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PASADO PARTE 4 "MARCUS... MI AMO"

Narra Victoria

Sus labios, a pesar de ser un vampiro, no sentía temor al estar en sus brazos, siquiera sentía aquel aborrecimiento como el que sentía cuando Marcus siquiera rozaba mi piel con su tacto. Decidí en aquel momento sólo dejarme llevar por sus labios danzando sobre los míos, su respiración agitada y su aroma, no era como el de los demás vampiros, era suave, sutil y apenas perceptible.

"Mi prohibida Victoria" lo oí suspirar mientras besaba mis cabellos y no dudé un segundo en rodear su cuerpo con mis brazos y aquellas lágrimas contenidas durante todo este tiempo comenzaron a brotar y abandonar mis ojos como un torrente sin final. Su calidez era perceptible aún a través de la fría armadura que lo cubría. Sentí mis fuerzas abandonarme y caímos sobre la grama que rodeaba al jardín. 

"Esto es una locura..." musité mordiéndome los labios. "No lo entiendo, qué es todo esto? Por qué me eligieron? No quiero esto, quiero volver, mi familia.." Sus brazos me sostuvieron y contuvieron todo el tiempo, no lo oí decir nada, poco a poco su respiración se fue normalizando junto con la mía, creo que hasta él sentía todo mi dolor y sufrimiento de estar condenada a vivir junto a Marcus sin sentir o desearlo.

"Victoria... debes ser fuerte... quisiera..." sentí su cuerpo tensarse al pronunciar esas palabras y me separó de él, sostuvo mi rostro entre sus manos y cerró sus ojos como si quisiera borrar todo lo que había pasado o quizás... "Quisiera evitar todo este dolor para ti, quisiera llevarte lejos e iniciar todo nuevamente..." posó su frente contra la mía y lo sentí, mi corazón acelerarse y a aquel capitán del ejército vampiro tan arrogante fuerte llorar. "Te protegeré... hallaré la manera..."

Mis manos parecían no obedecer a mis órdenes y acariciaron su mejilla con aquella incipiente barba. "No puedes Atis, ni te dejaré hacerlo, no dejaré que te hagan daño por mi causa, tal vez y tan sólo es el destino..."

"AL DIABLO CON EL DESTINO! TÚ ERES "MI DESTINO" NO SUYO! ES UN MALDITO CAPRICHO!" Bramó furioso levantándose y apartándose de mi lado. "NO PUEDO, NO ME IMPORTARÍA MORIR.."

"Pero a mí sí..." susurré tomando su mano fría y pálida entre las mías. "A mí me mataría verte sufrir o peor aún morir por mi causa" las lágrimas nuevamente amenazaban con salir, no podía permitirles eso, lastimaría aún más a Atis.

"Destino... predestinada... mi destino... por qué?" suspiró besando delicadamente mis manos.

Busqué sus dorados ojos con locura, quería perderme en ellos y olvidar que mañana por la noche sería la esposa y madre de los herederos de Marcus.

"Victoria! Atis!" gritó Marcus acercándose al jardín.

Nos separamos e intenté asimilar lo sucedido mientras Marcus me tomaba en sus brazos y besaba mis labios imponiendo su límite de propiedad. No quise cerrar los ojos. Aquello no era especial. Miré de reojo como Atis cerraba sus puños y mordía sus labios dando la espalda a nuestro espectáculo.

"Mía al fin. Y por la eternidad a partir de mañana. "Mi" Victoria. Atis?"

"Señor?"

"Prepara el corcel de la señora. Iré a mostrarle el límite del castillo."

Sentí la presión de la mano de Marcus en mi mano y cintura. Es mi Amo. Eso me lo recordaba. Pero no mandaría sobre lo que sentía... no se lo permitiría jamás.

La cabalgata fue tranquila, observar aquel bosque y los pequeños rayos de sol que se colaban entre los árboles era realmente un paraíso en la tierra.

"Sólo tú puedes ver lo que los demás humanos jamás verán"

Me volví y vi a un Marcus con el rostro apacible y amable, sin el ceño fruncido ni rastro de preocupación alguna, era realmente un noble con ese porte y orgullo que lo distingue a gran distancia.

"Sólo tú podrás verme como realmente soy y no como aquel que todos creen que soy, de verdad es que crees que sólo eres un capricho para mí?" 

"Qué?" 

"Me dolió ver y comprender lo que sucede con Atis y contigo"

Se detuvo y descendió de su caballo, mi corazón parecía querer salir de pecho por la rapidez con la que latía, acaso nos había visto... nos había oído hablar con Atis. Tomó mi cintura con sus delgadas y pálidas manos y me bajó del caballo, caminamos en silencio, su mano sujetando la mía con fuerza, miedo... tengo miedo...

"No lo tengas, no soy tan malo como dicen, creí habértelo dicho o no?"

"Lees mentes?"

"Sólo las que me interesan, nada más"

"Atis y yo..."

"Lo sé... están predestinados... te crees que no pude darme cuenta antes? Que no me dolió ver como mi hombre de confianza se escabullía en las noches para verte dormir en paz... pero no es mi culpa que él se fije en la misma mujer que yo vi primero..."

"No soy propiedad de nadie... ni pued..."

"Mañana serás de mi propiedad querida mía..."

Su tacto en mi rostro congeló mi mirada y mi mente, aquella intensa mirada no me dejaba mover ni un centímetro de mi cuerpo por voluntad propia, sentí sus labios abrirse paso entre los míos y mi cuerpo cayendo en sus brazos, no lo deseaba, no lo quería así, no lo sentía así, pero no podía separarme de él ni siquiera intentar luchar, era inútil.

"No pienses más que sólo conseguirás que la poca calma que tengo se vaya por la borda, mírame..." gruño apretando su mandíbula mientras sostenía con fuerza mi rostro obligándome a verlo. "Mía, porque yo lo deseo, tu sentimiento humano ya no tiene sentido en este lugar, olvídalo o te obligaré a hacerlo... después de todo... si no lo ves... no lo recordarás..."

"Qué..."

"Muerto no servirá de mucho, ni a ti ni a mí... Es una advertencia... o una amenaza... o como quieras tomarlo... tú decides..."

Su rostro había vuelto a ser aquel frío y distante de siempre, realmente me estaba dando la oportunidad para elegir vivir o morir, más aún... la vida de Atis pendía de mis dedos. Y lo elegí...

"Qué..." me acerqué a él por voluntad propia pero contra mis sentimientos. 

Su rostro en mis manos pequeñas era algo irreal... era perfecto... sus ojos rubí  me veían sorprendidos ante mi respuesta, tal vez luchar era lo que él esperaba... y definitivamente lo haría pero no era el momento ni el lugar... 

"Mía..." susurró sobre mis labios, aquel beso era distinto... de verdad él lo deseaba... lo anhelaba... y por un momento lo dejé disfrutar de mi cuerpo más no de mi corazón. "Volvamos, el frío de la noche te hará enfermar, tu cuerpo no es tan resistente como el nuestro" dijo mientras me cubría con su capa y me subía junto a él al caballo, me sostuvo fuertemente mientras aumentaba el galope del animal. "Gracias" lo oí susurrar mientras besaba mis cabellos antes de llegar al castillo, no entendía el por qué de su cambio de humor, que escondía realmente tras aquella ruda apariencia, la confusión me había tomado por completo.

"Atis!" gruñó sacándome de mi letargo. "Acompaña a la señora a su habitación y regresa, te esperaré en el jardín"

"Sí Señor"

El camino fue tortuoso y silencioso, sentía como su mirada estaba clavada en mi espalda, pero no podía arriesgarlo, el recuerdo de aquel beso, de sus labios, su aroma lo había traído de nuevo a mi mente, quería volver a sentirlo, al menos una vez antes de que Marcus me reclame completamente para él.

"Me retiro" musitó. 

Giré y quise correr a sus brazos pero recordé mi elección y la amenaza de Marcus. Lo vi marchar en su atuendo de capitán, respiré tan hondo como pude para guardar su aroma y entré en la habitación, a mi alrededor todo estaba oscuro, opté por acurrucarme en la cama y recordar las palabras de Marcus  "mi hombre de confianza se escabullía en las noches para verte dormir en paz", quería saber, estaba curiosa por saber que le había dicho o hecho Marcus, lo esperaré... sé que vendrá.

Me forcé para no dormir, caminé alrededor de la cama por una eternidad parecía para mí, no quería rendirme, esta sería mi manera de pelear... ese aroma... 

"Atis?" susurré acercándome a la puerta de la habitación.

"Qué haces despierta?"

"Alguien dijo que cada noche velabas mis sueños... y como lo pensaba... el hecho de estar aquí no marcaría la diferencia... o si?"

"No, aunque lo intente... no puedo alejarme... yo..."

"Marcus, qué quería... qué dijo?"

"Que sería tu guardia personal, que no me alejara de ti, que sabía que no me producía ningún desagrado, que al contrario..."

"Ya sabe lo que sentimos..." suspiré y me dejé caer contra la vieja puerta de madera.

"Sí..."





Hola mi gente bonita y bella!!!!

De verdad que me encanta estar en este mundo de wattpad y poder compartir alguna de mis locuras e historias con ustedes.

Me encantaría pero muchísimo... de verdad que sí.... que comenten si es que les gusta... también si no les gusta... o que hay por agregar o cambiar o quitar del medio de la historia... si es que la entienden o se les complica... me encantaría saber su opinión...

Por fis... no olviden comentar o votar al final de cada capítulo así puedo saber si la historia va bien o si debo cambiar algo o darla por acabada...

LOS QUIERO UN MONTÓN!!!

NANA 

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