Parte 10 Oportunidades
"EL HECHO DE QUE LAS COSAS NO ESTÉN EN SU MEJOR MOMENTO NO SIGNIFICA QUE DEBAMOS RENDIRNOS..." OLGA PETERS
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- Ey, enamorado – habló Shi Lei de la nada.
Deshi Daquan estaba ayudando en el pequeño huerto de la familia humana y estaba tan concentrado en su labor que le tomo por sorpresa la voz de la chica.
- ¿mnnn? – fue su contestación automática al tiempo que giraba su cabeza en dirección de la señorita.
- Acompáñame al mercado, necesito unas cosas. A-Hui esta ocupado y no puede acompañarme – realmente su voz parecía autoritaria, aunque fuese petición. No había nadie más en casa ya que todos salieron a hacer algo en particular.
El demonio disfrazado de humano asintió, el jamás les negaba nada a la familia de Shi Zan. Ambos jóvenes caminaron lado a lado por el mercado.
- Jiějiě (así le decía a Shi Lei), ¿por que me llamaste así? – preguntó, había querido aguantarse la curiosidad, pero no pudo hacerlo
- Es porque te gusta mi hermano, ¿no es así? – dijo como si nada. Sin importarle que alguien escuchase.
El demonio se paralizo ante la mirada atenta de Shi Lei y su rostro se puso rojo, definitivamente se arrepintió de preguntar – y-yoo – el no solía verse débil desde que era un niño, pero esta vez lo dejaron acorralado de forma improvista.
- Eso es un si – afirmo ella y siguió caminando, Deshi la siguió callado, pero detrás de ella esta vez – ahora muchas cosas tienen sentido –
- ... - el nunca le mentía a la familia del humano y no quería hacerlo ahora, pero había aprendido a lo largo de los años que para los humanos solo es correcto casarse entre hombre y mujer.
La hermana se puso a un lado de Deshi – sabes, espero que mi tonto hermano pronto se de cuenta – dijo ella, el demonio le miro sorprendido - ¿qué?, ¿Cuál es la razón de que me mires así? –
- Es que pensé que... los humanos no... - no sabia bien como hablar de estos temas, nadie hablaba con el al respecto por lo que no tenia idea de la forma de afrontar todo eso.
- Sabes que... ¿a quien demonios le importa lo que piensen los humanos? – siempre sorprendía su actitud – de por si, se supone que yo debería ser una chica sumisa y mil otras cosas más, ja –
Era cierto, ella era distinta a las demás mujeres, para ser de esa época en particular ella siempre tenia su lugar y todos en su familia nunca la reprendieron por expresarse ni siquiera su amigo.
- ¿Significa que no te importa que a mi me... que yo tenga ese tipo de sentimientos? –
Ella negó con la cabeza – de hecho, eres mejor que cualquier otra señorita que mi Dìdì pueda encontrar –
- Gracias – se sintió aliviado, al parecer tenia una aliada – pero no se si el sienta lo mismo... creo que no es algo mutuo – dijo con un suspiro triste.
- Ese hombre parece un niño, tu debes encargarte de que entienda lo que sientes – dijo mientras veía uno de los puestos - ... no se nada sobre como conquistar a alguien, pero hay que hacer que pases la mayor parte del tiempo con el para que puedas... digamos, darle alguna clase de regalo o lo que se te ocurra –
- Bien, aunque si sabes como conquistar – su tono pareció más animado y seguro.
- ¿eh? – no sabia a que se refería el otro.
- Es que se nota que el joven Shun Hui... - a pesar de todo no quería sonar entrometido
- Pero el es solo un amigo, además el debe tener otras expectativas como los demás hombres-
- Lo dudo, creo que lo que siente es muy claro al respecto suyo-
Ella rio un poco nerviosa – ya me cobraste la pena que te cause. Eres muy perceptivo. – retomo su tono habitual.
Ambos conocían algo personal de cada uno y ambos iban a mantenerlo entre ellos y si se necesitase, podrían volverse muy buenos cómplices.
Shi Zan había partido temprano de su casa, el día anterior había recibido una carta de su amigo (Ho Xiang) en el cual le informaba que el emperador visitaría Xin de Kaishi por unos días y que el (Ho Xiang) había sido reclutado junto a otros discípulos de la misma secta por el soberano. Y que además este ultimo había oído hablar mucho sobre las grandes habilidades de Shi Zan, por lo que deseaba verlo al día siguiente, por lo que estaba invitado a una reunión en la propiedad que tenia en el poblado.
Al de ojos grisáceos no le toco de otra mas que aceptar y fue puntual en su llegada.
En el lujoso lugar lo recibieron amablemente, además de que se encontró con su amigo.
- ¡Lǎo Shi! – saludó el de cabello claro.
- Lǎo Ho, me alegra verte – ambos caminaron sin rumbo mientras conversaban – dime, ¿a qué se debe que el emperador quiera verme? –
- Es obvio que quiere reclutarte, siempre fuiste el mejor discipulo de la secta. Es una buena oportunidad si no quieres quedarte como maestro de una – indicó Ho Xiang muy orgulloso de su amigo.
- Tienes razon, pero me volveria a alejar de mi familia y mil veces más que si soy maestro de Meiyou Shibai – muchos no llegaban a entender que su mundo era su familia y no nada más.
- Si, lo dijiste varias veces antes... pero ve el lado bueno, puedes mejorar su situacion y que les tengan respeto e incluso puedes sacarlos del pueblo. Además puedes conocer muchas chicas lindas cuando estas entre la nobleza. –
- Lo se, pero mi familia ya no se encuentra en las mismas condiciones que antes, sus vidas mejoraron, y la verdad eso de las chicas es lo de menos – contestó Shi Zan – seguramente a ti te convencieron con eso, pero yo estoy bien con lo que tengo.
- Siempre muy recto Lǎo Shi, esta bien, si no quieres quedarte no pasa nada. El emperador es muy comprensivo, no es como uno pensaria.
Un rato después se anunció la llegada del gran emperador Huang Heng. Este era un adulto que aparentaba una menor edad a la que tenia, y aun no contraia matrimonio (cosa que deberia suceder pronto). Este de inmediato localizó a Ho Xiang y a su acompañante y se dirigio a ellos con gran porte.
- su majestad – Saludaron ambos con una reverencia respetuosa.
- no es necesaria tanta formalidad – hizo un gesto con la mano para que se reincorporaran. – usted debe ser el famoso joven Shi Zan –
- es el – contestó primero Ho Xiang muy entusiasmado.
- un placer – ambos sonrieron con cortesia – supongo que Ho Xiang te habló sobre trabajar para mí – Huang Heng sabia que el joven castaño no esperaria a que el llegara para dar la noticia.
- por supuesto, y al respecto de eso su majestad. Debo declinar su generosa oferta – sonaba engreido que alguien le dijese eso a un emperador, pero no queria dejar esa impresión.
- entiendo, no debes disculparte – el hombre no pareció afectado negativamente– no te sientas incomodo, sigues siendo bienvenido y cualquier cosa que necesites puedes venir a pedirlo aquí – ... debo retirarme, tengo una reunión con una princesa que desea presentarme el consejo de ancianos, disfruten su estancia y si necesitan algo pueden pedirselo a Cong Yazhu – dicho esto se retiró.
- Lǎo Ho, dime ¿Quién es ese tal Cong Yazhu? –
- digamos que es la mano derecha del emperador, aunque si me preguntas a mi, creo que es mejor no hablarle a él – dijo mientras veia a su alrededor como confirmando de que la persona de la que hablaban no estuviese cerca.
- ¿ y eso? – por lo general alguien que fuese la mano derecha de alguien importante generaria mucho respeto.
- todos los que servimos al emperador pensamos lo mismo, no se ve de fiar realmente, pero el emperador confia ciegamente en lo que ese antipatico le dice. – se notaba que no le agradaba ese hombre.
- tal vez sea alguien muy reservado, no significa que tenga malas intenciones – el jamás juzgaba antes de conocer a alguien y por lo general eso era algo bueno.
- mnnn, tienes razón, pero no me da buena espina. Es como si analizara cada cosa y tuviese algo entre manos – Ho Xiang cambió de tema.
Ambos pasaron parte de la tarde en el lugar para después despedirse. Shi Zan regresó a casa algo cansado y encontro que solo estaban Shi Lei y Deshi Daquan, los demás aun no regresaban.
- A- Zan – se emocionó el demonio de verlo llegar.
- Hola, A-quan, A-Lei – dijo cuando se dirigio a su habitacion para acostarse en su cama, los otros dos lo siguieron – perdón por no saludarlos mejor, fue cansado estar mucho tiempo en la casa del emperador –
- Ah, ¿y como te fue? – la hermana suponia que lo querian para trabajar para el emperador.
- Rechaze la oferta que me dieron, pero de igual forma fueron amables – dijo cuando se acomodó mejor en la chuáng
- Para que te preguntaba... mejor me voy. Hoy no he visto a A-Hui y lo visitaré -dijo ella y en enseguida se escabulló, dejando solos a los otros dos en la habitación.
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NOTAS
Chuáng - cama
Jiějiě - hermana mayor
Dìdì - hermano menor
Lǎo - viejo (en este caso es usado entre las amistades )
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