TaeHyung esperaba a JiMin en la entrada de la cafetería, habían pasado dos semanas desde que JungKook lo marcó, dos semanas en las que tuvieron que mover todas las cosas del castaño al loft, su padre se había tomado bastante bien la noticia, le molestó un poco que su hijo se mudara de un día para otro, pero no había nada que pudiera hacer. JiMin, por otro lado, gritó como loco y lo felicitó. La relación del rubio con JungKook era un poco tensa, pero nada alarmante.

Por otro lado, él y JungKook lo estaban llevando muy bien y se habían adaptado rápidamente a vivir juntos. Ambos se despertaban temprano y el azabache siempre iba a dejar a TaeHyung al colegio y de ahí se iba a su trabajo. Pasaba a buscarlo cuando salía y comían juntos en el loft, y luego volvía unas horas a su oficina, tiempo que TaeHyung aprovechaba para hacer sus deberes y preparar la cena. Cenaban juntos y después ambos veían alguna película acostados en el sillón para después acostarse juntos.

Definitivamente, le gustaba vivir con JungKook, era lo mejor que le había pasado.

— ¿Qué vamos a comer hoy? — Preguntó JiMin colocándose a su lado.

— No lo sé, ¿pollo? — Dijo dudoso, mirando el menú.

JiMin asintió y ambos ordenaron para después sentarse en una mesa y comenzar a comer.

— ¿Entonces saldrás hoy en la noche? — Preguntó el rubio, y TaeHyung asintió.

— JungKook tiene una cena de negocios o algo así y quiere que vaya con él.

— Es lógico — Dijo, asintiendo — Quiere que todos vean que ya te marcó, así nadie intentará nada contigo.

— Nunca nadie intentó nada conmigo — Aclaró el castaño.

— Como sea — Dijo sin interés — ¿Usarás un traje? — Preguntó, y TaeHyung asintió — Uhh, tal vez en la noche puedas hacerle un pequeño show a JungKook.

TaeHyung se ahogó con el juego y tras recuperarse de la tos, golpeó el brazo de JiMin.

— Cierra la boca — Siseo enfadado.

JungKook se encontraba en su oficina atendiendo asuntos de trabajo, pero no era capaz de concentrarse realmente, todo lo que había en su cabeza era TaeHyung. Desde que TaeHyung y él estaban juntos, todo era mejor; incluso su carácter con el resto del mundo era mejor. Pasó de estar todo el día con el ceño fruncido y enfadado con el mundo a estar relajado, incluso sonreír. Todos notaban el cambio, pero nadie decía nada; los empleados preferían no hacer mención del cambio de humor por temor a molestarlo y volver a lo de antes.

Pero el asunto es que ya nunca sería como antes, pasó de tener una gran casa que siempre estaba vacía a compartirla con alguien, de tener millones en una cuenta de banco que nunca gastaba a comprar cada cosa que TaeHyung sugiriera para su casa. Ya no había necesidad de no tener muebles o muchas cosas. Ahora tenía miles de cosas para hacer de su hogar un lugar más cálido y hogareño.

Atrás habían quedado las mañanas monótonas y frías, ahora despertaba todos los días con las caricias de TaeHyung o el olor del delicioso desayuno que el castaño preparaba. Las comidas en la oficina habían desaparecido porque ahora recogía a TaeHyung y ambos comían juntos en su casa, y las noches frías en las que volvía a casa para encontrársela vacía habían sido reemplazadas por las cenas que TaeHyung preparaba para después compartir un rato juntos mirando televisión o simplemente platicando de lo que habían hecho en el día.

Pero sin duda, su momento favorito del día era cuando ambos se metían en la cama, ya jamás volvería a sentirse solo en su gran cama porque ahora el pequeño y tibio cuerpo de TaeHyung se pegaba cuanto podía al suyo. Había noches en las que solo compartían un beso, otras donde algo más pasaba, y le encantaba. Le encantaba compartir todos sus días con TaeHyung.

Y este día no sería la excepción, era viernes y esa noche tenía una especie de fiesta con varios socios y otras personas, y llevaría a TaeHyung con él. Era la oportunidad perfecta para presentar de forma formal al castaño como su Omega. Varias personas ya lo sabían, su hermana y tío incluidos, pero quería dejar en claro que TaeHyung era suyo y de nadie más.

Por eso, esa noche iría a la reunión y le mostraría a todo el mundo que tenía al Omega más hermoso y perfecto como compañero.

— Relájate, todo estará bien — Susurró JungKook en el oído del castaño.

— Eso lo dices porque tú ya conoces a todo el mundo aquí — Dijo molesto.

JungKook soltó una pequeña risa y besó la sien de TaeHyung.

— Cálmate — Pidió de forma suave, provocando que el Omega bufara.

Ambos estaban dentro del auto esperando para poder salir y caminar hasta la entrada del edificio donde se llevaría a cabo la fiesta. Eso sería fácil de hacer si no hubiera un millón de fotógrafos a cada lado del camino que debían recorrer.

— Bien, hay que hacerlo — Suspiró TaeHyung.

JungKook sonrió y tras besar de forma casta los labios de TaeHyung, tomó una mano entre la suya, enlazando sus dedos, y abrió la puerta del auto para después salir y ayudar al castaño a bajar. Rápidamente, los flashes y las preguntas empezaron a sonar, ambos caminaban ignorando todas las preguntas, pero cuando empezaron a escuchar cómo la gente contenía el aliento, supieron que ya habían notado la marca en el cuello del Omega. JungKook sonrió aún más y TaeHyung se pegó a su cuerpo, pues todo el mundo quería tomar una foto de su marca.

JungKook pasó un brazo por la cintura del castaño para pegarlo más a él y caminaron más rápido hasta el interior del lugar. Ambos subieron al ascensor.

— Lo ves, no estuvo tan mal — Dijo divertido el mayor.

— Cállate — Respondió el castaño para después enterrar su rostro en el cuello de JungKook.

Después de algunas horas y de haber cenado y que JungKook le presentara a varias personas, la mayoría socios suyos, decidió salir a tomar un poco de aire al balcón mientras JungKook hablaba con unos hombres. Estaba feliz de que quisiera presentarlo con todos sus conocidos y se sentía aún mejor al escucharlo decir "él es mi Omega", ¡Luna! cómo amaba eso.

Estaba entretenido en sus pensamientos que ni siquiera notó que alguien se colocó a su lado.

— Buenas noches — Saludó un hombre, y TaeHyung se volvió para mirarlo. Era un hombre mayor.

— Buenas noches — Saludó de forma educada.

— Soy Bae SeoYul — Se presentó — ¿Y tú eres?

— Kim TaeHyung — Dijo, tendiendo su mano para saludarlo.

— Nunca te había visto por aquí.

— Ohhh, bueno, es porque nunca había venido. Eh, yo soy el Omega de Jeon JungKook — Dijo con una gran sonrisa.

SeoYul sonrió; él sabía quién era el chico, claro que fue una gran sorpresa encontrarse con la marca en su cuello.

— Así que el Omega de Jeon — Dijo divertido, y TaeHyung asintió — Sabes, llevo tratando de hacer negocios con JungKook desde hace mucho.

TaeHyung hizo una mueca de confusión; a él, qué diablos le importaban los negocios de los Bae. Si JungKook no quería, pues no quería, y punto.

— Estaba pensando que tal vez tú podrías ayudarnos a hacerlo cambiar de opinión — Dijo, mirando fijamente al castaño, tratando de intimidarlo.

TaeHyung frunció el ceño.

— ¿Por qué haría tal cosa? — Preguntó molesto.

SeoYul se impresionó de la actitud del chico, pero no le importó.

— Para hacerme un favor — Dijo un poco molesto.

— ¿Por qué habría de hacerle un favor? Usted no es nada mío, yo no tengo por qué ayudarlo — Dijo con altanería.

SeoYul frunció el ceño; se suponía que el chico aceptaría. Era un Omega y él un Alfa, sin importar que estuviera marcado, se sentiría intimidado y aceptaría hacer lo que él le dijera.

— Además — Continuó el castaño — Si JungKook dijo que no, pues yo no voy a contradecirlo. Es más, debería dejar en paz a JungKook y entender que no quiere tener nada que ver con su familia — Acabó molesto.

SeoYul miró mal al chico y trató de acercarse a él, pero alguien se lo impidió.

— ¿Qué está pasando aquí? — Preguntó JungKook. Había sentido una sensación rara en el pecho e inmediatamente comenzó a buscar a TaeHyung, encontrándolo solo en la terraza en compañía de SeoYul. Eso no le hacía gracia; ¿qué diablos quería ese tipo con TaeHyung?

— Nada — Dijo SeoYul tranquilo y miró a TaeHyung en señal de que cerrara la boca, pero el Omega ni siquiera lo estaba mirando.

— Él me dijo que tú no querías hacer negocios con él y que quería que yo le ayudara a que cambiaras de opinión — Dijo rápido, mirando a JungKook a los ojos. El azabache frunció el ceño — Yo le dije que no y que ya te dejaran en paz.

JungKook asintió y se inclinó para besar de forma casta los labios de TaeHyung.

— ¿Por qué no entras?, ya casi es hora de irnos.

TaeHyung asintió y entró al salón. JungKook esperó hasta que TaeHyung estuviera lo suficientemente lejos y se colocó de forma amenazadora frente a SeoYul.

— No voy a hacer negocios contigo — Dijo con dientes apretados — No te quiero ver cerca de mi Omega otra vez o te mataré — Amenazó para después entrar a buscar a TaeHyung.

SeoYul negó molesto; qué clase de Omega se había conseguido Jeon JungKook. Con esa actitud del chico, jamás lograría lo que tenía planeado; necesitaba un cambio de planes.