ᴄʜᴀᴘ. sɪxᴛᴇᴇɴ. "ᴀᴄᴇᴘᴛᴀᴄɪᴏ́ɴ." 

𝔏𝔬𝔰 𝔞𝔫𝔞́𝔩𝔦𝔰𝔦𝔰 𝔡𝔢 𝔰𝔞𝔫𝔤𝔯𝔢 𝔢𝔯𝔞𝔫 𝔩𝔬 𝔲́𝔫𝔦𝔠𝔬 𝔮𝔲𝔢 𝔡𝔢𝔱𝔢𝔰𝔱𝔞𝔟𝔞 ℭ𝔞𝔰𝔰𝔦𝔞. Sabía que con todo lo que estaba pasando, iba a tener que hacerse un análisis de sangre. Iba a hacerse un análisis de sangre para asegurarse de que todo estaba bien y de que iba a estar bien. Pero sabía que no importaría si estaba lista para ir o no. Sabía qué era lo que le iba a pasar al final de la semana y no iba a hacer nada que pudiera hacerla prolongar su vida. Cassia sabía que no iba a poder prolongar su vida, simplemente eso no era lo que le esperaba a largo plazo.

Había tantas cosas que se podían hacer por ella, pero sabía que no serviría de nada. El artefacto había sellado su destino e iba a morir en cuestión de días, sin importar lo que los Vengadores iban a intentar hacer para ayudarla. No quería pensar en su vida de forma negativa y no quería pensar que iba a ser una causa perdida, pero no podía evitarlo. No pudo evitar querer decirle al resto de los Vengadores que deberían detener lo que estaban haciendo en un intento por salvarla.

Todo lo que le dijeron sobre lo que estaba pasando le demostró que no iba a poder revertir nada de lo que estaba pasando. Puede que quisiera vivir el resto de su vida y estar con los Vengadores todo el tiempo que pudiera, pero eso no era lo que el universo tenía en mente para ella. Eso no era lo que el universo quería para ella y sabía que iba a tener que aceptar lo que estaba pasando en su vida.

No importaba lo que hubiera hecho en su vida con su trabajo y su investigación, demostró que era lo que el Efecto Mariposa quería para ella. El Efecto Mariposa había elegido que este era su destino y ella iba a tener que aceptar todo lo que estaba pasando por ella. Iba a tener que aceptar todo lo que iba a pasar en su vida y estaba empezando a aceptar todo lo que pasaba a su alrededor. Iba a aceptar todo lo que el universo tenía en mente para ella.

Sus ojos miraron por la puerta de su habitación del hospital y miró hacia el espejo que estaba en su habitación. Fue entonces cuando pudo ver lo hundidos que estaban sus ojos y la blancura de su piel. La mujer estaba cada vez más pálida y había tantas cosas que deseaba poder cambiar sobre la muerte. Deseaba no verse tan pálida y mortal, pero ese era el punto. Ese era el punto de la muerte, porque la muerte no era bonita. No se suponía que la muerte fuera un cuento de hadas que la gente quisiera tener tan pronto como pudiera.

La muerte era algo serio que le temía a la gente. Las personas temían la muerte porque no querían tener que despedirse de todas las personas que amaban y de todas las personas que les importaban. Sabía que no quería despedirse de todos en su vida, pero sabía que tendría que hacerlo. Era inevitable.

Justo cuando pensó que todo estaba bien mientras se acostaba en la cama, la mujer rodó sobre su estómago mientras comenzaba a escupir bilis negra y cuando encontró tiempo para respirar, el fluido negro comenzó a gotear por sus labios. Su respiración era pesada mientras miraba a su alrededor mientras la bilis negra le goteaba por la barbilla y negó con la cabeza.

Las palabras del ángel caído, Angelisa, continuaron repitiéndose en su mente y comenzaron a hacer que su cerebro se hinchara. Entrecerró los ojos mientras todo seguía repitiéndose y no quería nada más que tirarlo todo por la ventana e ignorarlo todo. No quería pensar en nada de eso mientras se acostaba en la cama antes de que la bilis negra comenzara a acumularse en la parte posterior de su garganta, y antes de que pudiera siquiera pensar en ello, se derramó de sus labios nuevamente.

Su espalda golpeó la cama mientras miraba hacia el techo sobre ella y sabía que no podía hacer nada para detenerlo. Sabía que no podía hacer nada para evitar su muerte. La mujer había aceptado su destino y no habría nada que nadie pudiera hacer para detenerlo. Cassia no iba a aceptar ninguno de los tratamientos que le iban a dar los Vengadores porque no quería darles ninguna falsa esperanza. No quería que pensaran que iba a salir adelante y que iba a ser cien por ciento mejor.

Porque ella no lo estaba.

Porque estaba escrito en las estrellas que iba a morir por el trabajo que había hecho. Su vida iba a disminuir durante el resto de la semana y no habría nada que los Vengadores pudieran hacer para salvarla. No iba a haber nada que nadie pudiera hacer para asegurarse de que Cassia pudiera salir de la Instalación de los Vengadores de una pieza.

Ella ya estaba comenzando a desmoronarse y desmoronarse con todo a su alrededor. Y sabía que, si no aceptaba todo lo que le iba a pasar, no iba a poder seguir adelante. Y tampoco ninguno de los héroes que vivían entre ella.