06 Obedecer Los Planes
"Una hija obediente.
Tenían mi vida planeada"
Habían entrado a un McDonald's que, por fortuna, no tenía mucha gente.
Se sentaron cerca de las ventanas y comieron hamburguesa con papas mientras rememoraban el momento tan intenso que vivieron en antelación. JiMin juraba que esa fue una de las mejores folladas de su vida, una de las muchas que le esperan.
Mientras comían, JungKook también pensaba en unos asuntos. De hecho desde días atrás.
Estaba siendo paciente con respecto al tema de los señores Park y era por eso que aplazaba una conversación importante con JiMin. Pero en vista de que ha pasado medio año y el suceso no quiere llegar, es momento de sincerarse con él y de hablarle sobre su familia. Sólo le ha dicho los nombres de sus padres, pero omitió ciertos detalles que eran muy importantes de saber.
El problema es que han pasado seis meses con ese tema oculto y quizá se lo tomará a mal.
— ¿Te está gustando tu hamburguesa, corazoncito? —preguntó al tiempo que acariciaba la cabellera dorada de su chico.
—Sí, está deliciosa—asintió contento—Ya tenía mucha hambre—suspiró aliviado.
—Nunca dudes en pedirme algo cuando sientas hambre—le dijo y sonrió enamorado—A mí lado nunca te faltará nada—prometió con mucha seriedad.
Había algo diferente con esa expresión que JiMin notó al instante. No era como las otras veces que se lo dijo. Algo se lo decía en su interior.
—Te lo agradezco mucho, JungKookie—se limitó a decir y besó la mejilla del aludido.
Por unos cuantos segundos volvieron al silencio mientras comían, pero sólo JungKook pensaba en sus asuntos. Sabía que este era el momento correcto; JiMin estaba relajado y contento. Estaba comiendo y tal vez eso era lo más importante. Así que había llegado el momento de hacerlo.
—Corazoncito, quiero hablarte sobre algo importante—avisó y tomó su mano con suavidad.
— ¿De qué se trata, Kook? —lo miró con curiosidad y ojos inocentes.
JungKook suspiró y trató de acomodar las ideas en su cabeza, pero no tenía por qué darle tantas vueltas al asunto. Las cosas debían decirse como es y listo.
—Quiero hablarte sobre mi familia—dijo y sonrió con suavidad—Primero que nada, no pienses que no quería contarte. Yo sólo quería solucionar primeramente la situación con tus padres antes de involucrar a los míos, aunque... bueno...—sonrió nervioso—Ellos ya saben de ti.
— ¿Cómo? —hizo una expresión muy tierna de asombro—¿Les has hablado de mí? ¿Qué tanto?
—Ellos lo saben todo—afirmó con serenidad.
JiMin se sintió mal por eso. ¿Qué pensarían los padres de JungKook sobre que los suyos no lo quieren aceptar? Seguramente estarán enfadados por eso y no podía culparlos. Era bastante sensato. Pero de pronto recordó que le causaba mucha curiosidad por saber por qué los señores Jeon se mantenían bajo el anonimato a causa de JungKook. ¿Quiénes eran? ¿A qué se dedicaban? Eran preguntas frecuentes que omitía para darle la libertad de decirlo por su cuenta.
Pero eso se terminó.
—Háblame de ellos—pidió el rubio con una sonrisa pequeña—Sé que se llaman Jin y NamJoon, pero yo quiero saber todo sobre ellos. Después de todo te dieron la vida y yo les debo eso.
JungKook sonrió con timidez y besó lentamente los labios de su chico. Esperaba que comprendiera la situación y el por qué quiso esperar un poco para hablarle sobre ellos. Le ponía nervioso hablar de su familia por ciertas circunstancias que hasta ahora ha podido controlar, pero sabe que en algún punto todo deja de funcionar como desea.
—Bueno...—retomó JungKook cuando deshizo el beso—Mi padre se llama Jeon NamJoon y tiene cuarenta y cinco años de edad. Es médico cirujano neurólogo y... dueño de tres clínicas especializadas aquí en Seúl—informó y guardó silencio.
La reacción de JiMin fue entre la sorpresa y la emoción. Nunca creó teorías en su cabeza, pero sin duda, no se esperaba que JungKook hubiese sacado su vocación por la medicina gracias a su padre. Ahora el brillo de su admiración resaltaba más en sus ojos, pero el peso de que sus padres lo estaban juzgando mal, le hacía sentir un poco inseguro.
—Vaya—expreso con estupor—Eso suena genial. Tu padre deber de ser un gran médico.
—Lo es—asintió orgulloso—Es bastante reconocido en Seúl.
— ¿Y qué hay de tu padre Jin? —insistió y lo miró con curiosidad.
—Aquí viene lo interesante, corazoncito—lo tomó de ambas manos y las besó con súplica—Por favor, no te enojes conmigo. Si no te conté esto no fue porque no confiara en ti, lo único que quería era mantener un bajo perfil que me ha costado bastante trabajo y también porque debía cuidarte a ti de esto, ya que no estás acostumbrado.
— ¿Es algo malo? —lo miró con cautela.
—No realmente—negó enseguida—Bueno... depende.
JiMin asintió comprensivo y le dedicó toda su atención, aunque el hecho de que le pidiera que no se enojara era suficiente para sentirse muy inquieto. Lo más probable es que sí se va a enojar. Ahora entiende por qué lo alimentó primero. Necesitaba ponerlo contento.
—Mi papá se llama... Jeon SeokJin—hizo una pausa y lo miró como si estuviese insinuando lo obvio—Mejor conocido como Jeon Jin.
JiMin no entendía mucho y miraba con curiosidad a JungKook quien parecía insinuarle algo que ya debería saber. Tuvo que repetir ese nombre muchas veces en su cabeza hasta que una cosa llevó a la otra y pudo entenderlo todo.
— ¿Jeon Jin el actor? —abrió sus ojos en grande y el contrario asintió nervioso— Tu papá es... oh por Dios—tapó su boca sin dejar de mirarlo—No lo puedo creer. ¿Cómo no me di cuenta antes? Eres igual a él. Tan guapo y tan...—hizo una pausa porque ya entendía todo. El motivo por el cual lo ocultó— ¿Por qué no me lo dijiste antes? ¿No confiabas en mí? ¿Pensabas que sólo iba a quererte por mero interés? —inquirió un poco enfadado.
—No, no. Nada de eso, corazoncito—se acercó a él e intentó abrazarlo, pero no lo dejó—Yo llevo un bajo perfil porque no me gustan los reflectores ni la atención que puedan darme debido a la fama de mi padre. No quería eso para ti. Por eso es mejor para mí que nadie lo sepa y así nos dejan tranquilos.
—Aun así—se cruzó de brazos e hizo un puchero—Me ocultaste algo importante. No es justo.
—No te enojes—se acercó y esta vez sí lo capturó entre sus brazos—Yo quería decírtelo, pero pensaba que si lo hacía, quizá, tú pensarías que estaba alardeando por ser hijo de él o... tienes razón, no debí ocultártelo tanto tiempo... lo siento.
JiMin lo analizó por unos segundos y concluyó que JungKook estaba en todo su derecho de proteger sus orígenes. Jeon Jin era bastante famoso en Corea del Sur. Todos sabían que estaba casado con un cirujano y que tuvo un hijo a los dieciocho años de edad. Desde ese tiempo lo acosaban y perseguían para obtener alguna exclusiva de ese niño de oro, pero hasta el momento lo mantenían en el anonimato. Entendió que quizá Jin respetaba la privacidad de su hijo y la libertad de decidir sobre hablar o no hacerlo. Entendió que para JungKook era algo que podía dañar la privacidad que con mucho esfuerzo ha intentado mantener y que por eso callaba quien era realmente.
No tenía por qué enojarse, no con él.
—Está bien—asintió y correspondió al abrazo—Pero ya no me ocultes nada de ti. Yo quiero saberlo todo. No me incomoda que seas hijo de Jeon Jin ni nada de eso.
—Pero puede que en algún momento nuestra privacidad llegue a ser de dominio público—lo miró con cautela— ¿Tienes algún problema con eso?
—Podemos manejarlo, JungKookie—consoló—Todo va a estar bien.
—Bueno, yo quería que tus padres me aceptaran así como tú; sin saber sobre mis orígenes—expresó con sinceridad—Pero quizá debas decirles quienes son mis padres para que...
—No—negó rápidamente—Ellos deben dejar de ser prejuiciosos. No les cuesta nada conocerte. Así que no se los diremos. Deben de saber que se equivocan contigo, pero no por la familia que tienes, sino por el hombre que eres.
JungKook sonrió y se acercó a él para besarlo. Había esperado este momento donde le hablaba sobre su familia y sobre su padre Jin de quien se siente muy orgulloso por haber asumido su paternidad a tan temprana edad, por haber puesto su carrera de actor en pausa para poder criarlo bien durante sus primeros seis años de vida. Adoraba contar esa historia y ahora JiMin sería parte de ella.
—Pronto te llevaré a casa para presentarte con ellos formalmente—informó—Mi papá Jin se muere de ganas por conocerte. Dice que eres muy adorable.
—Oh—hizo un gesto tierno y se sonrojó— ¿Dijo eso de mí? ¿De verdad?
—Sí—asintió con una sonrisa—Me ha escuchado hablar contigo por teléfono y algunas veces le he hablado sobre ti. Dice que eres un chico muy dulce y lindo.
JiMin se sintió conmovido por eso, pero a la vez conflictuado por la situación que se vive con sus padres. Ojalá ellos pudieran ver a JungKook de otra forma. Jin, sin siquiera conocerlo, ya lo estaba aprobando, pero sus padres no. Y eso le molestaba un poco. Aunque por ahora no quería pensar en eso. Después de todo, hoy era un día lleno de confesiones que se alargaron un poco.
Al final, JungKook llevó a JiMin a su casa... bueno, a la parada de autobús donde siempre acostumbra a dejarlo para que los opositores no los vean. Pero esta vez no lo lograron, porque Jackson llegaba también del trabajo gracias a que terminó antes sus deberes y pudo salir más temprano que en otras ocasiones.
Vio cómo su hijo se besaba con JungKook en la parada de autobús y sintió mucha rabia. No quería verlo con él bajo ninguna circunstancia y, aunque estuvo a punto de bajarse de su auto para hacer una escena, prefirió que no. Así que condujo por otra calle para llegar a su casa y así esperar a su hijo para tener una rigurosa plática con él.
Creía que en algún punto se rendiría con ese hombre, pero ya se daba cuenta de que no. Que ya no debía ser tan blando y que era momento de ejercer el poder que tiene con él por el simple hecho de que es su hijo.
Lleva su apellido, así que tiene que obedecerlo.
Cuando aparcó frente a su casa intentó relajarse un poco. Pensaba que tal vez la situación se complicaría más si sólo retaba a JiMin por lo que hacía, por estar con ese hombre. Así que se tomó unos cuantos segundos para pensarlo mejor, pero el sonido de su celular lo interrumpió y tuvo que contestar pensando que era alguna llamada de su trabajo.
— ¿Señor Park? —se escuchó una voz juvenil y muy conocida al otro lado de la línea.
— ¿Sí? —inquirió un poco confuso—¿TaeHyung-ah?
—Ah, sí, sí—expresó un poco efusivo—Soy yo. Espero no interrumpirlo en algo.
—No, descuida—dijo y bajó del auto para entrar a su casa— ¿En qué puedo ayudarte, muchacho? Hace ya mucho tiempo que no nos visitas en casa.
—Es que han pasado muchas cosas, señor—respondió un poco dudoso—Le he llamado porque quisiera comentarle algo que no puedo callarme. JiMin es mi mejor amigo y me preocupa que esté haciendo las cosas mal.
Jackson se detuvo en la puerta de su casa después de haberla cerrado y supuso que TaeHyung quería hablar sobre la relación que su hijo sostenía con ese tipo. Así que obtuvo toda su atención y guardó silencio como una señal para que continuara con lo que tenía que decirle.
—Quizá se enoje conmigo, pero realmente me preocupa que salga perjudicado de esto. Yo no confío en su novio—dijo con tono frío.
—Yo tampoco—confesó—Parece que no somos los únicos que sospechamos que ese hombre no es bueno.
—En efecto, señor Park—asintió al instante—JiMin dice que ni siquiera le ha hablado de su familia, pero es tan ingenuo que piensa que eso no es necesario. Yo presiento que está ocultando algo importante, algo... que pueda ser malo.
—Es lo más probable—asintió desganado y continuó el camino hacia la segunda entrada de su casa— ¿En verdad estás preocupado por JiMin?
—Claro que sí. Es mi hermano del alma—respondió con seguridad—Es por eso que le llamé. No quiero guardar esto... —hizo una pausa, porque pese a todo sabía que traicionaba a su amigo de alguna forma, pero en verdad creía que era lo correcto—Hoy no entró a la universidad porque se fue con él... no sé a dónde—informó un tanto avergonzado—Supongo que JungKook lo sonsaca para hacer ese tipo de cosas o no lo sé. Pero me preocupa que repercuta en sus calificaciones, ya que se ha esforzado mucho por mantener esas buenas notas.
Jackson se quedó callado y nuevamente se detuvo en el pasillo del interior de su casa. HoSeok se había dado cuenta de su presencia y lo observaba atentamente creyendo que algo no estaba bien. Sólo puedo aguardar por unos cuantos segundos hasta que decidió moverse.
—Gracias por decírmelo—dijo Jackson—Cualquier otra cosa que suceda con JiMin, por favor, no dudes en llamarme.
—Claro, señor Park—asintió TaeHyung un poco aliviado—Tenemos que protegerlo.
—Eso haremos—sentenció y colgó.
Se hizo un silencio sepulcral en el que Jackson intentaba mantener la calma con todas sus fuerzas. Era un hombre de poca paciencia y muy estricto que no le agradaba para nada que su único hijo rompiera las reglas por perseguir un amorío sin futuro.
HoSeok intuía que algo no estaba bien y, cuando vio entrar a JiMin en la casa con una sonrisa enorme, pensó que tal vez todo tenía que ver con él y con lo que hacía.
Jackson lo miró con severidad y eso apagó enseguida el brillo que el menor emanaba. De pronto éste sintió miedo y se hizo pequeño ante los ojos iracundos de su padre. Pensó rápidamente que lo más probable es que lo vio con JungKook en la parada de autobús y estaba preparado para recibir ese regaño, pero jamás se esperó lo siguiente.
—Me quieres explicar, Park JiMin... ¡¿Por qué te saltaste la universidad?! —gritó Jackson.
— ¿Qué hizo qué? —preguntó HoSeok sorprendido—¿Por qué hiciste eso, JiMin?
Sólo había una persona que podía saberlo, porque se dio cuenta de que estaba en la entrada de la universidad cuando se escapaba con JungKook. No tenía que preguntar ni sacar tantas conclusiones y de verdad no podía creer que TaeHyung haya sido capaz de algo así.
—No tengo justificaciones—respondió con la cabeza hacia abajo.
—No, por supuesto que no las tienes—se acercó Jackson con mucho poder— ¿Sabes cuánto pago por esa maldita universidad? ¿Crees que es justo que te saltes las clases así sin más? ¡Tiras mi dinero a la basura!
Hasta HoSeok se exaltó por el tono de voz que su esposo utilizaba. Sabía que era un hombre dominante y con paciencia muy sensible, pero nunca antes le había gritado así a JiMin, aunque no podía intervenir, porque sabía que se merecía este castigo y regaño severo.
—Esto no pasaría si me dejaras pasar tiempo con él—JiMin lo enfrentó, aunque se podía notar el temor en sus ojos—Yo te pido permiso y no me lo concedes. Dime, ¿qué otra cosa puedo hacer?
—Aun así haces lo que quieres, Park JiMin—lo señaló con un dedo de manera amenazadora—Te vi ahí en la parada de autobuses con él, pero jamás me imaginé que venías de fugarte todo el día. Tu única responsabilidad es ser buen hijo y obedecer mis reglas.
—Eso hago, papá—lo miró suplicante—Sólo te pido aprobación para mi novio...
—Más excusas y justificaciones—le reclamó—Lo que deberías hacer es pedirme perdón por saltarte las malditas clases. Ahora mismo haces que me arrepienta de haber aceptado que estudiaras esa estúpida carrera que no te va a servir para nada.
—Pero es lo que me gusta, papá—se encogió en su lugar—No tenía nada importante hoy, así que yo...
—Cállate—espetó—No me retes, Park JiMin, porque soy capaz de sacarte de esa maldita universidad y de meterte a donde realmente deberías estar. Así que te voy a pedir que obedezcas lo que digo y que busques la forma de terminar con ese tipo. Yo no lo quiero cera de ti ni de esta casa. ¿Me escuchaste?
—Pero, papá...
— ¡¿Me escuchaste?! —gritó.
JiMin volvió a encogerse en su lugar, esta vez sintiendo un fuerte nudo en su garganta y en su estómago. Había tenido un día tan lindo que era difícil de creer que todo se haya ido a la mierda en tan poco. Y por culpa de TaeHyung.
—Sí, señor—asintió y bajó la mirada. De pronto se sintió agotado—Perdón por faltar a la universidad. No volverá a suceder—hizo una larga reverencia.
—Espero que lo hagas—dijo sin mirarle y le dio la espalda—Hoy estoy muy decepcionado de ti, JiMin. Y de ahora en adelante, ya sea tu padre o yo, te llevaremos a la universidad. ¿Quedó claro?
—Sí, señor—musitó.
—Y te vas a tu habitación... sin cenar—sentenció con voz fría.
— ¿Qué? —intervino HoSeok—Pero, cielo...
Jackson le dedicó una mirada llena de advertencia, una que suplicaba por que no lo retara ni le quitara autoridad frente a su hijo. Pero realmente a éste no le importaba en lo absoluto no cenar con sus padres. Su estómago estaba cargado de emociones negativas que no quedaba espacio para más, así que sólo siguió su camino hacia su habitación donde se encerró con seguro y muy dispuesto a llorar.
Hubiese querido quedarse dormido, pero no lo consiguió.
Aunque pensaba que el apetito se le había ido, ahora, con su estómago rugiendo, se daba cuenta de que no, de que sólo fue adrenalina y enfado en el momento. Tenía hambre, pero tampoco va a bajar a rogar.
Ha suspirado muchas veces mientras mira por la ventana esa hermosa luna llena que se asoma. Le encanta, pero ahora no mucho. Aunque sabe que él y JungKook pactaron que siempre la verían y tendrían la certeza de que es así, de que están pensando el uno en el otro.
Piensa en que le encantaría que JungKook estuviese aquí, abrazándolo y besándolo para reconfortándolo. Ha querido llamarle, pero no quiere interrumpirlo porque sabe que tendría una cena con sus padres. Así que sólo espera a que la pantalla de su celular se ilumine y, cuando eso sucede, vuelve a soltar un suspiro pesado.
Por un momento piensa que puede disfrazar sus sentimientos y ocultarle sobre lo que realmente está pasando. No quiere agobiarlo con eso, no quiere que piense que es un llorón o algo por el estilo. Aunque realmente sabe que él sería incapaz de pensar en eso.
Toma el teléfono muy seguro de que no dirá nada, pero en cuanto escucha la voz de su novio, la suya no puede evitar salir un tanto rota y diminuta.
—Kook...
El aludido esperaba esa voz linda y alegre que suele contestarle cada vez que le llama por teléfono. Pero ahora no fue el caso y desde ese preciso momento sabe que algo no anda bien. Así que no puede evitar sentir inquietud y mucha incertidumbre por saber qué es lo que está pasando. Aunque no es muy difícil adivinar. Con Jackson siempre son problemas.
— ¿Por qué mi corazoncito se escucha triste? —pregunta con voz dulce.
JiMin suspiró y se acomodó mejor en la cama, pero casi enseguida se puso de pie y abrió la ventana para poder observar la luna.
— ¿Estás viendo la luna? —pregunta con el mismo tono de voz.
—Sabes que sí—asintió y agregó—Cuando veo la luna pienso en ti y en que me gustaría estar ahí contigo para abrazarte y besarte... decirte lo mucho que te amo y también que, pase lo que pase, siempre estaré contigo.
Eso hace que JiMin no pueda contener las lágrimas y los pequeños sollozos que ahora emergen por sus labios. Esas palabras tan acertadas le reconfortan demasiado, pero a la vez le oprimen el corazón.
Quiere estar con JungKook. Quiere que lo abrace y que le diga todo eso mientras están juntos acostados en el mismo lugar... mientras observan la luna. Pero por ahora esto es lo que tienen y deben conformarse con eso.
—Mi corazón... odio que llores, más aun si no estoy contigo ahí para abrazarte—dice con voz ligeramente quebrada.
—Ven a salvarme—le dice—Por favor, JungKook... sálvame.
Sale a modo de súplica y el aludido no puede contener las lágrimas que resbalan por sus mejillas. No soporta esto... no soporta que JiMin sufra de ese modo sólo porque Jackson no quiere escuchar. Se supone que es su hijo, ¿por qué hace las cosas así? Y le duele. ¿Cómo no le va a doler? JiMin es su todo y siempre va a querer lo mejor para él.
—Corazón mío—le llama e intentar transmitir seguridad, aunque por dentro está mal—Tu dolor es mi dolor y justo ahora te estoy abrazando muy fuerte, ¿sabes? Sé que ahora se nos complica, pero te juro que pronto todo esto va a pasar. Tú y yo seremos felices para toda la vida.
—A veces siento que...—dice y suspira—siento que quizá no hay más soluciones.
— ¿Por qué dices eso? —inquiere con cautela—¿Qué te ha hecho tu padre para que pienses de ese modo?
Su voz sale un poco dura y seca. No conoce a Jackson, no ha tenido la oportunidad, y no quisiera juzgarlo en base a lo que pasa, pero está a unos cuantos pasos de tomarle rencor.
—Se enteró que nos fugamos—explicó y trato de recomponer su voz—Se alteró y... quiere que te deje ¡Pero yo no voy a hacer eso!
JungKook ahora se siente culpable de que JiMin haya tenido esa pelea con su padre. Debió controlarse un poco y esperar a que terminara sus clases. Debió ser más responsable. ¿Así cómo podrá convencer a sus suegros de que es un buen hombre? Pero es que cuando se trata de JiMin no existen las consecuencias de los malos actos, sólo el disfrute, el goce y el placer.
—Lo siento mucho, corazoncito—le dice y suspira—Todo esto es mi culpa. No debí pedirte que nos fugáramos...
—No es tu culpa—lo interrumpe.
—Pero claro que sí—insiste.
—Pero claro que no—se aferra—Yo acepté y no me arrepiento de esto. Lo que me molesta es que mi padre sea tan cabeza dura y tan... cerrado. No tendríamos por qué hacer estas cosas si tan sólo nos escuchara.
—Tiene razón en enojarse.
—Quizá—nuevamente su tono baja—Pero incluso el enojo lo hace dejarme sin el derecho de comer... y eso me frustra—confiesa.
— ¡¿Te dejó sin comer?! —gritó.
JiMin cerró los ojos y maldijo para su interior. No debió decir eso, pero estaba fluyendo con la conversación y simplemente se le salió. No quería que JungKook viera a su padre como una especie de villano (aunque lo fuera), pero ahora quizá su perspectiva cambió.
—Dime—insiste— ¿Enserio hizo eso?
—Sí—respondió con un hilo de voz—Estaba muy enojado...
—No es justificación—dejó salir un bufido y se apretó el puente de la nariz para pensar mejor—Puedo ir ahora mismo y te llevo algo para que comas. No puedes quedarte así. Es importante que te alimentes correctamente y que cumplas con las cinco comidas del día.
—No te preocupes—sonrió un poco y secó sus lágrimas.
Aquello lo conmovió y sintió una llama de esperanza en su interior. JungKook tenía esa capacidad de mejorar todos los sentidos de su vida. El sólo escuchar su voz era bastante reconfortante, más aun si le expresa su preocupación por cosas como su alimentación.
Sin duda lo ama.
Sin duda es el correcto.
—Claro que me preocupo—expresó un poco exasperado—Eres el amor de mi vida, mi mundo, mi universo... JiMin, eres mi todo. Preocuparme por ti es un sentimiento natural y, si no estás bien, yo no estoy bien.
—Sólo es por hoy—insistió.
—Nada de eso—también lo hace.
—No podrás darme comida aunque quisieras—explica con melancolía—No puedo salir de mi habitación hasta mañana. Y... mis padres me llevarán a la universidad y me recogerán todos los días.
Eso era nuevo y JungKook quería jalarse los cabellos de pura frustración. Ahora está en esa línea delgada en la que siente desprecio puro por Jackson, porque no concibe la idea de que le quite a JiMin los alimentos sólo porque está enojado con él. Hay otros castigos a los cuales no objetaría, pero ese es inhumano... simplemente es inaceptable. Aun así debe guardar la calma y pensar con claridad. Necesita hacer algo con respecto a todo esto.
—Bien—se rinde y suspira—Eso podemos solucionarlo. No te preocupes, ¿de acuerdo?
— ¿Tú crees? —inquiere con esperanza.
—Por supuesto. Yo me voy a encargar de eso—aseguró y luego agregó—Y para mañana quiero que tomes tu desayuno como es debido. Te voy a transferir dinero para que comas algo más en la universidad...
—¿Qué? ¡No! ¡Eso es demasiado!
—Nada es demasiado cuando se trata de ti—asegura con convicción.
—Pero, JungKook...
—No me contradigas—lo corta y agrega—Estaré más tranquilo si haces lo que te pido... por favor. Es más...
Se quitó el celular y se metió a su aplicación del banco para transferirle el dinero a su chico.
—El dinero ya está en tu cuenta—informó—Así que no hay vuelta atrás.
—Ay, JungKookie.
Eso hace que las mejillas de JiMin se tiñan de rojo intenso. Ahora que sabe que la familia de JungKook prácticamente es millonaria, se siente un poco cohibido con eso, sobre todo si de la nada le transfiere...
— ¡¿Un millón de wones?! ¡JungKook!
—Tsk... no me discutas—nuevamente le habla con voz grave—Son para ti y los vas a ocupar para tus comidas en la universidad. O para lo que necesites. Yo que sé—se encoge de hombros.
—Pero...
—Sin peros—sentencia—Te los estoy dando de corazón.
Era loco... muy loco, porque ni siquiera su padre le ha dado esa cantidad como gasto para la escuela y se siente extraño. No quiere abusar de JungKook, pero está claro que éste no va a ceder, así que no tiene de otra.
—Está bien—se rinde—Gracias por esto... por preocuparte por mí.
—Para mí es un placer, corazoncito—habla con voz melosa—Así que por favor, ahora quiero que descanses y que ya no pienses demasiado. Yo estoy contigo... mirando la luna.
Se hace un silencio que ambos ocupan para observar la luna de esta noche, pese al trago amargo, sonríen y mantienen la esperanza.
—Te dedico la luna, corazoncito—le dice—Te amo, pase lo que pase, te amo. Y ni tu padre podrá impedir que yo esté contigo. Te lo juro.
JiMin sonríe como un tonto y de pronto lo sucedido se ha olvidado por un momento. Sólo su hombre tiene esa capacidad y ese poder.
—Te amo mucho mucho mucho mucho—dice el rubio con voz aniñada—Gracias por ser mi soporte.
—Lo seré siempre—aseguró—Ahora duerme y no pienses demasiado. Yo me encargo del resto.
—De acuerdo.
Con unas cuantas palabras de cariño y muy endulzadas es que terminan la llamada y deciden descansar. JiMin puede cerrar los ojos sin pensar demasiado, aunque el disgusto con su padre no se irá así nada más, porque odia que tenga su vida planeada, pero al menos sabe que JungKook está ahí y que siempre va a estar.
Pase lo que pase.
Hello!!!
Todavía les debo un cap jajaja
Se los subo al rato.
Yo les dije que van a odiar a Tae y a Jackson jsjs
Espero que les haya gustado. No se olviden de votar y comentar.
Las tkm!!!!
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