JungKook llegó a la residencia Kim y tocó la puerta. Esperó a que abrieran y, al hacerlo, se encontró de frente con el shérif. JooHyuk miraba al hombre frente a él; sabía exactamente quién era, pero lo que no entendía era qué hacía en su casa y con su hijo Omega y menor de edad en sus brazos.

— Buenas noches, señor Kim — Saludó de forma cortés JungKook — Me temo que ha ocurrido un incidente con TaeHyung.

JooHyuk abrió mucho los ojos y le permitió el paso.

— ¿Qué pasó? ¿Le ha hecho algo?

JungKook negó rápidamente con la cabeza.

— Lo han atacado — Dijo, y JooHyuk miró con horror al hombre y después a su hijo en brazos del hombre — Un chico intentó forzarlo — Dijo con los dientes apretados — En un callejón a varias calles de aquí, yo iba pasando por ahí cuando escuché a TaeHyung llamarme y corrí a ayudarlo.

JooHyuk asintió con el ceño fruncido por la rabia de saber que alguien había tratado de abusar de su hijo.

— Supongo que cuando dices que TaeHyung te llamó es porque tú eres su Alfa.

— Lo soy, y me hubiera gustado presentarme con usted en otras circunstancias, pero es un placer conocerle — JooHyuk asintió y estrechó la mano de JungKook.

— ¿Sabes cómo se llama el chico que le hizo esto a mi hijo?

— Yoo In-Soo — Respondió con asco, y JooHyuk asintió mientras tomaba el teléfono.

— Puedes subir, yo llamaré para que busquen a In-Soo y lo arresten.

JungKook asintió y acomodó mejor a TaeHyung, y comenzó a subir las escaleras. Al hacerlo, buscó en todas las puertas hasta que encontró la del cuarto de TaeHyung. Movió delicadamente al Omega y lo acostó en la cama. Miró fijamente su rostro, donde cada vez era más visible el golpe en su mejilla, su labio partido, pero lo que más le dolía era ver las lágrimas secas y los ojos aún hinchados en su pequeño Omega. Le quitó los zapatos y cambió su ropa por un pijama, luego lo arropó en la cama, besó de forma suave su frente y comenzó a caminar para salir del cuarto, pero una mano tomó su muñeca evitando su salida.

— JungKook — Gimió TaeHyung, a punto de echarse a llorar otra vez — No me dejes... no te vayas, por favor — Suplicó el castaño con los ojos brillantes por las lágrimas, y JungKook rápidamente asintió y se acostó junto al Omega, abrazándolo fuertemente.

TaeHyung enterró su rostro en el cuello del Alfa y comenzó a derramar algunas lágrimas mientras JungKook acariciaba su espalda y cabello.

— Shhh, ya estoy aquí — Susurró en el oído de TaeHyung — No voy a dejar que nadie te haga daño — Prometió, besando la frente del Omega.

— ¿In-Soo? — Preguntó con miedo, y JungKook gruñó.

— Lo dejé tirado en el callejón. Tu padre ya envió oficiales para buscarlo y arrestarlo.

— Gracias por salvarme, JungKook — Susurró bajito, abrazando al azabache por el cuello — Si tú no hubieras...

JungKook interrumpió al castaño, colocando un dedo sobre sus labios.

— Jamás pienses en eso, TaeHyung. Yo siempre voy a estar para protegerte.

TaeHyung sintió su corazón hincharse y la esperanza llenarlo, pero entonces él y su Omega recordaron un detalle que los hizo sentir miserables.

— Pero tú estás con la señorita Lim — Dijo triste.

JungKook apretó más al chico entre sus brazos, odiando que se sintiera de esa manera por algo que ni siquiera era cierto.

— Yo no salgo con ella, ella no me interesa — Aseguró, y TaeHyung se separó un poco de él para poder mirarlo a los ojos.

— ¿En serio? — Preguntó en un susurro, mirando a JungKook con sus grandes ojos castaños. JungKook asintió, sonriendole.

— ¿Para qué querría salir con ella si tengo al Omega más hermoso y perfecto aquí conmigo? — Dijo, mirando fijamente al castaño.

TaeHyung sintió la alegría invadirlo y a su Omega aullar de felicidad. Sin poder evitarlo, se sonrojó y agachó la mirada. JungKook observaba encantado a su Omega; era tan inocente y lucía adorable sonrojado, así que colocó una de sus manos en la mejilla sana de TaeHyung y la acarició de forma suave, como si temiera romperlo.

Al sentir el calor de la mano de JungKook, TaeHyung alzó la mirada y se encontró con los ojos verdes mirándolo con atención. Al notar la mirada de JungKook, TaeHyung se sonrojó aún más, pues esa mirada iba cargada de cariño, uno que sólo había visto en su padre al ver a su madre. Él siempre había soñado que alguien lo mirara de esa manera, y ahora JungKook lo estaba haciendo. Sonrió y acercó su rostro al del Alfa y, con la punta de su nariz, acarició la de JungKook en un tierno beso esquimal. Era una acción más del Omega que del castaño, pero TaeHyung no se quejaba. Al separarse, volvió a enterrar su rostro en el cuello de JungKook y comenzó a respirar su aroma.

JungKook estaba gratamente sorprendido por las acciones del Omega. Nunca había salido con alguien que lo tratara de esa forma tan cálida y cariñosa.

Cuando TaeHyung colocó su cara en su cuello, comenzó a acariciar el cabello en la nuca del castaño y pasar sus manos de forma suave por su espalda, encantado de sentir la respiración de su Omega contra la piel de su cuello. Se quedó varios minutos así hasta que estuvo completamente seguro de que ya estaba bien dormido, y cuando decidió que ya era hora de volver a casa, se separó delicadamente del chico, quien hizo una mueca al perder el contacto, y lo cubrió bien con las mantas. Dejó un beso en su frente y caminó al escritorio, de donde tomó una hoja de un cuaderno y escribió una nota para TaeHyung, la cual dejó en la mesa de noche junto a su cama.

Salió del cuarto asegurándose de no hacer ningún ruido y bajó las escaleras encontrándose con el shérif sentado en el sillón mirando televisión con su teléfono en la mano.

— Acércate, debemos hablar — Dijo JooHyuk sin mirar al azabache.

JungKook aceptó y se sentó en un sillón frente al hombre, quien lo miró de forma seria.

— ¿Cuáles son tus intenciones con mi hijo, Jeon?

— TaeHyung es mi Omega, señor, y mis intenciones son cortejarlo y después unirme a él — Dijo sincero. JooHyuk asintió.

— TaeHyung es joven y nunca ha sido cortejado, o por lo menos salido con alguien, ni siquiera un Beta — Dijo JooHyuk, y JungKook abrió mucho los ojos sorprendido. Él había escuchado que el Omega no había sido cortejado, pero no que nunca había salido con nadie — Además, debo decirte que no es una persona fácil, es muy testarudo y necio. No sé si sea el tipo de Omega con el que acostumbras salir — JungKook frunció el ceño ante ese comentario — Porque no quiero que un día mi hijo llegue a casa llorando porque su Alfa lo dejó por comportarse de manera diferente — Dijo JooHyuk serio.

— Yo sé cómo es TaeHyung, señor, y eso es lo que más me gusta de él, que sea diferente. Yo no quiero un Omega que corra asustado y que siempre esté siguiéndome como un perro. Ya he salido con chicas así y no es lo mío. Estoy cansado de los Omegas caprichosos y mimados. Yo le daría el mundo a TaeHyung si me lo pidiera, pero sé que TaeHyung es mejor que eso. Yo jamás dejaría a TaeHyung. Me tomó muchos años encontrarlo como para ser un idiota y dejarlo ir.

JooHyuk se impresionó gratamente ante las palabras de JungKook y el brillo en sus ojos. Sin duda, su hijo había encontrado un Alfa como pocos en ese hombre. Sonrió y se levantó del sillón para darle la mano a JungKook, quien se levantó de igual manera y estrechó la mano con la del shérif.

— Eres bienvenido en esta casa a no ser que mi hijo diga lo contrario — Dijo JooHyuk, y JungKook asintió con una sonrisa.

— Gracias, señor.

— Llámame JooHyuk — JungKook asintió y ambos caminaron hasta la puerta — Por cierto, In-Soo se encuentra hospitalizado y con una orden en su contra.

JungKook asintió y salió de la casa. Comenzó a caminar en dirección a su loft, sintiendo la alegría más grande instalarse en su pecho. Pasó todo el viaje con una gran sonrisa en su rostro al recordar cada momento con TaeHyung.