ᴄʜᴀᴘ. ғɪғᴛᴇᴇɴ. "ʜᴇᴍᴏʀʀᴀɢɪᴀ." 

𝔒𝔠𝔥𝔬 𝔡𝔦́𝔞𝔰. Eso era todo lo que le quedaba a Cassia y ya estaba paralizada por la enfermedad a la que se vio obligada a contraer. Su cuerpo ya estaba siendo tragado por completo por lo que había estado expuesta y no sabía qué iba a hacer. No sabía cómo iba a poder sobrevivir durante los próximos ocho días mientras pasaba por el dolor que le habían infundido. Ya no se le permitió entrar en su laboratorio y estuvo atada a una cama de hospital durante el último de sus días. Cassia no era la mujer que solía ser y no se sentía como si debería haber estado viva. Cuanto más tiempo se sentaba en la cama y miraba el techo sobre ella, deseaba la muerte. Ella oró por ello.

Pero no podía hacerles eso a quienes la rodeaban.

No importaba cuánto dolor estaba pasando Cassia, tenía que ser fuerte para todos los que la rodeaban. Tenía que ser fuerte, incluso cuando eso era lo último que quería ser. Aunque quería darse por vencida, no podía. A pesar de que quería quitarse la vida antes de que pudiera sufrir una muerte horrible e insoportable, no podía. Los Vengadores y todas las personas con las que había trabajado eran su familia y no quería hacerles pasar más dolor del que ya había pasado. El dolor por el que estaba pasando nunca iba a desaparecer, y sentía como si fuera a seguir pasando por él en su otra vida.

Pero ella no podía pensar así. Tenía que mantener su mente positiva y tenía que pensar en todas las cosas buenas que había podido hacer en la vida que le habían dado. Había hecho de su vida algo más que una teoría que había estudiado durante décadas. Fue más que asegurarse de que hubiera un efecto dominó que ayudó a todos los que la rodeaban y la convirtió en una buena persona. No era una buena persona por los actos que hacía, era una buena persona porque nunca se puso antes que nadie. No era egoísta y siempre trataba de ser lo suficientemente buena para aquellos a quienes amaba y por quienes amaba.

Mientras se acostaba en la cama, levantó la barbilla y miró al hombre frente a ella se inclinó la cabeza hacia un lado mientras miraba a Tony Stark. Los dos se miraron el uno al otro durante unos segundos y ella se preguntó qué era lo que pasaba por su mente. Se preguntó cómo se sentiría él por todo lo que sucedía a su alrededor y cómo se sentiría cuando ella se fuera. Porque, una vez que ella se fuera, nadie iba a recordar quién era ella o qué había hecho. Ella iba a ser un fantasma.

Tony se acercó a la cama y se sentó a su lado, acercándose a ella y tomando su mano entre las suyas. Miró sus manos durante unos segundos, antes de volver a mirar a Cassia. Fue entonces cuando se dio cuenta de que todavía había sangre seca y con costras debajo de sus conductos lagrimales y la parte inferior de sus fosas nasales. Sabía que habían sido unas últimas veinticuatro horas difíciles para ella, y deseaba haber podido hacer algo para ayudarla.

Aunque no hubiera podido hacer nada, y odiaba eso. Odiaba no poder ayudar a la mujer que amaba más que a nada en el mundo. Tony quería poder usar todo lo que pudiera para asegurarse de que ella pudiera vivir la vida que siempre había querido, pero no podía. No era tan poderoso como pensaba y eso le rompió el corazón. Y sabía que también rompía el de Cassia. ⠀⠀⠀⠀

- ¿Estás bien? - Tony le preguntó, y Cassia no supo cómo responder a la pregunta. No sabía qué respuesta darle, porque si le decía que no estaba bien, lo preocuparía aún más. Él estaría preocupado por todo lo que ella estaba pasando y no se habría detenido hasta encontrar una manera de ayudarla. ⠀⠀⠀⠀

- Oh, ya sabes, mi cuerpo se está apagando y básicamente estoy sufriendo una hemorragia hasta la muerte. Solo un martes normal - dijo Cassia sarcásticamente, y trajo una pequeña sonrisa a sus labios mientras miraba a Tony. Aunque la broma no funcionó con el hombre frente a ella y apretó los labios. - Sé que no quieres tener que pasar por esto y que quieres encontrar una manera de solucionarlo, pero no puedes. No podemos arreglar lo que sea que me esté pasando.

- Lo sé, pero desearía que hubiéramos podido hacer más por ti - le explicó Tony y ella asintió con la cabeza. Ella sabía que él quería hacer todo lo que estuviera en su poder, pero sabía que Cassia no querría eso para él. Sabía que ella no querría que perdiera tanto tiempo en algo que él no habría podido detener. - Quiero que estés cómoda.

- Mientras estés a mi lado, estaré bien - le respondió Cassia mientras inclinaba la cabeza hacia un lado con una pequeña sonrisa en los labios. Ella rozó su pulgar contra el dorso de su mano y los dos se miraron durante unos segundos, antes de que ella dejara escapar un profundo suspiro. - Solo quiero que te sientes a mi lado y bromees sobre las cosas habituales sobre las que bromearías. Quiero que sigamos siendo nosotros, incluso a pesar de todo esto. Incluso durante mis últimos ocho días. ¿Puedes hacer eso por mí? ¿Tony?

El hombre apretó los labios durante unos segundos, antes de asentir con la cabeza.

- Por supuesto que lo haré, Cassia. Lo que sea para ti.