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Sábado había llegado y yo solo estaba acostada en mi cama, escuchando algo de música mientras hacia mi tarea para el lunes. La música me hacia relajarme y pensar mejor, así que tal vez y con suerte termine todo para la tarde.

Había tenido algunas llamadas de parte de Jimin, también algunos mensajes, pero a ninguno había contestado, solo los ignore. Me había mantenido con mis audífonos puestos, no quería escuchar nada más, el reproductor estaba casi a todo volumen, claro, casi siempre solían regañarme por tener a tan alto volumen la música, decían que me dañaría los oídos, si supieran que escuchar las cosas de la vida podría dañarme más.

Escribí en mi libreta con agilidad y rapidez, apuntando una respuesta que aun podía estar en mi mente, la traspasé a la hoja. Boca abajo y con los pies en alto, moviéndolos al ritmo de la música, tarareando algunas partes de la canción, era como se podía hacer mejor la tarea. La canción estaba por terminar, mire la hora, ya eran las dos de la tarde, se me había pasado el tiempo muy rápido. Deje la pluma en la cama y me levante de la cama, poniendo pausa a la canción y quitándome los auriculares.

Fruncí el entrecejo cuando escuché gritos proviniendo de debajo de mi casa, en la primera planta. Deje mi reproductor en la cama y me acerque a la puerta, abriéndola con cuidado para escuchar. Una vez estuve fuera de mi habitación pude escuchar un poco.

--¡Te dije que no quería volver a verte aquí! – escuche a mi padre hablar con tal enfado que me sorprendió.

No escuche la voz a la cual le estaba gritando, solo una pequeña tos. Abrí mis ojos a mas no poder, sorprendida.

Baje las escaleras rápidamente, deteniéndome en el último escalón y cubriéndome la boca con mi mano para ahogar un grito. La escena frente a mí, en la entrada de la puerta, era algo que claro, no quería que pasara en toda mi vida.

--¡¿Qué estas haciendo, papá?! – grite acercándome hasta él y tratando de quitar sus manos de él.

--Le dije que no se acercara a ti, y aquí esta – siseo.

--¡Suéltalo, lo vas a matar! – trate de jalar su brazo, era imposible.

--Eso quiero hacer –

--¡Jimin! – lo llame con desesperación.

Mi padre tenía a Jimin del cuello, casi ahogándolo, bueno, quitándole el casi. Los ojos de Jimin estaban en mí, me miraban con desespero. Mire hacia todos lados buscando algo para ayudarlo, lo que sea, pero no sabía que podría ayudarme, mi madre estaba parada un poco mas alejada de nosotros, sin hacer nada, eso me molesto más.

--¡Mamá has algo! – le pedí acercándome a ella rápidamente.

--Tu padre lo arreglara todo pronto –

--¡No arreglara nada! – la mire como si estuviese loca. -- ¡Lo matara! –

-- ... -- ella tenía sus brazos cruzados.

¿Por qué rayos actuaba así? Tenia que hacer algo rápido, la vida de Jimin corría peligro en las manos de mi padre. Corrí de nuevo hasta ellos. Volví a sujetar el brazo de mi padre para quitarlo, palpando el lugar indicado.

--Lo siento papá – hable rápido y cerrando los ojos. Apreté ese nervio con la suficiente fuerza que mis manos me daban. Haciendo que los brazos de papá cayeran flácidos a sus lados, él volteo a mirarme extrañado y con enfado cuando entendió lo que había hecho.

--¡Eliza! – lo ignore y solo fui al lugar de Jimin, observe su cuello, el cual estaba rojo por la presión.

--Lo siento tanto – lo mire con preocupación.

--No te... preocupes... -- tosió un poco, tratando de recuperar el oxígeno que había sido negado para él.

Acaricie su cuello con cuidado, sintiendo como su dolor podía hacerlo mío. Tome sus manos y lo ayude a levantarse de donde él había caído después de que los brazos de mi padre lo habían soltado. Con cuidado se puso de pie. Acaricie su mejilla, sentía las ganas de llorar tan fuertes.

--¡Aléjate de él! – el grito de mi padre me hizo voltear de inmediato.

--No lo hare – hable devolviéndole la mirada.

--¡Eliza, has caso a tu padre! – esta vez fue mi madre la que me hablo, mirándome con ojos desorbitados.

--¡No lo hare! – eleve yo esta vez la voz. Mis progenitores me miraron sorprendidos. –No me alejare de él, no lo hare –

--¡Todo esto es culpa tuya, maldito desgraciado, tú eres la persona que corrompe a mi hija! –

No podía soportar mas esto, no cuando veía como acusaban a Jimin de algo injustamente. Él no había hecho nada malo, él había sido una buena persona conmigo y me había ayudado cuando mas lo necesite, él era diferente.

--No hablen así de él, Jimin no ha hecho anda malo, él solo me ha ayudado –

--¿Ayudarte? No has hecho nada mas que escaparte de casa como una vil ladrona, nos contestas mal a nosotros, cosa que nunca habías hecho, él no es bueno, es una mala influencia – fruncí el entrecejo.

--¡Ustedes no lo ven! – grite esta vez yo, superada por la situación. -- ¡Él es la única persona que me ha ayudado! ¡Él no me repite todos los días el error que cometí! – miré a mi madre. -- ¡Él no me trata como a una niña! – mire a mi padre. – Ustedes no lo ven, pero Jimin no ha hecho nada malo, solo me ha ayudado ha hacer cosas que ustedes no querían ayudarme – me puse a un lado de Jimin. –Si no fuera por él, yo no estaría en la escuela, si no fuera por él, yo aun les tendría miedo a las personas... si no fuera por él, yo seguiría encerrada en aquella habitación –

Mis padres guardaron silencio, ambos se miraron, nadie decía nada, Jimin a un lado de mi acaricio mi mano, yo sentí esa caricia como una muestra de apoyo.

--Así que ustedes no tienen derecho a decir nada malo de Jimin, porque él no ha hecho nada mas que ayudarme a salir a delante, ustedes deberían de agradecerle –

Termine hablando, espere alguna reacción por parte de ellos, pero no parecía pasar nada pronto. Mi padre nos miro a ambos y después de dio media vuelta alejándose, metiéndose a la cocina. Mi madre me miro por última vez y siguió a mi padre, dejándome a solas con Jimin en la entrada de la puerta. Suspire.

Ambos salimos de casa, cerrando la puerta detrás de nosotros.

--¿Por qué viniste hasta mi casa? Sabias lo que podría pasar –

--Te marque varias veces, te mande mil mensajes y ninguno contestabas, solo me quedaba venir a verte, aunque eso me costara que tu padre casi me asesine – sonrió de lado.

--Eres un tonto maniático y suicida, te dije que era peligroso que vinieras a casa, ¿Qué tal si no hubiese estado en casa? –

--Entonces tendrías que buscarme en el jardín de tu casa, tal vez tu padre pensaba enterrarme ahí y no decir nada – lo golpee un poco en el brazo.

--Estás loco –

--Tal vez lo este, tal vez no –

--Jimin... --

--Si, lo siento –

Por un momento había sentido que mi padre cometería alguna locura y perdería a Jimin. Por un momento sentí en verdad mucho miedo de perder a Jimin.

--Eliza, tenia que venir a verte, yo en verdad necesitaba verte –

--¿Para qué? – me cruce de brazos, sintiendo la brisa fresca.

--No quería dejar las cosas como habían pasado ayer, no quiero ver el rostro que vi ayer, parecía el mismo que vi por primera vez cuando nos vimos, ese rostro que mostraba dolor y decepción –mordí mi labio inferior.

--No tienes que preocuparte por mí, estoy bien –

--No lo estas, querías que te dijera que éramos, tú querías que yo contestara esa pregunta tan importante, y yo solo conteste el teléfono... ¿A ti te molestan esas llamadas? –

--Podría decirte que no, podría decirte que no me importa nada en verdad, pero solo estaría mintiendo y no lo quiero hacer, así que sí, me molestan esas llamadas, me molesta como te vas a veces corriendo para estar con mujeres diferentes cada día, me molesta que trabajes en eso, me molesta mucho en verdad –

Baje la mirada, abrazándome mas a mi misma. La mano de Jimin se posó en mi mentón y me levanto el rostro, me miro de manera intensa.

--Esta bien sentir lo que sientes, así que te responderé... tú me preguntaste que éramos, pero no tengo una respuesta en sí, pero no es porque no sienta nada por ti, es solo que ni yo mismo lo se y no quiero apresurar nada, quiero entender mis sentimientos primero, quiero aclarar mis ideas primero antes de decir algo, no se que somos, pero lo que si se es que no somos amigos y no quiero que lo seamos, somos algo más, pero prometo aclarar mis sentimientos lo antes posible, no quiero lastimarte. – acaricio mi mejilla con suavidad. – Y también te prometeré esto, yo, dejare de hacer eso, no atenderé mas llamadas de mujeres, solo las rechazare, no dejare que te sientas incomoda. –

--No es necesario que... --

--Lo es si yo quiero hacer las cosas bien, así que Eliza, yo te prometo no hacer mas ese trabajo, prometo aclarar mis sentimientos pronto y darte esa respuesta rápido, así que solo te pido que esperes un poco más, por favor –

Asentí con cuidado. Los brazos de Jimin me rodearon con cuidado en un abrazo firme pero cálido. Correspondí su abrazo, su aroma llego a mis fosas nasales, embriagándome. Toda la tensión que había sentido se fue yendo. Estaba bien así, aunque no había obtenido una respuesta en sí, él había hecho todo lo posible por contestarla, si él a esperado a mi con paciencia, entonces yo puedo hacer lo mismo con él. Tendré paciencia y esperare su respuesta.

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No pensaba subir nada, ya que ahora mismo me estoy muriendo de fiebre, pero como me tomare un pequeño descanso... bueno, espero y les guste. Perdonen toda falta de ortografía, no tuve el tiempo ni nada.

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