
VOLVER A PERDERLA
NARRA ZION
-Zion... qué demonios?!-
-Atis... lo siento yo...-
No supe en qué momento besé los labios de Gina, tan pálida y delicada, débil a causa de la transformación, era ella misma en mis brazos en aquel momento, su verdadero ser, la mujer.
-Atis... no...-
-La llevaré al alojamiento...-
-Prometí que la llevaría lejos y cuidaría de ella...-
-Lo harás pero ahora estará con nosotros-
-Consiguió herir a Marcus con su propia espada- dije mostrando la espada de Marcus que sostenía en mis manos.
-Pero no es suficiente, no lo ha matado, esto solo nos da tiempo para alcanzar la próxima luna y romper su hechizo y preparar a Sean para la batalla-
No pude evitar lanzar un gruñido al oír su nombre.
-Gina y yo pudimos escapar sin su ayuda! No es necesario!-
-Y ahora ella está casi muerta en mis brazos! Demonios Zion contrólate!- gruñó Atis.
-A... tis?- susurró Gina.
-Mi Princesa, descansa...-
-Lo hicimos... Zion?-
-Aquí Princesa...-
-Atis?-
-Sí Princesa?-
-Sean?...-
-Con Duncan tratando de recordar su pasado real-
- Bien... puedo caminar Atis-
-Yo la cargaré Princesa, descanse por favor... Zion... Zion?-
No pude soportarlo, verla preocupada preguntar con tanta vehemencia por el Príncipe, maldito bastardo, siquiera fue capaz de mover un centímetro de su cuerpo para rescatarla y ella está preocupada por él cuando fue torturada al borde de la muerte por su causa.
-MALDITO SEAS!- gruñí alto.
El bosque que me rodeaba pagaría las consecuencias de la ira que sentía arder y escurrirse en mi interior, pasé el resto de la noche merodeando y destrozando cuanta cosa se interpusiera en mi camino. El dolor, la impotencia de no saber que hacer para ser notado y amado por ella.
-ME ESTÁ VOLVIENDO LOCO!- grité al cielo nocturno y silencioso -loco... Gina- susurré al notar una lágrima traicionera rodar por mi mejilla.
No podía evitarlo, la amaba como a nadie, se había convertido en mi todo desde que la vi por primera vez hace tantos años atrás, sentirla en mis brazos, mi deseo hecho realidad y ella.
-Déjala ir...- oí decir tras de mí.
-Quién lo dice? el cobarde que la dejó a merced de sus verdugos sin hacer nada para salvarla?-
-Zion... aún no he despertado, sólo he estado hablando con Duncan y...-
-Y qué...-
Quedamos frente a frente, podía matarlo en este mismo momento y todo acabaría de una maldita vez... pero...
-Gina... sólo te ve a ti, sólo espera por ti, sólo te ama a ti... y tú...-
-La amé desde el primer momento que la vi...-
Mis ojos debieron salir de su órbita natural con mi expresión.
-La primera?-
-Hace muchos años atrás, en el claro que hoy utilizas como portal- dijo elevando su mirada al cielo -Éramos niños...-
-Eso quiere decir que has recordado todo?- demonios... no, eso no era bueno para mí.
-Sólo recuerdo la primera vez que la vi y quise salvarla y no me permitieron hacerlo, mi madre lo impidió porque aún no era tiempo de enfrentar a Marcus, mi padre-
-Sean...-
-No permitiré que te la lleves, no la volveré a perder Zion...-
-Pues no puedo prometer eso, juré que la salvaría y protegería y eso haré-
Lo vi colocarse en posición de lucha y aunque había dicho que no había despertado, no quise quedarme a intentar probar lo contrario a su declaración. Me alejé y quedé escondido en unos árboles hasta sentir como se alejaba. Decidí tomar un descanso en las ramas y pensar.
NARRA GINA
-Has despertado...-
-Duncan? y...-
-Aquí...-dijo Sean acercándose lentamente hasta la cama en la que me hallaba.
-Sean... tú...-
-Aún no, no por completo, solamente estoy comenzando a recordar mi pasado poco a poco- se sentó en una silla junto a mí - no debiste hacer ni correr tanto peligro por mi causa- dijo tocando las cicatrices de los látigos en mis brazos.
Debido a la cantidad de sangre que había perdido durante el encierro y a que aún no había bebido nuevamente, las heridas eran visibles y realmente eran de temer, siquiera yo comprendía como pude sobrevivir... Zion...
-Zion!- me sobresalté evitando el toque de Sean.
-Hasta que me recuerdas- lo oí decir en un tono de reclamo.
Con las pocas fuerzas que pude reunir, me puse de pie y fui hacia él, en sus ojos un brillo único comenzaba a instalarse mientras me dirigía hacia él.
-Zi..- un fuerte mareo casi logra hacerme caer.
-Te tengo mi Princesa- dijo sosteniéndome en sus brazos con una amplia sonrisa en los labios.
-Lo sé... siempre me salvas, gracias-
-Mi vida por mi Princesa- dijo besando mi mano con sutileza.
Vi como Sean se alejaba apresurado y sin mirar atrás, enojado? no debería, Zion es mi caballero y siempre lo será...
-Siempre me protegerás, correcto Zion?-
-A cualquier precio Princesa-
Lo abracé y olvidé todo en ese momento, aquello era muy extraño en verdad, me sentía en paz con sus brazos rodeándome, su respiración tan calmada me transmitía la paz que necesitaba para seguir adelante.
-He vuelto a ser la niña de siempre Zion-
-Te he visto más de una vez en tu forma real Princesa-
-Zion!- oí a Atis cruzando la puerta de la habitación y ver fijamente a Zion con una amenaza directa en su mirada.
-Princesa... no desea salir al bosque a sentir el aire fresco?- dijo mientras sonreía complacido ofreciendo su mano para poder levantarme.
-Te quedas Gina...- aquello proviniendo de Atis era realmente desconcertante, por qué lo haría?
-Quiero salir Atis... est...-
-Atis? acaso crees que le haría daño?- preguntó irónicamente Zion llevando su mano a mi cintura -No creerás que la devolveré a Marcus o sí?-
-Atis?- pregunté aún más confundida -Pasó algo mientras estaba dormida?-
-Nada Princesa...- murmuró Atis entre dientes.
-Entonces puedo salir?- volví a preguntar.
-No tardes, hoy es la última luna y el hechicero saldrá de su escondite, debem...-
-La traeré sana y salva en su momento Atis- le interrumpió Zion tomándome la mano y echando a andar hacia la salida.
Pude caminar o casi correr para poder seguir los pasos ansiosos de Zion dirigiéndose hacia el bosque.
-No volveré a perderte Princesa, tampoco te haré mi prisionera...- dijo Sean sujetando mi mano ante la mirada iracunda de Zion -Sólo regresa a mí... como yo regresé a ti-
Logró hacerse totalmente con mi cuerpo en un segundo y me abrazó como si aquello fuera una despedida, pero no podía serlo, acababa de volver... Zion?
-Solo voy a tomar un poco de aire fresco Sean, hoy es una noche importante para todos, el inicio del fin, no me la perdería por nada del mundo-
Poco a poco fue deslizando su mano de la mía y nos alejamos de él con Zion. El parque estaba realmente tranquilo y sereno. Llegamos hasta el puente que unía al bosque, éste se hallaba dividido por una pequeña corriente de agua que daba un aire aún más melancólico al parque que comenzaba despedir el día bajo los rayos naranja del sol poniéndose.
-Gina...-
-Zion... está todo bien?-
-Yo... prometí a Juliette que cuidaría de ti, que te llevaría lejos y serías feliz-
Su voz se había puesto particularmente ronca, se acercó hacia mí y en sus ojos había demasiada confusión y tristeza.
-Zion...-
-Gina... sé que no soy tu predestinado...-
-Zion... qué haces?- su agarre de mi cintura se volvía más fuerte cada vez, más desesperado.
-Lo sé, desearías que fuera Sean quien estuviera aquí, contigo, diciéndote lo que yo, pero no está y jamás lo estuvo... sólo el tonto Zion siempre cuidando y protegiéndote- se oía derrotado, devastado, desesperado.
-Me asustas Zion, suéltame-
-NO! NO LO HARÉ, NO LO SIENTES!- gruñó colocando mis manos en su pecho -NO SIENTES ACASO EL CALOR Y ESCALOFRÍO QUE PROVOCAS CON SÓLO UN ROCE DE TUS DEDOS EN MI PIEL, LOS NERVIOS, LA DUDA, LA TRISTEZA, EL AMOR QUE SIENTO POR TI?!-
-Zion... basta...-
-NO PRINCESA...- repetía con mis manos sujetas por las suyas contra su pecho, realmente su agitada respiración hacía que el miedo creciera dentro mío.
-Zion?! basta... ya déjame... por favor...-
-Cumpliré mi promesa a Juliette, Gina... perdón-
Movió mi cabeza hacia un lado y clavó sus colmillos en mi cuello provocando que el dolor me estremeciera hasta desvanecerme.
-ZION! QUE DEMONIOS! GINA!- oí la voz lejana de Sean al sentir mi cuerpo flotar por los aires para luego perderme en un sueño que esta vez, parecía realmente no tener final.
NARRA SEAN
-LAMENTO CONTRADECIRTE SEAN! PERO VOLVERÁS A PERDERLA!- dijo Zion alejándose con ella en sus brazos, desvanecida y desprotegida.
Qué demonios tramaba Zion!
-NOOOOOOOOOOO! GINA!- Grité golpeando el suelo con mis puños, si tan solo hubiera despertado antes...
-Sean!- oí a Atis llegar.
-Atis, ella...-
-Zion, qué diablos hizo ese loco niñato!-
-No lo sé... sólo pude llegar cuando él la mord...-
-Zion qué?!- el poco atisbo de calma que tenía el rostro de Atis había desaparecido.
-Zion la mordió y se la llevó...- completé la frase.
-MALDITO!- gruñó Atis cayendo de rodillas -Gina... Victoria... otra vez... no...-
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro