Ꜥꜥֶָ֢🔭ֶָ֢۫݊˒𐙚 capítulo 32
TaeHyung estaba a solo un par de semanas de dar a luz, JungKook y él esperaban ansiosos la llegada de la bebé. Habían decorado el cuarto perfectamente: paredes de un tono lavanda, la cuna y los muebles eran de color blanco, habían comprado mucha, tal vez demasiada, ropa para SunMi, al igual que varios juguetes. Tenían todo lo necesario: pañales, biberones, ropa, cobijas; todo para un recién nacido.
TaeHyung bajó medio dormido a las 12:35 de la tarde de ese día y se encontró con un tazón de sopa esperando por él. Lo calentó y comió en la cocina, escuchando de lejos la televisión de la sala, donde JungKook miraba un partido. Comió con calma y, cuando terminó, se dirigió a la sala donde se encontró a JungKook acostado en el sillón solo con un pantalón deportivo.
El castaño se acostó junto al Alfa y se dedicó a ver el partido en silencio, aunque en realidad no entendía nada de lo que veía. Enterró su rostro en el cuello del mayor y comenzó a dar suaves besos sobre la piel. JungKook acariciaba el cabello de TaeHyung, pensando que pronto se dormiría, pues llevaba días sintiéndose un poco cansado, pero el castaño no se durmió, sino que continuó dejando besos y pequeñas mordidas en todo el cuello. Notó que JungKook no respondía a sus caricias, así que se pegó aún más a su cuerpo.
El Alfa no veía nada raro en el comportamiento del castaño; llevaba días así, empalagoso y cariñoso con él. No se quejaba, pero lo malo de todo eso era que nunca podían hacer algo más que simples caricias debido al estado de TaeHyung. El castaño continuó con los besos y comenzó a acariciar los abdominales de JungKook y a restregar su erección contra la pierna del azabache.
— TaeHyung, no podemos — Le recordó al sentir su erección contra su pierna.
— Claro que podemos — Respondió de inmediato.
Subió sus labios hasta su boca y comenzó un beso desesperado; rápidamente coló su lengua en la boca del azabache y comenzó una guerra con su lengua. JungKook se dejaba hacer, pero si las cosas iban más allá tendría que detenerlo.
JungKook se sentó sobre el sillón con TaeHyung en su regazo. En esta nueva posición, el castaño comenzó a mover sus caderas para crear fricción entre su trasero, que ya comenzaba a gotear lubricante, y la erección de JungKook, quien lo tomó de las caderas para tratar de detenerlo, pero no podía negar que eso sentía muy bien después de meses sin hacer nada.
— Debes parar, no podemos — Dijo sin convicción.
— Solo así — Jadeó TaeHyung — Solo haremos esto, lo prometo — Miró al Alfa directo a los ojos, con pupilas dilatadas y mejillas sonrojadas. JungKook no pudo negarse y asintió para después besar sus labios nuevamente.
Lo ayudó a que moviera sus caderas, con cuidado y sin movimientos demasiado bruscos para no dañar al bebé. Continuaron así por varios minutos, hasta que el lubricante de TaeHyung atravesó su pantalón de pijama y mojó el pantalón de JungKook. Al sentir la humedad en su pantalón y el olor tan dulce del lubricante, JungKook comenzó a mover sus propias caderas, provocando gemidos en ambos, hasta que un par de minutos después TaeHyung se corrió y él lo acompañó a los pocos segundos.
El castaño cayó agitado sobre el pecho del Alfa y casi de inmediato quedó dormido. JungKook lo tomó en brazos, subió a su habitación, cambió su pijama y lo metió a la cama para que descansara.
Solo dos semanas después llegó el momento que habían esperado: TaeHyung había entrado en labor, así que ambos se dirigieron de forma rápida al hospital, donde atendieron al castaño.
JungKook se encontraba en la sala de espera junto a JiMin y el padre de TaeHyung. No lo habían dejado entrar a la sala de partos porque ya había pasado que algunos Alfas atacaban al personal médico por tocar a sus Omegas, así que, por seguridad, tuvo que quedarse fuera. Claro que él no estaba de acuerdo con esa decisión, pero no podía hacer nada, solo esperar a que alguien le diera noticias de TaeHyung y de su hija.
Casi cinco horas después, cuando ya estaba a punto de arrancarse el cabello, un doctor se acercó al lugar donde él se encontraba. Se levantó de forma rápida, al igual que JooHyuk y JiMin, y caminaron hasta quedar frente al doctor.
— Felicidades, señor Jeon, su hija y su Omega están en perfectas condiciones — Anunció sonriente — En estos momentos la bebé está siendo limpiada y cambiada; puede pasar a ver a su pareja y en unos minutos les llevarán al bebé. Habitación 315 — Y salió de ahí después de darle la mano a JungKook.
El hospital solo le permitiría entrar a él a ver a TaeHyung, por lo que JiMin y JooHyuk esperarían afuera para poder ver a la bebé en los cuneros. Caminó rápido hasta la habitación y entró. Fue recibido por el dulce aroma de TaeHyung. Miró hacia la camilla y ahí estaba, lucía cansado, pero en cuanto lo vio le mostró una enorme sonrisa. Le sonrió de vuelta mientras caminaba hacia el castaño y, cuando estuvo frente a él, besó de forma suave sus labios.
— ¿Cómo estás? — Preguntó en voz baja.
— Cansado, muy cansado, pero extremadamente feliz — Dijo con una sonrisa.
JungKook besó su frente y tomó una de sus manos para apretarla entre las suyas.
— Eres increíble — Dijo sonriendo — Gracias por este regalo. TaeHyung sonrió y lo tomó del cuello para atraerlo a un beso.
Al separarse del beso, una enfermera entró por la puerta con un cunero donde venía su bebé envuelta en una manta blanca. La enfermera tomó al bebé y después se lo pasó a TaeHyung, y salió sin decir nada.
TaeHyung veía a la bebé asombrado, no podía creer que ese ser tan hermoso y perfecto había salido de él, que ella era suya, suya y de JungKook. Tomó mejor a la bebé y destapó un poco más su rostro para mostrárselo a JungKook.
Apenas la vio, el azabache tuvo que contener el aliento, era la bebé más hermosa que había visto, y lo mejor era que ese era su bebé, suya y de TaeHyung.
— Hola, SunMi — Dijo el castaño, tomando una de sus pequeñas manos para besarla — Esperamos mucho para poder verte.
La bebé hizo un pequeño puchero y TaeHyung soltó una pequeña risa.
— Eres la bebé más perfecta del mundo — Dijo JungKook y dejó un suave beso en la frente de la niña — Creo que en eso se parecen tu papi y tú — Dijo sonriendo a TaeHyung, quien se sonrojó.
— Cárgala — Dijo TaeHyung, tendiéndole a la bebé.
Un poco nervioso, tomó a la niña en sus brazos, que se removió un poco para después volver a quedarse quieta. TaeHyung sonrió al ver al azabache con la pequeña bebé en los brazos. Era un poco gracioso ver a JungKook tan grande y fuerte cargar a un bebé tan pequeño que le cabía en un solo brazo.
Al sostener a su hija, JungKook pudo apreciar su aroma. Era suave y dulce, no tanto para ser el de un Omega, pero era un olor muy puro y sutil. Aún no sabrían si sería un Alfa, Beta u Omega, hasta que llegara su primer celo, pero eso no importaba, porque él ya la amaba así. Nada más importaba, solo TaeHyung y su hija; eso era lo único que importaba ahora.
— Gracias — Miró a TaeHyung y después besó sus labios.
— A ti, por darme una nueva familia.
JungKook sonrió sintiendo los ojos llenarse de lágrimas, así que solo se inclinó y besó nuevamente al castaño y después besó de nuevo la frente de su hija.
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