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Me lancé encima de el y le mordí el cuello provocando que un gritó saliera de sus labios, Jungkook se hecho hacia atrás y me empujó contra una pared provocando que me golpeara fuertemente, solté un gemido ahogado y enterré mis uñas en su cuello.
—¡Sueltame Jimin!.—grito Jungkook mientras intentaba soltarse de mi agarré, camino hasta la cama y me tiró en ella mientras me aplastaba con su peso.
Empecé a llorar nuevamente está vez sin reprimir mis sollozos, Jungkook empezó a llorar conmigo y se quitó de encima mío.
—¿Qué nos pasó?.—preguntó mientras lloraba, me senté en el borde de la cama y llevé mis manos a mi rostro tapandolo.
—¿Porqué lo has hecho?.—pregunté sollozando.—¿Porqué me hiciste ésto?
—Jimin...no quise, de verdad que no quería hacerlo.—dijo llorando mientras se hacía delante mío.—Me enamoré de el, me gustó y jamás quise verlo con esos ojos.
Me quedé en silenció esperando a que siguiera hablando mientras cada palabra se quedaba enterrada en mi pecho.
—Las cosas sólo se dieron en la noche de la reunión de viejos compañeros de la universidad, bailamos un rato y una cosa llevó a la otra, los días pasaron y no dejaba de pensar en el, en su sonrisa, en sus besos, en su piel rozando con la mía.—hizo una pausa mientras hipaba.—sentí demasiada culpa pero a la vez una gran felicidad, acordé a pasaban los días me sentía peor pero cada vez que lo veía me sentía vivo, feliz y un adolescente de nuevo, me hizo sentir cosas que tú ya no....nuestro amor murió y yo no hice nada para revivir las llamas mientras tú lo intentabas, me enamoré de tu mejor amigo, me enamoré de lo que representa.—dijo mientras sollozaba.—está infidelidad empezó por una calentura y continuó por un gran querer, jugamos a los infieles y por culpa de ello tú lo has tenido que pagar.
Cada sollozo era más fuerte, me sentía decepcionado, triste, enojado, melancólico sentia tantos sentimientos en cuestión de segundos, cada palabra me destruía aún más, cada palabra se grababa a fuego en mi corazón y en mi mente.
—¿Eso...quiere decir que ya no me amas?
—En ningún momento dije eso, aún te amo pero también lo amo a el.—dijo mientras se sentaba a mi lado.—fuiste mi primer amor, mi primera vez para todo, eres el padre de mi hijo y eres lo unico que tengo, lo único que conocí con todos estos años, te apreció y te valoró pero no te amo de la misma forma que antes.
—¿Te arrepientes?.—pregunté dispuesto a olvidarlo todo para intentarlo una vez más.
—No, el fue una de las mejores cosas que me ha pasado, lo siento.—dijo mientras cubría sus ojos.
—¿Estás seguro de ello?.—pregunté.—¿No te arrepentirás después?
—Estoy seguro de ello y no te puedo decir si me arrepentiré o no, no puedo predecirlo pero si decirte que lo amo.—dijo sollozando y miré hacia el techo soltando un gran suspiró lleno de tristeza.
—¿Nos divorciaremos?.—pregunté aún sabiendo la respuesta.
—Creó que es lo más lógico, no puedo seguir lastimandote.—dijo mientras intentaba controlar sus sollozos.—Mereces algo mejor.
—Bien.—dije dejando escapar más lágrimas.—Yo me quedaré con la niña y de eso no hay discusión, trae los papeles del divorcio mañana.
Mi corazón dolía cómo los mil infiernos, todo lo que había conocido lo perdería.
—Solo esperó que no te arrepientas porque no volvere.—dije por última vez.
—Puedes quedarte con esta casa si así lo deseas.—dijo levantándose de la cama.—Está noche me iré a quedar en un hotel.
—No quiero quedarme en está casa, no quiero vivir con tu recuerdo.—respondí y Jungkook fue a salir de la habitación.—Antes de que te vayas hazme un favor.
—Lo que sea.
—Hazme el amor por última vez y bésame, bésame como si no hubiera un mañana, bésame sin sentir porque está será la última vez que podré sentir tus labios.—dije con lágrimas en los ojos mientras conectaba su mirada con la mía.—dejame sentirte por última vez.
J U N G K O O K;
Me acerqué a él y besa sus labios, este me correspondió, y me sentí tan bien al sentir sus labios tan cálidos y suaves, la boca de Jimin trasmite tanta calidez, y unas cosquillas se instalaron en mi estómago al sentir como su lengua pidió acesso a mi boca, sonreí entre el beso y nuestras lenguas se encontraron en una danza sincronizada, su lengua recorría cada espacio en mi cavidad bucal.
Perdóname, mi pequeño angel.
Atraje más el cuerpo de Jimin, y en un leve movimiento lo acosté con mucha delicadeza en la cama, sin parar de dejar castos besos en aquellos esponjosos y exquisitos labios que tanto me encantaban.
Perdóname por acabar con éste amor.
La ropa desapareció por completo quedando esparcida por cada espacio de la habitación, el rostro de Jimin estaba completamente rojo mientras sus labios estaban más hinchados y rojos, sonreí con tristeza h para empecé a pasar mi caliente lengua en su cuello.
Jimin se mordio el labio inferior al sentir cuando empecé a hacerle un chupón en la clavícula, me encargué de recorrer cada espacio en su piel dejando chupones y besos por donde pasaba, memorizando su sabor, Jimin dejaba escapar de su boquita suspiros y pequeños gemidos.
Volví a subir hasta sus abultados labios para darle un casto beso, mientras lo volteaba quedando a mi disposición su apetitoso culo, tan redondo y grande.
Acerque mis dedos a su boca, y entendió lo que quería, los tomo y comenzó a lamerlos y chuparlos empapandolos muy bien de saliva. Así que tan pronto sentí que ya era suficiente quite los dedos de la cálida boca de Jimin, apreté el enorme culo de Jimin y roce mis dedos en su entrada.
—J-jungkook, no juegues conmigo.—Solte un gemido y escondió su rostro en la almohada.
Separé sus nalgas dejando ver su pequeña y rosada entrada, sonreí y tres de mis dedos arremetieron contra su trasero, gimió fuertemente al sentir como mis dedos se encontraban moviéndose de forma rápida, relami mis labios y empecé a moverlos en forma de tijera.
—M-más..—Pidio mientras gemía.
Tan hermoso y precioso.
Y agregué un cuarto dedo al vaivén pero esta vez los movi de forma lenta. Jimin empezó a desesperarse y subió más su culo mientras su cabeza seguía escondida en la almohada soltando gemidos que no hacían más que calentarme.
—Jungkook...—saque los dedos de su entrada y roce la rosada entrada de Jimin con mi miembro.
—Dime que quieres y te lo daré.—Sonrei levemente y Jimin empujó más su trasero contra mi miembro.
—L-lo quiero....Kookie...te necesito.
—¿En donde me necesitas, Mochi?.—Sonrei.
—Te quiero dentro, Jungkook, necesito sentir tu gordo y largo pene dentro mío, quiero sentirte.—Lo dijo con una voz ronca y sensual mientras meneaba su culo hacia mi dirección.
Soltó un fuerte gemido cuando sintió como toda mi extensión entro de una sola embestida, sus manos apretaron las sábanas y los dedos de sus pies se arrugaron, dejo de esconder su rostro para mirar al frente mientras mordía su labio inferior.
Le di tiempo de acostumbrarse a mi tamaño, pasaron los segundos y empecé a moverme bruscamente.
Su calidez me llena por completo, me hace sentir como ninguna otra persona.
—Eres tan apretado y delicioso.—Gemi mientras mis embestidas eran lentas y certeras, torturandolo.—Me aprietas tan bien, Mochi.
—Eres muy grande...me encanta.—Dijo mientras gemía al mismo tiempo que yo, mi mano ejercía fuerza sobre su cintura mientras la otra libre se acercó al rostro de Jimin para voltearle y unir nuestros labios en un ansiado beso.
Sentí cómo las lágrimas empezaron a descender por sus mejillas mezclándose en el beso, mi corazón se oprimió al saber que mi ángel lloraba.
Continue embistiendolo aún sin llegar a mi límite, me separé de sus labios dejando un hilo fina de saliva entre nosotros, sus mejillas se encontraban rojizas mientras las lágrimas seguían descendiendo por sus rostro, mis manos acariciaron sus nalgas lechozas, Jimin tan solamente gemía y se aferraba a las sábanas.
—J-justo...ahí....—balbuceo al momento en el que encontré su punto debil, y empezó a gemir aún más de placer.
Dirigí solamente mis embestidas a ese punto, tome las manos de Jimin y las dejé sobre su espalda, un par de embestidas más bastaron para que Jimin se contrajera y apretara aún más alrededor, gire su cuerpo rápidamente dejándolo boca arribar.
Llevo ambas manos a su rostro cubriéndose y las aparte, sus mejillas estaban teñidas de rojos, sus labios más hinchados y rojos, su cabello totalmente despeinado, sus ojos estaban vidriosos y las lágrimas seguían ahí y un pequeño rastro de saliva se encontraba cerca de sus labios.
Te amo.
—Te vez tan hermoso.—sonrei con tristeza y lo besé lentamente mientras sacaba todo mi miembro de su interior para luego volverlo a embestir con fuerza dejándolo ahogar un gemido agudo en mi boca, poco tardó y las lágrimas no tardaron en aparecer.
Coloqué los brazos de Jimin sobré su cabeza y entrelace sus manos con las mías, y las embestidas empezaron a ser más profundas y lentas tocando solamente su punto débil mientras nos mirábamos fijamente.
Está será la última vez que serás mío, eres mi alma gemela pero no te merezco, no después de mentirte y de serte infiel.
Mi corazón dolía, sabía que lo había perdido y ahora estaba destinado a pasar una vida entera sin el.
—J-Jungkook...y-yo.—Sin dejarlo termina di una embestida fuertemente contra la próstata de Jimin quien terminó corriendose, una imagen que jamás olvidaría era como mi enorme y grusero miembro era tragado por el trasero de Jimin, jamás olvidaría su calidez, ni sus gemidos ni la manera en la que luce al tener sexo, unas embestidas más y me corrí con fuerza en su interior.
—Nghh...—Gimio un poco más bajito al sentir como salí de su interior.—Jamas te olvidaré.
—Ni yo a ti.—respondí mientras volvía a besarlo, esta vez lentamente y transmitiendole todo lo que no podía con las palabras.
Porque aún lo amo, lo amo más que a nada en el mundo, puedo sentir algo por Jin pero no es nada comparado por lo que siento por ti, a él lo quiero y a ti te amo, eres mi todo y jamás debí meterme con el, con tu mejor amigo y ahora pagaré por mis consecuencias, eres libre, libre de huir, de irte y de volar como una pequeña mariposa.
Nos fundimos en un apasionado beso, mostrando todo lo que sentimos mientras las lágrimas se mezclaban en el beso, me aferré a ti y te bese lo más que pude.
—Deberia irme.—dije entre el beso y negaste tomando nuevamente mis labios.
—Quedate está noche, duerme conmigo por última vez.—dijo mientras empezaba a sollozar.
Lo tomé entre mis brazos y nos metimos dentro de las cobijas, no me importó que la luz quedará prendida sólo quería besarlo y abrazarlo toda la noche. Sería la última vez.
Perdóname, amor mío por ser un total imbécil, por dañar nuestro matrimonio, por echar tantos años a tu lado a la basura pero cada momento se quedara marcado con fuego en mi corazón y en mi cabeza, eres mi luz, mi salvación, lo único que tuve por tantos años, el padre de mi hijo, el amor de mi vida, mi primer amor, mi primer beso, mi primera vez, me enseñaste lo que es el amor, me enseñaste a amar, a ver el mundo de otra manera, a amarme a mi mismo y así es como te estoy pagando yo; pero déjame decirte que no seguirá siendo así, después de está noche serás libre, dejaras de ser mío y brillaras por tu propia cuenta, con tu propia Luz, iluminando y alegrando el día de otros mientras yo estaré rodeado de oscuridad, lamentandome por el resto de mis días, pagando lo que hice.
Porqué todo lo que hacemos tiene una consecuencia y un castigó y este...este es el mío.
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