Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

MADRE

NARRA GINA

-Eres mía por siempre- oí mientras sentía unas grandes manos recorrer mi cuerpo.

-Déjame ir- susurraba apenas con la voz rasposa.

-Lo haré cuando me sacie de ti princesa- su lengua paseaba por todo mi cuello y sentía que iba a vomitar de un momento a otro.

-SUÉLTAME- peleaba con todas mis fuerzas sin poder siquiera moverlo un centímetro de encima mío. 

-Así me gusta... hazlo más... suplica... llora... gime... alimenta mi morbosidad y lléname de tu terror hacia mí-  

Al instante lo sentí sobre mí, a horcajadas sobre mi abdomen y con la daga que traía en la mano comenzó a cortar la ropa que traía puesta, su mirada cargaba lujuria, ira.

-¡Serás mía!-

-¿Aprendiste del mejor no? Pero al igual que Marcus puedes poseer mi cuerpo pero mi alma y mi corazón ¡jamás!-

Su ira creció aún más, su mandíbula tensa y la fuerza que imprimió a sus piernas eran el aviso que tenía de que lo que vendría no era nada bueno. Sentí sus puños uno tras otro sobre mi rostro, la sangre brotaba de cada herida que se abría. "Debo soportar!" me repetía en mi mente una y otra vez, no lo dejaría vencerme.

-¿Aún eres fuerte?- dijo lamiendo la sangre de mi rostro y subiendo su mano por mi muslo ahora desnudo.

-Es la única manera que puedes hacerlo maldito cobarde-

-¡Pero lo haré y no lo olvidarás jamás!-

Sin soltar mis manos sobre mi cabeza y con la mano que le quedaba libre se quitó lo poco de ropa que le quedaba, me miraba con tanta lujuria que daba asco.

-¡Mírame!-

-¡Eres un monstruo!-

-¡Pero te haré mía!- dijo mientras se hundía dentro mío sin piedad alguna.

Abiel seguía penetrándome con la brutalidad y crueldad que lo caracterizaba, soporté hasta donde pude pero más no podía hacer, débil, golpeada, sólo podía rogar que se detuviera con las lágrimas brotando cual cataratas de mis ojos amoratados.

-Me detendré cuando me satisfaga de ti princesa, no antes- decía continuando con su tortura.

-¡NO!- grité quitando unas manos de mi cuerpo.

-Gina, despierta princesa, vamos, abre los ojos, soy yo- se oía desesperado, aturdido.

Era un recordatorio, ya él lo había dicho, sería siempre suya y no lo olvidaría, el momento que habíamos compartido con Gabriel en el bosque había sido uno de los momentos más emocionantes y hermosos que había tenido en toda mi vida, pero aquello duró solo un instante, hasta el instante en que aquella asquerosa voz apareció en mi mente reclamándome como suya, mi verdugo, había acabado con él años atrás pero aún seguía allí en mi mente.

Abrí los ojos lentamente al tiempo que iba calmando mi respiración sabiendo que sería el rostro de Gabriel el que estaría esperando por mí.

-¿Gabriel?-

-¿Estás bien?- preguntó preocupado acercándose a mí.

-Lo siento mucho Gabriel yo...- intenté sentarme en la cama pero no pude lograrlo.

-Gina- me sostuvo en sus brazos fuertes y me dejé caer contra su pecho, después de todo era el único lugar donde encontraba el alivio y la seguridad que necesitaba en esos momentos. 

Debía ser fuerte, no eran tiempos para ser perdidos en niñerías y complejos por dolores del pasado, quería ser fuerte por ellos, debía ser fuerte para salir de toda esa locura creada por Marcus y su maldita ambición de poder y venganza, sería acaso el amor el causal de todo esto. No podía, me negaba a creer que aquello tan hermoso y poderoso que sentía por Gabriel pudiera ser el causante de todo este infierno en el que vivimos.

-Descansa princesa, por favor- insistió colocándome en la cama y cubriendo con la cobija que tenía en las manos.

-No puedo, debo continuar intentando recordar, despertar, se acaba el tiempo Gabriel- me puse en pie tambaleando.

-Así sólo lograrás quedar sin energía y eso lo complicará aún más, tu mente y tu cuerpo están cansados Gina, por favor, hazme caso y descansa- me tomó en sus brazos y se recostó a mi lado en la pequeña cama -no me iré de tu lado hasta que cierres esos ojos y descanses.

-Tengo miedo- confesé sin más.

-Estoy contigo- susurró en mi oído haciéndome estremecer.

-Lo sé y te agradezco por no renunciar a mí- me sinceré girando hacia él.

-Gina, renunciaría a mi vida antes que a ti, ahora, mi paciencia se ha ido de vacaciones y creo que no tiene la menor intención de regresar así que, por favor, cierra esos bellos ojos- sentenció besándolos para luego girarme y abrazar mi espalda.

Sentía su respiración acompasada en mi espalda y el aire abandonando sus pulmones en delicados suspiros que rozaban mi oreja, aquello era tan endemoniadamente perfecto que me daba más terror aún. Pero Gabriel tenía razón, debía descansar, debía recuperar fuerzas, debía...

-Sed- susurré y su respiración tras de mí se cortó.

-¿Gina?-

-Tengo sed Gabriel, creo que el estar al límite de mis fuerzas hace que la sienta más fuerte- 

Me volví hacia él y vi sus ojos tornarse más oscuros, como si dos cuencas vacías se trataran, no comprendía su reacción, poco a poco se separó de mí, tomó una de sus garras y trazó un corte en el medio de ella con su daga, el brote de aquel líquido vital parecía invitarme con urgencia a beberlo.

-Abre tus labios princesa... bebe- susurró acercando su mano a mi boca.

-Gracias Gabriel- 

Era tibia al contacto con mis labios, su aroma inundaba mi ser, su gusto saldo y oxidado parecían que iban devolviendo poco a poco la vida a mi cuerpo, después de todo y era una híbrida, en algún momento debía beber sangre para poder sobrevivir y luchar. Mientras bebía de él de una mano con la otra acariciaba lentamente mis cabellos, estaba aún débil y el sueño estaba regresando a mí perdiéndome por completo en la inconsciencia. No supe cuanto tiempo pasó desde que me había dormido, sólo desperté cuando sentí unos ligeros rayos de sol entrar a la habitación escondidos entre las cortinas.

Su brazo aún seguía sobre mi cintura, sujetándola fuertemente dándome la seguridad que necesitaba para dejarme abrazar por los brazos de Morfeo y poder descansar y recuperarme para lo que nos esperaba más adelante. Gabriel no se había alejado de mí en ningún momento, estuvo allí durante toda la noche, la verdad y creo que sí, lo único que necesitaba era beber sangre para volver a ser quien era, muy a pesar de mi voluntad.

-Despertaste princesa- su voz ronca detrás mío hizo que me sobresaltara -Lo siento- carraspeó acariciando mi brazo.

-Está bien, ya estaba despierta- sonreí llevando su mano a mi boca.

-¿Aún tienes sed?- preguntó nervioso.

-Me siento rara Gabriel, es sed, deseo, no puedo controlar mi cuerpo, siento que arde por dentro y duele- expliqué avergonzada.

-No debes forzarte a hacer nada Gina, poco a poco irás despertando y sentirás cosas aún más complicadas que esta- 

-No sé que más complicado que desearte y poder tenerte- me sinceré soltando aquello.

-¿Gina?-

-Te deseo Gabriel, tanto que duele, tanto que va quemando y consumiendo todo mi interior- 

Me volví hacia él que aún yacía junto a mí en la pequeña cama y vi en sus ojos una intensidad que me desbordaba, pero también había temor, duda y aquello me acobardaba al momento de dejarme llevar y hacer lo que tanto deseaba. 

-Gina yo...- 

-¿Tú?- 

-Te amo, y nada me haría más feliz que hacerte mía por completo pero...-

-Pero...-

-No así, no de esta manera, no aprovechándome de lo que te hace sentir el hecho de que estés despertando y esos sentimientos vuelvan a ti como un maldito huracán-

Aquello me había confundido, o no, o quizás y sólo Gabriel realmente tenía razón, eran muchas cosas que estaba reviviendo a la vez y si no dejaba de dar tantas vueltas al asunto, realmente enloquecería.

-Gina, llegará el momento en que todo esto sea nada más que un mal recuerdo y podamos reír de lo que aprendimos en el camino-

-¿No me deseas?- pregunté y al instante sentí mis mejillas encenderse.

-Más que nada en el mundo, pero esto que sientes- dijo colocando su mano en mi pecho -es sólo tu ser vampiro que está despertando, el ser pasional, primitivo y sediento-

-¿Es que acaso dejaré de ser una híbrida para ser un vampiro por completo?-

-Así debe de ser princesa, es la única manera de que seas tan fuerte y logres acabar con Marcus-

Me detuve en su mirada por un momento, por más que intentaba buscar pensar en otra cosa no podía, al tenerlo allí frente a mí y sentir su respiración acariciar mi rostro, todo se complicaba aún más, mi cuerpo se estremecía, mis manos sudaban y temblaban.

-Ayúdame Gabriel- susurré apenas antes de atacar sus labios con fiereza y necesidad.

-Gina, no...- intentó separarse de mí pero al instante me coloqué a horcajadas sobre su abdomen sin separar un sólo segundo mis labios de los suyos -¡NO!-

Su grito más bien un gruñido hizo que volviera o al menos intentara volver a mis sentidos y separarme de él.

-Gina... no... yo... lo siento... por favor... no- decía mientras yo me ponía de pie y me alejaba de él.

Salí corriendo de la habitación, me sentía extasiada, como si lo poco de humano que quedaba en mí fuera perdiéndose y un monstruo se apoderase de mi ser. Corrí a través del bosque, hasta el cansancio podría decir pero, no, no podía cansarme, era un vampiro, aquel monstruo había terminado de consumir y despertar mi parte oscura. Quería entender por qué todo esto me sucedía, si yo en ningún momento había elegido esto para mí, que demonios era lo que pasaba conmigo. 

Gabriel, había tratado de hacer algo más que vergonzoso para mí con él sin siquiera pensarlo dos veces, pero lo necesitaba, es una sed inmensa, un calor, un ardor que no hay manera de apagar. Llegué hasta la cascada, recordaba haberla visto alguna vez, pero no sabía que había sucedido exactamente. Me deshice de la ropa que llevaba y entré al agua esperando que calmara al menos un poco el remolino de emociones que sentía dentro de mí.

Lo frío del agua por un momento calmó cada pensamiento que venía a mi mente, pero, como seguiría todo a partir de ahora, es decir, ya dejaba de ser una híbrida y una humana para ser solamente un vampiro, eso significaba que todo lo humano que hacía ya no lo volvería a hacer, y eso, quien me lo enseñaría, y no solo eso, también está el hecho de que no tenemos tiempo que perder para poder recuperar a Zion, Tania y Anat sanos y salvos.

-DEMONIOS- bufé metiéndome bajo el agua helada.

Quería matar a Marcus con mis propias manos por habernos puesto a todos en esta posición, en esta maldita lucha sin fin por nada, porque, para ser sincera siquiera sé el motivo por qué Marcus está haciendo todo esto.

-Venganza, dolor- oí una dulce voz femenina hablando.

-¿Qué?- 

-Lo hace por venganza, por no haber podido conseguir por el mismo a lo largo del tiempo algo que a otra persona le llevó minutos tenerlo por la eternidad-

-¿Quién es?-

Aún seguía sumergida bajo el agua, quizás y el frío me estaba haciendo alucinar y yo seguía intentando entender cosas que estaban lejos de mí.

-Soy alguien que siempre cuidó de ti y te amó como jamás nadie te amó en este mundo-

-YA BASTA DE TODO ESTE JUEGO- 

Aquella voz no volvió a resonar en mi mente, intenté calmarme y continué en el agua como si aquello pudiera llevarse todo lo oscuro de mi ser y poder al fin encontrar lo necesario para poder seguir adelante y cumplir con mi destino. 

-Perdóname...

-¿Quién eres?-  pregunté al oír nuevamente su voz.

-No quise jamás que sufrieras o pasaras siquiera algo de lo que estás pasando ahora mi niña

-¿Tu niña?- 

-Mírame... aquí estoy- 

Volví mi mirada hacia la entrada de la cascada y la vi, la misma mujer de cabellos de fuego que había visto en mis visiones, ella, quién era ella, por qué estaba allí. Comenzó a caminar hacia mí pero flotaba, lentamente, sobre las aguas tranquilas del estanque de la cascada, el mismo vestido blanco, la misma pálida tez y su cabello como fuego resaltando aún más el azul de sus ojos.

-Eres tú... pero Elena...- balbuceé al tenerla frente a mí.

-Ellos debían creerlo así, no era momento para que pudieran entender lo sucedido, además, tu padre enloquecería y eso iba a romper con todo lo planeado contra Marcus- explicó mientras tendía su mano hacia mí.

-Estoy mojada- fue lo primero que salió de mi boca.

-Soy tu madre... déjame estrecharte al menos después de tanto tiempo- 


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro