iii. i look in people's windows
* ☽ ☀ CHAPTER THREE | MIRO POR LAS VENTANAS DE LAS PERSONAS 🌾
❝ Miro por las ventanas de las personas en caso de que estés en su mesa, ¿qué pasaría si tus ojos miraran hacia arriba y se encontraran con los míos una vez más? ❞ ━━━ 🐞🐝Taylor Swift ;; ilipw
Y LA TARDE SE TRANSFORMÓ EN UNA ELIPSIS.
El instante en que Thena y Eloise se reconocieron y abrazaron tras tanto tiempo sin saber la una de la otra se repitió en la cabeza de la jovencita Eyre toda la tarde. Sabía que su vuelta a Londres no estaría atada solamente a los recuerdos afilados del accidente, los restos sobrevivientes de su vida pasada, aquella vida previa a la catástrofe estaban ahí, aún atados a ella. Extrañó tanto a los Bridgerton todo este tiempo. A menudo solía dedicarse un tiempo para preguntarse qué habría sido de ellos. Cuánto habrían crecido y en qué maravillosas personas los habría convertido Violet. Teniendo en cuenta que la última vez que los vió fueron en las tardes calurosas y soleadas de los veranos de su niñez, el encontrarse hoy con una crecida Eloise no hizo más que incentivar su curiosidad sobre el resto de sus hermanos.
La tarde avanzó a la noche, pero Thena no dejó en ningún momento de volver a revivir en su cabeza aquel instante en la modista. Regresaba sobre las horas como una ávida lectora vuelve sobre las páginas de su libro favorito para volver a leer ese fragmento que le causó entusiasmo.
Las cosas que se preguntaron y las palabras que intercambiaron antes de que Athenea entrara a solucionar el asunto de su vestido... Oh, y sobre eso, sobre su vestido para el baile.
Pocas fueron las ocasiones en las que su tía la dejó adquirir prendas nuevas para presentarse en algún evento. El dedicarse ambiciosas horas del día a arreglar y comprarse un vestido era tan nuevo y tan ajeno para ella. Cada tanto dirigía la mirada al rincón. Su traje para el baile de mañana yacía envuelto en una tela que se desbordaba. Según tenía entendido, los vestidos para esta clase de baile llevaban ese tipo de cuidado. No podía verlo y temía que si lo sacaba de su envoltorio lo terminaría llenando de arrugas. Pero Thena tenía la vívida imágen de su vestuario grabada en la cabeza. Se trataba de un traje lila, su color predilecto, con los adornos de ensueño y los detalles que soñó alguna vez cuando era niña.
Y para mañana, no solo estaría usándolo, sino que estaría por comenzar algo que alguna vez le causó temor con él puesto, como una armadura reluciente a punto de oxidarse en la guerra. Thena suspiró, su madre y su padre tenían una reputación inigualable en Inglaterra, ¿y si ella no conseguía estar a la altura? ¿Tendría un buen matrimonio? ¿Su debut causaría la suficiente impresión y agrado en el resto?
Thena apagó la vela dejando que la oscuridad de su nueva recámara la cubriera por completo.
Cerró los ojos, se rindió al sueño sin saber, que los problemas recién estaban comenzando.
Todas las historias tienen su final.
Eso, Benedict Bridgerton lo sabía bien.
¿Pero cuando estamos seguros de que una historia ha terminado realmente?
Era exasperante. Las cosas en la casa últimamente no tenían pies ni cabeza. Acostumbrado desde siempre a ser solo el hermano del medio, sin muchos compromisos con el hogar ni demasiadas preocupaciones, poco a poco todo eso le había sido quitado. Pero podía entenderlo. La reciente boda de Anthony y la Luna de Miel del mismo lo habían relegado a él como el responsable de llevar todos los asuntos familiares mientras Anthony solo disfrutaba de su nueva vida de enamorado. Pero con demasiados cambios, ni siquiera había notado lo mucho que había empezado a alejarse de las cosas que a él le gustaban.
Tal vez ahora podría reconectar con todo aquello. O no. Solo el paso de los días lo decidiría.
Ahora que Anthony estaba de regreso y también Colin tal vez podría tener un poco más de tiempo libre para...
Los pasos rápidos de Eloise retumbaron por toda la casa. No hacía falta que nadie les dijeran que ya había regresado de la modista. Entró en el salón con una sonrisa despampanante e, ignorandolos a todos se sentó en su rincón con toda la cara iluminada.
—¿Estás bien? —Anthony la miró de reojo, ¿desde cuándo Eloise no se veía molesta con el mundo? ¿acaso estaba de regreso a sus días de investigar quién era Lady Whistledown y de ilusionarse porque sus pistas la habían llevado a sospechar de los criados?
—Espléndida, ¿Por qué me lo preguntas? —levantó sin interés la nariz de su libro para mirarlo.
—No lo sé, te ves... contenta.
—¿Arreglaste tu amistad con Penélope? —preguntó repentinamente ilusionado Colin.
—No.
—Ah.
—Y suelo verme contenta algunas veces, Anthony, no soy un ogro. —balbuceó ganándose un rodar de ojos por parte de su hermano. —Pero si me veo tan contenta sepan que es porque hoy he visto a alguien especial.
—¿No habías ido a la modista?
—Exacto, y ahí me encontré con Thena. —sonrió ignorando las caras desencajadas de la sorpresa que dejó tras esas palabras. —Volví a ver a mi mejor amiga de la infancia, tengo derecho a verme contenta.
—¿Thena?¿Dices la señorita Eyre? —preguntó Anthony y a su lado, la segunda mención de aquel nombre hizo que Benedict permaneciera inmóvil. —Vaya, que bueno que la señorita Athenea Eyre esté de vuelta en Londres, puedo recordar que era muy buena influencia para ti. Ojalá no hayan perdido eso.
Eloise lo ignoró volviendo a enterrar la cara en su libro.
—Sí, además su madre era muy buena amiga de la nuestra, seguro que a nuestra madre le encantaría invitarla un sábado a tomar el té con la familia. También recuerdo que era muy agradable jugar con Thena cuando éramos niños. —comentó distraído Colin.
Todas las historias tienen un final.
Pero el capítulo de Athenea aún no estaba terminado, de hecho, aquella fue la señal de que había estado congelado en el tiempo.
Aún tenía la vaga lucidez de haber estado inocentemente cautivado en su niñez por la mejor amiga de su hermana. Creyó que aquellos sentimientos se habían extinguido en el transcurso de los años, tras la partida de Thena evitó pensar en aquellos días. Hasta hoy, hasta hace dos segundos cuando Eloise mencionó su nombre y a él se le cortó el aliento. Fue totalmente involuntario, inesperado.
Sus hermanos reanudaron su conversación, esta vez sin él.
El cuadro en la esquina del salon, ese de Thena y Eloise en el último verano antes del incendio que ocasionó la partida de Athenea, ese que él había evitado mirar por tanto tiempos de repente cobró un sentido diferente.
Podía verlo en los trazos primerizos. En los colores vibrantes se reflejaba el amor puro y sincero que él había sentido por ella, un enamoramiento que sin que él se diera cuenta había perdurado a lo largo de los años a pesar de la distancia y el tiempo, negándose a dejarse extinguir, oculto hasta este momento.
—¿Y tú qué piensas, Ben? —preguntó Colin.
—Tengo que irme.
Tanto Anthony como Colin lo miraron extrañados. Eloise continuó ignorándolos tras su lectura.
—¿Estás bien? Te ves algo pálido. —observó Anthony.
—Estoy bien. Los veré después.
Y así, tras esa salida abrupta, ambos decidieron que no estaba bien y que probablemente se encerraría en aquel salón donde solía pintar hasta que Violet Bridgerton lo obligara a bajar a la cena.
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BUT DADDY, I LOVE HIM
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