como buscabdo por que se atreviera a negarlo. Hoseok dió un asentimiento en respuesta, no había otra opción de todas formas─Oh cariño.

Algunos pasos y los dedos de la señora Jung ya están enrredándose en el cabello rojo de su pequeña hija-como ella solía decir-acomodando los mechones rebeldes que descolocaban discretamente su perfecta cabellera roja, dejandola perfectamente estirada e impecable otra vez.

─No me gusta que me digas de esa manera madre, ya soy lo suficientemente mayor─y lo era, pero su opinión no importaba. El apodo meloso le dejaba un nudo en el estómago, rogando secretamente que atendiera sus plegarias mientras se obligaba a mostar una sonrisa apretada.

─Cariño siempre serás mi pequeña niña. La edad no va a cambiar eso cariño, eres mi pequeña Sunshine─habló con ese meloso tono desgarrador otra vez, sin detener los movimientos de sus dedos, hablándole como cuando estaba en su infancia.

Y era...simplemente era desgarrador, doloroso y retorcido.

─Tengo 19 mamá, con solo Hoseok estaría bien-podría recalcarlo un millón de veces más pero su madre parecía reacia a dejarle crecer.

─Eso no cambia nada, pienso que debí elegir un nombre más dulce al momento de tu nacimiento, a veces es tan poco femenino, tal vez tu padre finalmente esté de acuerdo en que puedas cambiarlo, sería más agradable, ¿cierto?─otro asentimiento, sintió un tirón en el cuello por la brusquedad de su acción y si la otra mujer lo notó, no dijo nada─bien, baja cuando antes, tu padre espera.

Un sonoro beso fue plantado en la mejilla derecha dejando una ligera mancha de labial carmín y la puerta fue cerrada, quedó sola otra vez, aún en el suelo se abrazó a si misma, intentando darse consuelo y no revolcarse en la autocompasión.

Al pasar de los años su nombre siempre fue su cable a tierra, era tonto pero era su ancla, podría parecer absurdo como algo tan banal cobraba una importancia superior pero nuevamente su nombre "poco femenino" como decia su madre parecia el unico mometo de lucidez que habia tenido al respecto, era eso que le mantenía presente quien era realmente en su interior, pero al parecer esto comenzaba a inquietar a Hana, la fijación de ella por llamarla por nombres melosos y femeninos se hacía más fuerte con el pasar de los años y la inquietud mayor se volvía.

Tal vez ello decidieran cambiarlo después de todo.

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Los oscuros ojos fijos en el camino, sus fuertes manos con los ágiles y vistosos dedos presionando el volante del automovil con firmeza. Había partido desde Londres y estaba por llegar al pequeño pueblo al pie de las montañas al norte que sería su destino final y seguramente hogar por algún tiempo, esa mudanza temporal no era precisamente de su agradado pero ahí estaba, en marcha.

Pasadas las 12 del mediodía finalmente en su visión apareció la que sería su nueva casa y una sección de un nuevo capítulo de su vida, siendo sincero, no tenía altas expectativas. Morpho era un lugar agradable, un pueblo viejo, lleno de dinero viejo, había sido llamado de esa manera por la cantidad de mariposas de ese especie que venían al pueblo en la temporada, era cautivador.

El pueblo seguía tal cual como lo recordaba en su infancia cuando venía a visitar a sus tíos y abuelos, tranquilo y silencioso, dando una mezcla de paz y libertad por sus terrenos rodeados de naturaleza, luego de esos días en su época de infante no había regresado, se mantuvo inmerso en su nueva vida en Londres lo suficiente como para que pasaran años antes de que estuviera de vuelta, además de que en cierto momento se impuso no regresar, estar ahí ahora era un caso especial, solo volvía por la tía Jeo Hwa.

¿A quién intentaba engañar?.

No volvía por ella en absoluto, no estaba allí por nada de lo que respecta a los integrantes de su familia, que estuvieran involucrados era un detalle menor, solo estaba en ese pueblucho de nuevo por la herencia de la tía, siendo una mujer que no fue capaz de formar su propia familia quedó sola con la muerte de su esposo, siendo dueña de una fortuna y ahora estando casi que los pies en su lecho de muerte, ahí es donde entraba él, Kim Taehyung, hijo único de su respectiva madre la cual era la única hermana de la tía Jeo, eso lo hacía inevitablemente dueño de las riquezas de esa vieja cascarrabias, aunque había un problema, su queridisa tía antes de morir quería asegurarse de hacer lo correcto dejando su herencia en sus manos, por lo cual había exigido que Taehyung viviera bajo su mismo techo hasta que llegaran los últimos días de su vida, así se aseguraría de que estaba bien dejar al cuidado de su sobrino lo que con tanto esfuerzo su esposo construyó.

Siendo sinceros eso era una simple excusa, esa señora era demasiado egoísta como para dejar todo su dinero en manos de alguien que no fuera del linaje de los Kim, eso Taehyung lo sabía a la perfección, así como también sabía la verdadera razón de toda esa pantomima barata y tan poco ética, Taehyung estaba lejos de ser un atolondrado inconsciente, aunque ¿quién era él para juzgar?, los medios lo tenían sin cuidado, importaba el resultado, sabía que la tía solo quería tenerlo bajo su techo, bajo su ala el tiempo suficiente de asegurarse de que el "problema" de años atrás había sido completamente erradicado desde la raíz.

─Veo que ha llegado jóven Taehyung─se dirigió educadamente el mayordomo hacia él cuando sus zapatos estuvieron sobre la acera frente al portón.

─Solo dígame Taehyung señor Jeon, solo han sido algunos años─habló cortésmente, recibiendo una mirada afectuosa del hombre, el señor Jeon había jugado un mejor papel paternal en su infancia de lo que su propio padre lo había hecho─¿que tal ha estado su esposa?, ¿sus hijos?.

Una mueca triste se formó en el rostro del hombre al recibir sus preguntas, sus cejas comenzando a ser grisáceas frunciendose.

─Mi esposa, está bien, con algunos años más, sin embargo Jeongshool, ella bueno-el hizo una pausa antes de continuar, como si le costara continuar. Su mirada era amarga-enfermó y desgraciadamente no sobrevivió, tenía apenas 9, fue devastador para nuestra familia pero hemos logrado seguir adelante─explicó levemente, su tono lastimero y los labios apretándose al finalizar, su intento de sonrisa fracasó estrepitosamente.

Taehyung se quedó por un momento en shock, sus memorias con esa pequeña niña de corto cabello castaño y baratos vestidos rosas ligeramente desteñidos, era triste que su vida terminara tan abruptamente, seguramente en esos tiempos sería una hermosa mujer felizmente casada y con un par de niños revoltosos, en todo ese tiempo no había considerado con que no todo se quedaría tal cual lo dejó.

─Lo lamento mucho Siwo─habló sinceramente dando un apretón comprensivo en el hombro del hombre─¿y Kook?, ¿se ha casado?─cambió de tema, podía apostar que el hombre mayor había notado sus intenciones, sin embargo le había seguido el juego.

Por suerte el rostro desanimado del señor Jeon volvió a recobrar la luz con la mención de su hijo, sonriendo ampliamente y negando divertido.

─Ese mocoso-el afecto se deslizó por su tono mientras negaba- me ayuda aquí de vez en cuando porque dice que ya estoy demasiado viejo para hacerlo solo-contó, negando con la cabeza divertido-pero se la pasa cazando y de aquí para allá, aún no ha sentado cabeza─informó.

─No se preocupe demasiado, verá como cambiará cuando encuentre una mujer hermosa que lo vuelva loco, siempre funciona, confíe en mi-aseguró y el hombre soltó una risa, asintiendo de acuerdo con él.

Pudo escuchar el repiquetear de los zapatos de tacón sobre el asfalto y la voz gastada y rasposa conocida.

─¿Taehyung?

La tía Jeo Hwa apareció en escena, saliendo de la casa para quedar junto a ellos con su vestido de grandes y coloridos bordados y su exuberante peinado elevándose airoso, seguía igual de intimidante.

─Es agradable verte sobrino─dijo ella secamente, el atisbo de una sonrisa forzada en su rostro marcada por los años.

─Igualmente, sigue igual de hermosa y resplandeciente que la última vez.

Ambos con veneno en sus lenguas, escupiendo porciones de opiniones colocadas cuidadosamente para la ocasión, las palabras falsas y vacías,las miradas duras escondidas detrás de resplandecientes sonrisas demasiado duras para ser genuinas.

─Es bueno verte bien sobrino. Organizaremos esta noche un baile un tu honor, será tu bienvenida de regreso a casa, han pasado años desde la última vez, quiero presentarte a los amigos-su confesión causó que un escalofrío le recorriera la espina dorsal.

─Te lo agradezco-ella le fijó la mirada, con sus ojos oscuros fijos, como si rebuscaran en su interior, Taehyung agradeció cuando dejó de ser blanco del escrutinio mal disimulado de la mujer.

─¿Que sugieres, Siwo?─indagó la tía Jeo esperando atenta lo que él hombre tenía que decir.

─Yo creo que podría ser en la plaza del pueblo, podriamos arreglarlo, sería de mayor comodidad para los invitados señora, teniendo en cuenta lo que había mencionado.

─Es una magnífica idea-expresó ella, aparentemente complacida.

Tarhyung se guardó un gruñido que amenazaba por salir para sus dentros, ahora tendría que pasar la noche rodeado de prácticamente desconocidos cuando lo único que su cansado cuerpo pedía eran interminables horas de sueño, sin embargo no podía comprometer la imagen, siempre tan importante.

─Oh Taehyung, prepararé una sorpresa para ti─comentó, la forma en que mencionaba las palabras no era para causar curiosidad, ella quería generar nervios y lo estaba logrando, causando que sus hombros se pusieran irremediablemente tensos.

─¿Que tipo de sorpresa?─había indagado, tan apacible como siempre, como si bebiera de su copa de vino en medio de una reunión de antiguos compañeros de clases.

─Una muy apasionante querido.

Y Taehyung se obligó a no dejar salir un músculo de su posición relajada, todo estaba tan friamenete calculado como pensaba, venía preparado para esto, sin embargo no esperaba que el movimiento de si tía sobre el tablero fuera colocado tan pronto.

El juego acababa de empezar.

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