SECRETOS REVELADOS
NARRA ATIS
-Está más perdido que de costumbre su Alteza- murmuré llegando hasta el lugar de entrenamiento que teníamos Gabriel y yo.
-No creo que lo esté más que Duncan, hace días que no lo veo- replicó girando hacia mí.
-Ha sentido algo, fue su excusa, dijo que intentaría acercarse al castillo solo para ver que nada se le escapara de las manos en el plan que habíamos trazado- expliqué acercándome más.
-¿Has podido hablar con ella?- preguntó frustrado.
-No, no la he visto desde que huyó despavorida por la mañana-
-Piensa entregarse Atis, cree que de esa manera los librará- negaba con la cabeza mientras arrojaba piedras contra el suelo.
-No lo hará Gabriel, sólo está angustiada y sofocada por todo lo que le está sucediendo con su regreso y transformación-
-Debería estar con ella, ayudarla, apoyarla... pero-
-Te entiendo Gabriel, esto que somos, es un cúmulo de sensaciones, somos pasión, deseo, amor en su más primitiva forma, deberá hallar la manera de controlarse pero...-
-Sentiste eso- me interrumpió sorprendido.
-No es posible-
Me lancé en una carrera sin límites hacia el lugar donde la había sentido, era ese aroma exquisito, ha pasado una eternidad desde la última vez que aquel aroma había inundado mis sentidos como lo hacía ahora, no es posible que mi mente me esté jugando una mala broma como esta, no lo acepto.
-Atis- Gabriel corría a mi lado también preocupado por mi reacción.
Esquivando los árboles que se interponían frente a mí, en mi pensamiento sólo vagaba su recuerdo
FLASHBACK
"Atis... yo. ."
"Por ti estoy vivo y viviré. . Marcus me ha arrebatado los más importante que tenía en mi vida una vez. . Dos veces no lo permitiré. ."
"Somos fríos. . Recuerda que somos vampiros. . Pero nuestra pasión puedo asegurarte que es mucho mayor que la de los humanos. ."
"Cómo puedes decir eso en un momento como éste?"
"Porque es lo que siento. . Aunque no hay mucho que pueda hacer en el estado en el que estoy.."
"Tampoco es como si yo te lo permitiera.."
"Vamos.. no extrañas al menos un poco mis fríos y audaces labios?"
"Atis ya dej.."
FIN FLASHBACK
Continuamos nuestra carrera a través del bosque con Gabriel, él al igual que yo se sentía intrigado ya que además del aroma de Gina sentíamos aquel otro aroma muy similar al de ella, maldita sea, comencé a acortar distancia saltando sobre las ramas de los árboles llegando al inicio de la cascada.
-Atis...- murmuró Gabriel llegando a mi lado.
Sin dudarlo salté hasta llegar a la orilla de la cascada y los destellos rojizos que veía eran incomparables, únicos, era ella, era mi...
-Victoria...- pronuncié apenas con un hilo de voz.
La vi volverse hacia mí y mantenía a nuestra hija en sus brazos, estaba tan bella como siempre, pero pálida, tan pálida como...
-¡MALDITO MARCUS!- gruñí cayendo de rodillas.
Ella no dijo nada, siquiera y se inmutó al verme, parecía ignorar mi presencia pero no entendía porqué, acaso y me había olvidado, ese maldito al convertirla pudo haberlo hecho, para separarla por completo de mí.
-Amar no es algo que se pueda olvidar, ni aún el mayor hechizo de memoria puede lograrlo, por qué aquí... amor mío- la oí frente a mí y sentí su mano tocar mi pecho -aquí es donde el más precioso tesoro queda guardado por siempre-
-Victoria... mi amada Victoria- toqué con cuidado su rostro sin todavía creer que era real lo que veían mis ojos.
-Lamento mucho haber tardado tanto amor mío, pero debía ser de esta manera- explicó con la mirada gacha como si sintiera vergüenza.
-Mírame...- levante su pequeño rostro frente al mío y clavé mi mirada en su hermosos ojos azules y me perdí en ellos.
-No puedo quedarme por mucho tiempo, sólo escapé de él unos segundos para ver a nuestra hija, sentí su desesperación durante su transformación y quise venir a calmarla, es increíble verte amor mío- explicó intentando soltar mi agarre.
-Victoria, no puedes hacerme esto, durante años te creí...- dije sujetándola aún más fuerte.
-Gina te necesita Atis...-
-Y yo a ti Victoria-
-Debe ser así, de otra manera todo lo que he conseguido durante estos años será en vano-
-Victoria, estás pálida y ...-
-Fue...-
-Victoria... Marcus... saldrá en unos momentos del castillo y...- Duncan llegaba hasta nuestra posición exhausto -Aaaatis... amigo yo- intentó decir pero levanté mi mano sin más.
-Debo irme Atis, ya entenderás a que se debe todo esto y créeme cuando te digo que es esta la única forma de hacerlo bien- dijo ella tomando mi rostro en sus manos.
-Así, jugando con mi sentimiento, con mi dolor, ¡CON UN DEMONIO VICTORIA NO ENTIENDO!- gruñí dándole la espalda.
-Sabía que sería de esta manera... Gina y Duncan podrán esclarecer tu mente, lo hice por tu hija, por ti Atis, créeme- apoyó su frente en mi espalda y luego de un suspiro colocó su capa sobre ella y desapareció.
-Atis, amigo... yo- callé su palabrería de un golpe en su rostro.
-TODO ESTE MALDITO TIEMPO DUNCAN, TODO ESTE TIEMPO TÚ... ¿LO SABÍAS?- estallé tomándolo del cuello y pegándolo contra un árbol.
-No... lo... sa... bía...- decía entrecortado.
-Padre... por favor- la voz de Gina y su mano sobre la mía hicieron que reaccionara y soltara a Duncan -mejor vamos a la cabaña y allí podremos explicarlo todo por favor-
Asentí sin decir nada, sólo caminé con mis pensamientos nublados y el dolor a flor de piel, sentirla, tocarla y perderla en menos de un suspiro fue aún más doloroso que verla morir frente a mí, en mis brazos, como demonios es posible que ella estuviera viva y aquí frente a mí en este momento.
-Fue todo una trampa padre- dijo Gina sosteniendo mi mano.
-¿Cómo hija, yo la vi, la vi morir en mis brazos?-
Ella simplemente negó y señaló con la cabeza para que la siguiera hasta un claro que había antes de llegar a la cabaña, el lugar de entrenamiento.
-¿Sabes padre? estuve muy confundida y mis emociones y dolores los acabé desquitando con Gabriel, sé que lo único que desea él es hacerme sentir bien y que yo pase por esto sin más complicaciones, pero, creo que voy comprendiendo aquello de lo doloroso es lo que más enseña-
-¿Cuándo te volviste tan sabia?- intenté destensar el ambiente con aquello y su dulce risa llenó el aire.
-Cuando mi padre decidió necesitar mi consejo- sonrió de nuevo y me invitó a sentarme a su lado.
-Ella debió hacerlo, sabes, siempre me pregunté como salía a veces librada de los castigos de Marcus sin tantas heridas, a veces cuando sucumbía ante el dolor y caía en la inconsciencia sentía como si ella estuviera allí cuidando de mí, creía que era la pérdida que sentía lo que me hacía imaginar cosas, pero no fue, nunca fue así, ella siempre estuvo allí-
-¿Por qué nunca lo dijo? ¿Está convertida?-
-Días antes de su muerte, Marcus supo que yo era tu hija y no de él, él quería alguien con su sangre, alguien superior a todos y que sea su arma personal de protección, el hecho de que yo fuera híbrida no ayudaba mucho, y decidió que iba a convertirme en un vampiro por completo y entrenarme para usarme a su conveniencia-
-ES UN MALDITO-
-Padre...- tomó mis manos entre las suyas y se colocó de cuclillas frente mío -No te castigues más, no podías hacer nada en ese momento, ni aún ahora no hay mucho que podamos hacer-
-Su muerte, ella...-
-Marcus y Abiel habían estado hablando y ella oyó que me convertiría para hacerme más poderosa y ser su arma, lo enfrentó y le prohibió que lo hiciera, fue cuando Marcus le dijo que eligiera entonces, convertirla a ella y que se alejara de nosotros para siempre siendo su esclava o que iba a convertirme y ser yo quien sufra por su decisión...- calló un segundo y levanté su rostro, sus ojos humedecidos decían que se sentía culpable por todo.
-No es tu culpa hija mía- dije abrazándola y comenzó a llorar en mi pecho.
-Han sufrido demasiados por mi causa padre, debo detener esta locura- se apartó de mi bruscamente y limpió sus lágrimas con sus puños cerrados.
-Hija... no...- intenté detenerla y abrazarla pero me apartó nuevamente.
-Es demasiado padre, todos, todos están buscando la manera de acabar con Marcus y yo sigo aquí maldiciendo mi propio ser y no poder despertar y soy.... una MALDITA INUTIL-
-¡GINA NO!- intenté detenerla pero sus alas agitándose fueron lo último que vi de ella.
-¡ATIS!-
-Gabriel, lo siento, no pude...- nuevamente la dejé partir, pero no iba a perderla.
-¡Atis! ¿Dónde vas?- oí a Gabriel seguirme a un lado.
-No irán sin mí, hay un pendiente que también tengo allí- dijo Duncan acercándose a mi otro costado.
Todos teníamos un pendiente con Marcus, algo que nos hacía más peligrosos que él en cierto modo, teníamos sentimientos fuertes y encontrados, Victoria, él no podría usarla como quisiera, ahora que la sabía viva, aún y esté convertida, ella era mi amada Victoria y lucharía por traerla de nuevo a mi lado.
A lo lejos alcanzamos a ver a Gina dirigiéndose hacia el castillo.
-Iré por ella, intentaré regresarla, esperen aquí- ordenó Gabriel.
-Es peligroso, si ella no decide volver...-
-Pelearé a su lado Atis, es la mujer que amo y no pienso perderla nuevamente- contestó seguro de sí mismo antes de abrir sus alas e ir dónde ella estaba.
Duncan por su lado esperaba que yo reaccionara pero aún estaba anonadado por lo sucedido, haberla visto luego de tanto tiempo fue algo maravilloso y había vuelto a abrir tantas heridas en mí, pero sé que ella, con ella a mi lado lo curaré todo.
-¿Atis? iremos a...- comenzó a decir Duncan.
-Nada, Gabriel dijo que esperáramos y es lo que haremos- ordené firme.
-Atis, debo... no puedo esperarlo- negaba con su cabeza impaciente.
-¿Qué más debo saber Duncan?- insistí.
-No puedo Atis, lo siento realmente pero...- su desesperación quebró la poca calma con la que contaba.
-DUNCAN CON UN DEMONIO HABLA AHORA MISMO- gruñí sosteniéndolo contra un muro cercano a nuestro lugar.
-¿No te das cuenta dónde estamos?- murmuró nostálgico.
Ensimismado con mi propio dolor no había caído en la cuenta de que estábamos en la ruina de su antigua cabaña, la que habitaba aún antes de conocer y cuidar de Medea y Gabriel. Era una cabaña escondida en lo profundo del bosque, era protegida por una bruja, Allais, su primer amor, todos cuestionaban su unión, una bruja y un vampiro era algo imposible, ambas razas se odiaban a muerte, pero ellos encontraron el uno en el otro el oasis y el alivio que necesitaban.
-Allais- asintió con la cabeza y se resbaló contra el muro hasta llegar al suelo.
-¿Qué no me has dicho amigo mío?- dije sentándome a su lado y presionando su hombro.
-Sabías que Allais y yo nos amábamos, pese a lo que los demás creían o se oponían a nosotros- comenzó a decir.
Sólo esperé en silencio que continuara, lo respetaba, mucho, era un ser capaz de dar su vida por la persona que amaba, pero tuvo que perder dos veces y sufrir todo ese dolor para entender que no siempre es lo que tú quieres hacer, sino lo que el destino realmente guarda en su caja de sorpresas para ti.
-Un vampiro y una bruja era algo imposible, de hecho deberíamos de habernos odiado pero nos fue imposible, la atracción que sentía por ella era demasiada, no podía seguir así, me sentí realmente agradecido cuando ella dijo sentir lo mismo por mí, me juré que no iba a dejarla, que iba a cuidarla y protegerla de todo, a ella y a... mi... hijo...-
-¿Duncan?- sólo asintió y tomó sus cabellos desesperado.
-Decidimos irnos de aquí y buscar lugar seguro hasta que naciera el bebé y después regresar, pero aunque pudimos despistar a los vampiros que nos seguían, las brujas eran mucho más insistentes, cuando el momento de dar a luz llegó nos encontrábamos nuevamente cerca de esta cabaña, fue muy valiente, lo hizo prácticamente sola mientras yo intentaba alejar lo más posible a las demás brujas que atacaban-
-Tu hijo... un varón... Duncan...- hizo una seña con la mano aún sin verme pidiendo silencio.
-Cuando logré que se alejaran volví a la cabaña y la busqué por todos los rincones, desesperado, no había rastro de ella, el lugar en el que estaba se encontraba lleno de sangre pero no había rastro de ella o el bebé, salí hasta el patio trasero y oí unos gritos y llanto de niño, los seguí y llamaba delirante el nombre de Allais, hasta que llegué a un lugar en el que la tenían atada a un gran árbol, el niño estaba a sus pies, Allais era muy poderosa, pero aquel aquelarre podía con ella fácilmente-
Se levantó y se encaminó hacia el bosque, lo seguí callado, intentando asimilar todo lo que me estaba contando, no tenía idea de lo que había ocurrido con él, menos aún que fuera padre, y su hijo...
-Mi hijo fue protegido por un hechizo de su madre, fue enviado al mundo de los humanos, al igual que Gabriel y Gina, lejos de la locura de nuestra raza, fue salvado en su último segundo de vida- se detuvo frente a las cenizas de un gran árbol y cayó de rodillas -Creí que lo había perdido, vi como el cuerpo de Allais se consumía frente a mis ojos por las llamas provocadas por las que se decían su familia, ellas me detuvieron, lograron hechizarme y dejarme fuera de combate-
-Duncan...- presioné su hombro y fue la primera vez que lo vi llorar.
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