Prólogo
Se escuchó cómo azotó la puerta detrás suyo mientras caminaba rápidamente hacia el living. El plan era subir corriendo las escaleras y entrar en su habitación. Quería encerrarse para no discutir con su padre.
Está cansado.
Frustrado.
Harto de esta maldita situación y esta guerra completamente innecesaria que se ha creado durante todo este tiempo. Más de medio año en la lucha constante de demostrarles a sus padres que JungKook es un gran hombre... el hombre de sus sueños... el amor de su vida... por quien está dispuesto a darlo todo sin importar las consecuencias.
Metería las manos al fuego por él, ¿por qué? Pues porque vale la pena.
En todo este tiempo lo ha tratado como a un príncipe... no, no... lo ha tratado como a un rey.
Le regala tulipanes sin que sean ocasiones especiales. Le ha dado joyería, bastante fina a decir verdad. Cenas en restaurantes elegantes. Pero más que eso, le ha dado tiempo, cariño. Le brinda atención. Siempre está para escucharlo y para mimarlo, para hacerlo sentir especial. Y pese a que han tenido malos entendidos, JungKook jamás... jamás le ha alzado la voz o le ha levantado una mano. Sabe que es incapaz de lastimarlo o de incluso romperle el corazón. Lo conoce bien. Para él no es un extraño. Pero para sus padres es todo lo contrario.
Es la misma excusa barata de siempre.
Su aspecto.
¿Eso que tiene que ver con los buenos modales?
Jeon JungKook es el hombre más caballeroso e íntegro que ha conocido en su vida. Nadie lo ha tratado como él y es por eso que está profunda e irrevocablemente enamorado de él. Sabe que es el correcto y está dispuesto a ir en contra de sus padres para quedarse con él por el resto de su vida.
Ha cruzado el living y está a punto de subir las escaleras, cuando de pronto, la mano fuerte de su padre lo detiene con brío.
— ¡¿A dónde crees que vas, Park JiMin?! —espeta— ¡No hemos terminado con esto!
—Pues yo ya terminé—dice y se zafa de su agarre—No quiero escucharte. Siempre es lo mismo contigo y estoy cansado de pelear.
—Si estuvieras cansado como dices, ya lo habrías dejado hace mucho tiempo.
— ¡No voy a hacer eso! —alzó la voz.
Los nervios de Jackson estaban al borde de un colapso. Pero HoSeok estaba mucho peor observando desde el otro lado del living. Tampoco entiende cómo es que su hijo se empeña en seguir con ese hombre lleno de tatuajes y con perforaciones, tiene toda la pinta de ser un delincuente. Le asusta el tan sólo pensar que quizá lo tiene bien controlado a tal grado de voltearlo contra ellos; sus padres.
JiMin siempre fue un buen chico. Estudioso, atento y muy responsable. No tiene vicios ni tampoco disfruta mucho de la fiesta, aunque lo haya hecho de vez en cuando. Así que no tiene sentido que de la nada se haya vuelto tan rebelde y rezongón. Por eso sólo pueden culpar a su novio de su comportamiento.
Y ya es suficiente.
— ¿Vas a continuar retándome, JiMin? —inquirió Jackson y se acercó a él nuevamente—¿Qué no te das cuenta del daño que nos estás haciendo?
— ¿Y el que ustedes me hacen a mí? —lo miró con súplica—¿Acaso no les importa mi felicidad?
—Precisamente por eso—se defendió—Estamos pensando en ti y en tu futuro. Ese hombre es una mala influencia para ti. Mira en lo que te ha convertido.
—Hablas de él como si fuese un delincuente—dijo y su expresión cambió a una de molestia.
—Lo es—se atrevió a asegurar—Míralo a él y luego mírate tú. No son iguales.
—No, evidentemente no lo somos.
Pero las palabras de JiMin no se referían a lo que Jackson pensaba. Era mucho más, porque lo conocía realmente y había ciertas diferencias en ellos que quizá los hacía incompatibles, pero lo cierto es que los polos opuestos se atraen. Ellos se aman y es lo único que los mantiene fuertes ante las adversidades y ante los malditos prejuicios de sus padres. ¿Por qué no pueden ser como los padres de JungKook?
—Abre los ojos, JiMin—se integró HoSeok—Has cambiado mucho en todo este tiempo. Nunca habíamos peleado de este modo y nos está dividiendo. Somos una familia, hijo...
—Y si se supone que somos una familia, ¿por qué no me apoyan? —nuevamente los miró con súplica— ¿Por qué no le dan una oportunidad? Les aseguro que es el chico más dulce del mundo...
— ¡Ya basta, JiMin! —gritó Jackson— ¡No vas a convencernos! —hizo una pausa para intentar relajarse y luego agregó—Nosotros sabemos más que tú, porque somos tus padres y somos mayores. Tú eres joven e inexperto. No tienes idea de cómo son estas cosas. No sabes nada.
JiMin se sintió herido por esas palabras provenientes del que alguna vez vio como su más grande héroe en la vida; su padre Jackson. Pero ni con todo esto encima cambiará de opinión, porque está seguro de conocer a JungKook y no piensa ceder. No lo dejará.
—No lo conoces y por lo visto tampoco me conoces—se defendió y tomó una postura a la defensiva—No me taches de ingenuo porque no lo soy.
Jackson respiró hondo y agitó su cabello. Estaba cansado. Tuvo un día ajetreado en el trabajo y lo que menos quería era pelear con su hijo.
—Lo eres, JiMin—insistió y lo señaló con un dedo—Ya no estoy dispuesto a soportar tus jueguitos. Esta es la última vez que ese tipo se acerca a ti, porque no pienso permitir que eso siga pasando.
En ese momento, y por la mirada que Jackson le dedicaba, JiMin se sintió acorralado y desesperado. Por alguna razón sentía que ya no estaba siendo suave y que sería capaz de hacer cualquier cosa con tal de alejarlo de JungKook. Y era por eso que muchas cosas pasaban en su cabeza, demasiadas que no pudo contenerse de gritar lo siguiente:
—Pero, papá. ¡Yo lo amo! ¡Estoy esperando un hijo de él!
— ¡¿Cómo dices?! ¡¿Es verdad?!
Jackson abrió los ojos en grande y HoSeok hizo una expresión exagerada de sorpresa y pánico. Es que se esperaban de todo, menos esto. Un bebé podía cambiar muchas cosas, pero no estaban dispuestos a siquiera permitir que JungKook se acercara a ellos ni por esa situación.
—No. Pero debiste ver tu cara—rio nerviosamente.
Y era un verdadero alivio. Ambos padres dejaron salir el aire retenido y se tomaron unos segundos para recuperar el aliento. Era una broma de mal gusto que sólo había conseguido enfurecer más a Jackson.
—Esta conversación se acabó—sentenció el mayor con voz firme—No volverás a verlo jamás y terminarás con él. Yo no pienso dar mi consentimiento.
—Pues no te lo estoy pidiendo—respondió seguro y a la defensiva.
—Te lo advierto...
— ¡Tú no puedes decirme qué hacer! —gritó lleno de frustración, enojo y tristeza.
Y lo siguiente que sucedió fue la fuerte mano de su padre plantándose en su mejilla izquierda. Un ardor llegó ahí y el dolor de un corazón roto por parte del hombre que esperaba jamás lo decepcionaría.
Era irónico que dijera que JungKook lo lastimaría cuando ha sido él quien lo ha golpeado por primera vez en su vida.
Sus lágrimas cayeron a cantaros por sus mofletes enrojecidos, uno más que el otro. Y miró a su padre con mucha desilusión.
Ahora sabe que nada volverá a ser como antes.
Holiiiii de nuevo!!!!!!
Empezamos con una nueva historia, misma que ustedes eligieron en el grupo.
Como anteriormente les comenté; está basada en la canción de Taylor Swift y parte de una experiencia personal.
Esto estaba contemplado como un one shot que olvidé por completo jajaja. Se los prometí desde Dear JungKook y hasta ahora ha llegado. Pero imaginé más cosas y más cosas y como resultado, y gracias a una de las nuevas canciones de Taylor Swift, obtuvimos esto.
A partir del día lunes empezamos con las actualizaciones. Ya saben; la misma mecánica de siempre. Lunes, Miércoles y Viernes. Cuando pueda hacer maratón lo hago.
Espero que les guste. No se olviden de votar y comentar.
Las tkm!!! 💜💜
PD; La traducción de la canción está en multimedia.
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