━THE PROLOGUE
┄┄─┄─≪᪥ᬁ᯼ᬁ᪥≫─┄─┄┄
┄┄─┄─≪᪥ᬁ᯼ᬁ᪥≫─┄─┄┄
LOS PEQUEÑOS SOLLOZOS de una niña resonaban en la silenciosa noche. Melisa McCall no había podido conciliar el sueño debido al incesante ruido que provenía de la entrada, con el corazón casi saliendo de su pecho, se dirigió a la puerta para inspeccionar, rogándole a todos los dioses que pudo, que no fuera algo peligroso.
Mas al abrir la puerta su mirada se desvío hacia abajo donde una pequeña niña se encontraba, envuelta entre sabanas, no sabía cuanto tiempo había estado esperando afuera, solo esperaba que no fuera demasiado, la niña no daba indicios de estar herida sin embargo el frío de la noche no era lo mejor para una niña de aproximadamente 9 meses, sin pensarlo más tomó a la pequeña criatura en brazos pegándola a su pecho y repitiéndole una y otra vez que todo estaría bien, sostuvo la canasta donde estaba la pequeña y sus ojos se aguaron al ver una nota entre las pequeñas mantas.
La nota iba dirigida a Mackenzie, así que supuso que ese era el nombre de la niña, sabía que no debía leerla pero la curiosidad aumento al ver que decía “dársela cuando tenga 16” Melissa retiro el pequeño sello que mantenía el sobre cerrado y empezó a leer la pequeña nota, cada palabra era como una puñalada pues la carta relataba con lujo de detalle la vida de una madre que era agredida por su esposo.
Su pequeño hijo también se había despertado, ya hacia llorando en su cuna, Melisa subió la escaleras con la pequeña niña en brazos y la depósito en la pequeña coña donde su pequeño se encontraba llorando, así que empezó a mecer la cuna suavemente mientras cantaba una pequeña canción para dormir que ambos bebes disfrutaron, entonces entendió que como lo relataba la carta, la pequeña necesitaba una familia, talvez ellos podrían serlo talvez y solo talvez podría criar a dos pequeños niños que solo necesitaban amor.
Melisa había logrado convencer a su marido para que adoptarán a la pequeña rubia, que estaba creciendo felizmente, si bien su familia no era perfecta la pequeña estaba agradecida de estar ahí.
Melisa había escondido todo rastro del pasado y la única persona que sabía que la pequeña no era su hija se había ido hace algunos años, haciéndola a ella como la única custodia de la verdad, la única que sabía del verdadero origen de su “bebé repentino” su excusa para todos era que la pequeña había llegado repentinamente aunque era poco creíble puesto que Scott tenía 3 meses y Mackenzie tenía 6 solo tenían tres meses de diferencia, la suerte era que Mackenzie parecía de 9 envés de 6 así que había logrado camuflar a la pequeña sin que nadie supiera la verdad.
Scott había tenido la suerte de criarse con la incesante Mackenzie quien solia meterlos en problemas por su manía de hablar de más, sin embargo eran muy unidos solían jugar con el pequeño Stilinski en el patio de su casa, creando las más emocionantes y peligrosas aventuras, como esa en la que habían tenido que salvar a Scott de ser comido por el enorme dragón de juguete o en la que Mackenzie se había subido en la copa de un pequeño árbol gritándole a todos que era la reina del mundo, y que nadie podía detenerla, aunque se cayó poco después.
Sin importar todo lo que habían pasado, mientras crecían más se alejaban, por alguna razón Stiles dejó de hablar con Mackenzie ya que cuando lo hacía se trababa como nunca y Scott había dejado de invitarla a los videojuegos argumentando que ya no eran niños y que su amistad había acabado cuando cumplieron 12.
La pequeña había dejado de serlo cuando empezó a dar el estirón y a juntarse con los “populares” Aunque la mayoría de veces solía pasarla con la chica asiática que vivía al lado, si Scott decía que ya no eran amigos, ella se lo haría notar, aun recordaba claramente como la había sacado de su habitación y había puesto un letrero de “no se permiten hermanas” sin embargo ella seguía sin entender la negativa de su hermano, y el porque a quien consideraba su mejor amigo, había pasado a ser un desconocido.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro