"NO LLORO PORQUE ESTEMOS SEPARADOS POR LA DISTANCIA Y POR UNA CUESTIÓN DE AÑOS. ¿POR QUÉ? PORQUE MIENTRAS COMPARTAMOS EL MISMO CIELO Y RESPIREMOS EL MISMO AIRE, TODAVÍA ESTAMOS JUNTOS" DONNA LYNN HOPE

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La semana terminó tan pronto como suelen hacer las cosas que uno desea que duren para siempre y que con ello inició un nuevo día.

Era muy temprano y aun no salía nadie del pueblo para sus respectivos quehaceres cotidianos, excepto la familia de Shi Zan, los cuales tenían que llevar a su hijo hasta la secta para que lo presentasen en el lugar. El niño humano sintió un hueco en el estomago y ya sentía que añoraba cada cosa de esa vida (incluso las no agradables) pero no podían hacer nada para evitar el adiós. Deshi Daquan estaba ahí presente, con el mismo sabor amargo carcomiendo su ser, más el logró mantener la compostura (había prometido a su amigo que estaría bien).

- A-Xiaoquan, cuídate mucho para cuando volvamos a vernos- le sonrió el más grande, al mismo tiempo que le sonreía.

- Si, tu también- miró a su amigo mientras pensaba que pasarían muchos años para volverlo a ver y que esperaba no se olvidará de el con el paso del tiempo- ... A-Zan – dijo casi en un susurro mientras buscaba algo en una bolsita que llevaba consigo en ese momento, para después sacar un par de horquillas idénticas, las cuales tenían un diseño muy simple y elegante- llévate esta contigo y yo guardaré la otra- quería sentir que estarían unidos en cierto modo a pesar de la distancia.

- Me gusta la idea- le dedico una sonrisa y tomo el diminuto objeto; en ese preciso momento le vino a la mente aquellas historias que siempre contaban sobre parejas que se separan- me aseguraré de que quede intacta y te la regresaré.

- Mhnn- asintió el demonio, era momento de que se separasen y eso dolía, pero habían jurado encontrarse otra vez en algún momento del futuro y eso le bastaba. – A-Zan a-adiós-

El padre de Shi Zan apoyo su mano en el hombro de su hijo menor, indicándole que era momento de irse. El chico humano solo atinó a hacer un gesto de despedida y una sonrisa que reflejaba tristeza. La familia humana comenzó a retirarse del pueblo para dirigirse a "Meiyou Shibai" mientras el pequeño demonio se quedaba viéndolos desaparecer por entre el lugar para después adentrarse en el bosque en su soledad donde permanecería gran parte del día para intentar consolarse a si mismo.

Shi Zan y su familia fueron a pie hasta la casa de los Yijun ya que estos los presentarían con los maestros de la secta. Después de realizar todas las formalidades aceptaron finalmente a Shi Zan para que ingresase en el sitio como nuevo discípulo ya que tenía potencial.

En cuanto se hubo despedido de su familia y esta se retirase con lagrimas en los ojos (pero con el consuelo de que su hijo podría tener una buena vida cuando creciese), le enseñaron su habitación (donde se aseguró de guardar bien la pequeña horquilla) y una vez hubo preparado sus cosas tuvo que aprender sobre como sería su nueva vida sin las personas que amaba.

El nuevo comienzo resultaría más que difícil para él, pero se propuso adaptarse en seguida pues de esa forma volvería a ver a los suyos antes de lo que ellos imaginasen...