ᴄʜᴀᴘ. ᴇɪɢʜᴛᴇᴇɴ. "ᴇsᴏ ᴇs ʟᴏ ǫᴜᴇ ʜᴀᴄᴇɴ ʟᴏs ʜᴇ́ʀᴏᴇs." 

𝔖𝔲𝔰 𝔠𝔬𝔪𝔭𝔞𝔫̃𝔢𝔯𝔬𝔰 𝔡𝔢 𝔢𝔮𝔲𝔦𝔭𝔬 𝔥𝔞𝔟𝔦́𝔞𝔫 𝔢𝔰𝔱𝔞𝔡𝔬 𝔢𝔫𝔱𝔯𝔞𝔫𝔡𝔬 𝔶 𝔰𝔞𝔩𝔦𝔢𝔫𝔡𝔬 𝔡𝔢 𝔩𝔞 𝔥𝔞𝔟𝔦𝔱𝔞𝔠𝔦𝔬́𝔫 𝔱𝔬𝔡𝔬 𝔢𝔩 𝔡𝔦́𝔞, 𝔶 𝔢𝔰𝔬 𝔥𝔞𝔟𝔦́𝔞 𝔠𝔬𝔪𝔢𝔫𝔷𝔞𝔡𝔬 𝔞 𝔞𝔤𝔬𝔱𝔞𝔯𝔩𝔞. Había comenzado a escupir sangre cada vez más a menudo mientras yacía en la cama del hospital, y sabía que solo le quedaba una cuestión de tiempo antes de desvanecerse en la nada. Sabía que se iba a convertir en nada más que un fantasma, incluso si eso era lo último que había querido ser. Ella nunca quiso ser un fantasma, quería ser alguien que el equipo recordara por el trabajo que había hecho, no por cómo murió. Sin embargo, cuanto más pensaba en cómo iba a ir, no quería pensar en el hecho de que iba a perder a todos los que alguna vez amó.

Mientras estaba acostada en la cama del hospital, se dio cuenta de que había alguien mirándola desde la puerta y cuando levantó la barbilla mientras miraba, encontró a Angelisa parada allí. Ella solo escuchó mucho sobre el Ángel Caído y lo que había hecho, pero no sabía qué estaba haciendo la mujer. Sabía que, si Angelisa estaba allí, no habría mucho que pudiera hacer para salvarse. El ángel caído la miró durante unos segundos, antes de que Cassia comenzara a sentarse. Pero cuanto más la miraba el Ángel Caído, Cassia podía decir que no iba a haber mucho que pudiera hacer.

- Tus días están contados, ya veo - le dijo Angelisa mientras entraba a la habitación mientras miraba a la mujer frente a ella, antes de tomar asiento en la cama a su lado. - Sé que estás pensando en muchas cosas, pero puedo ayudarte en todo lo que pueda.

- ¿Qué puedes hacer para ayudarme? Lo último que escuché fue que fuiste tú quien dijo que no había nada que se pudiera hacer para revertir lo que me estaba pasando. Entonces, ¿qué estás diciendo ahora? - Cassia preguntó a la mujer frente a ella mientras la miraba. Los dos se miraron el uno al otro por unos momentos, antes de que Angelisa le diera una pequeña sonrisa.

- Yo era quien había creado el artefacto que estabas estudiando, y yo era quien había colocado la enfermedad incurable dentro de él. Era algo que había creado hace miles de años con fines de guerra - le explicó Angelisa como la miró por unos segundos más, antes de inclinar la cabeza hacia un lado. - Y cuando mueras, hará que todos se olviden de quién eras ... como si nunca hubieras existido.

- ¿Qué? - Cassia cuestionó mientras sus ojos se ensanchaban mientras la miraba, y el Ángel Caído se apresuró a responder.

- Esa parte, se la puedo quitar. Puedo asegurarme de que todos recuerden quién eres si realmente quieres...

- No - Cassia la interrumpió mientras negaba levemente con la cabeza. Apretó los labios durante unos segundos mientras la miraba. La mujer sabía que iba a ser una decisión difícil para ella, pero sabía que era una decisión que iba a tener que tomar.

No quería tener que quitarse los recuerdos que los demás tenían de ella, pero era una de las únicas formas de asegurarse de que iban a estar bien. Que van a estar bien y a seguir adelante con sus vidas. Nunca se habría perdonado a sí misma si les hubiera permitido recordar la horrible muerte que tuvo que soportar hacia el final de su vida. Cassia no era el tipo de persona que iba a hacer sufrir al resto del mundo solo porque iba a tener una muerte horrible.

Había tantas formas de morir, y sabía que la forma en que estaba probablemente era una de las peores. Por supuesto, hubo otras causas de muerte que fueron igualmente horribles, pero ¿atragantarse con su propia sangre y escupir bilis negra? Eso era algo que nunca hubiera querido de nadie en su vida. Ella nunca hubiera querido que su peor enemigo pasara por algo tan horrible como eso.

¿Pero podría ser tan horrible como para quitarle el recuerdo a los demás que la amaban y se preocupaban por ella? Sabía que nunca la perdonarían si se enteraban de que simplemente se había borrado la memoria de sí misma, pero era algo que iba a tener que hacer si los demás iban a poder tener la vida que necesitaba. quieren si van a poder seguir adelante con sus vidas. Y no podía ser egoísta. ⠀⠀⠀

- No... Quiero que lo dejes ahí - le respondió Cassia mientras le daba al Ángel Caído un asentimiento mientras la miraba fijamente. Sabía que era una decisión que no iba a ser perdonable, pero era algo que tenía que hacer por sí misma. - No quiero que los Vengadores tengan que recordarme en un estado tan horrible. Quiero que puedan seguir adelante, incluso si no me recuerdan en absoluto.

Porque eso era lo que hacían los héroes, y ese era uno de los pensamientos finales a los que iba a aferrarse.