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18 Alejarse Es Bueno Y Malo



"Bastó para que pronto los mayores

se reunieran en el ayuntamiento.

¡Aléjate de ella!"



Era increíble el poder que Jin tenía. Esto podía parecer demasiado simple, pero aun así se tomó muy enserio su papel de defensor. Cuando le dijo que haría hasta lo imposible por recuperar su lugar dentro de la facultad pensó que quizá no podría. Pero de pronto entró en el departamento con una enorme sonrisa de victoria, con bolsas de compras y dos cajas de pizza para celebrar.

Pasó una tarde increíble con él y con JungKook, incluso NamJoon llegó media hora después con botellas de soju y cerveza. Descubrió un nuevo significado de "familia" y agradeció el hecho de no estar solo en un momento muy contundente de su vida.

Ahora era un Jeon y realmente se sentía como tal. Sus suegros se encargaban de llenar ese vacío que tenía en su interior y que alguna vez le perteneció a sus padres. De ellos no ha sabido nada y comienza a creer que tal vez será mejor así.

Lo que Jackson intentó hacer es algo que no olvidará tan fácilmente, porque siempre que lo recuerde le dolerá en lo más profundo de su alma.

Aunque eso no quita que los extrañe.

Ha pensado en ellos y en cómo podrían estar. Si es que acaso lo extrañan. Si es que acaso están reflexionando. Espera que sí. Espera que un día pueda volver con ellos para hablar y para perdonarse el daño causado.

Ahora intentaba no pensar en eso, porque debía volver a la universidad, por fin, después de muchos días de ausencia. Pasar el fin de semana con JungKook fue muy bueno y ahora sentía que tenía la pila recargada.

Lo llevó a la facultad en su motocicleta y lo dejó al pie de las escaleras, no sin antes darle un beso apasionado y lleno de amor. Le prometió que volvería en la tarde para recogerlo y que lo llevaría a comer a un lugar bonito. Después de eso se fue para tomar su propio camino mientras que JiMin lo observó con una sonrisa hasta que desapareció de su vista. Suspiró enamorado al tiempo que comenzaba a subir por las escaleras y buscando su credencial para poder ingresar. Sintió un poco de miedo al deslizarla por el lector, pero enseguida volvió a la vida cuando vio los focos en verde. Sonrió internamente y caminó por el pasillo que lo conducía a su primera clase del día.

—Buen día, joven Park—de pronto apareció la rectora en su camino—Me alegra que esté de vuelta—le hizo una reverencia.

— ¿De verdad le alegra? —la miró con sorna— ¿O es que la cantidad que mi suegro le dio fue bastante generosa que ahora se siente feliz de tenerme aquí? —inquirió con petulancia.

JiMin no quería abusar del nombre de Jin de ese modo, pero le daba un poco de rabia saber que esa mujer pudo ayudarlo, pero no quiso hacerlo sólo para velar sus intereses. Ahora ya no le cae tan bien y desea no recibir ese favoritismo hipócrita.

—Estaba en una postura un tanto complicada...

—No tiene que explicarme nada—la interrumpió—Como sea... hasta luego—le hizo una corta reverencia y se marchó.

No esperaba tener encuentros con ella. Lo único que quería era terminar la universidad sin más contra tiempos. Y espera que la ayuda de Jin sea buena para eso. Así que decidió olvidar aquello y continuó con lo suyo. Llegó a su salón de clases y buscó un lugar frente al profesor, como tanto le gustaba. Estaba a punto de sentarse, pero un toque en su hombro lo hizo detenerse y voltearse casi enseguida.

—Hola, JiMin—saludó TaeHyung con una sonrisa tímida y de pena.

El aludido lo vio por cortos segundos antes de mostrarle un mohín y se dio la vuelta para buscar otro lugar en donde sentarse. El peliazul quiso ir detrás de él, pero no pudo debido a que el profesor llegó y enseguida comenzó la clase.

Pensaba que quizá a estas alturas ya se le habría pasado el enojo, pero ahora se daba cuenta de que no era así y que esto sí era más grave de lo que pensaba. Tuvo que pasar toda la clase con la constante duda de si iba a escucharlo o no. Si esto se había terminado o no.

Ha tenido mucho tiempo para reflexionar sobre lo que hizo y por fin aceptó que estaba equivocado. El sentimiento de extrañar a su mejor amigo era grande y no encontraba nada con que llenar el vacío que había en su interior. El asunto es que también le hace falta algo más... o mejor dicho, alguien más. No ha querido pensar demasiado en eso, pero es inevitable el sentimiento de echar de menos. Fueron pocos los días y quizá detalles diminutos, pero eso era lo que más extrañaba; las pequeñas cosas.

JiMin también tenía sus cosas en las cuales pensar. Le había resultado extraño sentir a TaeHyung muy cerca suyo. No ha tenido mucho tiempo de pensar en él y en lo que sucedió debido a todo lo que ocurrió en los últimos días, pero sin duda se dio cuenta de que lo extraña... lo extraña mucho, pero eso no significa que se haya olvidado de lo que hizo de cómo eso le afectó demasiado.

No tenía ganas de escuchar sus perdones, porque para él ya estaba todo definido.

Cuando terminó la clase pensó que podría respirar un poco y alejarse de él, pero se equivocó. En cuanto intentó salir del salón de clases, TaeHyung se acercó rápidamente para interceptarlo y así no se le escapara esta vez.

—Por favor, JiMinie—le suplicó.

—Por favor no me llames así—exigió con una mirada severa y que también contenía resquemor.

—Necesito que me escuches— volvió a pedir.

—No quiero hacerlo—se negó de inmediato.

TaeHyung sentía mucho dolor en su pecho al recibir ese trato del que aún consideraba su mejor amigo, pero sabía y estaba consciente de que se lo merecía, que no podía evitarlo y que mucho menos podía enojarse por eso. Quiere recuperar lo que tenían y demostrarle que esta vez está dispuesto a apoyarlo hasta el final. Que esta vez no va a traicionarlo.

Además, necesitaba arreglar las cosas con él antes de hacer algo que ha estado aplazando durante varios días. No quiere hacerlo sin antes contárselo y sentir su apoyo, porque realmente lo va a necesitar.

—Por favor—juntó sus manos a modo de súplica—Sé que cometí muchos errores y que posiblemente no merezco tu perdón, pero no quiero estar así contigo...

—Te dije que no quiero escucharte—alzó un poco la voz—Lo que hiciste no fue algo tan simple y no se me ha olvidado. Sigo con JungKook no gracias a ti y después de eso siento que no puedo confiar en ti. Siento que en cualquier momento me apuñalarás por la espalda.

—Eso no volverá a pasar—insistió y sus ojos se llenaron de lágrimas—Ya lo entendí... ya entiendo el daño que te hice...

—Ya cállate, TaeHyung—lo interrumpió y lo miró por cortos segundos antes de bajar la mirada.

No hallaba nada convincente en eso, aunque realmente quería creerle. No pudo evitar derramar unas cuantas lágrimas por sus mejillas mientras sentía un ligero dolor en su pecho. También lo extrañaba y sentía que quizá podría perdonarlo, pero de pronto el dolor del golpe que su padre le dio y el dolor de la traición que sintió aparecieron en su interior, eso hizo que retrocediera muchos pasos y que prácticamente levantara un muro entre él y su ex mejor amigo.

No podía olvidarlo simplemente y seguir como si nada, porque está seguro de que siempre vivirá con la incertidumbre de cuándo volverá a ser traicionado. Ya no podrá contarle nada de lo que pase con él y JungKook ni mucho menos se sentirá con la libertad de reír a su lado, de pasar un momento agradable, porque siempre existirá esa desconfianza y ese miedo a volver a caer en lo mismo. Así que lo mejor era estar así como estaban.

—Por favor, dame una oportunidad...

—No—volvió a negarse y lo miró con molestia—Yo hablaba muy enserio, TaeHyung. Así que aléjate de mí.

Sin más, lo rodeó para salir del salón, no importando que lo chocó para poder pasar. Se fue con un dolor en el pecho y con todos esos recuerdos que tenía con él. Todas esas veces que salieron juntos y que se rieron a carcajadas. Aquellas veces que lloraron juntos por ver romcoms o sus kdramas favoritos. Las noches de pijamadas. La ocasión en que dieron su primer beso y fueron los primeros en saberlo. Cuando se contaron qué tan desastrosa fue su primera vez. Todo eso apareció en un cúmulo de sentimientos que no eran fáciles de contener.

Pero quizá TaeHyung estaba peor, porque incluso sentía que le faltaba la respiración. Tuvo que salir huyendo y descartando ir a su siguiente clase porque realmente no se sentía bien. Estaba solo, de verdad lo estaba y no sabía cómo manejarlo.

Llegó hasta el árbol donde siempre se sienta debajo para leer y relajarse, pero últimamente va ahí para deprimirse y sentirse miserable. La peor persona del mundo. No pudo contener las muchas lágrimas que se deslizaron por sus mejillas, así como tampoco pudo detener a sus pensamientos ni mucho menos a sus impulsos.

Sacó su celular y buscó el contacto que no había podido borrar y que ahora tenía corazones rojos. Sonrió porque se sintió estúpido, pero aun así quiso arriesgarse. Él era algo que necesitaba arreglar antes de hacer lo que tenía en mente. Al menos quería saber que con él las cosas podrían estar bien en un futuro.

— ¿Hola? —se escuchó esa voz varonil que tanto había extrañado— ¿Quién habla?

Se dio cuenta al instante que había borrado su número, y no era que le sorprendiera, realmente sabía que era lo justo. Al menos no lo había bloqueado.

—Voy a colgar si no dice quién es—amenazó.

—Hola, YoonGi—se apresuró a responder.

Se hizo un silencio al otro lado de la línea y esperó lo peor.

— ¿TaeHyung? —preguntó con voz temblorosa.

—Sí, soy yo—sonrió emocionado—Por favor, no me... —el contrario colgó—cuelgues.

Lo cierto es que YoonGi sintió cómo su corazón se aceleraba cuando escuchó la voz del chico fresa que tanto lo había cautivado, pero estaba en el proceso de superación y aceptación, así que hablar con él no le haría para nada bien. No quería hacerlo. Aún estaba resentido por eso y le decepcionaba que aquel día ni siquiera fue capaz de aceptar sus errores. Contrario a eso se puso a la defensiva y continuó discutiendo. Por esa razón no lo quería cerca, ni tampoco deseaba tener contacto con él como si nada hubiera pasado. Sea lo que sea para lo que le llamó ya es algo que no debe importarle.

Aunque duela.

Por otro lado, TaeHyung se había soltado a llorar con sollozos ligeramente sonoros. Se sentía muy arrepentido de haber traicionado la confianza de JiMin y de haber herido a YoonGi. Ahora estaba completamente solo y no quería estarlo, pero no tenía a nadie que pudiera consolarlo o darle ánimo.

Ese pelinegro tatuado y rudo siempre estuvo ahí con las mejores intenciones y terminó por alejarlo con sus palabras y con sus acciones.

Se arrepentía. ¡Claro que se arrepentía! Porque ahora sabe que le gusta y que siente muchas cosas por él, pero quizá ya es demasiado tarde para intentar remediar las cosas.

Pasó todo el día fuera de las clases. Sólo yendo de un lado a otro para buscar privacidad. Cuando la hora llegó fue el primero en salir. Al principio pensó en ir a casa y hundirse en su miseria, pero de pronto tuvo una idea repentina. Si iba a haber un cambio, entonces debía ser uno verdadero. Se suponía que intentaría reconstruirse de nuevo para ser una mejor persona, pero debía notarse. Debía sentirlo.

Por esa razón fue al salón donde siempre iba a que le retocaran el cabello y entró aun con sus ojos llorosos, pero con muchas ganas de cambiar todo lo que tenía y lo que era.

Se sentó frente al espejo con su estilista favorita y se sonrió a sí mismo prometiéndose que, aunque por ahora habrá una pausa, cuando pueda hacerlo, intentará remediar todo el daño que causó.

Quiere conservar la esperanza.

Tal vez sólo era cuestión de tiempo.


De momento las cosas funcionaban bien.

Había pasado un mes desde que JiMin se fue de la casa de sus padres y desde entonces no ha tenido contacto con ellos. A veces no puede evitar pensar que no se preocupan por cómo está y qué hace, por qué causa está peleando. Pero lo cierto es que a veces no desea verlos... bueno, a Jackson en específico.

Todavía se siente muy dolido por lo que intentó hacer. Cada vez que lo recuerda se instaura un dolor en su pecho que no es fácil de erradicar por sí solo, pero cuando JungKook oscila a su alrededor o se acerca él, ese dolor y los malos pensamientos desaparecen rápidamente. Él es su vitamina y su mejor medicina. Es quien siempre lo motiva y lo consiente sin importar si está feliz o triste. Le encanta vivir con él, es una experiencia maravillosa y es algo que ya no está dispuesto a cambiar.

JungKook es motivo suficiente para sentirse bien todos los días, también lo es continuar estudiando su carrera tan preciada. En estos días ha estado intentando mantener su mente ocupada trabajando en su novela de ciencia ficción que ha planeado durante unos cinco años. Está seguro de que será una joyita y sabe que tiene que trabajar más duro para lograrlo. Le tiene mucha Fe, siente que es su obra maestra, algo jamás creado, algo que puede dejar impactado a quien decida leerlo. Ya con el tiempo descubrirá qué tan buena es.

Eso le hace sentir inspirado todos los días y se toma su tiempo libre para acomodar las ideas y continuar escribiendo el borrador final. Pero en la última semana ha habido algo que no dejó de ocupar su mente cada vez que miraba a su alrededor; TaeHyung no ha vuelto a la universidad.

Desde ese día en que él intentó acercarse, no volvieron a dirigirse la palabra y él respetó su espacio. Sin embargo, ahora que no lo veía por ningún lado, no podía evitar preocuparse un poco. ¿Será que se fue para verdaderamente alejarse? ¿O es que acaso le ha ocurrido algo? Ha tenido a veces la necesidad de llamarlo y de verdad ha estado a punto, pero siempre su orgullo termina por gobernarlo y lo hace retractarse. Incluso ha querido pasar por su casa de manera casual, pero sabe que puede encontrarse a su padre Jackson en el camino y no quiere eso.

Por fortuna, el departamento de JungKook queda bastante alejado de la casa de sus padres y eso le hace sentir tranquilo de que no tendrá ni la menor idea de dónde buscarlo. Supone que piensa que ya no está estudiando la universidad.

Con esos pensamientos concluyó un día más de clases. Hoy era viernes y JungKook le dijo que irían directo a la casa de los Jeon para cenar y también se quedarán para pasar el fin de semana. Hacía dos semanas habían hecho lo mismo y lo más probable es que se volvería una bonita costumbre para ellos. No le molestaba, porque Jin y NamJoon siempre lo hacían sentir querido y muy cómodo con ellos. Ya le habían comprado su caballo; una hermosa yegua de color blanco con la que hizo click desde el día uno. JungKook y Jin le han estado enseñando a cabalgar y espera que hoy pueda hacerlo sin su ayuda.

Eso le hizo sonreír y sentirse un poco animado. Tomó sus cosas y salió de la universidad mirando hacia donde un sexy hombre con vestimenta negra y ajustada lo estaba esperando. Recientemente se cortó el cabello y luce muy, pero muy ardiente. Adquiere una postura más seria con ese estilo y sin duda lo hace hiperventilar.

Cuando salió sus miradas se encontraron, pero de pronto sintió la sensación de que un tercero lo estaba mirando también. Por instinto volteó la vista hacia un costado y se llevó una sorpresa inesperada.

Su padre HoSeok estaba ahí con los ojos llenos de lágrimas y con una expresión de dolor que le oprimió fuertemente el corazón. Se quedó parado por varios segundos mientras reconectaba los cables en su cerebro. Esto no lo esperaba en un día como hoy ni mucho menos un mes después.

Si había alguien a quien extrañaba demasiado era a él y parecía que compartía ese mismo sentimiento.

Se miraron por varios segundos, hasta minutos. JungKook era testigo de eso y se sintió muy mal por ambos. Era esto algo quiso evitar a toda costa, pero Jackson no le dejó otra opción. Quiso acercarse a JiMin para llevarlo con su padre en vista de que no reaccionaba, pero casi al tiempo él mismo lo hizo.

El rubio comenzó a caminar lentamente hacia donde estaba HoSeok, también con su mirada completamente cristalizada. Sin embargo, antes de siquiera poder llegar a la mitad de escaleras, Jackson apareció ante su vista con una expresión inescrutable. Se detuvo en seco y al instante sintiendo cómo el miedo se incrustaba en su estómago. Ya no fue capaz de moverse, sólo lo observó. Buscaba algún rastro de arrepentimiento, preocupación o algo, pero no había nada. Tal parecía que venía para llevárselo, ni siquiera para hablar. Venía de nueva cuenta para imponer su maldita voluntad en contra de la suya.

HoSeok le dolía en el8 alma, también que Jackson no fuese capaz de cambiar sus opiniones, pero aun con toda esa tristeza encima, decidió cambiar la dirección de su camino para volver a donde sabía perfectamente que lo protegerían a toda costa.

No los miró y el corazón de HoSeok se rompió al ver que JiMin se alejaba nuevamente y que ponía una enorme barrera entre ellos. Vio cómo un hombre, que supuso era JungKook, le ponía un casco y luego cómo ambos subían a una motocicleta para después desaparecer rápidamente de su vista.

Tanto él como JiMin sufrieron el hecho de no poder siquiera dirigirse la palabra. Ambos con lágrimas en los ojos y echándole culpas a un solo responsable.

—Te dije que no vinieras—HoSeok se giró para mirar con resquemor a su esposo—JiMin no quiere verte y yo sólo quería saber si estaba bien—reprochó.

—Yo también quería verlo—se defendió—Pero mira que mal educado se ha vuelto; ni siquiera pudo acercarse a saludar.

—No lo culpo—negó y secó sus lágrimas—Te tiene miedo, ¿no te diste cuenta de cómo te miró? Si él se fue de nuestra casa es por culpa tuya. Nunca quisiste escucharlo. Hasta le retiraste la ficha de la universidad. ¿Qué esperabas? ¿Qué aún te viera como su héroe? Pues ya no lo eres, Jackson.

Fue lo último que dijo antes de subirse a su auto para conducir de vuelta a casa, mientras que Jackson se quedó parado mirando por donde JiMin se había marchado. No tuvo que observar demasiado para darse cuenta de que era JungKook el hombre que estaba con él y con eso podía entender todo.

"No es mi culpa" negó para sus adentros. "Todo es culpa de ese cabrón"

Estaba completamente cegado con su orgullo y con su renuencia. Siempre tan obstinado y unas veces soberbio. Aquellas actitudes lo llevaron a terminar una carrera con honores y a casarse con el hombre de su vida. Lo llevaron a tener una buena economía y un buen estilo de vida para su familia. No importando que su suegro continúe juzgándolo constantemente por su nacionalidad y orígenes. Se siente orgulloso de quien es. El problema es que esas actitudes no debería tenerlas con su hijo. Y no logra darse cuenta de eso. En lo único que piensa es en hacer las cosas a su manera y continuar imponiendo su voluntad.

Cuando vio a JungKook sintió mucha rabia que tuvo que contener sólo porque estaba su esposo y porque estaban frente a la facultad. Aún no sabe y quisiera averiguar cómo es que JiMin consiguió rematricularse de nuevo. Pero ahora lo que más suena en su cabeza es el hecho de que está con ese tipo.

Tuvo tantas ganas de gritarle "¡Aléjate de él!", pero no quería un escándalo. Pensaba que debía ser más inteligente si quería traer a su hijo de vuelta a casa, pero ahora que lo ve con él siente una profunda decepción y ese deseo por intentar recuperarlo se desvanece gracias a que su orgullo misógino está herido.

Que se haya ido con JungKook es algo imperdonable.

Tuvo que volver a su trabajo para continuar con lo suyo, aunque con sus pensamientos dando vueltas a lo mismo. Cuando llegó encontró una casa fría y bastante solitaria. Se asomó a la cocina y no vio ningún movimiento. Así que subió a su habitación para ver si HoSeok estaba ahí, pero antes de siquiera llegar, se topó con que estaba en la habitación de JiMin. Miró por la puerta entre abierta y lo vio sentado en la cama mientras veía una foto y cómo la acariciaba con mucho cariño y tristeza al mismo tiempo.

El silencio abundaba en esa casa, así que no fue imposible escuchar cómo lloraba y cómo pedía que JiMin volviera a casa.

Eso le hizo sentir culpable y un fuerte dolor se instauró en su pecho. Por inercia miró hacia la pared donde yacía una de las muchas fotos que HoSeok colgó; eran ellos tres en un día de campo. JiMin era pequeño y llevaba un overol que lo hacía lucir muy adorable, pero no tanto como la gorra de pollito que le compró en una tienda. Sabe que aún la conserva porque era su favorita. Y de pronto los recuerdos de lo que alguna vez fue su familia lo invadieron.

Cada vez que su suegro lo trataba mal bastaba con ver estas fotos para que eso no le afectara. Era suficiente saber que hacía lo correcto. Y que él podía continuar diciendo indirectas o incluso menospreciándolo como a veces hacía. Eso no importaba, porque tenía una hermosa familia. Pero ahora, ¿qué tenía?

La luz de sus ojos lloraba por la falta de su único hijo y él hacía mucho tiempo que no llegaba a casa con emoción. Hacía mucho tiempo que la pasa de mal humor y sólo piensa y piensa las cosas que no está muy dispuesto a solucionar.

Supuso que hoy no habría cena, de cualquier forma no tenía apetito. Así que se fue a su habitación para pensar. ¿Así se sintió JiMin cuando no comió o cuando se encerraba en su habitación?

¿Estaba haciendo lo correcto?

—Mi suegro no me aprueba—se dijo a sí mismo—Y yo tampoco soy capaz de aceptar a ese hombre. Tal vez ahora lo entiendo un poco.

Vaya ironía.

Pero al final pensaba que tenía razón y que JungKook no era bueno. Que JiMin estaba haciendo las cosas mal y que pronto se llevaría una gran decepción, tanto como la que él siente en este momento.

Nadie podía hacerlo cambiar de opinión, sólo las consecuencias de sus malas acciones, decisiones y pensamientos.

Con el tiempo descubrirá si está equivocado o no.

Pero muchas veces el karma no es suave ni mucho menos benevolente.




Holi holi!!!!

Logré terminar el capítulo justo ahora jsjsjs. 

Hoy trabajo todo el día y creí que no iba a poder, pero se logró. 

Ayer estaba checando los capítulos y me di cuenta de que contabilicé mal. Ya vamos a la mitad de la historia. El drama está pasando, pero aun así faltan cosillas. 

¿Tienen teorías?

Espero que les haya gustado. No se olviden de votar y comentar. 

Las tkm!!!

40 DÍAS 💜

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