En el claro de un bosque de la ciudad de Namimori, en Japón.

A luz de la luna llena se pueden ver la figura de dos niños, cuyas ropas estaban sucias y manchadas de sangre.

El de menor estatura sostenía la cabeza del mayor sobre sus piernas.
Mientras mira que de sus pequeñas manos salen una gran cantidad de llamas, plateadas que a pesar del color tan frío, son tan brillantes, tan cristalinas y sobre todo irradian una gran calidez.

El mayor al ver las manos de su compañero, no hace mas que sonreír debido a la gran pureza y calidez que estas transmiten.

Pero al percatarse de que sus fuerzas comenzaban a abandonarlo, debido a la gran herida que sufrió en su costado derecho, hace un movimiento un tanto brusco, así llamando la atención del menor, sobre su persona.

¿?: ¿Aki-Nii?.

Aki: Tsu-chan, - respirando con dificultad -, t-tus llamas... son bonitas...

Tsu: Aki-Nii, no hables mucho, podrías acerté mas daño...

Aki: d-descuida... ha a... n-no me queda mucho tiempo... - tosiendo un poco de sangre -, hay algo que quiero darte...

Tras decir esas palabras el mayor dirige su mano a los ojos del pequeño y los cubre con esta, mientras que con la otra cubre los suyos.

Aki: -* espero que esto funcione *-, yo Akira Di Aragón... elijo a Sawada Tsunayoshi... como mi único y legítimo heredero... quien poseerá todas mis posesiones e incluyendo mis llamas así como... mis habilidades... y a partir de ahora su nombré será Shun Di Aragón...

Enseguida las manos del mayor fueron cubiertas por unas llamas entre negras y azules.

Dichas llamas fueron absorbidas por el cuerpo del menor, ocasionando un gran cambio en su apariencia, ya que sus ojos habían perdido el tono amielado que tanto lo caracterizaban, dando paso a un plateado, tan brillantes como dos luceros, su cabello antes castaño, ahora es de un color negro como la noche, y de un largo que le llega hasta la cintura, con algunos mechones plateados, y con un poco de su antiguo estilo antigravitatorio sobre su frente.

Pero lo que mas lo impresionó fueron sus llamas, que al activarlas, aparecieron de dos tipos diferentes, en su mano izquierda se hallaba una llama negra-azulada, y en su derecha una blanca-plateada.

Tsuna: ¿pero, que fue lo que...

Akira: Tsu-chan... el pacto esta hecho, - recargándose con dificultad sobre el tronco de un árbol -, de ahora en adelante debes seguir tu propio camino... - mirando a los ojos de Tsuna -, no uno que otro te haya escogido... si, no uno que tu hayas decidido...

Tsuna: ¿Nii?, - mirando la decisión en los ojos de Akira -, esta bien.

Akira: - sonriendo -, buen chico, el... nombre de Shun lo podrás usar como quieras
o incluso para mayor protección y seguridad podrás usar tu antiguo nombre...

Tsuna: si, - pensando -, ¿pero, Nii, porque ma as elegido como heredero?.

Akira: es... un secreto.

Tsuna iba a replicar, pero paro en seco al escuchar pasos de un grupo de personas acercándose.

Akira: anda... están acercándose... - respirando con dificultad -.

Tsuna: - sollozando -, no, ¡¡Nii-san!!.

Akira: ¡¡vete de una vez!!, - gritando -, ¡¡y asegúrate de cumplir con lo que te dije!!, ¡¡sigue tu propio camino, no dejes que alguien mas te imponga un camino, al cual no quieras seguir!!.

Tsuna: - temblando y llorando -, ¡¡SÍ!!, - dándose la vuelta para minutos después echar se a correr -.

Akira: - mirando la espalda del menor -, ¡¡oh!!, se me olvido decirle que se alejara de los pervertidos... - riendo débilmente -, espero que encuentres... al compañero... indicado.

Así con una última sonrisa dibujada en el rostro, Akira cerró sus ojos para no abrirlos nunca más.

Mientras que Tsuna seguía por el espeso y obscuro bosque sin rumbo alguno.

Tsuna: - corriendo y llorando -, Baka-Aniki... lo prometo, seguiré mi propio camino.

“ Es una promesa ”.

Esas últimas palabras fueron llevadas por el viento, frente a la única testigo de esa triste despedida.

“ La Luna ”.