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Capítulo 15. Película

Jungkook estaba leyendo un manga para cuando su celular vibró entre sus manos, recibiendo una llamada por parte de su bonito Taehyungie, chico con el que ya no había tenido comunicación desde aquel día.

Y no fue que lo estuvo evitando, aunque, honestamente, sí lo hizo, pero más que eso fue que el castañito ya no tenía tiempo para él, se la había vivido de allá para acá con Hoseok: pasaban las clases uno pegado al otro, a la hora del almuerzo se apartaban para conversar y, cuando salían de la escuela, su novio ya tenía agendadas un montón de cosas por hacer con el lindo prospecto que Jungkook también amaba.

Entonces, así fue como se llegó el sábado, con el pelinegro sintiéndose más solitario que un ornitorrinco buscando su comida en el fango, extrañando, extremadamente, la presencia de su mejor amigo al costado de su cuerpo.

Si era honesto, no quería contestar aquella llamada, pero no por ser despectivo hacia el que ya no era su niño, más bien, porque ya no sabía cómo hablarle y tampoco quería tener que ignorarlo si comenzaba a hablar de lo feliz que lo hacía Hoseok... su corazón volvería a doler como el primer día y, como era de esperarse, no necesitaba pasar por ello.

La llamada cedió y su fondo de pantalla de Spiderman protagonizó la escena, haciéndolo recordar lo que Taehyung siempre decía sobre ser su chico de la silla.

Se sintió muy culpable, ¿Por qué le hacía eso a su mejor amigo?

Es decir: sí, el castaño estaba en una relación con otro tipo, pero, en primer lugar, no tenía ni la más mínima idea respecto a sus sentimientos: según él, Jungkook era heterosexual y jamás notó algún comportamiento que mostrara lo contrario. De todos modos, la situación había sido un malentendido, un maravilloso y cariñoso malentendido que llevó al pelinegro a enamorarse sin retorno.

¿Y cómo no se iba a enamorar, si no existía una persona más preciosa y especial que su lindo vecino?

Taehyung era la razón de su sonrisa, un rayo de luz en su habitación oscura, la motivación necesaria para seguir sus más personales sueños... Y todo eso se lo había dado sin pedir nada a cambio, solo estando ahí, solo siendo parte de su vida.

En definitiva, el pequeño no se merecía ser ignorado, simplemente, por haber tomado otro camino. Eso solo demostraba cuan celoso y enojado Jungkook se sentía; sin embargo, y después de la basta conclusión que hubo en su cerebro, Taehyung era el menos responsable en la situación.

Entonces, no tuvo más que pensar y devolvió la llamada en cuestión de segundos.

—¡Jungkookie! —exclamó Taehyung al haber recibido la llamada de su mejor amigo, sintiendo su pecho llenarse de alegría—, ¿Cómo estás?, te extraño —pero esas palabras no hicieron más que herir al que se encontraba del otro lado de la línea, pues, en su corazón, sintió como se formaba un hueco en medio y comenzaba a sangrar.

—Hola, osito —fue lo que pudo decir, tratando de no contestar eso que pronunció la voz que más amaba, aunque compartía la idea—. Lamento haber perdido la llamada anterior, estaba ocupado.

—No te preocupes. ¿Qué haces?

—El trabajo que encargó el Señor Lee —soltó, agradeciendo haber sacado los cuadernos de su mochila unas horas antes. Mentir no era lo suyo.

—¡Ouh!, ¡Mi Jungkookie es tan aplicado!

—Lo aprendí de mi osito peluchón —y aquello provocó que una hermosa carcajada de los labios del castaño arribara, causando en Jungkook un anhelo tan intenso y profundo, que necesitó de llorar en ese instante.

—¿Terminarás pronto, Spidey?, hoy se estrenó Anpanman y su trozo de arroz perdido. No lo olvidaste, ¿Verdad?

—¿Olvidarlo? —sí, en definitiva, lo había olvidado, pero no lo iba a aceptar: eso no era muy fanático de su parte—, ¿Con quién crees que estás hablando?

—¡Por eso mismo lo digo! —reprendió Taehyung, recordando lo despistado que a veces era el pelinegro—, ¿Vamos al cine?

—Mmh —Jungkook se lo pensó. Se lo pensó más de lo que el tiempo se lo permitió e, incluso, se lo pensó hasta que su cabeza dolió... pero, qué más daba, ¿no?, era solo una película—, solo si tú compras las palomitas.

—¡Hecho! —soltó el otro ante la que sabía había sido una broma—, ¡Llamaré a Hobi para que nos vea en el centro comercial antes de la función!

¿Hobi?... ¿Y qué tenía que ver Hoseok con Anpanman y su trozo de arroz perdido?

¡Nada!, ¡Absolutamente nada!, ¡Ni siquiera se sabía que le gustaran los superhéroes igual!

—Osito, amh —Jungkook balbuceó. Fuera lo que fuera, jamás permitiría que la situación sucediera de tal manera, nadie iba a arruinarle el estreno que tanto había esperado, mucho menos Hoseok y su presencia entrometida—... pensándolo mejor, no creo terminar la tarea del señor Lee para entonces.

—Pero... Jungkook, la podemos hacer después, yo ni siquiera la he comenzado.

—Es que ya estoy muy metido en ella.

—Jungkook, se trata de Anpanman y su trozo de arroz perdido.

—Lo sé, pero primero es la obligación y después la diversión.

—¡Ja!, ¿Qué dices?, ¡Por Dios!, ¿Quién eres tú y donde escondiste a mi irresponsable Jungkookie?

—Oye, me importan mis calificaciones, necesito quedar en una buena universidad.

—Ayer no pensabas lo mismo.

—Tae...

—No me importa —dijo como último, sintiéndose un poco molesto ante la negativa de su mejor amigo—, iremos a la función de las siete. Antes pasaré a casa de Jimin por unos libros para el taller de artes, así que te veo donde siempre en el centro comercial, ¿Okay?

—Veré... veré si puedo ir.

—¿Verás? —Jungkook sabía lo que significaba ese tono amenazante, muchas veces había lidiado con él y sabía perfectamente que se curaba con dulces y comida; sin embargo, se trataba de su corazón y cómo este se aplastaba y se detenía con el simple pensamiento de compartir una cita con la nueva pareja.

—No te molestes.

—No estoy molesto.

—Te dije que estaba ocupado.

—Y yo te dije que te espero en el cine, punto.

—Tae, veré si puedo ir, ¿De acuerdo?

—¡Bien!

—Bien.

Y dicho eso, la llamada se cortó, dejando al muchacho pelinegro con una sensación asfixiante en el cuerpo y la mente rota, tratando de dimensionar lo que debía o no hacer.

—🦋—

Las manos de Taehyung se aferraron al costado de sus piernas, exactamente en el borde de la fuente donde estaba sentado. De vez en cuando, sus ojos viajaban a su alrededor, desesperados por encontrar a su alma gemela, pero, luego, aquello lo hacía sentirse más nervioso de lo normal y terminaba volviendo hacia el piso sin remedio.

Se mordió la lengua levemente, tratando de minimizar la sensación: quizá no debió haber colgado la llamada con Jungkook, tal vez no debió haberse molestado y tampoco hablado con tal agresividad.

Pero Jungkook lo conocía, ¿No?, Jungkook estaba completamente familiarizado hasta con sus actitudes más infantiles e, incluso, se divertía mucho al lidiar con ellas.

Es decir, no podía estar molesto por eso.

Sin embargo, ya solo faltaban diez minutos para entrar en la sala y el muchacho no hacía acto de presencia, ¿No era eso bastante perturbador?, ¿Cómo iba a perderse la película que tanto había esperado?... ¿De verdad le importaba tanto estudiar?, nunca antes había sido una de sus prioridades, ¿Por qué actuaba a así, ahora que solo faltaban un par de meses para graduarse?, ¿Qué tanto se podía hacer en unas semanas?

—¡Cielo! —Hoseok apareció, saludando a su bonito chico con el apodo que sabía que le gustaba. No obstante, la mirada de Taehyung jamás se levantó, su llegada parecía estar siendo ignorada—. ¿Cielo? —y tuvo que maniobrar con su mano para que el joven le prestara atención, porque a ese ritmo, la película se terminaría sin ellos.

—¡Oh, sí, Hobi! —soltó el pequeño al reaccionar, parpadeando repetidas veces.

—¿Todo bien? —inquirió, notando la actitud un poco apagada de su nuevo novio; más Taehyung asintió y no le quedó otra cosa qué preguntar—. Disculpa que haya llegado hasta ahora, tuve un par de contratiempos, ¿Entramos ya?

—Mmh... es que —balbuceó el castaño, levantándose en su sitio—... Jungkook no ha llegado.

—¿No? —le preguntó extrañado y se giró a observar su alrededor—, pero ¿No era él quién anhelaba ver esta película?

—Sí, pero... me dijo que quizá no podría venir —soltó, bajando su mirada, pensando en lo enojado que debía estar su mejor amigo, por el tono que había utilizado en la llamada. Después de todo, ¿Qué más podría ser?—. Dijo que estaba muy concentrado en la tarea del señor Lee, que quizá no terminaría.

—Oh, cielo —murmuró el más alto y sus manos enredaron las mejillas de Taehyung, aquella expresión melancólica no era característica del más hermoso rostro que sus ojos habían visto.

—Jungkook... jamás le diría que no a una película como esta, jamás se negaría, ni estando en un funeral... Jungkook no es así, algo le pasa y no me lo quiso decir.

—¿Eso piensas? —y el pequeño asentimiento que dio el muchacho bonito fue algo que a Hoseok preocupó. Definitivamente, ver a Taehyung triste o decepcionado iba a romperle el corazón—. Pero, no se supone que ambos saben todo del otro, es decir, por algo son mejores amigos... Yo no creo que te haya mentido, quizá de verdad estaba muy concentrado, ya sabes que Jungkook ama las matemáticas —y ante ese razonamiento, el castaño no tuvo atisbo de emoción—. Vamos, Taehyung, no quiero ver esa carita triste.

—Me ilusionaba mucho ver la película y que los tres saliéramos.

—Lo sé, cielo. Propongo que la dejemos para otro día en que Jungkook esté disponible. Tal vez no se sentirá lo mismo como el día del estreno, pero es algo que Jungkook y tú aman, no es justo que lo dejemos fuera.

—¿Seguro?, ya estamos aquí... dejaste a tu hermana por venir.

—Tae, nada me importa más que tu felicidad.

—Eres increíble, Hobi —y dicho eso, se metió entre los brazos de su novio, escondiendo su rostro en el otro pecho y olfateando el aroma del más alto, para nunca olvidar lo lindo que se había sentido escuchar eso.

Más su celular sonó y supo que se trataba de Jungkook por el tono ridículo que tenía designado a sus mensajes, así que se sacó un poco para poder atender.

"Lo lamento, oso, no podré llegar.

El tráfico se atascó debido a un accidente en la avenida y mi mama tenía prisa para llegar a la oficina de correos, así que, pensando en lo requerido, abandonamos la idea de llegar al cine y ahora la estoy acompañando a recoger su paquete.

No te preocupes por mí, veré la película luego, no es la gran cosa si la ves primero. Disfruta de la compañía de Hoseok y come palomitas por mí.

Tienes prohibido contarme al respecto.

Te veo luego, Chair boy."

—¿Qué ha dicho?

—Dice que... no podrá llegar, que veamos la película —explicó Taehyung, sin quitar la vista de su móvil.

—¿Y tú quieres eso?

—Pues... podemos intentar. Dice que está bien por él.

—¿Pero está bien por ti?

—Sí —terminó contestando y se metió el celular en el bolsillo para poder tomar la mano de su novio. Después de todo, parecía que Jungkook no estaba molesto, ¿No?—. Tratemos de reunirnos en otra ocasión con él, ¿Está bien?, pasemos un buen rato tú y yo.

—Me agrada la idea, cielo.

Y dicho eso, caminaron directo al cine, sin saber que, unos locales detrás, cierto chico pelinegro lloraba en silencio al haber visto como Taehyung sonreía hermosamente al estar en los brazos de su pareja.

No, simplemente no podía ser parte de eso.

No estaba listo.

No podía hacerlo.

Tal vez después, tal vez en un futuro... solo tal vez, porque la verdad seguía siendo más grande que el edificio sobre su cabeza: Jungkook jamás iba a poder estar en el mismo lugar que Jung Hoseok, sin quitarle al castaño de los brazos, porque esa cintura era suya, porque ese cuerpo y esa alma le pertenecían y su corazón era la mitad del otro.

Si no iba a ser de esa manera, entonces no iba a ser de ninguna.

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