La cita había sido un completo éxito. Primero habían ido a comer hamburguesas y después a pasar un rato en una tienda de juegos, y todo terminó con una ida al cine. 

TaeHyung se había divertido mucho, era su primera cita y, la verdad, había sido increíble. Claro que el final fue un poco raro. 

In-Soo lo había ido a dejar a su casa y, cuando se estaban despidiendo, el Alfa trató de besarlo. Puede que no tuviera tanta experiencia en las citas, pero él sabía que nunca es bueno besar en la primera cita, por lo que trató de esquivar los labios del rubio, quien no se dio por vencido y lo intentó varias veces, hasta que TaeHyung decidió no intentar despedirse y entró directamente a su casa. 

Desde ese día, las cosas habían estado un poco raras entre TaeHyung e In-Soo. El Alfa ya había dejado de sentarse siempre con él y ahora lo hacía con los más populares. A veces no lo saludaba y lo ignoraba completamente, y otras se comportaba muy atento con él. TaeHyung ya se estaba cansando de eso. 

En cuanto a JungKook, habían pasado dos semanas desde la última vez que lo vio, y eso lo tenía deprimido. Incluso su Omega estaba deprimido; ambos extrañaban al Alfa, pero al parecer a él ya no le importaba. 

— Hola, TaeHyung — Dijo In-Soo sentándose a su lado. 

— Hey — Saludó sin ganas. 

— ¿Te gustaría salir hoy...? Ya sabes, al parque o algo así. 

— Claro, ¿por qué no? — Dijo TaeHyung. 

— Bien, paso por ti a las seis — Y sin más, salió del lugar. 

Cada día las cosas estaban más raras, y lo único que quería TaeHyung era ver a JungKook. 

JungKook no había podido ir a hablar con TaeHyung porque el trabajo no se lo permitía, y aunque este no era tan importante como su Omega, no podía dejarlo de lado. Eso, y que aún no sabía qué decirle exactamente. Al menos ya se había encargado de que el tal In-Soo se alejara del castaño. 

HongJoong había amenazado al rubio y al parecer había funcionado, pues tenía entendido que ya casi no se acercaba ni hablaba con TaeHyung. 

Por otro lado, se encontraba cansado y más gruñón que de costumbre, pues extrañaba a TaeHyung, lo cual era ilógico, nunca tuvo al castaño. Pero, por otro lado, sí que era lógico, el chico era su Omega, y aunque ni siquiera llegaron a ser amigos, él ya lo quería demasiado, y la necesidad de sentirlo a su lado era increíblemente grande. 

Necesitaba descansar un poco, por lo que decidió salir a caminar un rato. Tal vez así despejaría su mente, así que decidió ir al parque. 

Llevaba cerca de una hora dando vueltas por el parque, meditando las cosas, y decidió que, si quería cerca a TaeHyung, debía hacer cualquier cosa, entre ellas ir y hablar con el padre del Omega. Por eso, iría a la casa Kim y hablaría con el shérif, y tal vez de esta forma encontraría una manera de hablar con TaeHyung. 

No era ilegal que un Alfa saliera con un Omega menor, pero sí era ilegal obligar a un Omega a salir con dicho Alfa, y eso era lo que JungKook no quería. Pues, si iba a cortejar a TaeHyung, lo haría solo si el castaño aceptaba por voluntad propia. 

Caminó rumbo a la casa Kim, iba metido en sus pensamientos hasta que pasó frente a un callejón y escuchó un grito. 

Un grito que hizo que su corazón se detuviera por un segundo y después sintió la ira llenarlo: era el llamado de su Omega. Sin perder un segundo, entró en el callejón, y lo que encontró ahí no lo ayudó a calmarse. 

TaeHyung estaba con In-Soo en el parque. Habían estado hablando de varias cosas y caminando durante un rato, pero nada más sentarse en una banca, todo se quedó en completo silencio, un silencio incómodo. 

— Me gustas, TaeHyung — Dijo In-Soo de la nada. 

TaeHyung no sabía qué decir. In-Soo era guapo, pero no le gustaba. Su corazón ya era de alguien más. 

— Lo siento, tú a mí no me gustas — Dijo sincero, mirando al chico. 

In-Soo hizo una mueca y miró mal a TaeHyung.

— Sí, escuché que ya tienes alfa. 

TaeHyung no entendía de dónde sacaba eso, pero tampoco estaba como para averiguarlo, así que se levantó. 

— Creo que es mejor que me vaya a mi casa — Dijo y comenzó a caminar — Nos vemos mañana, In-Soo. 

Comenzó a caminar en dirección a su casa, pero al pasar junto a un callejón sintió que era jalado dentro de este por otra persona. 

— Sabes, TaeHyung — Dijo In-Soo en su oído.

TaeHyung intentó gritar y defenderse, mas no podía porque el rubio tenía una mano sobre su boca y la otra sujetando fuertemente su cadera. No había mucho que pudiera hacer contra la fuerza de un Alfa. 

— Escuché que tenías Alfa... pero yo nunca lo he visto — Comenzó a besar y lamer el cuello del Omega, quien se retorcía del asco — Y tampoco está aquí, ¿o sí? — Metió su mano bajo la camisa de TaeHyung y comenzó a acariciar su piel — Yo podría hacer cualquier cosa que quisiera y tú no podrías defenderte — Comenzó a desabrochar el pantalón de TaeHyung, quien ya derramaba lágrimas del miedo — Y tu Alfa tampoco está aquí para defenderte. 

TaeHyung sentía el pánico de su Omega y el suyo propio. No pudo evitarlo y comenzó a sollozar. También sentía asco de que In-Soo besara y lamiera la parte de su cuello donde debería ir la marca de su lazo con su Alfa, y sentía una comezón picar su garganta. 

In-Soo comenzó a bajarle los pantalones y acariciar sus piernas, hasta subir a su trasero y acariciarlo sobre la ropa interior. 

El rubio estaba tan concentrado en eso que TaeHyung aprovechó para morder su mano, y en cuanto In-Soo liberó su boca, gritó con todas sus fuerzas. Pero se dio cuenta de que no era cualquier grito, era el llamado a su Alfa. 

In-Soo giró a TaeHyung y estampó la palma de su mano contra la mejilla del Omega.

— Será mejor que te quedes callado o será peor — Dijo molesto, y volvió a besarlo el cuello. 

TaeHyung temblaba de miedo y las lágrimas caían sin parar. Tenía el labio roto por culpa del golpe de In-Soo y aseguraba que su mejilla estaba roja. Tenía los pantalones a la altura de los tobillos y el Alfa ya había retirado su camisa. Besaba su cuello y acariciaba sus piernas, y TaeHyung podía sentir un asco horrible al ser tocado por otro Alfa que no era el suyo, y contra su voluntad. De un segundo a otro, se vio libre del agarre de In-Soo y cayó de rodillas al suelo sollozando. 

JungKook llegó al fondo del callejón y se encontró con la peor escena que pudo haber presenciado en toda su vida. Ahí estaba TaeHyung recargado en una pared con su rostro lleno de lágrimas, una mejilla roja y el labio roto, e In-Soo estaba sobre él. Pudo notar que TaeHyung no traía camisa y sus pantalones estaban abajo. Notó el temblor en el cuerpo del castaño y estaba seguro de que no era a causa del frío, y por último y peor de todo, el Alfa rubio lamía y besaba el cuello de su Omega

JungKook no pudo contenerse más y su Alfa salió completamente. Se acercó al rubio, lo tomó por los hombros y lo tiró hasta apartarlo de TaeHyung. Cuando lo hizo, lo lanzó contra el piso, se colocó sobre él y comenzó a dar golpe tras golpe. Cuando el rubio trató de defenderse, le rompió el brazo, daba golpes en su rostro y costados, y cuando quedó tirado y sin moverse, fue cuando paró. No estaba seguro si estaba muerto o no, pero tampoco le importaba; no sería el primer Alfa que mata a otro por proteger a su Omega.

Cuando se levantó, rápidamente tomó la camisa de TaeHyung y caminó hasta quedar a su lado. Se agachó para estar a la altura del castaño y colocó una mano sobre su cabello, pero al hacerlo, el Omega gritó y se movió tratando de retirar la mano. JungKook sabía que pensaba que se trataba de In-Soo, así que tomó su rostro y lo levantó para que pudiera mirarlo.

— Tranquilo, TaeHyung, soy yo — Dijo de forma suave, y el castaño rápidamente lo miró.

TaeHyung escuchó la voz, una que anhelaba oír, así que rápidamente abrió los ojos y miró el rostro de JungKook. En cuanto comprobó que era real y no una alucinación, se lanzó en brazos del azabache y enterró su cara en su cuello para inhalar su aroma en un intento de calmarse.

— JungKook... JungKook... él quería... yo no... — Balbuceaba entre el llanto, y JungKook solo lo apretaba más contra su cuerpo y acariciaba de forma suave su cabello.

— Shhh... Ya estoy aquí, ya estás bien — TaeHyung asintió, pero aún no podía parar de llorar. JungKook tomó al Omega de la cintura y lo ayudó a ponerse de pie.

Cuando ambos estuvieron de pie, JungKook se separó del castaño, quien gimió de miedo, así que rápidamente le colocó la camisa a TaeHyung y luego subió sus pantalones y los abrochó. Cuando el Omega estuvo vestido, lo tomó en sus brazos y lo levantó, haciendo que TaeHyung enredara sus piernas en su cintura, y comenzó a caminar en dirección a la casa Kim.

Debía asegurarse de que su Omega estaría bien. Caminaron unas cuantas calles y JungKook sintió que TaeHyung ya se había quedado dormido, así que comenzó a acariciar de forma suave su espalda para que sintiera que estaba seguro.