NARRA GABRIEL

Había desaparecido ante mis ojos, sin decir más que sólo... ALÉJATE DE MÍ, había visto esa mirada antes, el dolor y la ira inmersos en ellos y la tristeza, mi princesa, no la dejaría perderse. Zion y Anat llegaron hasta donde me hallaba y observaban consternados la escena, el gran rey de los vampiros, Marcus yacía decapitado a los pies de la cascada, el rostro de ambos horrorizados al ver el cuerpo destrozado del vampiro y su cabeza cercenada por otro.

-Así que realmente despertó- afirmó Zion.

-Debemos hallarla Gabriel, cometerá una locura tras otra en el estado en que está- 

-Anat, no puedo, no podré contra ella, si con un solo movimiento dejó a Marcus de ese modo, ¿cómo diablos se supone que voy a detener...-

Un golpe fuerte en mi rostro hizo que cayera de lado sobre el húmedo suelo, al girarme vi sobre mí a Zion con los ojos desorbitados y una furia manando por cada poro de su cuerpo.

-ESCÚCHAME DE UNA MALDITA VEZ GABRIEL, HEMOS SACRIFICADO Y DEJADO TODO POR ACABAR CON MARCUS, INCLUSO GINA HA SACRIFICADO LO POCO DE CORDURA QUE LE QUEDABA AL DEJAR QUE EL MONSTRUO AL QUE ESTABA CONDENADA EN CONVERTIRSE DESPERTARA CON TAL DE ACABAR CON TODA ESTA LOCURA...- 

Estaba visiblemente agitado y golpeó mi cabeza contra el suelo un par de veces, no respondí a ninguna de sus amenazas ni insultos ya que sabía que era eso exactamente lo que necesitaba en ese momento, alguien que me despertara y me hiciera reaccionar y hacer algo de una vez.

-... MALDICIÓN GABRIEL, TÚ ERES EL ÚNICO QUE PUEDE TRAERLA DE VUELTA Y ¿PIENSAS QUE NO PODRÁS DETENERLA? GINA PODRÁ SER EL MONSTRUO QUE SEA PERO TE AMA...- un par de lágrimas abandonaron sus ojos carmesí -Ella siempre te amó, no haría nada para lastimarte, moriría antes que tú-

Salió de estar sobre mí al darse cuenta de sus lágrimas, sabía que Zion siempre había amado a Gina pero creí que luego de estar con Tania todo aquello había acabado.

-Zion... yo- murmuré.

-NO DIGAS NADA Y VE A BUSCARLA MALDICIÓN- gruñó agitando los brazos.

-Papá...- Anat se acercó a él y lo abrazó entendiendo su dolor.

-Te amo hija, tú eres y serás siempre mi hija- la envolvió con tanto amor y al ver que ambos se encontraban bien alcé vuelo.

Intenté seguir el aroma de la esencia de Gina a través de todo el bosque, y el cuerpo se me tensó por completo al ver que su esencia terminaba en la cabaña de Elena y Tadeo. Bajé a prisa rogando en mi mente que Gina no hubiera cometido una locura y mi sorpresa fue tal al ver a Elena y Tadeo fuera de la cabaña.

-¡Elena!- 

-¡Gabriel!- 

-Gina...-

-Estuvo aquí hijo, estuvo unos minutos aquí...-

-Ella...-

-Aún no, su lucha es interminable hijo, es fuerte y se ha refugiado en la caverna a la que iban de niños, esperará por nosotros allí-

-Nos ha pedido que rompamos el hechizo, pero...-

-Tadeo, habla de una vez, debo salvarla por favor-

-Gabriel, no hay hechizo que pueda evitar que la verdadera naturaleza vampírica aflore de ella, no es un hechizo lo que la convirtió en lo que es ahora, es solamente su mente turbada lo que saca lo más oscuro de ella-

-Tadeo... no ayudas de esa manera-

-Lo que él quiere decir hijo, es que la única manera que hay de salvarla de convertirse en un monstruo por completo es trayendo a Gina de nuevo-

-ELENA... QUE DEMONIOS DEBO HACER-

-Gabriel, trae de vuelta a Gina, apela a todo lo que tengas para hacerlo, recuerdos, acciones, palabras, trae de vuelta al recuerdo de la Gina que alguna vez sintió ese amor por ti-

-Como si fuera tan sencillo-

-NO SEAS IMPERTINENTE Y YA VETE DE AQUÍ A BUSCARLA- 

Ardía, mucho, aquella mano de Elena sobre mi mejilla luego de su reclamo fue como si cayera una cascada helada sobre mi cabeza, la vi furiosa frente a mí luego de mucho tiempo, Tadeo se acercó a ella y la abrazó por detrás, al sentirlo ella simplemente se giró y refugió en su pecho.

-Tráela de vuelta muchacho, trae a nuestra Gina con nosotros-

-Tadeo...- 

-Ya vete, el tiempo está en contra nuestra-

Alcé vuelo y me dirigí con prisa hacia la caverna que ellos habían dicho era nuestro lugar secreto de juegos, debía hallarla, mi princesa, traerla de vuelta conmigo y con nuestra familia, porque eso es lo que éramos, una rara y gigantesca familia, ver a Elena llorando preocupada por Gina, además de seguro Victoria y Atis estarían también con la misma preocupación acerca de Gina, joder, no podía perder más tiempo, debía llegar hasta ella, traer a mi princesa de regreso conmigo.

A lo lejos divisé la antigua caverna que tantas veces nos abrigó de los secuaces de Marcus cuando ella lograba escapar del castillo para ser lo que realmente era en ese momento, sólo una niña más jugando y divirtiéndose como cualquier pequeña, éramos felices, soñábamos ser libres y vivir en esa caverna lejos de todos, y allí estaba ella ahora, quedé suspendido un momento en el aire intentando ver su reacción al sentir mi presencia, quería saber si aún su parte racional se hallaba intacta o no.

Estaba hecha un ovillo en una de las piedras de la caverna, perdida en sus pensamientos, sus garras clavadas en sus brazos haciendo que la sangre cubriera gran parte de sus brazos, como si el dolor fuera parte de lo que aún la mantenía cuerda para no cometer una locura más. De un momento a otro giró hacia mí y sus ojos carmesí ya no eran los mismos, sus pupilas dilatadas parecían irradiar ira y dolor.

Poco a poco descendí tanteando el terreno y ver a qué debía atenerme al acercarme a ella tan de pronto y sin ningún tipo de protección. No dijo palabra y se volvió a cerrar en el ovillo en el que se había convertido. Lanzó un gruñido aún sin verme al sentir mi presencia aún más cerca de ella y el resto no lo vi venir para nada.

-QUE TE ALEJES DE MI TE HABÍA ORDENADO MALDICIÓN- 

De un simple movimiento se colocó sobre mí y con el rostro completamente desencajado espetó aquello sobre mi rostro, intentaba hallar algo de ella dentro de aquel cuerpo prestado y no había nada que pudiera pertenecer a mi princesa, salvo su corazón y sus sentimientos.

-Ni aunque me lo pidas u ordenes, no me iré de tu lado, te he perdido varias veces mi princesa, pero no más, deberás matarme si pretendes que me aleje de ti-

-SOY UN MONSTRUO GABRIEL, YA NO HAY VUELTA ATRAS-

-No lo eres Gina, no eres esto que eres ahora-

-ES LO QUE SOY Y LO QUE SIEMPRE FUI... BUSQUÉ CON TANTO ANHELO MI SER, MI VERDADERO SER Y AHORA QUE SÉ LO QUE SOY REALMENTE... ME ODIO AÚN MÁS DE LO QUE USTEDES DEBEN DE ODIARME-

-Nadie te odia, jamás siquiera lo pienses, somos muchos quienes esperamos por ti todo este tiempo y queremos de vuelta a la Gina que nos hace reír con sus locuras y queremos verte feliz, has sacrificado todo por nosotros princesa, por favor... regresa-

-NO PUEDO- un gruñido de dolor abandonó sus labios y salió de encima mío -ALÉJATE DE MI GABRIEL, PROMETO NO DAÑAR A NADIE Y LUCHAR PARA NO TERMINAR DE DESPERTAR PERO DÉJAME AQUÍ POR FAVOR-

-No lo haré, jamás me iré de tu lado, así pasen mil años Gina, no me iré, hallaré la manera de traerte de nuevo junto a mí, DEMONIOS GINA, TE AMO Y TU PIDES QUE ME ALEJE... ¿CREES QUE PUEDO ABANDONARTE DESPUÉS DE TODO LO QUE HEMOS PASADO?-

-SI, VETE, ALÉJATE, VIVE SIN MÍ COMO YO LO HARÉ ESTANDO SIN TI-

-NO- sentencié fuerte y claro acercándome en un par de zancadas hasta donde ella se hallaba -Sé que aquí, dentro tuyo aún está mi princesa gritando que quiere salir, ya cumpliste con lo que debías cumplir Gina, has acabado con el maldito de Marcus, no dejes que aún después de muerto gane su batalla contra ti, sabes bien que es lo que él quería, que tú sufrieras aún después de su muerte... regresa a mí por favor...-

La tomé de los hombros y la hice girar hacia mí, más allá de lo cambiada que se hallaba con aquellas pupilas dilatadas totalmente carmesí, así como su piel roja y ardiente debido a la excitación que sentía al volverse completamente primitiva, vi como una lágrima caía descuidada por su mejilla y supe que mi princesa estaba luchando por salir y regresar hasta mí. No dudé ni un segundo y la jalé con fuerza hasta rodearla con mis brazos y resguardarla en mi pecho todo el tiempo posible, un sonido desgarrador abandonó su garganta antes de la sintiera sollozar en mi pecho.

-Lucha Gina, yo estaré contigo, siempre- dije aferrándome aún más fuerte a ella.

-Gabriel, no puedo...-

-Sí puedes, eres mi princesa y lo repetiré las veces que sean necesarias, no me iré de tu lado, no... GINA... ¿QUE?-

-LO SIENTO GABRIEL, ESTOY HAMBRIENTA- 

Se alejó de mi lado y pude ver la herida que había hecho en mí con su garra, la sangre que manaba de ella me decía que esto acabaría peor de lo que había imaginado. Sus ojos volvieron a encenderse al ver la sangre correr por abdomen.

-Gina...-

Lo siguiente que vi fue a mi princesa lanzándose sobre mí y clavando sus colmillos en mi cuello sin piedad, sedienta, hambrienta, bebía como si no hubiera mañana y supe que mi fin estaba llegando, nadie conocía la caverna y no había manera que pudiera detenerla en el estado en el que me encontraba. Sentí algo húmedo recorrer mi mejilla y al abrir los ojos la vi suspendida sobre mí, mi sangre aún esparcida por sus labios y de sus ojos brotaban lágrimas de sangre cual cascadas, el verdadero llanto del vampiro, lágrimas de sangre.