Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

11 Gritando Y Corriendo



"Ahora estoy corriendo con mi vestido desabrochado, gritando;

¡Pero, papá! ¡Yo lo amo! ¡Estoy embarazada de él!

Bueno, eso es mentira, pero debieron ver sus caras"



—Te prometo que será la última vez... por favor—suplicaba JiMin.

—Te pedí que no hicieras más locuras—respondió TaeHyung—Prometiste comportarte.

—No me estoy saltando clases ni nada—intentaba convencerlo—Solamente te estoy pidiendo que me cubras un rato y que digas que estaremos estudiando. Te prometo que no volveré tarde.

—No lo sé, JiMin—suspiró—No me gusta mentir ni tampoco que lo hagas con tus padres, más sabiendo cómo es el señor Park.

—Esto es importante—dijo en un hilo de voz—Voy a conocer a su familia de manera formal.

TaeHyung enmudeció después de eso último.

JiMin llegó a su casa de manera improvisada. Su padre Jackson lo trajo para cerciorarse de que no estaba mintiendo. Pero cuando se fue, el rubio empezó a explicar los motivos de esto tan repentino y le estaba pidiendo apoyo. Sin embargo, TaeHyung no estaba seguro, porque sentía que todo se le estaba saliendo de las manos.

Seguía sin sentir agrado por JungKook.

— ¿Al menos sabes en dónde te vas a meter? ¿Y si te pasa algo? —preguntó exaltado.

—Ya deja eso—lo miró de mala manera—JungKook y su familia no son nada de lo que estás pensando.

— ¿Cómo estás tan seguro? —alzó un poco la voz.

—Porque confío en él, TaeHyung—se puso a la defensiva.

— ¿Y qué es su familia? —se cruzó de brazos.

JiMin suspiró y también se cruzó de brazos. Odiaba tener que dar explicaciones a TaeHyung, sobre todo cuando se trata de cosas de su novio, pero esta ocasión no lo hará, porque es algo que no le compete contar, al menos no por ahora. No quiere que TaeHyung cambie su perspectiva de JungKook sólo porque viene de una familia millonaria. Quiere que lo haga porque de verdad le dio la oportunidad de conocerlo.

—No te lo puedo decir—respondió—Es algo privado... algo de JungKook. Después te contaré algo muy curioso sobre él, pero por ahora necesito que confíes en mí y que me cubras—juntó sus manos a modo de súplica.

TaeHyung lo sopesó por unos instantes. No estaba muy seguro de esto y tenía miedo de que Jackson se enterara de todo. No quería eso. Tampoco quería que algo malo le pasara a JiMin, pero ahora siente que no tiene más opciones.

—Bien—accedió y cruzó los dedos por detrás de su espalda.

Jamás se hubiese imaginado que la mansión de los Jeon fuese tan ostentosa. Era básicamente una especie de finca... era una finca. Una muy lujosa y llena de naturaleza verde. Desde plantas, árboles y flores, hasta unos cuantos perros, gatos y caballos.

Cuando JiMin entró con JungKook, en su auto, no pudo evitar mirar todo con asombro. Fue una sorpresa saber que la casa de los Jeon estaba ubicada a las afueras de Seúl y en una zona bastante exclusiva. Incluso JungKook tuvo que mostrar una identificación especial para poder entrar.

El trayecto fue de una hora y bastante ameno. JiMin se dedicó a platicar con su novio sobre cosas de la escuela y sobre su proyecto para el final de curso y que había escrito unos cuantos poemas para él que pronto le va a recitar. JungKook se emocionó por eso y no pudo borrar la enorme sonrisa que hasta ahora sostenía.

Había entrado de la mano de JiMin a la mansión donde el mayordomo los recibió con una sonrisa amable y con dos vasos de agua. Caminaron por el salón principal hasta que se adentraron por los pasillos, un poco largos, pero bien decorados, así hasta que salieron al jardín trasero y lugar favorito de JungKook. Ahí estaba Jin sentado en una mesita debajo de un árbol mientras leía un libro nuevo que su amado esposo le compró. No pasó mucho cuando notó la presencia de la pareja y enseguida se puso de pie para recibirlos.

JiMin se quedó con un poco de estupor en cuanto tuvo a Jin frente él, con una sonrisa hermosa y con unos ojos brillantes que parecían emocionados de conocerlo. Fue un momento curioso, porque hasta hacía una hora atrás lo vio en un espectacular que anunciaba una fragancia y ahora lo tiene frente suyo en vivo y a todo color.

—Bienvenido, querido JiMin-ah—habló Jin con voz aterciopelada y dulce—Tengo muchos sentimientos en este momento... ¡Dios mío! Es que ansiaba mucho conocerte.

Sin más, el gran Jeon Jin lo dio dos besos en sus mejillas y después lo abrazó con mucho cariño... muy genuino. De verdad se podía sentir esa emoción y JiMin sintió un nudo en su estómago, pues no todos los días conoces a una celebridad como él en persona, ni mucho menos escuchas de su boca que "ansiaba poder conocerte".

—Yo... yo tendría que decir eso—respondió JiMin con un evidente sonrojo en sus mejillas—Para mí es un honor conocerlo—le hizo una reverencia y sonrió—Ahora compruebo lo que todos dicen; sí es más guapo en persona—halagó con un poco de timidez.

—Lo sé. Soy guapo—sonrió un poco engreído—Soy el rostro de Corea del Sur... pero tú no te quedas atrás. Mírate, eres muy hermoso. Ay, y también eres muy adorable. Eres una cosita tierna.

Jin decía todo eso mientras apretujaba las mejillas de JiMin. Cuando JungKook le mostró una foto del chico, quedó encantado con sus facciones finas y delicadas, además de que siempre ha escuchado maravillas de él. Aunque no necesitaba saber demasiado, porque bastaba ver la sonrisa de su hijo para saber que JiMin era el indicado para él y que era muy feliz a su lado.

—Ya, papá—habló JungKook—Lo vas a espantar.

—Ay, es que míralo—hizo un pequeño puchero y abrazó a JiMin por los hombros—Es muy hermoso, tal y como siempre me decías. Hijo mío, te felicito. Eres un hombre afortunado.

—Lo soy, papá—sonrió engreído y orgulloso.

Jin sonrió y se giró hacia JiMin para hacerle más halagos, mientras que éste lo observaba encantado; le fascinaba su vestimenta tan fina y tan alegre. Usaba colores pasteles que lo hacían lucir como un ángel. Su sonrisa y sus ojos eran tal vez lo que más llamaba su atención. Pero su risa era contagiosa y su alegría también.

Jeon Jin era un encanto y desbordaba mucha elegancia. Cualquiera podía esperar que fuese arrogante o prepotente debido al nivel de fama que poseía, pero era todo lo contrario. Podía sentir que era genuino y que era bastante humilde pese a que vivía en una mansión que parecía sacada de un cuento de hadas. Ahora puede entender de dónde heredó JungKook su encanto y su bondad.

—Vaya. Pero si es el famoso Park JiMin—se escuchó una voz masculina al fondo.

Venía caminando sobre el pasto un hombre alto, de tez morena y cabello oscuro que resaltaba por unas cuantas canas en sus sienes. Traía una sonrisa que podría deslumbrar a cualquiera, misma que justo ahora estaba flechando a Jin como si fuese la primera vez que la ve. El hombre usaba un pantalón de vestir ligeramente ajustado de color azul marino y una camisa blanca remangada y con los primeros botones desabrochados. Unos cuantos tatuajes resaltaban en sus brazos y otro en su torso.

No había que pensar demasiado para saber que ese hombre era el padre JungKook, porque el porte y esa elegancia con la que caminaban, también pertenecían a su novio.

Ahora entiende porque es tan guapo y sexy, porque sus genes heredados por sus padres son privilegiados y perfectos.

—Qué gusto por fin poderte conocer—dijo el mayor y sonrió con encanto—Eres más hermoso en persona.

— ¿Verdad que sí, querido? —habló Jin—Es precioso—volvió a halagar.

—Es un placer conocerlo. Soy Park JiMin—se presentó con más timidez que al inicio.

—Y yo soy Jeon NamJoon—correspondió a la reverencia—El placer es todo mío, querido JiMin-ah.

—Y mí ya me conoce todo Corea—se regodeó Jin—No hace falta que me presente.

JiMin sonrió, mientras que JungKook rodó los ojos. Y NamJoon tomó a su esposo de las caderas para besar dulcemente su mejilla. Si había una descripción grafica de una pareja perfecta eran ellos, bueno, JiMin los vio de ese modo. Y de pronto se visualizó con JungKook de esa manera. Siendo así de felices y estando así de enamorados sin importar que hayan pasado muchos años.

NamJoon y Jin son un ejemplo a seguir.

—Pasemos a la mesa, que muero de hambre—habló Jin al tiempo que caminaba hacia la mesa donde anteriormente estaba sentado.

—Papá Jin come demasiado—susurró JungKook al oído de JiMin.

—Pues no lo parece—sonrió divertido—Tiene poco más de cuarenta y se ve mejor que nunca.

Tenía razón; Jeon Jin lucía incluso mejor que cuando tenía dieciocho años. Incluso después de tener a JungKook se veía impresionante y conservaba esa envidiable figura. Pero ahora en esta etapa del cuarto nivel, se podría decir que adquirió cierta longevidad. Incluso gozaba de mucha salud. Él decía que se debía a su forma de ver la vida. Nada malo que le haya pasado antes lo consideraba como desgracia, al contrario, para el todo era buena fortuna.

Y NamJoon se había enamorado de eso; de su forma de ver la vida. De cómo da amor incluso si no los conoce. De cómo se entrega apasionadamente a todo lo que hace. Tiene tantas cualidades que no podría enumerarlas. O quizá se debía a que estaba tan enamorado de él que no encontraba nada malo en su persona.

—JiMin-ah, por favor—habló NamJoon después de beber un poco de jugo—Háblanos sobre ti... bueno, JungKook ya nos contó muchas cosas, pero queremos escucharte. Estuvimos esperando mucho tiempo para poder recibirte en esta casa.

—Oh, pues...—se sonrojó un poco.

No se sentía cohibido ni nada, pero tanta efusividad le ponía tímido. No podía creer que la familia millonaria de su novio lo estaba recibiendo con mucho cariño, como si ya lo conociesen de siempre. Y eso, a la vez, le provocaba un sentimiento de culpa. Su familia no pertenecía a la clase alta, evidentemente, y se comportaban injustamente con JungKook como si de verdad fuesen superiores a él. Vaya ironía de la vida.

—Estudio en la Universidad Nacional de Seúl—retomó—Estoy tomando la carrera de letras clásicas y unas cuantas clases de idiomas—informó.

—Tenemos un escritor en la familia—habló Jin con una sonrisa— ¿Piensas publicar un libro o algo que se le parezca? —lo miró con curiosidad.

—Por supuesto—asintió emocionado—Tengo varias ideas en la cabeza, pero la que más me persigue es sobre una distopía que estoy intentando crear. Ya estoy trabajando en ello—contó con mucho brillo desbordando en sus ojos.

—Pues estaremos esperando ansiosamente para poder leer ese libro tuyo—habló NamJoon.

—Si necesitas ayuda para encontrar una buena editorial, yo tengo un amigo que está a cargo de una. Tú sólo dime que yo resuelvo todo.

—Oh—el rubio hizo un gesto adorable—Pero no he escrito el borrador final. Aún me falta mucho para eso—expresó con una pequeña mueca.

—Tómate el tiempo que necesites, bonito—le respondió—Pero cuando lo tengas no dudes en llamarme—le guiñó el ojo.

—De hecho...—se unió NamJoon—cualquier cosa que llegues a necesitar, JiMin-ah, puedes acudir a nosotros. Ahora eres parte de esta familia y nosotros, los Jeon, nos protegemos y nos apoyamos.

—Así es—asintió Jin—Ahora eres nuestro hijo... ¡Ay! ¡Qué emoción! Un día de estos, tú y yo, iremos de compras.

—Se los agradezco mucho—les hizo una pequeña reverencia.

—Nosotros te agradecemos a ti por hacer feliz a nuestro hijo—agregó NamJoon.

JiMin se sintió conmovido, tanto, que nuevamente se sonrojó. Había deducido que los padres de JungKook eran personas amables y buenas, pero ahora está descubriendo que son maravillosos. Puede catalogarlos como los mejores padres del mundo.

El resto de la comida fue más amena. Jin contaba las muchas anécdotas de un JungKook pequeño haciendo travesuras por toda la casa. JiMin reía al imaginar cómo es que soltó a todos los caballos del establo y cómo los dejó correr libremente por toda la finca, al menos hasta que todos los empleados lograron devolverlos a su lugar.

—No pueden culparme—decía el azabache—Yo sentía que sufrían ahí dentro.

—Y realmente lo hacían—asintió NamJoon—Por eso decidimos obsequiar gran parte de ellos y sólo nos quedamos con tres.

—Ahora necesitaremos otro, querido—habló Jin con emoción—Uno para JiMin-ah—sonrió contento.

—Oh, pero yo no sé cabalgar—negó con un poco de miedo.

—Pero claro que sabes, corazoncito—se burló el azabache con una sonrisa coqueta.

JiMin tardó unos cuantos segundos en entender dicha oración. Cuando lo hizo no pudo evitar sonrojarse demasiado, tanto, que tuvo que darse un poco de aire con una manito.

—Ay, JungKook. ¡No digas eso enfrente de tus padres! —lo manoteó y luego cubrió su rostro.

—Se ve que se la pasan bastante bien—se burló Jin—Ay, pero qué bellos son. Me recuerdan a mí y a mi guapo esposo cuando éramos más jóvenes. ¿No es así, querido? —le coqueteó al susodicho.

—Pero, Jin...—sonrió tímido y se sonrojó.

El aludido sonrió triunfante y depositó un beso tronado en la mejilla de su esposo. Le encantaba abusar de sus encantos para ponerlo nervioso, porque eso le comprobaba que estaba igual de loco de amor.

JiMin los vio y sonrió conmovido mientras JungKook acariciaba uno de sus muslos. Éste prestaba más atención al rubio que a la conversación. Es que no podían culparlo si lucía hermoso... siempre se ve hermoso.

Después de la comida pasaron a donde había unos sillones debajo de un techo de láminas. Ahí continuaron con las anécdotas que Jin esperó por tanto tiempo poder contar. JiMin era el primero y el único que entraba a esa casa y, tanto NamJoon como Jin, se encargaron de decirlo en más de una ocasión. Eso le hacía sentir contento y afortunado. Nunca se hubiese esperado este recibimiento, sobre todo porque Jin era una celebridad. Pero ahora, de pronto, sentía que podía llamar a esa casa un hogar.

Ahora tenía una nueva familia.

El tiempo continuó transcurriendo de manera cómoda y alegre. NamJoon y Jin llevaron a JiMin a un tour por toda la finca. Si antes había quedado maravillado con el lugar, ahora lo estaba más. Conoció a los caballos que eran tratados como reyes en ese lugar y montó uno de ellos con ayuda de JungKook. Le sorprendió lo buen jinete que era y lo mucho que parecía amar a su caballo. Era de color negro y un pura sangre, tan hermoso y atractivo como el dueño.

Jin también cabalgó con ellos y le contó a JiMin que era un amante de la equitación. Incluso tenía su propia pista, la cual no dudó en mostrarle.

Y así fue como pasó toda la tarde. Con la cálida compañía de sus suegros y del amor de su vida. Todo fue mágico, incluso sentía que estaba en un cuento de hadas. También conoció a Bam, el perro de JungKook que ha criado desde que era un cachorro. Actualmente vive en la finca debido a que el azabache está ocupado con la universidad, pero pronto lo llevará consigo a su departamento.

Al final, antes de que el sol se pusiera, Jin y NamJoon acompañaron a la pareja hacia la salida de su para nada humilde morada. Había llegado el momento de despedirlos, algo que no querían, pero al menos tenían la certeza de que un día de estos podrían cenar como familia de nuevo.

—Esta es tu casa, así que puedes venir cuando quieras. Si un día quieres venir a dormir o a pasar un fin de semana, nosotros con gusto te recibimos. Te daré un pase de entrada y salida personal para que no tengas problemas para ingresar. Oh... y mañana me pondré a decorar tu habitación—decía Jin mientras le tomaba las manos a JiMin.

—Se lo agradezco mucho—sonrió contento—Ha sido un honor poder conocerlo.

—El honor es mío, bonito—sonrió de vuelta.

—Así es, JiMin-ah—se integró NamJoon—El honor ha sido nuestro. A partir de hoy eres nuestro hijo, así que puedes llamarnos padres—ofreció con una sonrisa amable.

— ¿De verdad? —los miró con ilusión.

—Ya eres un Jeon—respondió Jin—Y quizá pronto todo será de manera legal—le sonrió con picardía.

JiMin miró a JungKook quien también le dedicaba una sonrisa pícara. Parecía que ellos tenían algo entre manos que por ahora no iban a decirle. Y no se equivocaba; el azabache había hablado con sus padres sobre eso; entre los tres buscaron la solución más viable, aunque quizá era la más favorecedora. Por esa razón JiMin estuvo aquí. Además de que ya era algo premeditado. Después de todo, su relación con JungKook ya era muy seria y formal. Y los Jeon estaban dispuestos a poner en su lugar a Park Jackson si no se relajaba un poco.

Pero el acuerdo fue que su hijo se encargaría primero, si no podía, entonces ellos podían actuar.

Después de esa despedida, JiMin abrazó a sus suegros y les prometió que volvería pronto. Posteriormente subió al auto con JungKook y se marcharon de ese hermoso lugar.

El camino hacia Seúl seguía siendo de una hora, pero ellos encontraron la forma de matar el tiempo hablando sobre lo bien que la pasaron en la mansión de los Jeon. La plática era cómoda y amena hasta que el sonido del celular de JiMin los interrumpió abruptamente.

—Es papá—informó JiMin con un hilo de voz.

Tuvo un mal presentimiento y miró a JungKook por unos cuantos segundos, pero éste le incitó para que respondiera. No había de otra.

— ¿Hola? ¿Papá?

— ¡Park JiMin! —gritó, tanto, que el aludido tuvo que retirar el celular de su oído—Te quiero en este mismo momento en la casa. Ya sé que estás con ese cabrón bueno para nada, así que ni se te ocurra mentirme. Más te vale que no te demores o habrá peores consecuencias de las que ya tienes encima—y colgó.

—Pero...—susurró JiMin—JungKook, ¿qué hacemos?

El aludido se tomó unos segundos para pensar, pero no hallaba soluciones en donde Jackson conservara la tranquilidad. Su hijo nuevamente le mintió en la cara y todo era por causa suya. Aunque no estaban haciendo nada malo, eso no significaba que Jackson se portaría sensato o que mínimo les creyera. Así que esta vez no sabía qué hacer.

—Te llevaré y enfrentaré a tu padre—respondió con seguridad.

—No podemos hacer eso—se negó con sus ojos ya cristalizados—Mejor llévame contigo ahora. Tengo miedo de lo que pueda pasar.

—En verdad quisiera llevarte conmigo, corazoncito—lo miró por escasos segundos—Pero sabes perfectamente que eso no mejorará la situación con tu padre. Debemos enfrentarlo para intentar convencerlo.

—Él no va a entender—secó sus lágrimas—Por favor, Kook...

—No podemos dejar esto a la deriva—volvió negarse y respiró hondo—Te prometo que lo solucionaré, ¿de acuerdo? —tomó su mano para besarla—Confía en mí.

JiMin intentó calmarse, pero eso no evitó que su mente pensara demasiadas cosas durante todo el camino. Sentía cómo su corazón latía rápidamente y cómo las manos le sudaban. Se sintió peor cuando vio cómo se acercaban cada vez más a la zona donde estaba su casa. JungKook lo sostuvo todo el tiempo de su mano, pero ahora ni eso lograba darle la seguridad que necesitaba.

No quería llegar, no quería volver ahí, porque sabía que le esperaba un infierno del cual quizá ya no podría salir. No quiso mentirle a su padre desde el inicio, pero él no le dejó muchas opciones. Sólo le quedaba rezar para no salir corriendo.

—Deja el auto aquí—pidió JiMin una cuadra antes de su casa.

— ¿Por qué? —JungKook lo miró con curiosidad.

—Papá es capaz de romperle los vidrios si lo ve—lo miró con pena—Por favor, hazme caso y déjalo aquí—suplicó.

Con esos ojos, ese puchero y esa expresión llena de miedo, no tuvo más opción que estacionar su mercedes una cuadra antes de la casa de JiMin. Ambos bajaron del auto y se tomaron de las manos para caminar lo que quedaba de camino. Hubiesen querido que esto no estuviese en medio de un caos que azota con acabarlo todo, pero por ahora debían intentar ser valientes para afrontar todo lo que se venía.

JiMin hubiese querido más tiempo para tomar valor, pero su padre ya lo esperaba en la entrada de su casa. En cuanto se acercaron lo suficiente, todo se fue a la mierda.

En un abrir y cerrar de ojos Jackson se acercó y tomó a JungKook de las solapas para estamparlo contra la pared más cercana.

— ¡Te dije que no te quería cerca de mi hijo! —le gritó.

— ¡Papá! ¡¿Qué haces?! ¡Suéltalo! —intentó acercarse.

— ¡Tú cállate! ¡No tienes derecho a hablar!

JiMin no se movió ni un poco y se inmutó ante la mirada asesina de su padre. Tenía miedo de que golpeara a JungKook, aunque estaba seguro de que éste no le devolvería el golpe, aun así no quería hacer un escándalo.

Lo cierto era que el azabache se estaba conteniendo mucho.

—Señor Park—le llamó con cautela—Por favor, suélteme. Yo voy a explicarle todo...

— ¡No hables! —volvió a gritarle—Te lo advertí y te lo dije muchas veces. ¿Por qué no lo entiendes? ¡¿Eh?! ¡¿Cómo te atreves a llevarte a mi hijo sin mi consentimiento?!

—Porque no me lo habría dado—respondió con valentía—Yo también estoy cansado de esta pelea absurda.

— ¿Te parece absurdo? —lo miró incrédulo—¿Ta parece que todo lo que tenga que ver con mi hijo es absurdo?

—No me refiero a su hijo—dijo y lo acusó con la mirada.

—Jackson, ya basta. Tienes que soltarlo—intervino HoSeok—Los vecinos están asomándose. No debemos armar un escándalo.

El aludido observó rápidamente a su alrededor y comprobó que sus vecinos salían de casa y otros se asomaban desde las ventanas. No podía crear algo así, porque dañaba la imagen de su familia. Y eso era lo que menos quería.

—Papi—habló JiMin—Permítanos hablar... por favor.

—Guarda silencio, Park JiMin—respondió HoSeok—Tu padre dijo que no tienes derecho hablar. Ahora entra a casa.

—Pero...

— ¡Pero nada! —espetó Jackson quien soltó a JungKook y se dirigió a su hijo—Dame tu celular. Rápido.

—Pero, ¿para qué...?

— ¡Que me lo des! —le gritó.

JiMin se encogió en su lugar y, con manos temblorosas, sacó su celular y se lo entregó a su padre. Éste llamó al trabajo del chico y les dijo que ya no se presentaría más. Posteriormente arrojó el celular al suelo y lo pisó incontables veces hasta que quedó completamente destrozado.

JungKook se quedó con un poco de estupor porque no podía creer que realmente Jackson hizo eso. Tenía miedo de qué tan extremista podía ser. Y miró a su corazón quien tenía la mirada hacia abajo y seguramente con sus mejillas empapadas de lágrimas. Quería correr y abrazarlo, pero simplemente no podía.

Debió hacerle caso cuando le dijo que se fueran a otro lugar. Pero es que realmente nunca esperó algo como esto.

—A partir de ahora harás todo lo que yo diga—ordenó Jackson—No volverás a ver a este cabrón ni tampoco saldrás de casa. Así que obedece y entra ya.

—Estás siendo injusto, papá—refutó y lo miró con mucha molestia.

— ¡Que entres ahora! —le gritó muy cerca del rostro.

JiMin se encogió y miró en dirección a JungKook esperando una respuesta de su parte. Si le pedía que corriera, sin duda lo haría, pero en lugar de eso le mostró un asentimiento de cabeza y dio por hecho lo que pedía. Sólo espera que tenga razón.

Así que se dio media vuelta para ir a su casa, todo sin dejar de mirar al amor de su vida a quien le suplicaba con la mirada "sálvame... por favor, sálvame". Esperaba ser escuchado.

—Y tú—Jackson se giró al azabache—Es la última vez y te lo advierto; no te quiero cerca de mi hijo. Ahora lárgate antes de llame a la policía.

JiMin escuchó eso último y no pudo evitar derramar más lágrimas. ¿Cómo es que este día se arruinó de esta forma? Le dolía que su padre lo tratara de ese modo, pero más le dolía ver que JungKook no sabía qué hacer.

Tuvo que mirarlo por última vez antes de continuar con su camino rumbo a su juicio final.

Vio que Jackson caminaba rápidamente hacia él, así que se apresuró a entrar.

Se escuchó cómo azotó la puerta detrás suyo mientras caminaba rápidamente hacia el living. El plan era subir corriendo las escaleras y entrar en su habitación. Quería encerrarse para no discutir con su padre.

Está cansado.

Frustrado.

Harto de esta maldita situación y esta guerra completamente innecesaria que se ha creado durante todo este tiempo. Más de medio año en la lucha constante de demostrarles a sus padres que JungKook es un gran hombre... el hombre de sus sueños... el amor de su vida... por quien está dispuesto a darlo todo sin importar las consecuencias.

Metería las manos al fuego por él, ¿por qué? Pues porque vale la pena.

En todo este tiempo lo ha tratado como a un príncipe... no, no... lo ha tratado como a un rey.

Le regala tulipanes sin que sean ocasiones especiales. Le ha dado joyería, bastante fina a decir verdad. Cenas en restaurantes elegantes. Pero más que eso, le ha dado tiempo, cariño. Le brinda atención. Siempre está para escucharlo y para mimarlo, para hacerlo sentir especial. Y pese a que han tenido malos entendidos, JungKook jamás... jamás le ha alzado la voz o le ha levantado una mano. Sabe que es incapaz de lastimarlo o de incluso romperle el corazón. Lo conoce bien. Para él no es un extraño. Pero para sus padres es todo lo contrario.

Es la misma excusa barata de siempre.

Su aspecto.

¿Eso que tiene que ver con los buenos modales?

Jeon JungKook es el hombre más caballeroso e íntegro que ha conocido en su vida. Nadie lo ha tratado como él y es por eso que está profunda e irrevocablemente enamorado de él. Sabe que es el correcto y está dispuesto a ir en contra de sus padres para quedarse con él por el resto de su vida.

Ha cruzado el living y está a punto de subir las escaleras, cuando de pronto, la mano fuerte de su padre lo detiene con brío.

— ¡¿A dónde crees que vas, Park JiMin?! —espeta— ¡No hemos terminado con esto!

—Pues yo ya terminé—dice y se zafa de su agarre—No quiero escucharte. Siempre es lo mismo contigo y estoy cansado de pelear.

—Si estuvieras cansado como dices, ya lo habrías dejado hace mucho tiempo.

— ¡No voy a hacer eso! —alzó la voz.

Los nervios de Jackson estaban al borde de un colapso. Pero HoSeok estaba mucho peor observando desde el otro lado del living. Tampoco entiende cómo es que su hijo se empeña en seguir con ese hombre lleno de tatuajes y con perforaciones, tiene toda la pinta de ser un delincuente. Le asusta el tan sólo pensar que quizá lo tiene bien controlado a tal grado de voltearlo contra ellos; sus padres.

JiMin siempre fue un buen chico. Estudioso, atento y muy responsable. No tiene vicios ni tampoco disfruta mucho de la fiesta, aunque lo haya hecho de vez en cuando. Así que no tiene sentido que de la nada se haya vuelto tan rebelde y rezongón. Por eso sólo pueden culpar a su novio de su comportamiento.

Y ya es suficiente.

— ¿Vas a continuar retándome, JiMin? —inquirió Jackson y se acercó a él nuevamente—¿Qué no te das cuenta del daño que nos estás haciendo?

— ¿Y el que ustedes me hacen a mí? —lo miró con súplica—¿Acaso no les importa mi felicidad?

—Precisamente por eso—se defendió—Estamos pensando en ti y en tu futuro. Ese hombre es una mala influencia para ti. Mira en lo que te ha convertido.

—Hablas de él como si fuese un delincuente—dijo y su expresión cambió a una de molestia.

—Lo es—se atrevió a asegurar—Míralo a él y luego mírate tú. No son iguales.

—No, evidentemente no lo somos.

Pero las palabras de JiMin no se referían a lo que Jackson pensaba. Era mucho más, porque lo conocía realmente y había ciertas diferencias en ellos que quizá los hacía incompatibles, pero lo cierto es que los polos opuestos se atraen. Ellos se aman y es lo único que los mantiene fuertes ante las adversidades y ante los malditos prejuicios de sus padres. ¿Por qué no pueden ser como los padres de JungKook?

—Abre los ojos, JiMin—se integró HoSeok—Has cambiado mucho en todo este tiempo. Nunca habíamos peleado de este modo y nos está dividiendo. Somos una familia, hijo...

—Y si se supone que somos una familia, ¿por qué no me apoyan? —nuevamente los miró con súplica— ¿Por qué no le dan una oportunidad? Les aseguro que es el chico más dulce del mundo...

— ¡Ya basta, JiMin! —gritó Jackson— ¡No vas a convencernos! —hizo una pausa para intentar relajarse y luego agregó—Nosotros sabemos más que tú, porque somos tus padres y somos mayores. Tú eres joven e inexperto. No tienes idea de cómo son estas cosas. No sabes nada.

JiMin se sintió herido por esas palabras provenientes del que alguna vez vio como su más grande héroe en la vida; su padre Jackson. Pero ni con todo esto encima cambiará de opinión, porque está seguro de conocer a JungKook y no piensa ceder. No lo dejará.

—No lo conoces y por lo visto tampoco me conoces—se defendió y tomó una postura a la defensiva—No me taches de ingenuo porque no lo soy.

Jackson respiró hondo y agitó su cabello. Estaba cansado. Tuvo un día ajetreado en el trabajo y lo que menos quería era pelear con su hijo.

—Lo eres, JiMin—insistió y lo señaló con un dedo—Ya no estoy dispuesto a soportar tus jueguitos. Esta es la última vez que ese tipo se acerca a ti, porque no pienso permitir que eso siga pasando.

En ese momento, y por la mirada que Jackson le dedicaba, JiMin se sintió acorralado y desesperado. Por alguna razón sentía que ya no estaba siendo suave y que sería capaz de hacer cualquier cosa con tal de alejarlo de JungKook. Y era por eso que muchas cosas pasaban en su cabeza, demasiadas que no pudo contenerse de gritar lo siguiente:

—Pero, papá. ¡Yo lo amo! ¡Estoy esperando un hijo de él!

— ¡¿Cómo dices?! ¡¿Es verdad?!

Jackson abrió los ojos en grande y HoSeok hizo una expresión exagerada de sorpresa y pánico. Es que se esperaban de todo, menos esto. Un bebé podía cambiar muchas cosas, pero no estaban dispuestos a siquiera permitir que JungKook se acercara a ellos ni por esa situación.

—No. Pero debiste ver tu cara—rio nerviosamente.

Y era un verdadero alivio. Ambos padres dejaron salir el aire retenido y se tomaron unos segundos para recuperar el aliento. Era una broma de mal gusto que sólo había conseguido enfurecer más a Jackson.

—Esta conversación se acabó—sentenció el mayor con voz firme—No volverás a verlo jamás y terminarás con él. Yo no pienso dar mi consentimiento.

—Pues no te lo estoy pidiendo—respondió seguro y a la defensiva.

—Te lo advierto...

— ¡Tú no puedes decirme qué hacer! —gritó lleno de frustración, enojo y tristeza.

Y lo siguiente que sucedió fue la fuerte mano de su padre plantándose en su mejilla izquierda. Un ardor llegó ahí y el dolor de un corazón roto por parte del hombre que esperaba jamás lo decepcionaría.

Era irónico que dijera que JungKook lo lastimaría cuando ha sido él quien lo ha golpeado por primera vez en su vida.

Sus lágrimas cayeron a cantaros por sus mofletes enrojecidos, uno más que el otro. Y miró a su padre con mucha desilusión.

Ahora sabe que nada volverá a ser como antes.



Empieza la parte del drama. No se precoupen que no es mucho ni tan fuerte :) Según yo jajaja

No piensen que JungKook se va a quedar de brazos cruzados, ni mucho menos sus padres. 

El viernes vuelvo a actualizar y la siguiente semana hago maratón :)

Espero que les haya gustado. No se olviden de votar y comentar. 

Las tkm!!!

FELIZ CUMPLEAÑOS, MAGALY. 

Espero que te la pases bien hoy :)

Te mando abracito :)



Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro