Hace 3 meses que comenzó la construcción de la obra y hace dos meses que mis padres están prácticamente viviendo en Argentina, por una parte soy tan feliz, pero tan feliz de tenerlos cerca que casi no me ha importado el trato de la bruja mayor y su rata. De todas maneras tampoco ha tenido mucho tiempo de tratarme mal, ya que está ocupada con la Torre, es que lo suyo es lo administrativo, gracias por un lado mamá y papá.

Con Clara estamos un poco mejor, no peleamos tanto, pero el trabajo en el hospital ha aumentado y tiene que hacer muchas guardias, por lo que casi no nos vemos, por lo que casi no peleamos. Con quien me llevo muy bien en con Andy, entre las tres con Sofi logramos hacernos muy buenas amigas, las veces que Clara tiene guardia nos juntamos en lo Andy y cenamos.

—Está lloviendo un montón —dice Sofía mirando por la ventana— ¿Querés que te llevemos con Luis, Pao?

—Yo la llevo después —dice Andy— no te hagas problema, aparte ni siquiera les queda de pasada y Luís debe estar cansado.

—¿Segura? La puedo llevar no hay problema.

—La llevo yo.

—Se pelean como si se fueran a quedar con mi custodia —se empiezan a reír— me voy con Andy, anda tranquila —la abrazo fuerte y se va.

—¿No queres quedarte a dormir? —la miro sorprendida— bueno tenes el uniforme y mañana vamos para el mismo lado, aparte de que Clara no va a dormir hoy —no se que responder, no tiene sillones y solo una habitación con una cama grande, hace tiempo que no comparto la cama con otra que no sea Clara— si te incómoda te llevo, no es como si te fuera a hacer algo.

—¿Vos a mí hacerme algo? —río pero ella se mantiene seria.

—No es como sino pudiera.

—Bueno te ayudo a terminar de limpiar y vamos a acostarnos —intento cambiar de tema ¿Acaso coqueteo conmigo?.

—Estabamos acostadas con el aire acondicionado puesto pero tapadas— Puedo hacerte una pregunta...

—Decime —por algún motivo me pone nerviosa tenerla cerca y estar en una cama con ella.

—¿Cuándo te diste cuenta de que te gustaban las chicas?

—Creo que siempre lo supe, pero me termine de dar cuenta cuando me gustó la correcta, mi primer amor.

—¿Cómo?

—No lo sé... supongo que de la misma manera, que te diste cuenta de que te gustaban los chicos —ella se queda callada— mirá —suspiro— con mi primer amor fue así... empecé a tener sentimientos por ella, quería pasar tiempo con ella, verla aunque más no fuesen 5 min al día o hablarle por mensaje, o llamarla, necesitaba estar cerca de ella, sus abrazos, un roce, todo se sentía bien con ella cerca.

—¿Que pasó cuando te confesaste?

—Jamas lo hice, sabía que no era, ni sería correspondida, ella se puso de novia con mi primo, teníamos 18 años. Ahora tienen dos hermosos hijos y los veo para algunos cumpleaños.

—¿Porqué preguntas?

—Una amiga está pasando por algo y no sabía cómo ayudarla, no sabe si es curiosidad o es amor, o qué es. Ella tuvo... le gustaba una chica cuando era joven y anduvieron un mes en secreto.

—¿Y ahora?

—Ahora le gusta mucho, mucho alguien, pero no se puede.

—¿Porqué no?

—Porque no, a dormir que mañana va a ser un día largo.

Sin decir más se da vuelta y se duerme. Amanezco abrazada a ella, acostumbrada a dormir abrazando a Clara, me muevo despacio para no despertarla y me doy vuelta, como tengo activo mi reloj biológico para levantarme aún más temprano, logro moverme antes, sino hubiera sido incómodo cuando sonara la alarma.

Llegamos al hotel reemplazando el turno anterior, no me doy cuenta de mandarle un mensaje a Clara sino hasta el medio día que me acuerdo de ella y me sentí mal por haberme acordado tarde. Hoy tenemos el examen anual, donde nos sacan sangré y el hotel se encarga de los estudios que nos hacen para verificar la buena salud.

Esperaba mi turno cuándo veo pasar a Mariana "ratita junior" (la hija de María) al vestidor y salir rápidamente. Me sacan sangre y aún con el algodón en el brazo salgo ocupar mi lugar de trabajo cuando veo Claudia, la mujer de administración gritando que le han robado.

—Claudia cálmate ¿Estás segura de que te han robado?

—Paola como no voy a estar segura, me abrieron el locker y me sacaron plata de la billetera, hasta las toallitas y un labial me robaron.

—Voy por María y le digo que venga, pero trata de calmarte —veo llegar a mi madre que al ver mi cara de preocupada se quiso acercar pero le hice señas de que no lo hiciera— día complicado Andy, cubrime que tengo que ir por María ha habido un problema.

—Está bien Pao.

Vinieron María, Laura y llamaron a la policía, luego nos llamaron a todos los empleados hasta quienes ya se habían ido. Gabriel está con mi mamá y no sabe nada de lo que está pasando. Al mirar a María y su cría ponzoñosa, veo que algo se traían entre manos, conversaban entre ellas y miraban mi locker. Le mandé un mensaje a Gabriel y nada, entonces un poco reacia le escribo a mi mamá.

10:12
Mamá por favor inventate algo
y regresen al hotel, hay un problema
y necesito que Gabriel este acá.

10:12
Vamos en camino

Estoy muy nerviosa tengo un mal presentimiento sobre esto, algo me dice que no voy a salir bien parada 10:33 y ellos todavía no llegan.

—Pasen de a uno, vacíen las cosas de su casillero y luego de guardar vayan saliendo.

La gente empezó a desfilar entrando y saliendo, solo se quedaban adentro, el gerente, los de seguridad, Laura, María y Claudia. Mi corazón late con fuerza, con una fuerza desmedida, me siento con adrenalina para escaler el Everest corriendo hasta la punta en dos horas.

—Paola Herrera —pasé y sentí como la mirada de las mujeres se clavó como alfileres en mí espalda, note el cierre abierto de mi mochila— señorita tomé sus pertenencias y vaciela en el suelo por favor.

Cierro los ojos, respiro profundamente y abro mi mochila, todos los cierres vaciando las cosas en el suelo.

—Paola no lo puedo creer —dice Claudia— de cualquiera lo esperaba menos de vos.

—¿Son tus cosas Claudia? —ella asiente— Todos afuera —nadie se movió— ¡Afuera dije! Ella va a quedar aca hasta que llegué la policía. Maria sal también —se acerca a mi, tomándome de la camisa— Así que te gusta tomar lo que no es tuyo, ahora cuando venga la policia vas a aprender y de más está decir que estas despedida y no te pertenece nada, por robar.

—Señora yo no toque nada se lo juro por lo más sagrado que tengo, que son mis padres, no toque nada —De los nervios me pongo a llorar.

—¡No jures en vano! Yo sabía que algo tenías y Gabriel defendiendote. Maria tenía razón.

—Revisen las grabaciones, yo no toque nada. Tengo derecho a...

—A nada, los ladrones no tiene derecho a nada.

—No entiendo que le hice para que me odie tanto y pensar que hay gente que dice que usted es buena persona. ¡Usted no tiene corazón!

—¡No me conoces así que no hables de mí! —Me da una bofetada que me da vuelta la cara, la miró con los ojos llenos de lágrimas y en la segunda vez que va a pegarme mi madre aparece para atrapar su mano.

—¡LAURA! ¡Que carajo haces! —grita Gabriel.

—Esta ladrona le robó a Claudia.

—Mi madre primero se asegura de mirarme para cercioraese de que esté bien y luego su mirada se nubla a una que conozco muy bien, va a matar a Laura— Mamá —ellos me miran y se quedan callados, al pronunciar esas palabras Laura me mira.

—¿Así tratan a sus empleados?

—No, solo a ella que roba.

—Ella, está de acá es mi hija —abren los ojos grandes— y si ella dice que no toco nada es porque no tocó nada. Revisen las cámaras y Laura, es la última vez que le pones una mano encima. Vamos Paola —me toma de la mano y salgo con los ojos llenos de lágrimas— anda a buscar tus cosas que nos vamos, tu padre está llegando, antes de irnos voy a hablar unas cosas con Laura y Gabriel.

—Pero mamá...

Me quedo callada ante su mirada seria, quedamos sentadas en el lobby del hotel con todos mirándonos, no podían creer que ellos sean mis padres, Andrea me mira sorprendida.

—Les dejo un café por si quieren tomar algo —trajo Andy un plato con dos tazas.

—Andy ella es mi madre Carolina Herrera, mamá ella es una amiga Andrea González.

—Un gusto señora —estrechan manos.

—Mi padre llega junto con la policía, entra directo a abrazarme— Vamos a hablar los Gabaldon, hija quedate acá ya volvemos.

Sé que mi madre está furiosa, de los dos es la más enojada, es peor que papá y sino baja con la cabeza de Laura entre las manos es porque hay demasiados testigos.

Suben ambos al ascensor, mi madre está seria y con el mentón tenso, papá me mira y sonríe para transmitirme tranquilidad, mamá hace contacto visual conmigo y me larga un beso.

11:14
Sé que quieres ser independiente y lo eres, también puedes con todo, pero nadie, absolutamente nadie va a venir a querer pisotear a mi hija.

Te amo, te amamos y haremos lo que sea para que estés bien y defenderte, espero que lo entiendas y no te enojes.

Ese fue el mensaje que me mando mi madre cuando las puertas del ascensor se cerraron.