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30 No Más Rezos



"Te diré algo ahora mismo;

no tienes que rezar por mí"



—Lo siento, SeoJoon... lo siento mucho—decía TaeHyung con las lágrimas surcando en sus mejillas.

—Está bien, tranquilo—intentaba consolarlo— ¿Puedo saber qué es lo que te pasa?

TaeHyung la estaba pasando bien bailando con SeoJoon, pero Min YoonGi no abandonaba sus pensamientos y de pronto se sentía un poco sofocado en la fiesta. Y claro que el mayor se dio cuenta de eso, sobre todo porque su rostro reflejaba muchas emociones negativas y por eso abandonaron un momento la fiesta, para buscar un poco de privacidad y así TaeHyung pudiera respirar.

Podía notar que no estaba pasando un buen momento y le causaba mucha inseguridad. Ahora mismo no quería confesarle sus sentimientos, lo único que quería era que se sintiera bien.

—Son muchas cosas las que me suceden—respondió el castaño con voz acuosa.

— ¿Quieres... hablarlo? —preguntó con cautela—Puedo escucharte si eso es lo que necesitas.

Ahora mismo no estaba JiMin ahí y no quería correr a buscarlo para llorar en sus brazos. Era su boda y era justo que la disfrutara completamente. Sólo hoy no quería pensar en sí mismo, pero resultaba bastante inevitable. Sobre todo si SeoJoon le ofrecía un hombro para llorar.

—Es una historia bastante larga y... aburrida... y también patética—habló con pena.

—Está bien, por mí no hay ningún problema—le animó y se acercó a él para tomarlo de las manos—Cuéntame. Quiero saber quién fue el idiota que te rompió el corazón.

TaeHyung rio sin gracia, porque si tan sólo supiera que fue al revés, ya no pensaría lo mismo. Fue entonces que, con más lágrimas en sus ojos, le contó de principio a fin todo lo que había ocurrido con YoonGi, haciendo mucho énfasis en que tenía la culpa, pero que estaba muy arrepentido y que ahora quería solucionarlo todo. Quería una oportunidad, sólo una, para demostrar que era diferente y que aquellos pensamientos clasistas y egoístas ya no existían en su interior.

Sin darse cuenta, terminó siendo abrazado por SeoJoon mientras lloraba e intentaba liberar esa carga pesada que lo ha tenido sofocado en los últimos días. No era fácil sincerarse con alguien más que no fuese JiMin, pero el hombre tenía algo que le hacía sentir cómodo, sobre todo para expresar lo que ya no quiere ocultar.

Lamentablemente la escena era observada por la persona menos indicada, sobre todo porque estaba mal interpretando todo. Desde su ángulo se apreciaba otra cosa muy lejana de la realidad, incluso cuando deshicieron el abrazo no perdieron la cercanía del todo y, la forma en que SeoJoon acariciaba el rostro de TaeHyung, se interpretaba como si quisiera besarlo.

Eso le hizo hervir la sangre a YoonGi y no supo cómo manejarlo. El alcohol que llevaba encima era su peor enemigo en este momento y no fue muy consciente de que ya caminaba hacia ellos con los puños apretados.

¿Así hacía las cosas TaeHyung?

¿Era rechazado y después buscaba consuelo en los brazos de otro hombre?

Vaya desalmado... pensaba él.

—Entonces como yo no acepté bailar contigo, fuiste y buscaste a alguien más—dijo y se plantó cerca de los dos.

SeoJoon volteó sorprendido por la interrupción y luego miró en dirección a TaeHyung quien había clavado sus ojos en aquel hombre pálido. No tuvo que tomarse tanto tiempo para pensarlo; era él.

—Disculpa, pero TaeHyung no se siente bien ahora mismo—habló SeoJoon y se paró frente al aludido para cubrirlo—Te agradecería que te retiraras, por favor—pidió de manera educada.

—No te estaba hablando a ti—lo encaró—Esto es entre él y yo.

—Y estás loco si piensas que lo voy a dejar solo—también lo enfrentó.

Una ardua batalla de miradas se dio entre ambos, una que, cualquiera aseguraría, provocaría una pelea a puños por el honor. YoonGi sólo pensaba y pensaba en que TaeHyung lo había besado, pero ni siquiera se detenía a observarlo por un momento. Mientras que SeoJoon sólo pensaba en protegerlo, porque creía que quizá sólo quería lastimarlo o vengarse por lo que sucedió en el pasado.

Y ninguno pensaba dar su brazo a torcer.

—SeoJoon—le llamó TaeHyung con cautela—Está todo bien, ¿sí? —lo tocó del hombro para atraer su atención—¿Me dejas hablar con él... en privado?

— ¿Estás seguro? —lo miró preocupado.

—Sí—asintió secando los restos de lágrimas en sus mejillas—No voy a demorar.

—Ya lo oíste, SeoJoon—habló YoonGi de manera socarrona—Déjanos solos.

El aludido le dedicó una mirada de advertencia y luego se giró a TaeHyung para sonreírle con fragilidad. No había planeado enterarse de que estaba enamorado de alguien más y que, mucho menos, se enfrentaría a ese alguien. Le dolía no poder confesar sus sentimientos, pero le dolía más ver a TaeHyung en esa situación. Sin embargo, no tenía otra opción.

—Estaré en mi mesa por si me necesitas—ofreció y le sonrió.

—Gracias—susurró y asintió.

SeoJoon optó por caminar rápido y sin mirar atrás. Contemplaba todas las opciones y, una posible reconciliación entre ellos, era una de esas. Si ese era el caso, entonces ya no habría nada más qué hacer. Mientras tanto, entre YoonGi y TaeHyung se había creado un poco de tensión, bastante pesada a decir verdad. Por un lado, el mayor comenzaba a sentir que el efecto del alcohol disminuía de su sistema, y por el otro, el contrario no sabía cómo actuar ante él ahora que estaba muy vulnerable. Eso no le ayudaba mucho.

— ¿Y te gustó bailar con él? —preguntó YoonGi con una sonrisa burlona que expresaba algo más.

— ¿Eso te importa? —lo miró con un poco de molestia—Tú no quisiste bailar conmigo—reprochó y desvió la mirada.

—Claro—se rio un poco—Pero supongo que otros sí quieren, ¿no?

—Pues eso ya no debería importarte—lo miró por cortos segundos y nuevamente desvió la mirada—Ni siquiera entiendo por qué estás aquí.

— ¿Qué clase de maldito juego es este? —se acercó un poco—Vienes, me provocas y después te vas con otro. ¿Qué pretendes?

—Sé que cualquier cosa que diga tú no la vas a creer. ¿Qué caso tiene que te lo explique? —lo miró con tristeza.

—Quiero entender—se apresuró a responder—Eso es lo que quiero.

TaeHyung lo miró por cortos segundos y volvió a desviar la vista. No podía sostenerla la mirada debido a que era demasiado intimidante y porque lo juzgaba mucho. No tenía ganas de hablar ni mucho menos de pelear. Sentía que ya había tenido suficiente de todo.

—Estoy muy consciente de mis culpas—le dijo y se atrevió a mirarlo—Pero siento que ya no puedo soportar esto... simplemente no puedo—negó con sus ojos cristalizándose de nuevo.

— ¿Y es por eso que vas a volver a Estados Unidos? —inquirió y se acercó a él—Y no me mientas, porque JiMin me lo dijo.

El silencio abundó mientras TaeHyung analizaba lo último y entendió rápido que su mejor amigo había usado una mentirita piadosa, aunque después de lo de hoy, sonaba tentador volver a la tranquilidad.

— ¿Entonces sí te vas? —inquirió con miedo.

— ¿No sería mejor para ti? —lo miró con tristeza—Si yo me voy estarás más tranquilo. Así no tienes que verme.

— ¿Lo haces así de fácil? —alzó un poco la voz.

— ¿Y entonces qué hago? —también levantó su tono.

No se dieron cuenta hasta ese momento de los escasos centímetros que los separaban, incluso podían sentir la calidez de sus respiraciones chocando con sus rostros. Nunca habían estado tan cerca el uno del otro y eso los estaba aturdiendo. Porque los sentimientos que los invadían eran casi imposibles de detener y la sensación de querer estar más cerca era poderosa. Se sentían como imanes que se resistían pero que a la vez se atraían. Aunque quisieran ocultarlo no podían, porque sus ojos decían todo lo que sus bocas no se atrevían.

— ¿Lo supongo yo? —susurró TaeHyung—¿Lo hago por ti?

YoonGi asintió en pequeñito y lo siguiente que pasó fue que el contrario lo tomó de las solapas para estampar, de una vez por todas, sus labios en un beso que sólo era una presión cariñosa. De pronto el tiempo se detuvo en ese momento, mientras que el mayor tenía los ojos abiertos viendo cómo el contrario los mantenía cerrados con esmero. Gradualmente comenzó cerrar los suyos y fue en ese momento que el beso tomó movimiento, uno lento y cariñoso.

Pasados varios segundos, YoonGi dejó de resistirse y llevó sus manos a las caderas de TaeHyung, hasta que poco a poco lo envolvió con sus brazos y lo abrazó por completo. Entonces el beso subió un poco de nivel, porque las lenguas de ambos buscaron acariciarse y sentirse. Suspiraron y gimieron un poco, pero demasiado tenue para que los espectadores que los estaban espiando no pudieran escuchar.

JiMin había salido en vista de que ninguno regresaba y se preocupó de que quizá se le haya pasado la mano. Buscó a JungKook y lo llevó consigo para presenciar en primera fila el espectáculo de hoy, pero jamás se imaginó que llegarían en el momento justo donde TaeHyung toma todo su valor para besar a YoonGi por primera vez en su vida. Y no pudo evitar sentirse emocionado por eso.

—Este es un buen final del k-drama, ¿no lo crees? —le susurró a su esposo.

—Más bien yo creo que es el inicio de la segunda temporada—se burló un poco—Mejor vámonos. Porque lo más probable es que se pondrán calientes.

JiMin soltó una risita y se dejó hacer por la mano de su esposo, porque realmente no se equivocaba. YoonGi sintió de pronto un fuego en su interior que ya no se apagaría con nada y si TaeHyung continuaba metiendo su lengua de esa manera, sin duda, caería completamente rendido ante él.

Ya era tarde, porque su erección comenzaba a despertar y la desesperación se apoderaba de sus sentidos. Necesitaba terminar sí o sí entre sus piernas durante toda la madrugada.

Lo tenía completamente abrazado mientras que él se aferraba a su cuello con fuerza, no querían terminar su beso, pero necesitaban respirar y tal vez dejar unas cuantas cosas en claro.

—Mierda, TaeHyung, estoy completamente loco por ti—dijo entre jadeos.

—Es mutuo, créeme—sonrió coqueto.

—Ya que empezamos esto... deberíamos terminarlo como se debe, ¿no lo crees? —coqueteó también.

—Estoy de acuerdo—sonrió y se acercó nuevamente a él—Quiero ser tuyo—susurró sensualmente.

Volvieron a besarse, esta vez con más fuerza, pero fue poco, porque YoonGi lo tomó de la mano para llevarlo un poco más hacia la salida donde lo acorraló en un muro para poder besarlo con más deseo. Pero pronto se desvió por su mandíbula hasta que llegó a su cuello, donde dejó un par de marcas sólo para que ya quedara claro y TaeHyung lo disfrutó como nunca.

Las manos de YoonGi fueron hábiles para desabotonar el saco del castaño y descubrió que no llevaba absolutamente nada abajo. Eso le encantó y no pudo evitar el instinto de besar esas partes de su piel, sobre todo sus pezones duros y rosaditos.

Varios gemidos escaparon de la boca de TaeHyung, importando poco que alguien pudiera escucharlos. Y YoonGi quiso bajar más y más allá de su abdomen, pero de pronto cayó en la cuenta de que aún estaban en el mismo lugar.

—Quiero hacerte muchas cosas, pero aquí no se puede—le dijo mirándolo desde donde estaba hincado.

— ¿Por qué? ¿Tienes miedo de que nos escuchen? —lo retó.

YoonGi soltó una risa bastante ronca y sensual. TaeHyung lo vio levantarse y echarse el cabello hacia atrás, algo que lo hizo lucir extremadamente sexy y que lo hizo desearlo aún más.

—Realmente quisiera que SeoJoon te escuche gemir mi nombre—dijo y colocó una mano en el muro para mostrarse dominante—Pero no seré tan cruel. Simplemente voy a raptarte en este momento—dijo y lo tomó de la mano para ir en busca de su auto.

—Pero, ¿y la boda? —preguntó con una sonrisa.

— ¿Estás seguro de que quieres quedarte? —se detuvo y lo miró con una ceja arqueada.

No definitivamente no quería quedarse.

Le sonrió coqueto y negó con la cabeza.

TaeHyung no había prestado atención a los detalles. Como el auto lindo de YoonGi o su impresionante departamento en una zona residencial de Seúl. Lo único que pasaba por su mente era que quería estar con él entre las sábanas de su cama.

Y casi se le cumplía.

Habían llegado más rápido de lo que hubiesen esperado. Y ahora estaban en el dormitorio besándose aún con la ropa puesta. YoonGi había metido sus manos por debajo del saco de TaeHyung y acarició la piel cálida de su espalda. Al simple tacto eso se sentía bien, pero necesitaba más, mucho más. Sacó las manos y las llevó a las solapas para quitarle la prenda. Cuando ésta cayó al suelo se hizo hacia tras para mirarlo. Era la primera vez y no quería perderse de ningún detalle.

Era hermoso, no importa qué vista o qué color de cabello tenga. Le gusta cómo es y cómo luce bajo la tenue luz que entra por el ventanal.

Pronto se acercó a él para continuar besándolo al tiempo que desabrochaba sus pantalones, pero igual se tomaba el tiempo de acariciar la piel de sus caderas y parte de su espalda. Decidió que irían lento pese a que hacía un rato estaban desesperados. Esta era su primera vez juntos y tenían que disfrutarlo.

Las manos de YoonGi hacían que TaeHyung suspirara y jadeara de placer. Sintió escalofríos cuando sus pantalones cayeron al suelo y sonrió cuando sintió que jugaba con el elástico de su ropa interior. Lo miró a los ojos y descubrió que lo estaba devorando, incluso ya haciéndole el amor con la mirada.

—No puedo creer que tuve que esperar tres malditos años para esto—dijo el mayor con una sonrisa—¿Harás todo lo que yo te diga?

—Sabes que sí—le sonrió coqueto y se colgó de su cuello.

—Entonces ponte en cuatro sobre la cama—ordenó.

Había tenido ciertas impresiones de YoonGi que generó en base a sus fantasías, y esta era una de esas. No iba a oponerse, porque justo ahora siente que hierve por dentro y el único que puede calmar el fuego es ese hombre alto, sexy y que está lleno de tatuajes. Se muere por verlos, pero por ahora hará lo que pide. Es por eso que se encuentra en la cama listo para que le haga lo que quiera, pero él sólo lo observa como un león a su presa y se deleita con la bella imagen de su cuerpo en sólo ropa interior, específicamente, unas bragas de color amarillo pastel que combinan perfecto con su traje.

Qué placer tenerlo así en su cama, completamente vulnerable y mansito, todo a su disposición.

Sin quitarle la mirada de encima, comenzó a desnudarse poco a poco, tomándose un tiempo considerable sólo con sus pantalones, hasta que por fin se deshizo de ellos junto con su ropa interior. Todo quedó en el suelo y caminó hacia TaeHyung mientras masajeaba su polla sólo para calmarse un poco, porque justo ahora no hará lo que él espera. Será algo mucho mejor.

—Quisiera saber algo—hablaba YoonGi mientras le acariciaba las nalgas con mucha devoción—Cuando estuviste en Estados Unidos, ¿alguna vez te tocaste pensando en mí?

La voz de YoonGi en un momento así era algo que a TaeHyung lo ponía a temblar y no era fácil pensar correctamente. ¿Cómo responder a esa pregunta cuando ya tiene la respuesta? Es fácil, pero su mente se distrae con la sensación de las caricias en su trasero. Está muriendo por que lo joda duro contra la cama.

—Dime—alzó la voz y le dio una nalgada.

—Con que nos vamos a poner salvajes—se burló.

—Contéstame lo que te pedí—volvió a ordenar y lo nalgueó de nuevo.

—Mandón—masculló.

Resultaba curioso conocerlo en este momento y definitivamente le excita que le demande así, que lo acaricie y que luego lo nalguee. Le gusta que lo trate así.

—Todas las noches—respondió por fin y empinó su trasero—Cuando llegaba de la universidad me acostaba en mi cama y pensaba en cómo sería, cómo me tocarías, cómo me follarías—miró por encima del hombro y le sonrió.

—Pues ya no tienes que imaginar nada—respondió con voz aterciopelada al tiempo que comenzaba a quitarle las bragas—Ahora haré todas tus fantasías realidad.

TaeHyung sonrió juguetón y miró hacia su lado derecho; descubrió que la cabecera de la cama tenía un espejo enorme que iba de esquina a esquina y le resultó algo tan morboso que no pudo evitar sonreír.

YoonGi coincidió con él y le sonrió a través del reflejo. Los pensamientos de ambos, aunque no lo sabían, eran compartidos. Y estaban por experimentar, quizá, el mejor sexo de su vida. Porque era seguro que ninguno de los dos lo ha hecho frente a un espejo. Y esta es la primera vez que el mayor trae a alguien a su departamento.

—Vas a ver cómo te como el culo—dijo y sonrió igual que un demonio.

Lo siguiente que vio TaeHyung a través del espejo fue cómo YoonGi hundía su rostro entre sus nalgas. Fue sólo cuestión de segundos para sentir la punta de su lengua húmeda delineando su esfínter y no hubo mejor placer que ese. Observó detenidamente en el espejo cada movimiento y cada gesto de satisfacción que el mayor hacía y de vez en cuando observaba los suyos. Era un poco extraño mirarse a sí mismo cómo el hombre de sus sueños le daba el mejor beso negro de su vida, pero sin duda es algo que recordará para siempre.

Sus manos apretaban las sábanas debido a la excitación y sus gemidos aumentaban considerablemente. De vez en cuando cerraba los ojos, pero se obligaba a abrirlos porque tenía que presenciar el espectáculo morboso que tenía sólo para él.

YoonGi lo hacía muy bien, al igual que su lengua. Era bastante ágil para meterla y sacarla, haciendo movimientos circulares casi al tiempo y gruñendo como si fuese un animal.

Muchas veces fantaseó con esto, incluso se corrió en completa soledad cuando estuvo en Estados Unidos, pero sin duda era mejor sentirlo y verlo al mismo tiempo. Tuvo la necesidad de tocarse un poco, así que llevó una mano a su pene para estimularse. Sin embargo, YoonGi se dio cuenta y lo detuvo casi al instante.

—Eso lo hago yo—sentenció—Tú sólo concéntrate en disfrutar, chico fresa.

Escuchar el mote cariñoso con el que solía llamarlo fue una experiencia única, sobre todo si le comía el culo y al tiempo lo masturbaba. Deliró por eso y entonces fue inevitable gemir tan alto que, estaba seguro, los vecinos podrían escucharlo.

—Muy bien, chico fresa—le halagó—Más te vale que grites mi nombre.

Y así fue. En todo el rato TaeHyung articuló y gritó fuertemente el nombre del hombre que le estaba dando el mejor placer de su vida. Lo disfrutó, se retorció y miró por el espejo, hasta que la culminación vino antes de que llegara el tan esperado orgasmo. Aún no era momento.

—Sin duda eres toda una delicia—volvió a halagar.

Antes de que pudiera decirle algo más, TaeHyung se puso de pie y empujó a YoonGi en la cama para que se sentara. Le sonrió coqueto cuando lo miró embobado y disfrutó de hipnotizarlo aún más de lo que ya estaba.

—Es mi turno—le dijo con voz sensual mientras pasaba su manos por su torso—Voy a pedirte perdón por todo.

— ¿Ah sí? —se recargó con las manos sobre la cama y abrió las piernas como si fuese el rey del mundo—¿Cómo lo harás? Tengo mucha curiosidad.

—De rodillas—dijo y mantuvo la sonrisa.

Al instante se desvaneció hacia el suelo y se colocó entre las piernas del mayor. Por fin pudo llevar toda su atención a la erección que tenía frente suyo y en ese momento cayó en la cuenta de que otra de sus fantasías se había vuelto realidad. Sí tenía una polla grande y demasiado apetitosa. Dio por hecho que era un hombre dotado y muchas veces se tocó pensando en cómo sería su pene. Hoy lo tenía en sus manos y lo masajeaba lentamente mientras lo observaba disfrutar de eso.

— ¿Serás bueno para mí, chico fresa? —preguntó con una media sonrisa y le acarició el cabello.

—Seré el mejor—se atrevió a asegurar y se llevó el gran falo a su boca.

—Oh, mierda—gimió bajo—Tu boca es justo como la imaginé.

YoonGi podía sentir la calidez envolviendo todo su miembro y pensó que no había mejor sensación que eso. Miró hacia abajo y se encontró con que TaeHyung le dedicaba unos bonitos ojos inocentes, como si no se la estuviese comiendo toda y de manera morbosa. Era precioso. Todo un sueño y todo lo que quería. Ahora puede aceptar abiertamente que no hay nadie como él y que le gusta demasiado. Que no podía dejarlo ir si es que se atrevía a hacerlo.

Ya no más.

Se excitó más al mirar al costado para verlo en el reflejo del espejo. Tener el rostro de TaeHyung entre sus piernas mientras le chupa la polla es la imagen más obscena y excitante que ha podido ver en toda su vida. Se ve precioso ahí hincado y haciendo arduamente su trabajo. Le provoca pasar una mano por su suave cabellera para incitarlo a ir más rápido, y más rápido, y más rápido, hasta que comienza a mover su pelvis. Marca el ritmo para él y se vuelve loco cuando se da cuenta de que se deja hacer completamente.

A YoonGi le gusta hacer esto de forma ruda y un tanto desconsiderada, pero tal parece que TaeHyung no tiene ningún problema con eso. Aunque sus ojos se llenen de lágrimas y aunque suelte unas cuantas arcadas, para él es un disfrute exquisito y excitante que lo use de ese modo. Después de todo, le está pidiendo perdón y se debe esforzar por eso.

YoonGi siente su cuerpo vibrar con poder cuando TaeHyung le permite hacer una garganta profunda para complacerlo, pero se ve obligado a retirar su polla en vista de que el orgasmo amenaza con llegar. Y aún no quiere eso. No quiere manchar su boquita.

—Después dejaré que los tragues todos—le dijo y lo sujetó del cabello para que levantara la vista—Hoy no tengo ganas de hacerlo.

—No seas aburrido—le puso mala cara—Yo quería que te vinieras en mi boca.

—Cállate—le ordenó y se acercó a él para morderle el labio inferior—Tienes que hacer todo lo que yo te diga.

TaeHyung sonrió malicioso y pasó su lengua por el labio que YoonGi le había mordido, todo con el fin de provocarlo aún más. Y lo consiguió.

—Te quiero en cuatro sobre la cama y frente al espejo—volvió a ordenar.

—Lo que digas... papi—dijo y le guiñó el ojo.

YoonGi lo observó con un poco de estupor encima por lo repentino de ese mote cariñoso. Vio cómo se acomodaba en la cama y cómo le sonreía a través del espejo.

— ¿Eso a qué se debe? —preguntó el mayor y se puso de pie.

—Así querías que te llamara, ¿no? —respondió y lo miró por encima del hombro.

A YoonGi le tomó unos cuantos segundos recordar aquel momento de los muchos que tomó para molestar a TaeHyung y le sorprendía bastante que aún lo recordara y que, por encima de eso, se atreva a usarlo en este momento.

En aquel tiempo sólo era una broma para fastidiarlo, pero ahora no quería que lo dejara de usar nunca.

— ¿También lo gimes? —preguntó burlón al tiempo que buscaba en su cajón un preservativo y lubricante.

—Si eso es lo que quieres, entonces puedo hacerlo.

YoonGi sonrió satisfecho y volvió a la cama, esta vez para subir en ella. Se acomodó entre las piernas de TaeHyung al tiempo que untaba mucho lubricante en sus dedos y después comenzó por acariciar su esfínter que ya estaba un poco estimulado.

—Hazlo—ordenó y metió un dedo con lubricante.

— ¡Mgh! ¡Sí! ¡Sí!

—Haz lo que te digo—ordenó con voz fuerte.

—Joder—masculló y se ruborizó un poco.

Se vio a través del espejo cómo YoonGi lo estimulaba con su dedo. Por un momento sus miradas conectaron y se dio cuenta de que ya no estaba jugando. Muchas emociones recorrieron todo su cuerpo y se estremeció aún más cuando sintió la invasión de un segundo dedo. Ahí ya no pudo contenerlo.

— ¡Agh! ¡Papi! ¡Sí! ¡Así!

—Muy bien, chico fresa—sonrió victorioso.

Lo siguiente que sucedió fue que YoonGi metió un tercer dedo, pero esta vez sin contenerse. Metió y sacó con un poco de desesperación y al tiempo escuchaba cómo TaeHyung gemía ese mote una y otra vez. Le excitaba mucho y le erizaba la piel de una manera que antes no experimentó. Justo ahora no recuerda lo malo que hubo entre ellos, porque ahora sólo importa este momento. Mucho mejor que está a punto de entrar en él.

Se apresuró a colocarse le condón y segundos después se alineó en su entrada. Cuando su glande fue apretado se le escapó un maldición por lo bajo, mientras que TaeHyung continuó gimiendo y jadeando.

La sensación de él ingresando lentamente era increíble. Era todo lo que quiso sentir cuando estuvo solo y excitado en Estados Unidos. El tamaño de YoonGi era privilegiado y le excitaba saber que estaba a punto de tenerlo todo completo en su interior.

Sucedió más rápido de lo que esperaba y curvó su espalda cuando por fin se sintió completamente lleno.

YoonGi sonreía lleno de suficiencia, porque se sentía bien ser apretado por el chico fresa que ha tenido la única capacidad de volverlo loco durante tanto tiempo. Se sentía bien estar dentro suyo y tenerlo en esa exquisita posición.

Se agachó hasta que su torso chocó con la espalda ajena y llevó su atención al espejo.

—Mírame—ordenó—Quiero verte y que te veas.

TaeHyung alzó enseguida la vista y le sonrió juguetón, pero también con un destello de cariño. Fue en ese momento que la primera estocada llegó y de ahí la excitación aumentó considerablemente. Aunque YoonGi llevaba un ritmo lento y sensual, eso no quitaba que le provocara mucho fuego en su interior. Lo llenaba muy bien, como nunca nadie en su vida pudo y como nunca nadie podrá.

Concentró su mirada en el espejo y fue un verdadero placer observar cómo YoonGi lo estaba follando. Se veía sensual haciendo esos gestos y besando sus hombros con mucho cariño. Ambos sonrieron cuando sus miradas se encontraron y usaron ese momento para decirse con la mirada lo que después podrán decir con palabras. Ahora lo usaban para conectar y lo hacían bastante bien. Sentían que estaban hechos el uno para el otro y eso les provocaba una dicha enorme que canalizaron en su excitación.

No despegaron los ojos de donde los tenían. Observaron a detalle cómo sus gestos mostraban más y más placer al tiempo que YoonGi aumentaba la velocidad de sus estocadas. Tal vez esto se volvería un fetiche para ambos; verse a través de un espejo mientras hacían el amor... porque eso estaban haciendo. Aunque hubiese mucha lujuria de por medio, sabían que estaban haciendo el amor y que estaban entregando sus almas para ya jamás separarse.

Lo sentían con cada gemido, con cada mirada y con cada sonrisa que se dedicaban a través del espejo. Y YoonGi desbordando placer y deseo a través de sus orbes gatunos que sólo han podido mirar a su chico fresa. Ya no existe nadie más para él.

—Mira lo hermoso que te ves—le dijo cerca de su oído—Tan sexy y... tan mío... eres sólo mío, chico fresa.

TaeHyung sonrió, porque no encontró palabras que pudieran compensar aquellas. Después de eso las estocadas aumentaron y YoonGi se incorporó para tomarlo de las caderas. Aun así tuvo a su alcance el reflejo del espejo y le sonrió tanto como pudo mientras lo jodía duro y certero.

Los gemidos del castaño abarcaron cada rincón del dormitorio durante varios segundos hasta que uno sólo que, fue bastante agudo, avisó que su orgasmo estaba llegando. YoonGi sólo soportó unos cuantos segundos, porque su miembro fue apretado debido a las contracciones que el cuerpo de TaeHyung tenía y con eso fue suficiente para llenar de su esencia todo el preservativo.

Por varios segundos se quedaron en la misma posición hasta que sus respiraciones comenzaban a volver a la normalidad. Al final crearon cercanía cuando se acostó YoonGi a un costado de TaeHyung para abrazarlo en posición de cucharita.

Se creó un silencio, uno bastante cómodo y cariñoso donde se sumergieron a través de sus pensamientos que eran casi compartidos.

TaeHyung pensaba en las noches aquellas cuando pensaba demasiado en YoonGi y en lo mucho que lo extrañaba... en lo mucho que rezó para volver a verlo y por que lo perdonara. Ahora ya no tenía que hacerlo, porque está justo detrás suyo abrazándolo encarecidamente, tanto como lo soñó durante muchas noches en soledad.

Y YoonGi también estaba feliz mientras aspiraba su aroma. Tanto tiempo enamorado de él y a la vez enojado que ahora siente que ya no tiene relevancia, porque lo único que necesita para estar bien es sentirlo contra su piel y mezclar su calor con el suyo.

Ese chico fresa era todo lo que quería y ya no dejará que su orgullo lo domine.

Después de hacerle el amor y de conectar con él se dio cuenta de que puede perdonarlo y olvidar todo aquello sólo para ser feliz a su lado.

Ya nadie tiene que rezar por ellos.



Hello!!!!

Por fin el Taegi coronó jsjsjs

#PobreSeoJoon

En fin jsjs

Mis queridas lectoras... el siguiente es el final. Peeeeroooo ya saben que hay epílogo y esta historia tiene dos extras. Un lo publico después del epílogo y el otro hasta navidad. Ya saben jsjsjs

Espero que les haya gustado. No se olviden de votar y comentar. 

Las tkm!!!


19 DÍAS!!!

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